(Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto)
—One shot.
PÁJAROS
Llueve en la ciudad. Un aroma a tierra mojada flota en el ambiente y se cuela debajo de la puerta de cristal, llegando a su nariz y despertándole. "Invierno" piensa Sasuke. Suspira y se encoje debajo de las sábanas. ¡Ella, ella amaba el perfume de la lluvia! No había olor más gratificante para Sakura; cuando llegaban estas fechas era inmensamente feliz.
Siente la tristeza en el ambiente.
Sasuke no se levantará hoy, no tiene la fuerza. Ya no existe la posibilidad de que vuelva, de que ocupe su lugar en la cama, ni de embriagarse del perfume de su cuello. Hace meses ella no cruza el umbral de la puerta que dividía al mundo de su cálido hogar, y nunca lo hará.
Pero Sasuke no lo acepta. Él cree que ella lo abandonó bajo el desquiciante sol del verano, que le dijo adiós mientras sacudía su mano. "Adiós, adiós, banal humano". Ella partió de la mano de otro hombre con cabellos rubios, sonriendo plácidamente. También llevaba una maleta con el material de laboratorio, tan solo olvidando el nido de pájaros sobre su cabeza.
"No, no. Sakura no está muerta. "
O eso cree. Eso piensa a diario, hasta que mira el recorte en el periódico que narra el accidente de tráfico, con su rostro entre los vestigios, con la sangre escurriendo desde sus ojos. Y Sasuke recuerda todo, recuerda el sueño que tomó como realidad para evitar pensar en que ella no respira, recuerda que ella lo amaba, recuerda que los pájaros murieron de hambre, recuerda que Sakura no está, no volverá, yace en el suelo, se descompone su cerebro mientras él llora día tras día intentando despertar de su triste realidad.
La ama un rato más, mientras las lágrimas caen por sus mejillas. Se levanta, prepara un emparedado, se vuelve a acostar. Otra vez sangra su alma. Otra vez reza por su bienestar. Otra vez abraza su almohada.
Mañana despertará pensando en que ella lo ha abandonado por alguien más. Y llora.
Gracias por leer.
