Pues este es mi primer fic de Kaikan Phrase, espero que agrade, je j eje
Advertencias: La primera, es que los personajes son de la maravillosa Mayu Shinjo y lo segundo es que este fic contiene situaciones sexualmente explícitas. Si no te gusta, no nos engañes, por que seguro que antes de leer este, estabas harto de buscar por ahí… (Mua ha ha ha ha ha )
Dicho esto, al lío:
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MÚSICA PARA DOS
EPISODIO UNO: USO MATRIMONIAL
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Hacía tiempo que se mostraba demasiado rara como para que él no lo hubiese notado, esos ojos azules eran capaces de ver a través de ella, y eso Aine lo conocía mejor que nadie, pero no podía decírselo, no aún.
Esperaba el mejor momento, pero sabía que con él eso no sería nunca, sabía como sacar lo "mejor" de ella casi sin proponérselo.
Terminó la cena y la dispuso en la mesa, esperaba poder encerrarse en el baño antes de que él llegase y en que no repararía en su ausencia, tal y como le dijo María una vez
:-" Si conquistas a un hombre por el estómago, tendrás media batalla ganada"-
Demasiado tarde. Atinó a escuchar el sonido de la puerta al cerrarse y el sonido de las llaves cayendo en el cristal de la entrada. Demasiado tarde para escapar, el baño se encontraba pasando la entrada, la vería sin remedio.
Preparó su mejor sonrisa y pensó en décimas de segundo una excusa, pasar desapercibida era ahora su prioridad. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un escalofrío, los labios de Sakuya estaban demasiado cerca de su cuello, casi podía saborear su aliento.
Demasiado tentador para escapar. Demasiado bello para no ser contemplado.
Instintivamente busco sus ojos, no pudo ser, estaba sentada sobre la encimera
Pensó rápidamente y sonrió, esa era una vía de escape perfecta, si estaba "entretenido" no preguntaría. Sólo quedaba algo por hacer, provocarlo y después dejarse llevar.
Ya no podía pensar en nada, los besos que en un principio recorrían su cuello tímidamente, ahora navegaban por uno de sus pechos vorazmente.
Se tomó un segundo para admirar esos ojos, azules, fríos, tremendamente inquietantes...De repente reparó en algo, pensó que sería por alguna promoción o alguna sesión de fotos, pero ese cambio de imagen lo había visto antes, cuando se hizo pasar por su secretario, pero ... Algo no encajaba. No era el mismo de siempre, no era él.
Demasiado tarde, cuando confirmó sus sospechas, él ya la había despojado de la ropa interior, se había situado entre sus piernas y tras un vago intento por parte de ella de zafarse, la penetró, despacio, seguro de la superioridad que le brindaba la postura.
Estaba atrapada entre sus sentimientos y el deseo de su cuerpo, su mente decía no, pero su cuerpo pedía más… ¿Contradictorio, no?
Él buscaba sus besos entre las envestidas, pero ella se los negaba, girando la cabeza, esquivándole. Sonrió perversamente y se "conformó" con saborear el cuello, apretar sus pechos con fuerza.
Se mostraba demasiado sumisa para su gusto, quizá, esperaba algo más de resistencia, algún sollozo, grito o insulto, pero nada de eso se había producido, estaba tremendamente desconcertado, pero no se detuvo, muy al contrarío, aceleró, estaba llegando al final, y sinceramente ni siquiera pensó en posponer su desahogo lo suficiente para complacerla a ella.
En un último movimiento, empujó con fuerza y se quedó estático, descargando todo dentro, sin preguntar.
Tardó en recuperar el aliento, y tras eso, ni siquiera se dignó a mirarla. Salió de ella del mismo modo en que había entrado, despacio, tomó la chaqueta del traje del suelo de la cocina, y tras limpiar los restos que el "encuentro" había dejado en su pantalón con el delantal de Aine, se marchó sin ni siquiera dignarse a mirarla.
El sonido de la puerta al cerrarse la sacó de su trance y se observó a si misma en el reflejo del cristal de la puerta de la cocina.
Aún estaba sofocada, con la camisa abierta y el sujetador a la altura del cuello, la falda completamente arrugada en torno a la cintura y totalmente despeinada. Tomó sus braguitas del suelo y se aseguró de que todo estuviese perfectamente limpio antes de encaminarse al baño.
Ni si quiera se molestó en cerrar la puerta, estaba segura de que Sakuya se iría directamente a por la cena, era lo que hacía desde que ella lo "esquivaba".
Estaba de pié bajo el agua de la ducha, cuando sintió las manos del "verdadero" Sakuya en su cintura. Iba a volverse para disculparse por no estar en condiciones para cenar con él, pero él se lo impidió, besó su cuello y mientras lo aceptaba, le pareció escuchar entre el murmullo del agua una voz, la misma que la deleitaba con esas canciones que lograban excitarla y desearle.
Cada gota de agua le susurraba con la misma voz:-¿De verdad pensabas que no notaría que "él" te ha tocado? Frunció el ceño, confusa, y le preguntó si había dicho algo, pero Sakuya negó con un movimiento de cabeza y prosiguió su función "amatoria".
Le indicó que colocara las manos en las baldosas y le preguntó si podía hacerlo por detrás. Ella sonrió sin que él lo viera, le encantaba cuando adquiría esa actitud de "niño bueno".
A pesar de la urgencia que mostraba, y del dolor que le producía la intrusión, trató de relajarse y disfrutar del momento. Emitió un quejido de descontento cuando, tras darse cuenta que él se había corrido en su interior, ella no había logrado el tan ansiado "orgasmo".
Lo notó, y tras apoyar la espalda en las baldosas y colocarle un pié en el borde de la bañera, trazó un camino de besos desde el cuello, bajando entre sus pechos, paseó su lengua por el vientre y esquivando el ombligo, enterró su lengua en el sexo de Aine, haciendo que, primero diese un respingo, y después le tomase la cabeza con ambas manos.
Se permitió mirar hacia abajo y se encontró con esos ojos que tanto la fascinaban, pero no pudo recrearse mucho tiempo, ya que la lengua de su amado, trazando círculos alrededor de su clítoris, provocó que ella cerrase los ojos y se entregase completamente a la maravillosa sensación que le brindaba.
Lo que en un principio eran susurros, se habían transformado en gritos, que hacían que subiese la intensidad, era la confirmación que estaba haciendo bien su "trabajo". Él se detuvo a sonreír triunfante por su buena técnica, pero ella le suplicó que no se parase, no en ese momento, estaba apunto y no le permitiría dejarla así.
Él subió a besarla los labios, continuando su "quehacer" con los dedos, pero ella le increpó que así no, que mejor siguiera como antes. Atendiendo la petición de su princesa, regresó su boca al lugar anterior, pero ahora con mas voracidad, quería ver en su amada ese rostro tan encantador que solo mostraba en el momento del orgasmo, era como un ritual para él, el día que no lo veía era como si le faltase el sol.
Notó que se aproximaba el momento cuando ella se aferró con más fuerza a su cabeza, y tras un par de movimientos certeros, ella le agarró el pelo, su cuerpo se tensó y tras un momento para recuperar el aliento, las piernas empezaron a temblarle.
Se enjabonaron mutuamente y tras dar por concluido el baño, cenaron en pijama y se acostaron temprano.
A mitad de la noche, Aine se levantó a beber agua, tanto ejercicio le había dado sed. Tropezó con algo en el salón y tras encender la luz, no pudo más que sonreír al ver el motivo de su traspié.
Un carísimo traje enrollado de mala manera, con una mancha mal limpiada en el pantalón, y una peluca rubia, de caballero…
Pensó tras la sonrisa en la extraña idea que había tenido su marido para no caer en la monotonía de la convivencia y se reafirmó en que, a pesar que estaría tremendamente cansado, era el momento idóneo para decirle lo que estaba guardando desde hacía varios días.
Se acercó a la cama, sentándose en el borde y tras acariciarle el cabello mientras seguía dormido, susurro muy bajito su nombre.
Era como una especie de embrujo, por que no había terminado de decirlo, cuando notó en la oscuridad, que los preciosos ojos que la miraban lascivos en el baño hacía unas horas, ahora la miraban intrigantes, pedía una explicación y a la vez, estudiaban los gestos que ella hacía para no ser "castigada" por interrumpir el sueño.
- Espero que sea bueno, estaba teniendo un sueño húmedo contigo, en el que te hacía toda clase de perversiones-, dijo tras guiñarle un ojo y sacarle la lengua a modo de burla,
- Estoy embarazada, pero esta vez de verdad, confirmado por el médico-, tras decir esto sonrió y no tardó en recibir la respuesta.
Había estado temiendo la reacción de él y ahora, la abrazaba firmemente y le susurraba al oido:
-Gracias Aine. Muchas gracias…- y tras esto se besaron y comenzaron de nuevo a "jugar", sin importarles el cansancio, ni que prácticamente estaba amaneciendo….
¿FIN? ….. Eso ya se verá…
Bueno, pues como veis, he reeditado el primer episodio, a petición popular, j eje je
Volveré con la "acción" en el episodio tres, hasta entonces tendréis que esperar, ya que estoy sumida en mis otros fics, ( leer Jaulas de Naruto y dejarme review, pleaseeeee)
Besitos y mordiskitos
Shiga San…
