¿quien es el demonio?

Autora: Lyraacuario

Géneros: Fantasía/romance/tragedia

Capitulo I

Sakura era una chica hermosa en todos los sentidos, pero cuando se trataba de la palabra "amigos" sin duda ella era, la última en la lista de espera. Sus cabellos eran de un negro profundo que podría confundirse fácilmente con el petróleo, mientras sus ojos, aunque inexpresivos, eran del olor de un bosque en plena primavera. Sakura era feliz aun si no tenia amigos, pues pensaba que eran un mal del cual ella podría ahorrarse. Su vida era como cualquiera, ida a la universidad –por la carrera de Medicina - después a la librería para mas tarde encerrarse en su mundo compuesto por una laptop, un libro y el ingrediente principal, su musa.

¿Qué era la musa para Sakura? Libros en primera fase, después programas de televisión y por ultimo cualquier escena inspiradora que se cruzara en su camino. Ese día mientras las estrellas acompañaban el cielo, Sakura quiso tomar aire fresco. No hallaba inspiración y debía hacer un manuscrito, puesto que sus fans –Internet- se lo pedían a gritos. Sakura era escritora, una de buen calibre pero sus historias siempre quedaban en el anonimato del Internet, porque ella pensaba que su escritura era sola la pasión del momento, donde se transcribe aquello que todos piensan pero que nunca se atreven a decirlo.

Esa noche sakura bajo el cielo contemplo lo que en su corta vida había hecho… cayendo a la final de cuentas que seguía sola, sin amigos ni familia. Porque ella estaba en una capital y su familia en otro país. Suspiro con pesadez y comenzó a caminar autónomamente a través de aquel parque sin almas. Fue entonces cuando se percato de algo y no es que fuese la mejor cosa del mundo, simplemente que le vio y se dio cuenta que no estaba sola sino estorbando. Rió en voz baja y se sentó en una banca, mientras observaba a la joven pareja discutir.

Simplemente estaba muy lejos para saber de que se trataba pero bien que los podía observar como un paparazzi en pleno asecho. Entonces viendo lo que estaba por suceder tomo lápiz y su cuadernillo –donde llevaba la historia- y comenzó a escribir lo que veía. El joven que para ella era muy apuesto, tenía el cabello castaño mientras sus ojos eran de un verde claro. Su estatura era proporcional a su cuerpo, el cual estaba bien formado. Fue entonces cuando se perdió en la vista de aquella chica. Si bien que era hermosa, había algo que pensaba no estaba bien entre ellos. Ellos discutían cuando de repente el chico la jalo contra su pecho y aunque ella se quejaba acabo correspondiendo aquel abrazo. Sakura sonrió y supo que ya tenía una escena para su historia. Entonces cuando se levanto tropezó con que otra persona le observaba a ella. Se detuvo en silencio mientras se sentía fuera de lugar.

Aquella persona era sumamente atractiva, mas a un del que ella observaba minutos atrás. Sus cabellos eran azules junto a unos ojos color verde mentol. Su expresión era seria pero sentía que el mismo la atravesaba y viese su alma. Sakura supo que no ganaría nada con permanecer a su lado sin decir nada, por lo cual un poco temblorosa dio un paso al frente. Poco a poco las energías volvieron y la joven chica pudo caminar pasando de largo frente al hombre.

Por su parte, aquel hombre el cual se llamaba "Saga" quedo desconcertado desde el instante que su vista se topo con aquella frágil mujer. Saga había ido a buscar a Aioria quien había tenido una discusión con Marín –hacia un tiempo que ellos llevaban saliendo- por lo cual tuvo que ir a buscarlos, no porque le interesase si su relación se arreglase sino porque se encontraban en la mansión Kido y si Saori se enteraba que dos de sus guerreros se encontraban afuera, no quería imaginar las consecuencias. Claro que el acto no fue voluntario, allá en la mansión se encontraban cinco caballeros dorados y cinco de plata mas lo de bronce que siempre estaban, por lo cual sortearon quien iba a buscar a la pareja en problemas –Ya sabemos quien perdió- Ahora lo importante era que Saga se encontraba observando a una frágil chica de la cual apostaría solo tener dieciocho años, sus cabellos eran oscuros pero lo que llamaba su atención era esa mirada, y no se trataba del color verde, sino aquel detenimiento, esa concentración con que miraba a Aioria y Marín. Pudo vislumbrar un brillo de inspiración en su pupila, mientras al compás de la brisa nocturna, sus dedos se movían con ligereza mientras el bolígrafo trazaba lo que su mente captaba.

Saga quiso saber cuanto tiempo perdió mientras la observaba, solo se dio cuenta cuando la tuvo de frente. La cual dudosa pero valiente, dio un paso al frente y solo pudo aspirar el aroma de sus cabellos mientras ella seguía de largo.

Quiso seguirla. De verdad que quiso, pero fue como si un hechizo se apoderase de su cuerpo, porque el mismo no se movió de aquel puesto solo cuando tuvo en frente a aquella pareja a la cual había ido a buscar. Marín le miro confundida –la ley de las mascaras había sido abolida- como si esperase una explicación al porque los estaba espiando, pero Saga simplemente pensaba en ella, en aquella belleza divina que le hipnotizo por unos instantes. Si, deseaba volver a ver a esa mujer, pero lo cierto era que de diez solo uno tenia para encontrarla. Un suspiro quejoso se escapo de sus labios, dio vuelta y no menciono para nada el tema. Solo mantuvo la esperanza de que alguna vez los hilos rojos del destino se cruzasen juntos.

Sakura por su parte llego con el corazón a mil por hora a su habitación –nuevamente sola- pero el caso vendría siendo que aquel sentimiento que por lo general la albergaba (soledad) había desaparecido solo por la mirada intensa de un hombre totalmente desconocido para ella; rió por lo estupido que era la existencia del ser humano y es que, por unas palabras de amor ella podría haberse entregado a aquel hombre ajeno a sus recuerdos. No supo el tiempo que permaneció de pie recostada junto a la puerta, solo cuando el sonoro ruido del teléfono sacudió sus pensamientos, tomo el aparato comunicador y dio un débil ¿moshi moshi? –significa ¿si?- para recibir un comunicado de su padre.

Es sorprendente como Sakura fue feliz por una mirada, como sintió que el mundo paraba de girar solo porque aquel encuentro había cambiado su rutina. Pero cuando más alto vuelas más difícil es la caída. Sakura no extendió alas de ángel para tocar el cielo pero si basto una llamada telefónica para tocar la puerta del infierno. Su madre –Yuriko- estaba gravemente enferma y por lo cual debía de regresar a su país natal en busca de ella. Sintió tristeza, sintió soledad…. Y por ultimo se sintió estupida. Sakura supo que el vuelo para su ciudad natal tomaría unas horas y solo saldría hasta las cinco de la mañana. Suspiro con pesadez, sabia que si se acostaba el deber de levantarse no seria tan fuerte como el sueño profundo al que Morfeo la cautivaría. Por lo cual decidió –después de hacer las maletas- comenzar a escribir una historia que venia rondando su mente.

Las horas pasaron como el río que fluye y cuando las manecillas del reloj tocaron las cinco, Sakura ya se encontraba en el aeropuerto. Debía llegar allá a las nueve de la mañana para más tardar tomar el taxi que la llevaría. Camino, mostró el pasaporte y subió a lo que seria su cruel destino. Justo antes de partir Sakura hizo unas llamadas, hablo con su mejor amiga Mariya-san –cabellos castaños cortos y mirada violácea- para avisarle de su estadía afuera. Luego hablaría por teléfono hacia la universidad. Esperando solo clemencia puesto que era becada. Ya sin más preocupaciones que el recuerdo de un hombre, Sakura durmió placida hasta que las ruedas tocaron suela.

Saori era una mujer astuta –por algo era diosa- sabia que el juego de la vida consistía en ganar y perder. Suplico hasta donde mas pudo por la clemencia a sus santos y lo consiguió –como todo lo que se propone- pero el caso es que las cosas no serian como antes y no es porque no haya perdonado a sus santos, ella pensaba que era la primera, pero sabia que entre ellos mismos, la discordia y la desconfianza eran los sentimientos imperantes. Suspiro con pesadumbre al ver como se miraban todos con recelo cuando revivieron y aun, cuando ella les hizo el juramente de paz y conciliación, ella comenzaba a dudar de ello. De cualquier forma, la misión que Saori se había trazado a si misma era de formar una alianza entre países vecinos y clanes, todo para evitar posibles guerras santas.

Por ello reunió un grupo de caballeros a lo cuales disperso a la mañana siguiente. Milo y Camus los envió a Francia, Hyoga a Liberia, Shura y Docko a España, Saga y Shun a Alemania y por ultimo a Shaka a India. Una vez distribuidos su misión era recolectar a los chicos que probablemente serian dignos caballeros de Atena, además de propagar el mensaje de paz entre los líderes de las naciones.

A saga no era que le disgustase que Shun fuese su compañero, pero si hubiese tenido la elección probablemente el hubiese sido el ultimo en quien había pensado. Tímido y sincero no eran las características mas destacables del santo de géminis, todo lo contrario a veces podría ser grotesco inclusive vulgar, además de mandarse un humor de los mil demonios. Shun por su parte pensaba –inocentemente- que era la oportunidad perfecta para socializar con Saga –con el que nunca lo hacia- por lo cual la idea de compañeros no le desagradaba mucho.

Sakura llego adolorida tras el viaje, estaba cansada de estar sentada y Hamburgo era una ciudad bastante grande o por lo menos para ella –ya que habían mas grandes- fue entonces cuando se detuvo a tomar aire y miraba a su alrededor, mucha gente y eso no le gustaba, amaba la soledad. Solo se detuvo en una tienda, compro un agua pago unos euros y camino hasta la fuente. Allí se quedo quieta unos minutos sintiendo extrañamente que ese era el lugar en el cual ella debía estar, ni más ni menos, sin importar errores del pasado, Sakura se encontraba en el sitio correcto por primera vez.

Saga estaba aburrido de tanta palabrería por parte de Shun –parecía que este había olvidado la misión y pasar a un guía turístico- por lo cual en un momento de descuido se perdió de su panaroma lo más pronto que pudo. Un pensamiento de desconcierto lo invadió, si se alejaba de Shun –quien era el que sabia alemán- se perdería, pero necesitaba aire fresco para poder regresar con el. Por lo que comenzó a caminar observando los alrededores. Fue entonces cuando sintió como si debía ir a determinado sitio, alguna fuerza que pensaba superior a el, le empujo a guiarse simplemente por instintos. ¿Cuál grata fue su sorpresa al encontrarse con aquella visión que días atrás se había topado en un parque? No podía creer, ni siquiera pensar que la mujer que tenia enfrente era la misma que le hipnotizo. Por su parte Sakura quedo con los ojos abiertos a la par mientras pensaba que era imposible que los hilos rojos del destino se hubiesen entrelazado por casualidad.

Sakura dejo caer su cuadernillo, mientras sentía sus manos sudadas de tanto nerviosismo. Saga por su parte sabia que esta vez no iba a perder la oportunidad, por lo cual se acerco hasta quedar frente a ella. Sakura no le miraba, pensaba que el suelo pavimentado era el mejor invento que la humanidad se había inventado.

-¿no hemos visto antes, cierto?- pregunto Saga con su voz gruesa, entonces Sakura sintió su visión nublada. Y es como si supiese toda la vida del santo de géminis.

-Nos hemos visto- contesto con una voz que salio mas fría de lo que ella misma hubiese esperado. Pero era una situación extraña, Sakura sentía que no estaba en su cuerpo, sino era una espectadora, como si su alma y conciencia se hubiesen separado.

-¿es casualidad que nos hallamos vuelto a encontrar?- pregunto Saga mas para si que para ella, ignorando su carácter que al parecer estaba mal humorado.

-Quien sabe- Sakura recogió el cuadernillo –Pienso que no existe la coincidencia sino lo inevitable- y le miro fijamente, fue entonces cuando Saga distinguió que no podía ser la misma chica de la cual se había tropezado aquella noche en el parque. Sus ojos –en aquel momento- poseían un brillo que mostraba determinación pero fragilidad. Sus ojos –actuales- eran sin sentimientos, tan inexpresivos y fríos que sintió temor de descubrir lo que hubiese atrás.

-¿a pasado algo?- Saga pensó en esa pregunta pero involuntariamente la formulo, no sabia porque pero sentía un poder sobrenatural frente a esa chica. Lo que pensaba simplemente lo decía a pesar de su naturaleza arrogante, algo le impedía a Saga comportarse como naturalmente lo haría.

-estoy totalmente bien- dio una vuelta y sujeto su maleta -¿no hay nada mas que quieras decirme, caballero?- pregunto fríamente.

-Las tendría- pensó Saga formulando –Si fueses la misma chica con la que tropecé esa noche- Sakura sintió una sacudida, ya no era espectadora, era ella en su cuerpo.

-Yo también tropecé con un hombre una noche en el parque- respondió tan bajo que Saga la miro, pero ella ya no devolvía la mirada. Solo asintió levemente y comenzó a andar.

-¡Saga¡- El aludido volteo a ver quien le llamaba –aunque la respuesta era obvia- Shun remiraba quejoso, como reclamando el porque le había abandonado.

-debemos ir a la embajada ¿no?- pregunto el azulejo ignorando las quejas del chico –será mejor ir- Shun no comprendió la actitud de su acompañante, pero realmente le extraño esa actitud fría y desolada –mas de lo normal- con la que el silencio los envolvió durante el transcurso del viaje a la embajada.

"La señorita Green siempre leía libros la mayor parte del tiempo, por lo cual sus creencias diferían de los demás. Ella tenía la convicción de que el demonio muy pronto la visitaría, sabia que era peligroso y si tan siquiera podría librar aquella batalla santa, pero el demonio vestido de peregrino intentaría corrómpela. La señorita Green juro no dejarse caer, por lo cual aquella tarde cuando Dios pintaba el cuadro del atardecer, la señorita Green vio a aquel extranjero llegar de un largo viaje. Ella sabia quien era el y sabia que el sabia quien era ella. Pero la pregunta era ¿quine ganaría? La señorita Green apostaría por ella"

Sakura detuvo el deslizar de su mano mientras escribía. La señorita Green –su personaje principal- era como ella. Ambas habían esperado el llegado de esa persona, pero ahora que se encontraban frente a frente comenzaba a dudar de cual era su misión en la vida. Suspiro con pesadez –o debo decir ambos suspiraron con pesadez- porque Saga también estaba pensado en ella.

Ambos sabían que nuevamente se encontrarían y no era porque hubiesen intercambiado datos, pero ambos en el fondo habían descubierto que uno era la señorita Green y el otro el peregrino, por lo cual su lucha de personajes se debatía ¿Quién era demonio? Saga apostaría que el no lo era pero también dudaba que ella lo fuera… no sabia que depara el destino pero ambos juraron que no caerían en las redes del otro y si de hacerlo, el barco no se hundiría solo.

Continuara…