Epilogo primero: Chicles de menta y mucho algodón de azúcar.
Mina adoraba a muerte las cosas tiernas, mascotas, peluches, chicos… por dios! Su amor por lo adorable le había llevado hasta casarse con el chico más puro e dulce que haya conocido! Sin embargo, si había algo de la lista de cosas tiernas que la pelirosa había tachado rotundamente hace exactamente tres años… eran los bebes y/o niños pequeños.
-"Por favor! No sabe tan mal, esto es lo único que tenemos hasta que llegue tu padre!"-hablo desesperada y cansada.
El pequeño bebe sentado en su silla especial evitaba hábilmente los intentos de su madre por darle de comer. Exactamente, madre.
Aun recordaba esos días en los que deseaba y soñaba con tener una pequeña criatura en sus brazos, las infinidades de actividades que podía realizar junto a su adorable creación le hacia sonreír como una tonta. Que pensamientos más inocentes tenía en ese entonces…
-"Ok… si te comes toda tu papilla…"-Mina se acercó hacia la cocina-"…te dejare comerte uno de estos!"-encendió una hornilla.
El infante sonrió por unos segundos, pero su gesto se borró al recordar lo que su padre siempre le decía al verlo intentar comerse cualquier tipo de llama.
-"…y no le diré a tu padre"-sonrió victoriosa antes de verlo empezar a devorar toda su papilla con todo el gusto del mundo.
Suspirando aliviada, la heroína se dejó caer al piso por unos segundos. Para solo tener un año de vida, Makino estaba mostrando ser sumamente astuto e inteligente a diferencia de…
-"Mama! Mama mira!"-los gritos de su otro hombrecito le hizo abrir los ojos de golpe.
Como se arrepentía de haber tenido esa charla con su pareja… en que rayos estaba pensando cuando se lo dijo? Si pudiera viajar en el tiempo y darle unas buenas bofetadas a su yo del pasado, Mina sentiría que su hoy en día no sería tan atareado e caótico tan frecuentemente.
Flashback.
-"Quiero tener bebes"-sus palabras rompieron el confortante silencio en el cuarto. Su ahora esposo sintió como si su alma estuviera a punto de abandonarle.
-"Uhm… Mina…"-bajo el libro que había estado leyendo para hacer contacto visual-"…no c-crees que es un poco temprano? Ni siquiera llevamos un a-"
-"Tres para ser exactos, dos niñas y un niño!"-le ignoro por completo.
-"T-tres!?"-exclamo exaltado.
-"Me gustaría tener gemelos... cada uno con diferente color de pelo hehehe"-comenzó a soñar la muchacha-"Pero en ese caso solo contarían como uno no? Bueno… cuatro es numero par hahaha"-rio divertida
Su acompañante simplemente le escucho en lo que restaba de la noche, a pesar de que era una idea algo prematura y no muy conveniente… lo emocionada y contenta que estuvo en todo ese tiempo le enterneció. Como negarle algo que deseaba con tanto añoro?
Fin flashback.
Sentía como si este niño fuera a causarle problemas por toda su vida, porque tuvo que salirme igual a mí… lloro en lo que intentaba agarrar al juguetón peliverde por toda la casa. Lo energético y travieso que era obvio lo tuvo que sacar de su parte, quizá los ojos dorados también… pero como habría preferido que se comportara igual a su padre!
-"Toshi por el amor de dios! Estas ensuciando todo el piso!"-señalo todo el rastro de líquido verdoso en el corredor.
-"Papa dijo que podía!"-el charco con ojos en que se había retorno a su forma humana.
-"Te permitió usar tu quirk es verdad"-frunció el ceño algo irritada por el permiso que obtuvo-"Pero no dijo nada acerca de causar todo este desorden!"-comenzó a buscar una escoba.
Basto que desviara su vista por unos cuantos segundos para que el niño desapareciera por completo. La pelirosa suspiro cansada antes de ponerse a limpiar toda la baba verdosa, una pegajosa sustancia le cayó en su cabeza de la nada.
-"Te tengo!"-dijo la baba parlante.
-"*sigh* No puedo regañarte… seria como regañar a tu padre"-el parecido era demasiado. La mayor simplemente tomo lo que suponía era su forma original y la dejo en el suelo.
-"Comida!"-se adentró a la cocina dejando aún más baba.
Mina fijo su vista en su otro niño, él bebe hacia todo lo posible por terminarse su papilla con un gesto de asco en su rostro. Una sonrisa fue inevitable contener al ver a Makino esforzarse por terminar, debía aprovechar que aún era pequeño para poder apapacharlo lo más que pueda.
El pequeño era literalmente, la fusión perfecta entre ella y su marido. Lo poco que tenia de cabello café, las pecas y el tipo de ojos afilados pero con iris verde… incluso su personalidad parecía haber sido creada gracias a la inteligencia de su padre y sencillez de su parte.
Dando nacimiento a su vivacidad por cualquier cosa que le beneficie.
-"No hay trato sino terminas"-le dijo antes de encaminarse a limpiar lo demás. Desafortunadamente, la pelirosa olvido lo resbaloso de la sustancia verde.
Las risas de sus dos hijos inundaron el hogar, ver a su madre desecha en el piso cubierta de sustancia verde era sumamente divertido para ellos. La propia Mina casi y se une a sus risas de no ser por el repentino llanto de un bebe en el segundo piso.
-"Oh no no no…"-se levantó lo más rápido que pudo, la desesperada madre se fue tropezando repetidas veces hasta llegar a las escaleras.
Toshinori bajo de su silla a Makino y entre ambos fueron subiendo lentamente las escaleras, en lo que se encaminaban al cuarto de sus padres, los dos pudieron escuchar como su madre hacia todo lo posible por calmar las lágrimas del bebe en sus brazos.
-"E-está bien... Mama está aquí…"-se podía ver la preocupación en el rostro de la mayor, sus nuevos instintos se habían activado de golpe.
Su pequeña niña era el centro de su universo ahora mismo.
-"Mama…? Aiko está bien...?"-pregunto igual de preocupado Toshinori, acercándose con su hermano en brazos a la mayor.
-"Uh…? S-si… solo dame unos minutos…"-su concentración regreso a su querida hija.
Los dos mayores observaron fascinados como su madre trataba con todo el cuidado del mundo a su hermanita, desde hablarle suavemente hasta realizar movimientos especialmente dedicados para este tipo de ocasiones. Por su lado la pelirosa no podía evitar sentirse culpable de haberle arruinado el sueño a la princesa de su familia.
No era como si tuviera en preferido entre sus hijos… pero desde el primer día que la vio junto a su esposo ambos supieron que la pequeña seria especial. Casi inexistentes cuernos amarillos, pecas y el característico color de su piel provocaron que los jóvenes padres se enamoraran de ella al instante.
Aunque había pasado por un inmenso dolor para traerla a este mundo, Mina aun recordaba con suma claridad la reacción de su pareja al momento que la tomo en brazos por primera vez.
Flashback.
Por un momento sintió como si la vida le estuviera jugando una broma, una muy pesada y nada graciosa broma. Sabía que las posibilidades eran muy altas, después de todo… escuchar por si misma de un profesional, que sus genes eran los dominantes no le tranquilizo en lo más mínimo.
Obvio a su pareja no le molesto en lo absoluto, a este punto de sus vidas ya estaba más que comprobado que su apariencia no era impedimento alguno para estar juntos. Pero no le preocupaba como la viera su familia, sabía que ellos la amarían de todas formas, el problema radicaba en como la trataría el resto del mundo.
No importaba lo normal que era actualmente el que los quirks cambien tu anatomía, siempre sería extraño para la mayoría el ver algo diferente.
Tenía miedo de que la vida sea dura con ella, su niña…
Sin embargo…
Todo miedo se desvaneció una vez el más grande de los héroes, a quien ella se refería como el amor de su vida, tomo a la recién nacida en brazos.
-"Es h-hermosa…"-la manera en que lo dijo combinado al gesto que esbozo fue demasiado para ella.
Los propios doctores se sintieron enternecidos por la actitud del padre, su sonrisa boba y los ojos brillosos no eran nada que hayan visto antes en el gran hombre. Ya no era sorpresa para Mina que vuelva a enamorarse.
Lágrimas de felicidad comenzaron a caer al sentirse la mujer más afortunada del mundo, la pelirosa se juró con su vida el proteger a su hija…
Fin flashback.
Luego de un par de horas haciendo las compras, Izuku por fin regresaba con todo lo necesario para mantener a su familia en lo que era la siguiente semana. No iba a mentir, el peliverde hizo uso de su quirk al momento de cargar todas las bolsas hacia su hogar, no quería perder tiempo en segundos viajes… necesitaba verlos.
-"Estoy en casa!"-dijo después de cerrar la puerta. No hubo respuesta alguna.
La sustancia viscosa de color verde por el piso le hizo deducir que sus dos niños le estuvieron haciendo la vida imposible a su pareja en lo que este no se encontraba en casa. Izuku se dirigió a su habitación al ver que nadie se encontraba en el primer piso.
La puerta de su cuarto estaba abierta, podía escuchar la respiración de cada una de su familia… un alivio le inundo.
Ver como Mina, sus dos muchachos y su pequeña consentida dormían apegados en su enorme cama le saco una sonrisa. No quería despertarlos… la imagen era muy tierna.
Sería algo difícil quitar la baba verde de sus sabanas después, pero todo lo valía. Sin más que decidir, Izuku se dirigió a su cocina y empezó a prepararle un merecido desayuno a su familia.
Cuando despertaran les agradecería por cuidar con tanto esmero de su pequeña heroína.
Aiko: Hija querida.
La menor de los Midoriya. Idéntica a Mina, lo único que heredo de Izuku es su personalidad (Sensible).
Makino: Cabello rizado(o algo así haha)
Segundo en nacer, cabello café (verde y rosa creo daban ese color… por lo menos eso recuerdo) ojos verdes. Personalidad vivaz y picaresca, el más inteligente de los tres pequeños Midoriya.
Toshinori.
Idéntico a Izuku, los ojos dorados son de parte de Mina(Solo iris no esclerótica negra). Personalidad de su madre al cien por ciento, él es el mayor.
Eri.
Adoptada mas no presente, actualmente en el extranjero por un viaje de estudios.
Feliz navidad! Este fic fue creado para darle un final defintivo a todas esas historias relatadas en "Odisea al amor" aquí escribiré el desenlace canónico de mi cabeza haha. Estoy demente…
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Gracias por leer!
-evolvelove.
