Prólogo
La luna se alzaba en lo alto del horizonte, brillando intensamente. Algunos de sus rayos se filtraban por una ventana, sucia y rota, colándose en una habitación bañada solamente por oscuridad. En ella, se distinguían dos figuras, una chica de aproximadamente unos 15 años y un chico de unos 19.
El cabello de ella, de un extraño color rosa pastel, se diseminaba por el suelo de manera desordenada. Algunas lágrimas escapaban furtivas de sus ojos esmeraldas que, cerrados con fuerza, intentaban demostrar que aquello no era más que una maldita pesadilla y que pronto despertaría, bañada en sudor, en la cama de su pequeño piso de alquiler, asustada en mitad de la noche. Pero mientras no despertara, seguiría así, sintiendo el peso de él sobre su cuerpo.
El mozo empujaba violentamente el cuerpo de la chica hacia el suelo, mientras que la joven, desnuda, luchaba febrilmente contra su agresor. Apenas le quedaban fuerzas. Demasiado tarde. No podía hacer nada.
Sus pálidas muñecas estaban aprisionadas por la mano derecha; con la otra, tocaba cada parte, cada rincón recibiendo el mayor de los placeres: el poder. El lograr controlar aquella situación y la impotencia de la chica le excitaba aún más. Solamente le faltaba quitarse los pantalones y los calzoncillos para empezar la "fiesta".
-Me voy a divertir mucho, mucho…- decía mientras sus ojos brillaban excitados. –
Además hace mucho tiempo que no lo hago... jejeje - reía mostrando sus dientes blancos. Ya, ambos desnudos, el joven atraía las delgadas piernas de la joven hacia el para poder penetrarla. Su miembro se introducía lentamente en la vagina, mientras, instintivamente, ella se cerraba para que nada fuera más allá. Pero la fuerza del joven era mayor y finalmente lo introdujo hasta el final lo que provocó que dos sonidos rasgaran el aire: un grito de dolor y un gemido de placer. En el momento siguiente, éste mantenía un ritmo constante pero a intervalos cada vez más fuertes. Su aspecto era el de un brillante triunfador,
-Por fin, tras un largo periodo sin follar, ahora puedo disfrutar de lo que más me gusta...-La miraba para ver cual sería su reacción: un surco de lágrimas bañaban su cara, sus ojos permanecían cerrados como si al hacerlo todo lo que ocurría fuera solo una mala pesadilla que acabaría pronto. Mantenía sus labios apretados en una delgada línea, no quería darle el placer de oírla gritar. Hacía lo posible para que su pestilente aliento no le golpeará el rostro. Los sueños, las pesadillas no tienen olor.
En el fondo de sí sabía que no era una pesadilla, que era real, pero se forzaba a matar esa realidad para no volverse loca.
Lentamente abrió sus verdes ojos, dos esmeraldas ocultas. Y al fin lo vio: su agresor, excitado, llegando al clímax, lo que le dio la idea de que pronto terminaría para él. Pero ella sentiría, en su carne, cada roce y cada caricia la marcaría de por vida.
El verdugo, saco su miembro duro para evitar que quedase embaraza, y riéndose malévolamente se acercó al rostro de ella, y sujetándole el rostro con una mano, le bañó el rostro en semen. Peinó con los dedos los mechones rosados que se esparcían desordenados por el suelo. Besó cada zona de piel limpia y cuando intentó acercarse a sus labios y dejar una caricia fugaz, fue rechazado inmediatamente. Rió. Solo rió. Con la mano derecha acarició la forma de su rostro hasta llegar a la barbilla. Le levanto el rostro para observar sus ojos cuyo color simbolizaba la esperanza. "Jaja... Su esperanza se marchó hace mucho tiempo... mucho tiempo"
-Ese fue mi beso de despedida... – rió de nuevo mostrando una malévola sonrisa. Adiós, fue un placer.
El chico se incorporó lentamente, liberando sus delicadas manos y también sus piernas, pero la joven no se movía; parecía que no quería moverse. Se vistió y se dirigió a las puertas de hierro protegidas por dos ninjas. ¿Para qué era necesario vigilar esa habitación? Ella no se movería de allí. Era la yuri barata. Una kunoichi secuestrada y regalada a las tropas para su diversión.
La puerta se cerró. En ese momento, lloró. Lloró más que las dos veces anteriores.
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El viento mecía las ramas de un árbol rosado. Pero a pesar de ellos, los pétalos no eran llevados por el soplo de aire, sino que caían encontrándose con el suelo, formando un río de lágrimas.
El cerezo lloraba.
Oassssssssss
Nel-chan: Bueno este fic lo hacemos entre una amiga y yo
Leo Black Le-fay: No le hagais caso. No es entre una amiga y ella. Es entre ella y YO xxxD.
Nel-chan: Bueno. ¬¬. La historia se nos ocurrió un día aburridas (como no) y dejadnos rr que tenemos el mono. Además me hace ilu. Pronto publicaré el siguiente one-shoot de SOMEDAY.
Leo Black... - ejempublicidad subliminalejem... no miro a nadie... xxD La coña, k nel es mu escueta, es k se nos ocurio enterita en 4 o 5 horas, pero claro se nos olvido y luego se nos ocurrio otra vez modificada... No os preocupeis de las incoherencias, son normales. Y como en este fic se maltratan a los personajes, pues, para variar un pokito na más, tenía que estar yo en el saco de las escritoras. jejeje. Joder, si aun voy a tener un problema con el sadismo... xxxD
Nel-chan: Además el prólogo se me ocurrió a mí. Jjojoojojojojoooojojojo. Buneo ya acabamos rr plizzzzzzzzzzzzzzzzzzz. Bikiñosss
Leo Black... - Chip, chip. Pero una tortura es una tortura, y eso mola! muajajajaja, lo k iba a decir. Este fic no se actualizara varias veces al mes, que ahora nel y yo no tenemos la clase de lengua y gallego para discutir juntas la continuación, que ahora estamos en institutos diferentes y enfrentandonos al selectivo y nuestros padres juntos! Y eso es una mala combinación... Bikiñosssssssssssssssss
Nel y Leo: Adeusssss rr¡ plizzzzzzzzzzzzzz¡
