Ok, hola a todos, este es mi primer fic, así que espero que les guste..., como soy nueva en todo esto de escribir fanfics, espero contar con su apoyo y criticas constructivas (pese a que me digan que estas no existen n.n jeje), ya que me gusta mucho leer y escribir y por primera vez me estoy animando a dejar que alguien más lea lo que escribo jeje, en fin gracias de antemano^^.

¡AH! y antes de que se me olvide, Digimon no me pertenece, ya que si lo hiciera... ¬¬ jeje, se los dejo a su imaginación

*Nota al final del cap.


PEQUEÑOS GRANDES SECRETOS

-¡NO PUEDO CREER QUE ME HAGAS ESTO DE NUEVO!- grito furioso un joven de unos 15 o 16 años de edad, de tez pálida, cabello negro azulado (amarrado en una pequeña cola de caballo alta, que dejaba caer unos mechones rebeldes sobre su rostro), impresionantes ojos azul zafiro, y que vestía con un pantalón negro de mezclilla, tenis blancos y camisa blanca.

-Y YO NO PUEDO CREER EL ESCANDALO QUE ESTAS HACIENDO- respondió igual de molesto un señor de mas o menos 40 años, cabello castaño y ojos oscuros (ocultos detrás de una gafas), que vestía un elegante traje oscuro de ejecutivo, con corbata azul marina y camisa blanca – NO ENTIENDO CUÁL ES TU PROBLEMA, SABIAS QUE ESTE DÍA LLEGARIA TARDE O TEMPRANO, ASI QUE ¿POR QUÉ ME DISCUTES ESTO?-

-¿ACASO ESTAS BROMEANDO?- grito el joven al parecer aún más furioso (lo cual hasta ese momento parecía imposible)- QUE CUÁL ES MI PROBLEMA, TE DIRE CUAL ES MI PROBLEMA, ESTOY HARTO, ESTOY HARTO DE TI Y TU ESTUPIDO TRABAJO QUE NOS TIENE MUDANDO POR TODO EL MALDITO JAPON- grito el colérico joven ojiazul

-CUIDA TU LEGUAJE- le ordeno el señor al chico, en cuanto vio que una mujer de cabello corto castaño, quien llevaba puesto un vestido rojo y un suéter blanco encima y un pequeño de más o menos 4 años de edad con cabello castaño oscuro y ojos color miel, que vestía con una camisa manga larga blanca y un overol de azul oscuro con una chamarra pequeña roja con guantes, gorro y bufanda del mismo color, bajaban por las escaleras a donde ellos discutían – y compórtate, honestamente no entiendo porque estas tan molesto, después de todo hemos estado viviendo aquí durante 4 años- continuo discutiendo el señor en voz baja pero con un tono severo.

-Y esa es tu excusa- comento incrédulo el joven, con su voz llena de rencor – solo porque llevamos 4 años viviendo aquí, crees que debería de estar emocionado ante la idea de mudarnos de nuevo-

-Nunca antes te había importado- reclamo el señor

-¡Siempre me ha importado!- reclamo el joven alzando un poco la voz, causando que el pequeño de 4 años se ocultara tras su madre

-¡Entonces por que no te habías quejado antes!- exigió saber el señor, también alzando la voz

-PORQUE ESTA VEZ NO QUIERO IRME- grito el joven de nuevo, haciendo que el pequeño que se ocultara tras su madre, dando un pequeño saltito del susto

-Mami…- murmuro el niño quedamente con ojos llorosos, de lo cual tanto el joven ojiazul y el señor con quien discutía se percataron inmediatamente, volteando a ver como la mamá del pequeño lo consolaba, olvidándose momentáneamente de su discusión.

-Vez lo que has provocado- le reclamo el señor al chico después de unos minutos, el cual sintiéndose culpable e incomodo por haber hecho llorar al niño, se dio media vuelta con dirección a la puerta

-¿a donde vas?- pregunto el señor

-Afuera- respondió el joven sin inmutarse, tomando su charra negra del perchero cercano a la puerta

-KOUJI, NO TE…- fue lo ultimo que escucho el joven tras salir de la casa, cerrando la puerta fuerte y firmemente, sorprendentemente sin azotarla

X

X

X

X

X

"Uno creería que después de todo lo ocurrido en el digimundo y haber vencido a lucemon, las cosas serian más fáciles al volver al mundo real" pensaba con pesadez Kouji, mientras caminaba por las calles cubiertas de nieve, sin mirar a donde iba.

-A Satomi no le va hacer gracia que saliera de esa forma- murmuro – en especial porque no me traje siquiera unos guantes…- continuó, frotando sus manos para así tratar de hacerles recobrara algo de calor, y después meterlas en los bolsillos de su chamarra – y porque le prometí que no lo volvería a hacer-

"pero estaba tan enojado que…" pensó Minamoto sin dejar de caminar.

El joven ex guerrero legendario de la luz, no tenia ni la más remota idea de a donde iba, solo sabía que tenía que alejarse de su casa y de su padre, o de lo contrario las cosas se habrían puesto horribles.

"tenia mucho tiempo que no discutía con papá de esa forma" pensó nuevamente para después dejar salir un suspiro lleno de frustración y un deje de tristeza, mientras miraba la nieve caer del las nubes…, tratando de tranquilizarse.

En realidad estaba enojado con su padre por lo ocurrido, pero si era honesto consigo mismo, la verdad es que se encontraba aún más enfadado consigo; pues muy a su pesar, aunque no quisiera reconocerlo, de entre todas las cosas sin sentido que había dicho su padre, había unas cuantas que si lo tenían y eran muy ciertas. Debió haber esperado todo esto, después de todo no se trataba de algo nuevo.

-por eso no quería tener amigos- murmuro tristemente, al empezar a cruzar un puente y detenerse justo en medio para ver los autos pasar por debajo, la nieve caer y el sol ocultarse. – por que sin importar a donde vaya, si me gusta el lugar, cuantos amigos haga o cuanto tiempo pase…, al final… siempre llega la hora de la despedida- siguió reflexionando el joven ojiazul, al recargar sus brazos (cruzados) sobre el barandal y su cabeza sobre estos.

Sin embargo, aún teniendo todo esto en mente, Kouji no podía evitar sentirse molesto ante el anuncio de su padre; pues tras 4 años de vivir en Shibuya, los Minamoto se mudarían de nuevo…

-dentro de 2 meses…-

Kouji debía admitir que su padre tenía razón al decir que nunca antes se había quejado de las mudanzas, salvo por una ocasión cuando tenia 9 años y se había hecho amigo de…, bueno ese no era el punto, el punto era que si bien a Kouji nunca le había emocionado mucho la idea de mudarse, también era cierto que tampoco le había interesado mucho si se iban o no, pero esta vez era diferente, en esta ocasión el joven ex guerrero de la luz, tenía mucho que perder…

-estoy cansado…- murmuro a la nada, sin levantar su cabeza de la cuna entre sus brazos, no le había mentido a su padre. Estaba cansando, cansado de las mudanzas, de terminar de empacar solo para tener que empacar de nuevo, de acostumbrarse a una casa para después tener que acostumbrarse a otra, de ser siempre el chico nuevo en la escuela, pero sobre todo de las despedidas – y no quiero irme- susurro, para después enderezarse y seguir caminando sin rumbo fijo.

Pero sobre todas las cosas, Kouji no quería mudarse, porque al hacerlo dejaría atrás a sus amigos y su familia…, y por familia el joven se refería a Tomoko y Kouichi, su mamá y su hermano.

El joven ex guerrero de la luz no quería alejarse de su madre y su hermano, mucho menos con tan poco tiempo de haberlos conocido (pues 4 años no son gran cosa después de pasar 11 sin saber de ellos), y eso sin duda pasaría al mudarse; pero eso no era algo que pudiera decirle a su padre, mucho menos frente a Satomi (su madrastra) y Satou.

-dudo mucho que Kouichi y los demás vayan a tomarlo bien- pensó en voz alta Minamoto – a Takuya sobre todo no le va a hacer gracia, es más, capaz y se le ocurre reclamarle a mi padre- el joven sonrió un poco ante esa imagen mental, aunque la sonrisa no llego a sus ojos, deteniéndose de golpe al ver a donde lo habían llevado sus pasos – la estación de trenes…- murmuro con cierta melancolía, para después caminar y sentarse en una banca y ver los trenes pasar.

Había poca gente en la estación, talvez por el clima, tal vez porque ya estaba oscureciendo, o tal vez porque la mayoría de la gente estaba preparándose para la cena de navidad, tal y como su familia lo estaría haciendo de no ser porque había discutido con su padre…

-si tan solo no tuviera que mudarme…- suspiro con pesadez, comenzando a resignarse ante lo inevitable

"Quizás…" pensó Kouji "quizás estoy sacando las cosas de proporción, el hecho de que tenga que irme, no quiere decir que necesariamente pierda contacto con mis amigos, o que no pueda verlos de vez en cuando durante las vacaciones…" trato de convencerse a si mismo "pero no será lo mismo, y además, ya lo has intentado antes sin éxito alguno ¿recuerdas?". Lastimablemnete Kouji no era una persona ingenua, por lo tanto, sabía que aquello no daría resultado, "a veces apesta tener una mentalidad demasiado racional y analítica".

-tal vez podría hablar con papá y pedirle que no nos mudemos hasta que termine el año escolar- pensó en voz alta – pero… es probable que sus jefes le hayan impuesto la fecha en que debe reportarse a trabajar a su nueva oficina…, ¿y si le pido que deje que al menos yo me quede hasta entonces?- Kouji considero la idea unos minutos más, antes de desecharla – no, no dejaría que me quedara solo o en casa de un amigo todo ese tiempo, y la casa de mamá y Kouichi no es una opción, no al menos que le diga a papá que se de ellos y los he estado viendo durante los últimos 4 años…, y no hay forma de que pueda hacerlo- suspiro resignadamente.

Era curioso, y hasta gracioso en una forma un tanto retorcida.

Una de las primeras cosas que Kouji había planeado hacer en cuanto volvieran del digimundo, aparte de conocer a su madre y regalarle las flores a Satomi y decirle mamá por primera vez, había sido tener una fuerte discusión con su padre y reclamar el porque le había mentido todos estos años al decir que su madre estaba muerta.

-pero… al final de cuentas no pude hacerlo- susurro el joven ojiazul, mientras veía los trenes pasar

Aún recordaba ese día con claridad, la angustia y dolor que había sentido al creer que su hermano estaba muerto, que no lo volvería a ver, que después de haberlo recuperado tras tanto tiempo, lo había perdido de nuevo.

y después, leowemon me dijo que seguía con vida- sonrió un poco Kouji al recordar aquel día

/ FLASH BACK/

Corría con desesperación por los pasillos sin ver nada en realidad, escuchaba pasos frenéticos de otras personas corriendo al igual que el, pero ni siquiera podía ver a quienes corrían a su lado, aunque estaba casi seguro de que eran Takuya y los demás.

Todo era confuso en si, como si a su alrededor solo hubiera una masa indistinguible de sonidos y colores, pues su cerebro parecía ser incapaz de procesar algo que no fuera Kouichi, Kouichi, tenía que llegar con su hermano, tenía que verlo.

No sabía muy bien que era lo que había pasado, lo último que recordaba era la voz de leowemon diciéndole que su hermano seguía vivo, y la puerta del elevador abriéndose, lanzándolos de vuelta al mundo real, en la estación de Shibuya. Fuera de eso lo demás carecía de sentido, no recordaba haber salido de la estación, ni como habían llegado al hospital, ni siquiera quiso reparar en cómo sabía que su gemelo estaba en ese hospital, solo lo sabía, así como sabía que su hermano se hallaba detrás ese par de puertas.

no puede pasar- le pareció escuchar a alguien decirle, a la vez que unos brazos trataban de detenerlo, pero no les presto atención, y simplemente se solto de ese agarre con un rápido movimiento, sin perder tiempo.

Kouichi lo necesitaba, Kouichi.

¡KOUICHI!- grito irrumpiendo en la sala de terapia intensiva, solo para hallar a su hermano tendido en una camilla, con todos esos cables y doctores rodeándolo, además de la mascarilla que trataba de ayudarle a respirar. Y poco después, su mundo se derrumbo, todo se congelo, porque el corazón de Kouichi no latía, el desfrivilador no tenia efecto, y los doctores…

Hora de muerte…-

¡NO!- grito, sin escuchar a los doctores, corriendo a lado de su hermano, para sostener su mano –¡Kouichi! ¿me recuerdas? ¡soy yo, kouji!. ¡he vuelto! estoy aquí para verte- dijo freneticamente a su hermano, suplicando que despertara -¡Kouichi!- al no ser escuchados sus ruegos, unas lagrimas cayeron de sus ojos, una de las cuales cayo sobre la frente fría y pálida de su gemelo.

Y entonces lo sintió…, esa calidez que solía acompañarlo junto con el espíritu de lobomon, aquella luz que hacia que todo resplandeciera, aquel poder que alejaba las tinieblas, el dolor y el temor. Vagamente escucho los digivice sonar ( los cual después le dijeron, volvieron a ser simples celulares, tras hacer un milagro), pero nada de eso importo, porque casi inmediatamente después, la flácida mano que sostenía cobro fuerza y sujeto la suya firmemente.

-Ko...Kou...ji- escucho una voz muy conocía susurrar débilmente, solo para mirar la camilla y encontrarse con unos profundos ojos azules, iguales a los suyos mirarlo con parpados entreabiertos con cansancio -yo tambien queria verte...kouji..yo tambien-

-KOUICHI- grito lleno de alegría, sin poder creerlo, para después abalanzarse sobre su hermano y abrazarlo fuertemente, y a la vez con cuidado, sin querer dejarlo ir, siendo ligeramente consciente de las felices exclamaciones de sus amigos en la entrada de la sala, quienes, al poco rato, también se abalanzaron sobre ellos

/FIN DEL FLASH BACK/

-y entonces los médicos nos echaron- recordó Kouji con una pequeña sonrisa, al recordar la indignación de Takuya, y los reclamos de Zoe y JP porque los dejaran quedarse.

Al final de cuentas, habían tenido que esperar en la sala de espera válgase la redundancia, a que les dieran noticias de Kouichi.

El joven ex-guerrero de la luz, recordaba particularmente como todos se habían negado a dejarlo solo esperando, cuando les recordó que lo mejor sería que volvieran con sus familias, antes de que los preocuparan más; cada uno de ellos solo respondió: "Ni creas que te dejaremos solo", para después llamar a sus respectivos padres y contarles que un muy buen amigo suyo había sufrido un accidente y estaban en el hospital esperando noticias.

-y ese día también fue… la primera vez que vi a mamá…- murmuro el peliazul echando su cabeza hacia atrás para así recargarla sobre el respaldo de la banca en la que estaba sentado, y dejar de esta forma unos copos de nieve caer sobre su rostro mientras la veía caer…

/FLASH BACK/

Estaba saliendo de la habitación de Kouichi, a la cual había entrado después de que los doctores hubieran declarado que su gemelo se encontraba bien y podía recibir visitas; cuando la vio.

Era idéntica a la mujer de la foto que tenía, cabello largo negroazulado como el suyo y de su hermano, y los mismos ojos que los suyos…, tez pálida, medianamente alta, llevaba puesto un pantalón azul marino y una blusa blanca, además de sostener en su mano derecha un monedero negro.

Se veía tensa, su cuerpo estaba rígido con preocupación, y su rostro reflejaba angustia. Lo cual era de esperarse, después de todo, su hijo estaba internado en el hospital.

Kouji sabía que debía esconderse antes de que lo viera, pero en ese momento su cuerpo no obedecía a su cerebro, pues frente a el, por primera vez en muchos años, se hallaba su madre, a quien tanto había extrañado y creyó jamás podría ver a no ser que fuera en sueños…

Kouji salio de su ensoñación, en cuanto escucho los pasos de su madre dirigirse en su dirección, por lo tanto corrió por los pasillos y se escondió tras una esquina, observando a su mamá entrar a la habitación de Kouichi.

La verdad es que ocultarse de su madre no le hacia mucha gracia, pero era necesario, pues por mucho que quisiera, no podía permitir que lo viera, después de todo se lo había prometido a Kouichi.

-porque accedí a semejante cosa…- susurro molesto, a pesar de que sabia a la perfección cual era la razón – hermanos mayores manipuladores- murmuro

Así era, había sido engañado, embaucado y manipulado, simplemente no había otra forma de ponerlo, ¡y nada más y menos que por su propio hermano!

-y luego se la pasaba preguntándose porque le había tocado el digispirit de la oscuridad- farfullo molesto

Kouichi en verdad podía ser todo un manipulador cuando se lo proponía, o de lo contrario no habría usado esa carita de perrito apaleado a punto de morir, para convencerlo de no dejarse ver por su madre aún. Alegando con ojos brillosos apunto de derramar lágrimas que siempre (bueno desde que se entero de que tenía un gemelo), había tenido la ilusión de que cuando los reuniera; esto ocurriría en un hermoso parque, con el sol brillando (sin importar que estuvieran en medio de la temporada de lluvias) y las risas de niños como música de fondo. Mamá lloraría de felicidad al igual que ellos dos y se darían los tres un fuerte y emotivo abrazo (palabras de Kouichi, no las suyas).

Ciertamente Kouji no entendía porque Kouichi había puesto esa cara, no era como si esa triste mirada sobre actuada, y labios torcidos al borde de un muy fingido llanto fueran a convencerlo, nop, definitivamente no. A Kouji Minamoto nada lo doblegaba, solo había accedido por el bien de su madre (después de todo no le haría nada bien recibir otro infarto al ver a su segundo hijo, mientras el primero estaba en el hospital gracias a un accidente causado indirectamente por el susodicho segundo hijo), y no por el inmaduro intento de manipulación de su hermano mayor, de cara triste, ojos llorosos, labios torcidos, mirada suplicante….. ¡A quien engañaba, Kouichi era un maldito manipulador que sabía a la perfección que Kouji no le negaría absolutamente nada! (pues por alguna extraña y misteriosa razón, desde su encuentro en el digimundo, Kouji había sido incapaz de negarle algo a su gemelo), y lo estaba aprovechando.

Kouji observo una vez más desde lejos a su madre, hasta que esta entro a la habitación de Kouichi, y se dio media vuelta, en dirección a la sala de espera, para así hablar con sus amigos, y decirles que su mamá había llegado y ya podían irse.

Probablemente los chicos seguirían rehusándose a dejarlo solo, pero una vez les garantizara que él también se marcharía, seguramente no habría problema, se había hecho tarde y de seguro su papá y Satomi estarían preocupados.

/FIN DEL FLASH BACK/

Y efectivamente tanto su padre, como Satomi habían estado muy preocupados, además de furiosos en el caso de su papá, pero eso se resolvió rápidamente, en cuanto el joven ex-guerrero de la luz, le regalo el ramo de flores que le había comprado a Satomi, y la llamo mamá por primera vez…

-pasaron tantas cosas ese día, y estaba tan cansado que… simplemente olvide mi enojo con papá, y olvide reclamarle lo de Kouichi y mamá…- recordó en voz alta Minamoto aun mirando el cielo, para después bajar la mirada y seguir viendo lo trenes pasar – a la mañana siguiente lo recordé, y me levante con todas las intenciones de exigirle una explicación pero entonces…-

¡HERMANO!- grito un niño pequeño a lo lejos, corriendo en dirección a Kouji con un brazo en alto, el cual se levanto de golpe de donde estaba sentado

-¿Satou?- exclamo el ojiazul sorprendido, recibiendo entre sus brazos al niño, que literalmente se le lanzo encima - ¿qué estas haciendo aquí?- pregunto el ojiazul tomando al niño en brazos

-Te seguí- anuncio felizmente el pequeño, rodeando con sus brazos el cuello de su hermano mayor

-Por favor, dime que mamá y papá saben donde estas, y están por aquí cerca- suplico Kouji

-Etto…- murmuro el pequeño con una mirada inocente (demasiado inocente en opinión de Kouji), a la vez que chupaba su dedo índice con cierto nerviosismo

-Satou… cuantas veces tengo que decirte que no puedes simplemente salir de la casa así como así, sin decirle nada a nadie, o peor aun solo, mucho menos a estas horas- reprendió Kouji al pequeño, depositándolo en el suelo, e hincándose para estar más o menos a su altura y poder verlo a los ojos mientras le llamaba la atención

-Pero… tu lo hace todo el tiempo hermano- respondió Satou confundido, ante lo cual Kouji no pudo más que suspirar, pues su hermanito tenía razón "tienes que ser más responsable Kouji, recuerda que tu eres su ejemplo a seguir" recordó las palabras de su padre, "odio cuando tiene razón" pensó el peliazul.

-Eso es verdad, pero recuerdas lo que te dije la ultimas que esto paso- pregunto Kouji

-Hmmm…- el niño pareció pensarlo por unos minutos – que haga como tu dices y no como tu haces- anuncio el pequeño, al parecer contento de haber recordado las palabras de su hermano mayor

-Entonces…- insistió Kouji, revolviéndole el cabello a su hermanito - ¿Por qué no lo haces?- pregunto Kouji con verdadera curiosidad, después de todo si su hermanito lo recordaba, no entendía por que seguía haciéndolo

-¡Es que no lo entiendo!- protesto el niño molesto, cruzándose de brazos, como queriendo exigirle a su hermano mayor, que le explicara la situación. "es verdad, Satou detesta cuando hay algo que no puede entender, cosa que para ser un niño de 4 años no pasa seguido" medito un momento el ex–guerrero de la luz riendo un poco al ver al pequeño torcer los labios

-Esa frase quiere decir que es mejor que hagas lo que te digo, y no lo que hago- respondió pacientemente el ojiazul

-¿por qué?- pregunto sin entender muy bien el pequeño

-Por que… es mejor de esa manera- respondió Kouji después de pensarlo un momento – por que todavía eres un niño, y… hay cosas que yo hago que tu no debes hacer aun o jamás… (murmuro) o podrías lastimarte ¿entendiste?-

-Y tu no quieres que me lastime- afirmo más que preguntar el pequeño

-Exacto- respondió Kouji, feliz de haber dejado eso en claro

-Por eso siempre me cuidas- respondió Satou, muy seguro de lo dicho

-Sí…- respondió Kouji algo apenado, volteando a ver hacia otro lado

-Hermano- llamo Satou, haciendo que su hermano lo mirara de nuevo – eres el mejor hermano del mundo- sonrió el pequeño, lanzándose a los brazos de su hermano, para después abrazarlo por el cuello (Kouji seguía hincado) y acurrucarse en su pecho.

Kouji por su parte, quien rechazaría dicha muestra de afecto si proviniera de cualquier otra persona (excepto tal vez Kouichi, aunque eso sería realmente vergonzoso), acepto el abrazo y cargo al peque en brazos, dispuesto a regresar a casa.

Pero justo cuando volteo a ver los trenes pasar una última vez, la vio..., estaba del otro lado de las vías y era justamente como la recordaba, pequeña de ese color verde agua de piel y aquella ropa que parecía un traje de una sola pieza azul claro, era ella, no podía estar equivocado era… Ranamon…

El joven ex–guerrero de la luz, sostuvo con más fuerza a su pequeño hermano entre brazos (el cual tenía su rostro sobre su hombro, mirando así atrás, siendo así incapaz de ver a Ranamon), sin poder creer aquello que veía, ¿era realmente Ranamon o se trataba de una alucinación? y ¿qué era lo que estaba haciendo ahí?

Las preguntas de Kouji fueron respondidas en cierta forma cuando la digimon de un salto apareció frente a el.

-¿porque no nos salvaste?- reclamo la guerrera legendaria del agua con una mirada llena de tristeza y resentimiento

-¿qué...- tratado de preguntar Kouji sin entender a que se refería, pero fue interrumpido

-¿Porque solo lo salvaste a él, y a nosotros nos abandonaste?- reclamo aun más molesta la digimon

-No entiendo de que…- trato una vez más de preguntar el ojiazul, tratando de entender

-¡Se supone que tu nos salvarías!- acuso Ranamon

-Por eso te digo que no entiendo de que…-

-La pagaras caro Kouji Minimoto, todos sufriran por tu culpa, por habernos abandonado- y con esto dicho ranamon salto de nuevo al otro lado de las vías

-¡ESPERA!- grito Kouji, sosteniendo a Satou con un brazo mientras alargaba el otro, como queriendo detener a Ranamon – POR ESO TE DIGO QUE NO ENTIENDO…-

-Nos abandonaste, se supone que tu nos salvarías pero nos abandonaste. Ahora todos sufrirán y cuando estés con nosotros, no podrás abandonarnos otra vez, no podrás regresar jamás…- escucho murmurar a Ranamon, pero frente a el, al otro lado de la vía ya no se hallaba Ranamon, en lugar de ella, había una chica más o menos de su misma edad, con cabello castaño largo, vestido blanco y vacíos ojos miel – nos abandonaste, se supone que nos salvarías pero nos abandonaste, ahora todos sufrirán, y tu no nos volverás a dejar- y con esta última frase tras pasar un tren la misteriosa chica desaprecio, como si nunca hubiera estado ahí, dejando a un Kouji Minamoto muy confundido, quien aún sostenía en brazos a su dormido hermano pequeño, el cual misteriosamente había caído en un sueño profundo, tras la aparición de Ranamon…

X

X

X

X

X

¿Continuara?


¿Entonces?, ¿qué les parecio? espero que les haya gustado este primer cápitulo porque no puedo esperar a escribir el que sigue jeje, sí hay algun error en los hechos que escribi en los flash backs, por favor disculpenme, es que tiene años que no veo Frontier jeje, bueno adiós por ahora

*Pués... estoy de vuelta y con la intención de almenos terminar este fic, tiene ya que... ¿4 años?, ¿5? En fin... muchas cosas han pasado en estos años entre ellas perder mi laptop y con ella los capitulos que había escrito de esta historia, así como olvidar mi contraseña de (¡Que verguenza!), en fin... tras ver Digimon Tri, decidí tratar otra vez de completar mi primer fic, aunque no se si la historía se desenvolvera como tenía planeado o si conservare el tono, en vista de que todo eso lo he perdido, pero bueno... trataré.

Igual no sé si aún haya gente interesada en el fic, pero si alguien puede ayudarme, creo que para terminarlo necesitare un editor que pueda notar las faltas de ortografía y errores de redacción que se me pasen (me toma mucho tiempo escribir porque checo como 3 veces y aún así se me pasan muchas cosas), así que... si alguien esta interesado ¿avisenme?

Finalmente quiero dar gracias a Ivychankasumi, espero no te moleste pero tome estractos de tu comentario para medio corregir el flashback, en fin...a correguir el capitulo 2 y espero publicar el 3 a mas tardar en 15 días (diría 1 semana pero.. bueno, trabajo, mi blog, freelancing y otras cosas, así que..) enfin, eso era todo :D