Esta historia participa en el reto El Sombrero Loco del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black. Todos los personajes son de la fabulosa J.K. Rowling.
Seis años habían pasado. Seis años en los que las personas que le rodeaban eran completamente diferentes a él.
Todo el mundo sabía que Fred Weasley era tan inteligente, tan bromista, tan valiente y tan agradable como su hermano gemelo George. El único dato que los diferenciaba era que George tenía más tacto en cuanto dar una noticia, defenderse o consolar a alguien, mientras que Fred… Bueno, él solo era Fred.
Dos personas dependientes la una de la otra desde su nacimiento, separados al día durante horas que se les hacían años. Ese era el precio a pagar, ese era el precio a pagar por ser más cruel que su hermano.
Desde una temprana edad, Fred había demostrado ser más astuto y rebelde que su hermano, sobretodo cuando sus bromas a veces acababan haciendo que alguna persona saliera herida o traumatizada.
El día que les dieron la noticia, cuando el Sombrero Seleccionador gritó Slytherin en vez de Gryffindor, como debía de ser, la cara de George reflejó tristeza, mientras que Fred mostraba un rostro impasible y decidido, sin dejar que las miradas de sus hermanos le hicieran tambalear en su decisión; por muy alejado que estuviera de su gemelo, y por muchos prejuicios que rondan con respecto a la casa de los leones y la de las serpientes, no iba a dejar que le alejaran de su hermano, por lo que, desde su nueva mesa, y consciente de las miradas de todos sus nuevos compañeros sobre él, alzó los ojos y miró a su otra mitad, con una sonrisa en su rostro que mostraba que todo estaba bien, y que las cosas no cambiarían tan fácilmente, a lo que George solo pudo reír, feliz de que todo siguiera como antes.
Durante todos esos años, los gemelos pelirrojos más conocidos del colegio continuaban con sus bromas habituales, aquellas que habían denominado como un estilo de vida, pero con una gran ventaja; ahora era más fácil intervenir en contra de las malas serpientes, porque, aunque no lo pareciera, Fred había conseguido hacer grandes amigos en aquella casa de tan mala fama, por que, señoras y señores, seamos claros, ¿qué casa resistiría los encantos de un Weasley?
