¡Hola! He regresado con otro fic de más de un capítulo. Llevaba bastante con esta historia entre manos, pero luego de la emoción revitalizada que me dio al corregir mi primera historia (Sí, prepárense que me haré autopublicidad) si no lo han leído, o tienen ganas de volver a hacerlo, pero ahora con mejor redacción, pásense por "Cuando las cosas cambian" y ya de paso, por los otros dos One-Shots que publiqué (Listo, ya lo hice cx)

Como sea, con todo eso ya no pude resistirme, tenía que publicar esto. Con mucho amor, y prometo no tardar dos años en terminar la historia.


YOU´RE NOT GOOD FOR ME, BUT BABY I WANT YOU.


Era otra noche de las mismas que habían tenido en las últimas semanas. Correr a ciegas por la aldea no significaba gran cosa si llegaban a su punto de encuentro… y vamos, eran adolescentes con ganas, siempre llegarían.

Pero de alguna manera, él siempre llegaba tarde y eso agotaba cada vez más su paciencia.

La pequeña silueta estilizada apenas perceptible en la oscuridad fue sorprendida repentinamente por la llegada de Tobe.

-Otra vez- dijo sin disimular su enojo.

-Pucca, no es tarde.

-Claro que lo es. Y ni siquiera es la maldita primera vez.

El se acercó a ella y le rodeo la cintura, primer paso de la táctica que hasta ahora le había funcionado.

-De verdad lo siento- le susurró en el oído para luego besar su cuello.

Pero en vez de una avalancha de besos que terminaba siempre con ellos en alguna de sus habitaciones; Pucca sonrió con altanería y lo apartó de sí.

-Bien, que bueno que lo sientes. Espero que tanto como yo al dejarnos con las ganas. Pero aprenderás a no hacerme esperar, Tobi.

-¿Qué? Pucca, no debes estar hablando enserio.

-¿Cuantas veces no digo cosas enserio?

No dijo nada.

-Hasta mañana, Tobi- dijo y le dio un beso en la mejilla con el único propósito de castigarlo. Luego de eso, se marchó.

El suspiró. -Un día de estos harás que pierda la cabeza.

Si no es que lo había hecho ya.

A la mañana siguiente, Pucca por fin se levantó al primer sonido de la alarma.

-Dulzura, que bueno que estás despierta ya. Tenemos el día saturado en el restaurante, ¿podrías entregar unos pedidos?

-Por supuesto, dame un minuto para arreglarme.

Cuando bajó tomó un desayuno rápido y corrió a su motocicleta

La mañana parecía tranquila, típico de cada domingo.

La primera orden la hizo el jefe de policías, también conocido como el padre de uno de sus amigos de la infancia, Abyo.

-Hey, hola Pucca- saludó entre dientes acomodándose el pelo.

-¿Mañana difícil?- dijo en forma de burla.

-Yo dormía tranquilo, y me hizo venir a abrir a puerta.

-Pues lamento ser una molestia, pero me debes de los fideos.

-Sabes que no es lo que quise decir, si yo te adoro- dijo imitando un tono seductor.

-Dile eso a quien te crea y cuando no tengas baba en la barbilla- Termino de decir, rindiéndose a lo que trataba de ignorar.

-Muy lista- le contestó con mirada felina mientras le pagaba.

Ella se subió a la motoneta. -Ya despierta, princesa- gritó desde lejos.

Como si fuera cosa del destino, la segunda entrega era a la casa de Ching, como le decía ella de cariño.


-Te equivocas, yo no saldría con Tobi- Por una u otra razón la plática entre ellas había llegado hasta ese punto.

-¿Tobi?

-…

-…

-Dije Tobe, Ching. Tobe.

-Claro, Tobe, sí, lo que digas.

-Bueno, creo que debería irme, o será medio día y seguiré aquí.

-Oh, Pucca, hoy iré a tu casa- dijo rápido antes de que se fuera.

-¿Para qué?

-Recuerda que cada fin de mes voy a dormir contigo…Eso suena muy feo, no malpienses.

-Jajaja. Oye, ¿podemos posponerlo? No me siento con ánimos.

-Pucca, lo hacemos desde los 11, mejor dime que de nuevo olvidaste planear algo.

-También, pero enserio, mejor la próxima semana, no tengo ganas. ¿Bien? Te veo en tu turno en el restaurante

El resto del día transcurrió normal, hasta la tarde ya en el restaurante.

Como si fuera un mal chiste o una comedia romántica, Tobe estaba ahí.

Con su estúpida cara de idiota, y su mirada imperfecta, de fondo sonando alguna atrevida balada de amor. Y él sonriéndole.

Ella se acercó a su mesa y tomó su pedido, pretendiendo tan bien que ninguna persona esperaría que se conocieran más de lo normal.

-Enseguida estará listo.

Volvió a entrar a la cocina justo cuando Dada iba saliendo con cuatro platos de fideos que cayeron directamente sobre su blusa.

-¡Dada!- se le oyó gritar

-Lo siento, Pucca, no te vi.

-Está bien, tranquilo, tampoco yo, sólo me iré a cambiar, ahorita vuelvo.

Subió por las escaleras y sintió una mirada encima de ella, sí, Tobe.

Le resto atención y entró a su cuarto, no metió el seguro porque nunca lo hacía.

Se quitó la playera antes de buscar otra, y luego entró a su baño a quitarle la mancha sin cerrar la puerta.

"Clic"

Salió del baño y la tendió en un mueble.

"Clic"

El aire de la ventana comenzó a darle frío, fue entonces cuando por impulso se miró hacia abajo, llevaba ese sostén rosa claro, el mismo que usaba la primera vez que se vio con Tobe, sonrió ante el recuerdo.

"Clic"

Esta vez no iba a ignorar el ruido, lo había escuchado fuerte y claro, definitivamente era una cámara.

En un movimiento rápido ya se encontraba en la ventana, jalando del brazo al tipo para que entrara a su cuarto.

-¿Qué demonios crees que estás haciendo?

-Y-yo-yo tomo fotos del paisaje, aquí hay mejor vista.

-Sí claro, deja de comportarte como bebito y acepta lo que hacías. Muéstrame la cámara.

-¿Qué?

-Muéstrame la cámara. No lo diré otra vez.

Pudieron ser la seriedad de sus palabras, lo gélida de su mirada, que toda su atención estaba en otra parte, que él era un completo idiota, o todas las anteriores; pero le obedeció.

Al instante en que ella tuvo la cámara la lanzo fuertemente al suelo y la pisoteó.

-Bien, eso te enseñará a no tomarle fotos a las chicas. Si te cuesta tanto conseguir citas ve porno como la gen…

-Pucca

La voz hizo que ambos dieran un respingo.

-¿Qué hace aquí?

-¿Qué haces tú aquí?- interrumpió el chico.

-Sí, Tobe, ¿qué haces aquí?... Es decir, es mi cuarto, me estoy cambiando.

-Lo siento- Fingió vergüenza, reacción normal si querían seguir ocultando lo suyo -Me perdí buscando el baño- dijo con tranquilidad -y ya que saciamos esa duda, repito, ¿qué hace aquí?- Tobe pasó los ojos de él a Pucca, y por fin endulzó la mirada. -Lo lamento niñita, pero inevitablemente oí lo que le dijiste- volvió a mirarlo a él, de nuevo con el mismo semblante con el que Pucca le pidió la cámara. -Así que… espiando a una dama, ¿eh?

Lo siguiente que vino fue una bofetada.

-Tobe ¿qué te pasa?- dijo ella molesta.

-Sabes que me gustan tus métodos, pero esto es lo que en verdad merece.

-Vamos, no exageres, él ya había entendido, ¿verdad?- Preguntó atemorizando aún más al chico. Definitivamente la combinación de ella y Tobe no era buena para cualquiera que se les pusiera enfrente. Volvió a mirar a este último -Te agradezco el entusiasmo, pero lo abusivo está de más. Mejor sólo ve que conozca la salida, por favor, y no más golpes, ¿oíste? Míralo, ya fue suficiente.

Tobe hizo una sonrisa torcida

-Maricón- dijo entre dientes.

Pucca lo volvió a mirar.

-¿Dónde está el baño, Pucca?- La pregunta la dejó confundida, pero igual le respondió. - "Al fondo a la derecha", gracias por la ayuda.

Su cuarto volvió a estar en calma, lo que le recordó que aún tenía que buscar una blusa, ya estaba abriendo un cajón cuando la puerta se abrió. De nuevo esa sonrisa que le conocía bien. Al mismo instante la puerta volvió a cerrarse, esta vez con seguro.

-Ya me sorprendía que preguntaras por el baño.

-Tenemos que seguir el teatrito. Y según recuerdo, niñita, me debes algo.

-¿Deberte algo?- dejó su clóset y se acercó a él. -Yo no te debo nada.

-¿Entonces yo te lo debo a ti?

-Me parece mejor. Pero antes, ¿Qué te pasa?

-¿Sobre qué?

-No te hagas el tonto.

-"Vamos, no exageres", fue sólo una ayuda.

-No te burles. Yo me ocupo de mis cosas.

-Querida, uno de los puntos de tener una pareja es contar con apoyo.

-Sí, pero da la casualidad que esa "pareja" es secreta.

-Sólo porque tú quieres.

-Por favor, si lo acordamos al mismo tiempo.

-Cierto. Pero no hacerlo nos evitaría a admiradores como ese.

-Tobi, puedo encargarme de ellos aunque no estés, ya no seas un llorón, o tendrás que salir de mi cuarto.

-Eres una maldita sádica.

-Y tu un jodido masoquista en dado caso, pero estás "exagerando".

-De acuerdo, de acuerdo. A veces olvido que esta "relación" es meramente de negocios.

-Exacto, a eso quería llegar. Ahora, ¿por qué no me ayudas a cambiarme?

La miró otra vez y por un instante pareció mucho más alto, luego de eso se acercó a ella y la besó. No de la forma inocente y fugaz en la que de pequeña solía obligar a Garu, no, era mucho más, con una ansia reprimida y recién liberada que la inundaba por completo.

Tobe aprovechó cuando ella rodeo su cuello con ambos brazos para levantarle las piernas y hacer que a la vez rodearan su cadera.

Caminó directo a su cama y ahí la sentó, terminó su beso y se separó lo suficiente de ella para zafar el broche.

-Eres un tramposo- dijo mientras se quitaba el sostén completamente y él la camiseta, después lo jaló hacia sí para que la volviera a besar.

Él podía verla así cuantas veces quisiera, sin embargo no dejaba de parecerle cada vez más maravillosa, contrario a las otras chicas con las que había estado, con quienes rápidamente se aburría; y con miedo comenzaba a creer que iba más allá de la lujuria, porque ese sentimiento persistía aún cuando simplemente sonreía.


Pucca camino hacia la cocina como si nada hubiera pasado. Lista para seguir mostrándole a sus tíos a la niñita buena que le salía tan bien.

Salió luego de un rato con nuevas órdenes en la mano.

Cuando volvió a mirarlo, él le jugueteó con la lengua dirigiéndole por unos segundos la mirada más lasciva que sus ojos eran capaces de hacer.

-Estúpido- susurró entre sonrisas.


El título es inspirado en una canción de Chris Isaak, pero Charlotte Cardin hizo un cover, que lleva el mismo nombre, necesitaba aclarar eso.