Cerca mío
ArokuRaita
'Ookiku Furikabutte' pertenece a Asa Higuchi y este fanfic fue escrito sin fines de lucro.
Hola, este es mi primer fanfic de Oofuri. Hice mayores a los personajes (de unos 18 años) porque no me gusta que sean menores cuando hay temas explícitos :P Supuestamente, ya han sido campeones y Mihashi sigue temiendo a Abe… pero no por su timidez crónica. ¡Espero que les guste!
P.S: Está escrito con el estilo de los fics en inglés. Así me será más fácil traducirlo a ese idioma.
1. La declaración de amor más incómoda del mundo
Mihashi se veía cansado durante las prácticas. Era así desde hace tiempo. Puede que no esté cuidándose lo suficiente, pensó Abe, molesto. Además, si le pregunto por qué se ve tan fatigado, es probable que se aterre. ¡Y ya estamos en tercero, maldita sea! Tampoco podía preguntarle a Tajima sobre los hábitos de Mihashi en su casa -ya que era el compañero que más lo visitaba-, pues se vería como un acosador. Creo que tendré que esperar a que me invite a su hogar, pero lo veo difícil…
Cuando terminó la práctica, Tajima se acercó al nervioso pitcher. "¡Hey! ¿Te parece si vamos por unos helados y luego vemos películas en tu casa? Ando con unas muy buenas", sonrió. Mihashi asintió, sonrojándose. Unos metros más allá estaba Abe y los miraba con seriedad... ¿O eran deseos de unirse al dúo? A Ren le daba mucho miedo invitarlo, no sólo porque siempre se enojaba con él, sino por otro motivo. Pero esta podía ser una oportunidad de oro. Al fin y al cabo, no quedaba mucho tiempo para graduarse.
"Oh... Abe-kun..." murmuró.
Tajima lo miró, giró la cabeza hacia el lugar donde Mihashi indicaba y vio al catcher, que puso cara de sorpresa. "¡Oh, quieres invitar a Abe! ¡Excelente idea! Lo llamaré", exclamó, corriendo hacia él. Luego de unas cuantas palabras y risas, regresó donde su tímido amigo. Detrás de él, Takaya parecía incómodo.
"¡Estamos listos! ¡Vamos por esos helados!", rió Tajima.
Mientras él se adelantaba, Abe caminó junto a Mihashi. Aunque este último sudaba bastante debido a su nerviosismo crónico, su olor corporal era leve, casi agradable. Avergonzado por el rumbo que tomaban sus pensamientos, el moreno negó con la cabeza.
"A-abe-kun... Si no quieres ir... no-no estás o-obligado...", tartamudeó el rubio.
"No seas tonto, si no quisiera ir no habría aceptado", respondió el otro, secamente.
Demonios, me dejé llevar y respondí mal. Ahora pensará que estoy enojado, se retó Takaya. "Lo que quiero decir es que me gusta mucho la idea de compartir con ustedes, pero el entrenamiento estuvo bastante duro. ¿No te sientes cansado, Mihashi?".
"Yo... eh... n-no realmente"
"Me alegro. Eres más resistente que yo"
Mihashi enrojeció. ¡Abe-kun estaba haciéndole un cumplido! Lágrimas de emoción amenazaron con asomarse a sus ojos y las detuvo con toda su fuerza de voluntad. Arruinarían su conversación.
Sin percatarse de nada, Tajima retrocedió a pedirles dinero para comprar los helados, pues con su parte no alcanzaba. Luego de elegir tres potes grandes, se dirigieron a la casa de Mihashi, quien iba a estar sin su familia durante el fin de semana. "Por eso decidí juntarme con él, para que no esté tan solo", explicó el joven a Abe. Y para desalojar su refrigerador, pensó el receptor.
"A todo esto, ¿qué películas van... vamos a ver, Tajima?", preguntó el catcher.
"Oh, un poco de esto, un poco de aquello, ya sabes"
"No, no sé", contestó Takaya, luego de una pausa.
"Traje unas de acción y artes marciales, otras de acción y disparos, algunas de terror y porno"
"¡¿Porno?!"
"Hay uno que de verdad le va a gustar a Mihashi, ¡es de enfermeras! No se lo digas, porque es sorpresa" susurró el muchacho al oído de Abe, quien empezó a cuestionarse si la velada sería una buena idea.
Luego de llegar a la casa de Mihashi y quitarse los zapatos, Tajima le pasó los helados al dueño de casa. "¡Busquemos cucharas y más cosas para comer!", sonrió. Luego, le entregó su mochila a Takaya. "Por mientras, ¿qué tal si subes a poner la película de acción de artes marciales?"
"¡Hey, no puedo hacerlo como si fuera mi casa!" reclamó el joven. Mihashi trató de hablar.
"No-no hay problema, Abe-kun... Puedes ir"
No supo si sentirse feliz o irritado ante la respuesta del lanzador, por lo que prefirió ignorar el hecho y subió a la habitación del dueño de casa. Como siempre, su cama y escritorio eran un desastre, por lo que, después de dejar la película lista, se dedicó a ordenar. Era un poco extraño tocar las sábanas y el pijama de su compañero de equipo. Sabía que todo nacía de su preocupación por la salud de Mihashi, aunque no podía explicar por qué era tan obsesivo al respecto.
Justo estaba terminando de hacer la cama, cuando sus amigos llegaron con una bandeja llena de galletas, snacks, cucharas y los potes de helado. Ren se puso totalmente rojo al ver al catcher.
"¡A-A-ABE-KUN! ¡Eso... yo...!"
"Oh, Mihashi dice que no debiste molestarte en ordenar su cama", tradujo Tajima, y agregó: "¿Está lista la película? ¡Genial!"
Una vez que el joven puso 'play', no hubo más espacio para hablar. Lo que fue bastante bueno para todos.
Luego de dos películas de acción, vieron la porno. Tajima estuvo a punto de masturbarse frente a sus amigos, quienes lo mandaron al baño a empujones (en realidad, sólo fue Takaya) y siguieron viendo la película con las mejillas ardiendo. Mihashi era el que tenía más problemas, pues temía lo que Abe pudiera pensar de él. Además, iba a necesitar pronto el baño. Y Abe lo miraba de vez en vez... Se sentía a punto de estallar.
Por su parte, Takaya trataba de dilucidar si el Mihashi excitado se diferenciaba del Mihashi nervioso por todo. Hasta el momento, no había ninguna diferencia. ¿Por qué me pregunto esa estupidez?, se dijo. Siguió viendo la película, aunque sólo era consciente de la cercanía del dueño de casa. Era confuso. El regreso de Tajima, quien se colocó entre ambos, los relajó bastante.
Finalmente, llegó la de terror. Al parecer, no era tan buena, porque Yuuichirou cayó dormido en los primeros minutos. Sin embargo, Ren no paraba de temblar y taparse la cara con su almohada. A Takaya le dio un poco de lástima, por lo que le tocó el hombro y preguntó si estaba bien. Mihashi saltó como un gato aterrado.
"Si tienes tanto miedo, podemos apagarla", dijo Abe, cansado. Si seguía viendo más películas, su cabeza iba a reventar. "A todo esto, tengo que irme dentro de un rato, o se me hará tarde".
"Ah, pero... Puedes quedarte a dormir... No hay problema... Si quieres..." murmuró Mihashi, de inmediato. Por fin podría ver a Abe-kun de una manera diferente. ¿Cómo sería dormido? ¿Sonreiría? ¿Hablaría en sueños? ¿Podría... tocarlo? Sin embargo, toda su emoción murió cuando vio la cara del joven. Parecía aproblemado. Quizás le había leído la mente... ¡No, eso sería horrible!
"Mihashi, ¿me permites hacer una llamada?", preguntó Abe. Ren asintió y su colega salió de la habitación.
Mientras tanto, la película seguía adelante, olvidada. Tajima despertó y se estiró con calma, hasta que recordó algo.
"Oye, ¿qué hora es?"
"Ehh... van a ser las once de la noche", respondió el dueño de casa, deprimido.
"¡Rayos, se me hizo tarde! Lo siento, Mihashi, debo irme, le prometí a mamá que iba a llegar temprano hoy. Pero podemos vernos mañana, ¿te parece? Te presto las películas", dijo el muchacho, casi sin respirar.
"Ah... OK" asintió el rubio. Le daba un poco de pena quedarse solo.
"Gracias por todo, de verdad, eres un anfitrión genial y... ¿dónde está Abe?"
"Eh... Afuera"
"Voy a despedirme de él. ¡Nos vemos mañana!" se despidió Tajima, cerrando la puerta. Desde afuera se escuchó un '¡Buenas noches, Abe!' y una rápida bajada por las escaleras. Luego, el silencio cayó sobre la casa.
Un minuto después, Takaya ingresó a la habitación. "Hablé con mi familia y no hay problema con que pase la noche acá... ¿Qué pasó con Tajima?"
"Eh... Tuvo que irse...", respondió Ren, evitando sus ojos.
¿Eso quiere decir que estaremos solos? ¿Completamente solos?, pensó el moreno, sintiendo que su corazón aceleraba sus latidos.
"¿A-Abe-kun... está... decepcionado?", preguntó una voz aguda frente a él. Miró al dueño de esa voz. Seguía ocultándose detrás de su almohada. Tuvo ganas de sacudirlo para que dejara de ser tan tímido. Luego se preguntó cómo sería tocar esos hombros y una sensación placentera recorrió su ingle. Eso no estaba bien.
"No estoy decepcionado. Es sólo que tengo mucho sueño... ¿No te molesta si armo el futón acá?"
"¡Aahh! Lo traigo enseguida... ", saltó Mihashi. "Pu-puedes usar la cama... Y-yo duermo en el futón...", agregó.
"Relájate, tú necesitas descansar mucho más que yo", lo detuvo Abe y, sin pensarlo, sonrió. Los ojos de Mihashi se humedecieron al instante, mas huyó a buscar el colchón para su visita antes de poder derramar las lágrimas.
Una vez acostados y con las luces apagadas, Takaya decidió hablar.
"Mihashi, he notado que terminas más cansado durante las prácticas. ¿Por qué?"
El rubio comenzó a sudar profusamente.
"Me-me duermo tarde"
Ahá, entonces no estaba imaginando cosas, se dijo el moreno, triunfante.
"¿Puedo saber por qué?"
Luego de una larga pausa, Ren contestó: "No..." y se alejó lo más posible del futón. Abe no soportó su irritación y se levantó, arrodillándose sobre la cama junto al tímido pitcher y atrapándolo entre su cuerpo y la pared.
"Vas a explicarme por qué. Si no lo haces, me enojaré mucho", amenazó el joven. El sudor corrió por la cara de Mihashi.
"¡Si lo hago, te-te enojarás mu-mucho también!" exclamó.
"Te prometo que no. Dime, ¿te has quedado hasta tarde viendo películas? ¿Leyendo revistas? ¿Pensando? Quiero saber qué o quién te está robando tanta energía"
Espera un momento, ¿acabo de decir 'quién'?, se preguntó Takaya, extrañado.
"E-es Abe-kun..."
"¿Cómo dices?"
El rubio se aclaró la garganta.
"¿Te... Te enojarías si dijera que m-me gustas mu-mucho?"
Abe intentó no exasperarse.
"No, tú también me gustas mucho, no sólo como lanzador, sino también como persona. Ya te lo he dicho". ¿Cuántas veces tendría que repetirlo?
"Me-me refiero a que me gustas más que un a-amigo... más que un receptor... ¡I-incluso más que u-una chi-chica!" gimió Mihashi, tapándose la cara con las manos. "¡Y me he quedado hasta ta-tarde pe-pensando en ti… y t-tocándome!"
El invitado se puso pálido. Conque eso era...
"Y te invité... porque quería verte dormir... Me conformaba con mirarte... Nunca quise decir todo esto, Abe-kun, ¡pe-pero no podía callarlo por más ti-tiempo!" continuó el joven. Su expresión era distinta, dolorida.
Parece que ha sufrido más que durante sus años en Mihoshi, notó Abe, aún blanco. No sabía si alguna vez podría reciprocar sus sentimientos, mas era capaz de tranquilizarlo. Se recostó junto al joven y acarició su cabello.
"Tranquilo, Mihashi. Todo está bien. No estoy enojado, al contrario. Lamento haberte causado tantos problemas. Todo está bien..."
Mentira. Nada iba bien. Primero se le declaraba su compañero de equipo, aún no estaba seguro de sus propios sentimientos... y su sangre estaba reuniéndose con rapidez en su entrepierna.
