Hola a todos! :D lo prometido es deuda... La continuación de House sin House n_n, pensaba en publicarlo cuando lo terminara, pero últimamente hay pocos fics en línea y quise alegrarles, si es posible :) !
Cosas que deberían saber? La continuación tiene un enfoque distinto esta vez, en donde Lis tiene MUCHA más relevancia que en los fics anteriores (Por ahí me dijeron que Lis había quedado en segundo plano en los capítulos finales del fic). No es un epílogo, sólo una continuación.
Los títulos parecerán incoherentes, pero tarde o temprano les encontrarán sentido. Lo tienen, sólo hay que descubrirlos.
Al imaginarme a Lis, pensaba en Zooey Deschanel.
Ojalá les guste y comenten! :D
Pinocho huye de la pequeña botella de cristal
6 años después
PPTH
Un chico de apenas 7 años entró a la oficina de Cuddy esa tarde de otoño. El niño era rubio, de ojos azules, vestía equipo deportivo y cargaba una pelota de soccer.
Cuddy hablaba por teléfono cuando entró. Ella vestía los mismos elegantes y costosos vestidos de siempre, pero habían pequeñas diferencias en su apariencia: se había cortado el cabello al largo del cuello, lo tenía liso y sólo tomado por una pequeña traba; usaba unos pequeños lentes plomos y en su dedo dos brillantes anillos brillaban.
Al verlo, Cuddy le indicó con las manos que le diera un minuto, lo que el chico aceptó sentándose frente a ella.
-Entonces nos vemos el viernes a la hora acordada, hasta luego ministro –Cortó e hizo un signo de victoria exagerado, a lo que el niño rió- ¿Ves? Terminé.
-¿Hablas con alguien importante mami?
-Hablaba con el ministro de salud –Cuddy se levantó del escritorio y se puso un abrigo plomo y una bufanda blanca.
-¿Y ese quién es?
-Es alguien que ayuda al presidente a dirigir el país –De su colgador también había un abrigo más pequeño, que sacó y le puso al muchacho- Es alguien muy importante, y si a mami le va bien con él el viernes, saldremos todos a celebrar el domingo ¿Te gustaría, cariño?
-¡Sí! –El chico tomó de la mano a Cuddy y juntos salieron de la oficina- Hoy hice 3 goles.
-¿Tantos? ¡Serás el goleador de tu equipo!
Mike sonrió.
En el lobby, Cuddy marcó su tarjeta de salida cuando House llegó ahí también; pero él no llevaba bastón ni cojeaba, se veía totalmente saludable.
-Hola jefa –Dijo al marcar tarjeta junto a ella.
-Hola empleado –Cuddy sonrió.
-Hola tú –House saludó al niño chocando los cinco- ¿Vienes del soccer?
-Hice 3 goles hoy –Dijo el chico orgulloso.
-Debes ser el mejor o las chicas no se fijaran en ti.
-Por ahora, yo soy la única chica en su corazón ¿Verdad cariño?
-Sí –El niño tomó de la mano a Cuddy y los tres caminaron hasta el estacionamiento, pero en la entrada House dijo:
-Pero lamentablemente para ti, tú no eres el único chico en el corazón de mamá.
Cuddy se largó a reír mientras Mike arrugaba el ceño y se cruzaba de brazos. La endocrina sorprendió a House dándole un suave beso en los labios. Éste no se quejó, pero Mike sí.
-¡IUG! ¡No se den besos frente a mí!
-Llorón –House se burló. Cuddy no dijo nada, sólo le tapó los ojos a su hijo besando más profundamente a su esposo- ¿Feliz?
-Puedo sentir su intercambio de babas –Siguió insistiendo. Cuddy y House rodaron los ojos y emprendieron rumbo al estacionamiento.
Cuddy entró a un lujoso Jeep azul y Mike se subió al asiento del copiloto. House se subió a su moto, una nueva que hace pocos meses había comprado.
-Con Mike iremos a buscar a Lis donde una amiga ¿OK? –Cuddy le dijo al abrir la ventanilla.
-Mientras no me hagas poner la mesa está bien por mí.
-Sorpréndeme con algo delicioso ¿Quieres? –Cuddy le mandó un tierno beso a House desde el auto.
-Deja de mandarme besos y dámelos –House ya prendía el motor - Mis labios se secarán.
-Llorón –Cuddy sacó su Jeep y ambos se fueron por lados opuestos.
Casa de los House
House estacionó su auto en un lindo garaje. Su nueva casa era el doble de grande que la anterior y estaba en un condominio en las afueras de la ciudad.
El nefrólogo entró a paso lento, tarareando una canción de los Rolling Stone. Dejó su chaqueta en el recibidor y las llaves sobre la mesa, sorprendiéndose al encontrar a Lis en el sofá de la sala leyendo un libro, con la chimenea encendida y bebiendo una taza de café.
Lis había crecido cerca de 15 cm. Tenía el cabello largo, ondulo, color azabache, los ojos tan o más celestes que House, la piel muy pálida y los labios muy rojizos. Era delgada pero tenía una bonita figura, y concentrada en los libros se veía muy tierna y pasiva.
House, extrañado por su presencia, le preguntó:
-Tu madre dijo que iría por ti donde una amiga.
-Le envié un mensaje diciéndole que no iría, seguramente lo olvidó –La voz de Lis era mucho más suave y diferente que cuando era niña.
-Tu madre además de la menstruación está perdiendo la memoria –Se fue a la cocina.
-No se lo digas –Lis sonrió y esperó que su padre no estuviera a la vista para prácticamente saltar del sofá mientras un chico un poco mayor que ella salía de atrás de un mueble con los pantalones abajo y muy asustado- Tendrás que salir por la ventana.
-¿No hay otra forma de…?
Sintieron el auto de Cuddy estacionar. Lis abrió la ventana que daba a su patio trasero:
-No la hay.
-Oh vamos Lis…
-Mi padre te matará y mi madre a mí. Créeme, será lo más sano para los dos.
El chico, de mala gana, saltó por la ventana. Lis cerró las cortinas y volvió al sofá para no levantar sospechas, pero vio su braga colgando de la cortina por lo que corrió a ponérsela justo a tiempo que su madre y Mike entraban a la sala.
-Me fijé de casualidad en tu mensaje cariño ¿Por qué no fuiste donde tu amiga?
-Me quedé estudiando para mi examen de francés.
-Votre français est parfait, mon amour (Tu francés es perfecto, mi amor) –Cuddy le sonrió tiernamente a Lis y se fue a la cocina a ayudar a House. Mike se sentó junto a Lis.
-¿Se te perdió algo, enano? –Le preguntó la adolescente sin despegar la vista del libro.
-Toma –Mike le pasó a Lis un sostén- Se te olvidó ponértelo hermana.
-Mierda –Lis lo guardó rápidamente entre sus cosas- Gracias y…
-No le diré nada a mamá –Mike sonrió, ganándose un tierno beso de Lis- Cuando crezca ¿Me contarás esas cosas que dices que son de grande?
-Claro que sí –Lis abrazó a su hermano- ¿No te das cuenta, hermano querido, que juntos podemos ganarle a nuestros grandes y eternos enemigos?
-¿Mamá y papá?
-Exacto.
-Pero yo aún no sé cómo dividir ¿Es ése un problema?
-Una dificultad, pero tranquilo, yo seré nuestro cerebro mientras el tuyo se desarrolla.
Ambos chocaron las palmas y sonrieron con complicidad.
El celular de Lis le avisó que le había llegado un mensaje, por lo que lo sacó del bolsillo y lo leyó:
"Viernes fiesta en casa de Zack, no olvides traer eso"
-¿Qué es eso?
-Cosas de grandes, enano –Lis se quedó pensativa un momento.
-Quiero jugar con tu celular.
-No ahora.
Mike arrugó el ceño, esperó que su hermana se despistara, le quitó el celular y salió corriendo. Lis salió tras él:
-¡Enano mi celular!
-No me alcanzas, no me alcanzas –Cantaba Mike con diversión corriendo por toda la casa.
Cuddy sostenía una ensalada cuando vio a sus dos hijos correr por la casa. Una tonta sonrisa se le dibujó en el rostro:
-Chicos… van a ensuciar su ropa. Lisa aún traes el uniforme, debiste sacártelo apenas llegaste.
-¡Sí se lo sacó! –Mike gritó.
-¡ENANOOOO! –Lis lo alcanzó y lo tomó de las piernas, dejándolo boca abajo- ¡Discúlpate!
-¡Mamá, Lis lo está haciendo de nuevo! –Mike se intentaba en vano soltar.
-Lis… -Cuddy ponía el servicio sin prestarles demasiada atención.
-¡Dame mi celular! –Lis seguía sosteniendo a su hermano de las piernas, pero lo soltó al sentir como un tercero le hacía cosquillas en el vientre. Mike cayó al suelo y ésta se volteó a ver- ¡PAPÁ!
-Tan pequeña, flaquita y abusadora –House la tomó a ella en brazos tal como a un bebé- Es muy malo abusar del que es más pequeño tú ¿No?
-¡Papá, bájame, bájame!
Lis luchaba en vano de librarse. Era tan delgada y frágil que no podía hacer nada contra de los potentes brazos de su padre. Su cabello ondulado color azabache se movía de un lado al otro y su flequillo le tapaba los ojos.
Mike se paró y saltó al cuello de House, para colgarse también.
-No, no, no soy tan fuerte –House decía moviéndose de un lugar al otro.
Los tres jugaban cuando un fuerte pito los hizo caer a todos. Adoloridos, miraron hacia la entrada del comedor y vieron a Cuddy con una juguetona sonrisa:
-La cena está servida, chicos.
Los tres se levantaron y acompañaron a Cuddy al comedor. Mike le pasó el celular a Lis y le dio un tierno beso en la mejilla, sacándole la lengua después. Lis sonrió también y guardó su celular en el bolsillo, pasándole por debajo de la mesa el celular de House a su hermano y un par de centavos, ambas cosas sacadas en el forcejeo con su padre. Mike al ver esto, también por debajo de la mesa, le entregó a su hermana las llaves del auto de su papá
Los dos cerraron su trueque con una chocada silenciosa de manos.
Los cuatro comenzaron a comer.
Noche, habitación matrimonial
Cuddy entró a su habitación suspirando de cansancio. House leía un libro con sus anteojos puestos.
-Tengo una cita con el ministro el viernes –Le contó Cuddy sacándose las botas y comenzando a sacarse la falda.
-Es genial, tendré una esposa famosa.
-Idiota –Cuddy sonrió y se quitó la blusa también, quedando en ropa interior- Pero sí es cierto que si me va bien con él, los inversionistas se duplicarán.
-Lo que nos dice unas vacaciones en las Bahamas y un aumento a tu más fiel subordinado –House se levantó para quedar frente a Cuddy y comenzar a besar su cuello apasionadamente.
-¿Wilson? –Cuddy bromeó, dejándose querer, acariciando su cabello.
-Muy graciosa –La tomó en brazos e hizo que ésta abrazara su cintura con sus piernas- Creo que eso merece una celebración.
-Eso creo también –Cuddy se quitó los lentes, la traba que amarraba su pelo y se dedicó de lleno a besar a su marido. House retrocedió con ella encima hasta la cama y se dejó caer, logrando que ambos rieran- Cuidado… -Cuddy le sacó la camisa que House traía y comenzó a recorrer su cuerpo con la lengua mientras éste presionaba su trasero.
Pero un ruido los hizo parar.
-Mamá –Mike tocaba la puerta al otro lado- Tuve una pesadilla, quiero dormir con ustedes.
-¿Tú no tienes una hermana mayor que te aguanta eso cada noche? –House preguntó, evidentemente frustrado.
-Está hablando con su novio por teléfono, jamás cortará y no podré dormir.
-Mierda –Cuddy se levantó, se puso una fina bata de seda encima y puso una almohada justo sobre la creciente erección de su marido- Había una mejor solución para bajar a mi chico.
Cuddy se encogió de hombros y sonrió. Abrió la puerta y Mike, usando un lindo piyama de autitos verde, la abrazó y entró a la habitación, metiéndose en el medio de la cama. House, quién ya se había recompuesto del excitante momento vivido momentos atrás, se sentó y miró a Mike con el ceño fruncido:
-Tú, dormirás de ese otro lado.
-¿Por qué no al medio? –Mike no entendía.
-Porque yo quiero abrazar a mamá esta vez –Le dijo en forma infantil y corrió al pequeño a un extremo de la cama.
-Puedo abrazarlos a ambos –Cuddy sonrió y se puso entre los dos, delante de House y atrás de Mike- Luces apagadas.
-Buenas noches mamá, papá.
-Buenas noches mi amor.
-¿Quién es tu amor? –House preguntó, haciéndose el resentido.
-Claro que tú –Cuddy le respondió sonriendo, besándolo tiernamente en los labios.
-Pero yo también quiero ser tu amor mamá –Mike se había enojado.
-Tú también lo eres –Besó tiernamente a Mike en la frente y lo abrazó- Ahora a dormir.
House la apegó mucho más a su cuerpo y comenzó a lamer su lóbulo. Cuddy le susurró:
-Ni siquiera lo pienses…
-Aguafiestas.
Cuddy sonrió.
Los tres comenzaron a dormir.
Habitación de Lis
-Han apagado las luces –Lis dijo a través del teléfono.
-Perfecto ¿A qué hora llegarás?
-En media hora.
-Genial, adiós.
Lis cortó el celular y volvió a mirar la habitación de sus padres, asegurándose.
La habitación de Lis era la más particular de todas: estaba dividida en dos partes, una se encontraba en el segundo piso y la otra en el tercero, conectadas por una pequeña escalera plegable.
La parte de abajo, y la más grande, tenía la pared blanca con algunos círculos naranjas y plomos. La cama, de dos plazas color gris, daba justo a un gran y bonito ventanal, del tamaño de su pared frontal.
En la pared estaban pintadas como una gran obra de arte, figuras extrañas y diferentes, de muchos colores.
Alrededor de toda la habitación había una especie de circuito en donde su ratón blanco, Scabers, jugaba y corría todo el tiempo que él quería, finalizando en una jaula más grande, donde tenía su rueda, su cama y otros juguetes para su diversión. La jaula estaba junto a su colección de libros de la saga de Harry Potter, libros por los cual llamó así a su ratón.
En la parte de arriba, que era mucho más pequeña, destacaba un puf casi tan grande como una cama de una plaza, la pared llena de un montón de fotografías puestas en forma estratégica que combinaban con toda la habitación. Las fotografías variaban desde insectos a personas desconocidas, todo en blanco y negro.
En sus estanterías tenía principalmente figuras extrañas compradas en los diferentes países a los que había ido, como aves, criaturas mitológicas, peces extraños o rostros pintados.
En vez de techo, tenía un gran ventanal, conectado a otra pequeña escalera. Había un costoso equipo musical a un rincón, un montón de discos musicales amontonados, un set para pintar, una cámara fotográfica muy antigua y un frasco de vidrio con un órgano pequeño adentro, flotando en un agua de color rojo.
En el centro de esa pequeña habitación, había apenas una ventana redonda del tamaño de su cabeza, que daba a todos los lados de su casa.
Lis estaba ahí, mirando por la ventanilla como todo estaba apagado. Bajó a la primera habitación dando un gran salto, vistiendo ahora unos jeans y una polera roja. Había amarrado su cabello en una coleta.
Abrió una puertecilla de cristal que estaba en su ventanal y salió a su balcón: un lugar no muy grande, con una silla de playa y una iguana al otro lado. La iguana dormía.
-¿Es que tú nunca te despiertas?
El balcón de Lis estaba junto a un gran árbol lleno de hojas y ramas, por lo que no le costó mucho bajar por el árbol al primer piso.
Se metió al garaje y lo más silenciosamente que pudo, sacó el auto de su padre y echó a andar en él.
En el camino, encontró una braga femenina en el asiento.
-Ni viejos se les quita lo calientes.
Rodó los ojos y siguió su camino aquella noche de otoño en Jersey.
6 años atrás
-¿Te gusta? Aquí va –House comenzó a tocar una divertida y alegre melodía en piano, mientras a su lado, Mike reía sin parar y tocaba una que otra tecla imaginando tocar como él- Eso, muy bien… algo de práctica y le ganarás a la fea de Lis.
Cuddy observaba todo apoyada en la pared, con una sonrisa tonta.
House la miró y se sintió algo intimidado, comentándole:
-Le gusta el piano.
-Sí.
-Él… no es tan malo después de todo –Volvió a mirar al rubio, quién no dejaba de reír y tocar algunas teclas torpemente- Me agrada, de hecho.
-No lo has visto cuando pongo los deportes en la TV, enloquece.
House asintió, sonriendo. Ya había anochecido y hace bastante debió haberse ido, pero por alguna razón no quería.
Cuddy tampoco quería que se fuera…
-¿Quieres cenar con nosotros? –Le propuso, algo dudosa.
-No lo sé…
-Pediremos sushi.
House sonrió.
Continuará.
Tranquilos, que poco a poco iré explicando qué es lo que pasó.
Próx. capítulo: Alicia, escapa de la reina de corazones.
