Sherlock Holmes no me pertenece y esto lo hago con el ánimo de entretención y no lucro.
Disfruten.


William

Llegó jadeando; podía oír su respiración desde arriba.
Cuando subió, demorado quizá en sacarse la bufanda, quedé impresionado; aún más que la mañana del arpón ensangrentado y el cerdo muerto.
Tenía la cara amoratada y un poco inflamada; del labio, partido, salía un hilillo de sangre. Su mejilla, por sobre el pómulo izquierdo, presentaba un corte horrible.
Temblaba, no sé si por la confusión y nerviosismo en los que venía o porque su ropa estilaba de lo mojada.
Cuando intenté quitarle el abrigo se removió inquieto y me miró como si me desconociera.
Cuando al fin logré sacárselo, noté los nudillos lastimados y las palmas rasmilladas.
Quise que contestara algunas preguntas, las típicas para ver su grado de conciencia pero no contestó a ninguna.
Pude llevarlo hasta su habitación y quitarle la ropa mojada, bajo la cual pude ver su piel lastimada, el pecho presentando algunos moratones y unos dedos marcados sobre sus hombros.

Hacer que se duchara fue imposible.
Colocarle la ropa interior y un pijama seco fue realmente dificultoso, cada pedazo de piel necesaria de tocar estaba fuertemente herida y las reacciones de Sherlock me asustaban.
Jamás lo había visto tan adolorido.
Acostarlo fue otro desafío; las zonas heridas reaccionaban incluso al toque de la sábana de seda.
Intentó decir algo, pero fue totalmente ininteligible.
Le dejé durmiendo unos pocos minutos mientras hervía el agua, conseguía bi-alcohol, una toalla, calmantes y hielo.
Tras darle los calmantes y colocarle la bolsa de agua caliente en los pies durmió un par de horas en las que pude curarle las heridas y desinflamarle el rostro.
Al despertar dijo mi nombre e intentó moverse pero el dolor lo evitó y sólo pudo volver a recostarse.

"-John"-dijo semi-consciente- "No…te vayas…"

"-Tranquilo, esperaré hasta que te duermas…"

"-Quédate esta noche… No…no… te vayas…"

"-No te alteres, no me iré. Voy a buscar un poco de agua para que te enjuagues la boca y a cambiar el agua de tu bolsa de agua. ¿Quieres algo más? "

"-Un…dulce…"

"-Ok. Vuelvo enseguida"

Cuando volví estaba durmiendo nuevamente. Lo desperté para que se lavara la boca y comiera el dulce.
El labio ya no le sangraba.
Intenté ir a la despensa, pero antes de salir, Sherlock me detuvo.
Susurró mi nombre entrecortadamente y, al acercarme, pude notar la humedad en su rostro.
Lloraba.

"-Iré a por más calmantes"

"-No. No me duele nada…"

"-Vamos, no sirve hacerse el valiente"

"-John- dijo, antes de sollozar y empezar a llorar- Quiero a William de vuelta…"

Oh.
Ahora entendía.
William.


Spoiler: Ese nombre había surgido entre nosotros aproximadamente tres meses antes (...)


Próximo capítulo: Dos más uno.