Nota importante: Sailor moon no me pertenece, este fic es sin animo de lucro.

La cruel venganza.

Quiero libertad.

Cuando despertó Serena se tomó su tiempo para recordar donde estaba, desde su accidente que la dejo sin memoria le ocurría aquello todos los días, desertaba preguntando donde estaba, pero la respuesta era siempre la misma, se levantó de la cama y camino por el cuarto, aun muchas cosas la confundían, pero era una sensación que ya estaba aprendiendo a manejar gracias al psicólogo que su hermano mayor Nicolás y su esposa Rei, ambos eran su gran apoyo.

Al bajar a desayunar recordó el extraño sueño de la noch3e anterior, desde algunas semanas llevaba soñando con el llanto de un bebé, ella intentaba alcanzarlo para tranquilizarlo pero nunca lo encontraba, finalmente se rendía y despertaba asustada y desorientada.

- Buenos días.- Entro en el comedor donde su cuñada y hermano ya estaban desayunando.

- Hola Serena toma asiento.- Rey como siempre la saludaba de muy buen ánimo.

- ¿Cómo estas hermano?

- Bien, muy bien.- Su hermano no daba mayor respuesta.

- Hermano yo. . . Quería hablar contigo de algo.

- Puedes decirme Serena.

- Me gustaría salir de casa, al menos a dar un paseo en las cercanías, yo estoy algo aburrida aquí en casa desde que salí del hospital hace dos meses.

- No Serena.- Nicolás respondió de inmediato.- No vas a salir de esta casa al menos durante un tiempo más.

- Pero. . .

- Pero nada, aun estas delicada, además puedes recuperar tu memoria en cualquier comento y no quiero arriesgarme a que te suceda lejos de casa.

- Nicolás no me gusta estar encerrada mucho tiempo.

- He dicho mi última palabra Serena, me harás caso

- Si hermano.- La joven se levantó del comedor, de pronto ya no tenía hambre, llevaba días armándose de valor para pedirle a su hermano que la dejara salir de casa, pero ya tenía su respuesta un gran no de parte de Nicolás.

Volvió a su cuarto sumida en una profunda depresión, quería salir de casa, tomar aire fresco, solo le se permitía salir a los jardines de la casa y al patio, su hermano se preocupaba en exceso de ella y por eso le restringía su libertad, Nicolás argumentaba que en casa tenía todas la comodidades que una joven de veinte años podría tener, incluso le negaba que ella pudiese estudiar arte en la universidad, que era lo que más les gustaba.

- Serena.- La voz de Rei la saco de su ensoñación.- Querida te traje algo de comer, no debes comenzar el día sin nada en el estómago.

- No tengo hambre pero gracias.

- Serena no tienes que estar triste, aunque son exageradas, las medidas de Nicolás solo son para su bien y el de tu salud.

- Pero me siento prisionera Rei.

- Lo sé, mira si él me deja podrás acompañarme pasado mañana al salón de belleza, debo hacerme las uñas.

Su cuñada y ella tenían muy poco en común, si bien ella no era fanática de ir a los salones de belleza aceptaría ir si eso significaba salir aunque sea solo unos instantes de aquella casa que se empeñaba en mantenerla oculta.

- Muchas gracias Rei, agradezco esto que haces.

- Bien, pero ahora come.

- Si.- La joven tomo la bandeja que ei había dejado al entrar.

- Ahora solo resta ver que dirá mi marido, te dejo.

En la mansión Chiba.

Darien camino hasta su despacho rápidamente, el detective que había contratado hace unos meses ya estaba ahí, necesitaba saber que noticias tenia, necesitaba saber si la había encontrado al fin.

- Darien.- Una voz femenina algo molesta a esas altura lo llamo, era Beryl.- ¿Dónde vas querido?

- A mi despacho, el detective ya llego.

- ¿Por qué Darien?-La mujer se le acerco.- ¿Por qué su recuerdo te sigue obsesionando? Ella ya te abandono, no te quiere.

- Silencio.- Le dio una sonora bofetada.- No vuelvas a hablar de ella, nunca te lo permití, y no lo comenzare a hacer ahora.

- Bien, vete a buscarla, síguela y verás cómo te abandona de nuevo.

- Vete, vete Beryl.

- Bien, como tú digas.- Le dijo la mujer mientras se frotaba la mejilla.- Pero recuerda que estoy aquí para ti.

Darien entro en el despacho y miro al hombre de reojo mientras se sentaba detrás de su escritorio.

- Hable.- Le ordeno.

- No hay duda señor Chiba, la mujer está escondida en la casa Tsukino, pero está fuertemente custodiada.

- Me lo imaginaba.- Darien apretó los puños.- ¿Y de lo otro?

- Nada, en el hospital donde atendieron a la mujer borraron todo archivo con su nombre, y pocas personas que trabajan ahí saben algo sobre su caso.

- Maldita sea. . .

- Todo lo que pude averiguar hasta ahora es que mañana Nicolás Tsukino saldrá de la ciudad, y su esposa tiene cita con el salón belleza. . .

- Y siempre que Rei sale lo hace con guarda espaldas.- Agrego Darien.- Y si ella sigue ahí poder atacar la casa y sacarla.

Era la oportunidad perfecta para tener la venganza que quería de la familia Tsukino y de todos sus malditos integrantes, iba a empezar por el eslabón más débil de la cadena, y después de haber destruido a esa familia iba a seguir en su desesperada búsqueda.

- Muchas gracias por todo.- Saco su chequera.- ¿Cuánto?

- Lo de siempre señor, si quiere que continúe con la búsqueda solo debe decirme.

- Siga con la investigación principal, es lo único que me importa a fin de cuenta.

- Bien, lo vendré a ver en cuanto tenga noticias.

- No aparece acá hasta que encuentre lo que le estoy pidiendo.

En la casa Tsukino.

- No Rei y es mi última palabra.- Serena estaba escondida escuchando a su hermano, su cuñada estaba intercediendo por ella.

- Mi amor por favor, Serena tiene razón, necesita aire fresco. . .

- Esta casa tiene todo lo que una chica de su edad puede querer, piscina, juegos electrónicos y una gran sala de cine. . .

- ¿No vas a dar tu brazo a torcer verdad? – La mujer de su hermano se escuchaba calmada.- Bien, pero tendrás que decirle tú a Serena porque no puede venir conmigo.

- Rei cariño, sabes porque prefiero mantenerla oculta.

¿Oculta? ¿A qué se refería su hermano? Trato de apegarse más a la puerta que daba al cuarto que su hermano compartía con su mujer, estaba extrañada de las palabras de su hermano mayor, no comprendía porque él necesitaba tenerla escondida. ¿Escondida de quién?

- Lo sé y sabes que estás conmigo en esto, pero han pasado meses y no has tenido noticia alguna de ese hombre. . .

- La mujer me aseguro que la sigue buscando, a ella y a tu ya saben quién.

- ¿Aun no puedes siquiera pronunciar su nombre verdad?- La voz de su cuñada sonaba melancólica.- Pero ella no tiene la culpa de nada.

- Basta, no me recuerdes ese maldito pasado, además me voy mañana. . .

- Pero Nicolás que hare con Serena le prometí llevarla a algún sitio.

Su hermano estuvo en silencio tanto tiempo que por unos cuantos segundo ella había albergado la idea de que Nicolás había cambiado de opinión acerca de mantenerla encerrada, pero al oírlo supo que no era así.

- Te propongo un trato, cuando vuelva las llevare al lugar que tú quieras.- Aquello la hirió.

Fue hasta su cuarto y rompió a llorar, no había comprendido nada de lo que su hermano hablaba tan en clave con su mujer, y tampoco había tenido la valentía de entrar al cuarto y reclamarle, mal que mal ellos estaban jugando con su vida, le ocultaban algo de eso estaba segura, y lo más probable era que se tratase de lo que ella había estado haciendo antes de su accidente, antes de que perdiera los recuerdos de hace tres años, el único recuerdo más o menos claro era que había estado preparando su vestido para una fiesta de máscaras en la cual su hermano y en ese entonces prometida Rei habían sido invitados y los que habían consentido llevarla para que ella conociera a la gente más importante de la ciudad, después de aquello su mente era un caos completo, y cada vez que intentaba recuperar algo de su vida pasada terminaba con un infernal dolor de cabeza.

De pronto un maravilloso plan le salto a la mente, su hermano salía de viaje mañana, Rei iba salir por la mañana al salón de belleza e iba a tardar hasta más o menos la hora de la comida, tenía toda la mañana para tratar de salir a escondidas de casa, su hermano contaba con diez guardias de seguridad en la casa, dos de ellos iban con él en su viaje, como siempre, y a lo menos tres irían acompañando a Rei, lo que significa que tendría que burlar a cinco de ellos, pan comido para una chica delgada y de buena forma.

A la mañana siguiente y mientras se despedía de su hermano la joven le presto más atención en saber que guardias iban a salir tanto con su hermano como con su cuñada, la noche anterior y antes de irse a dormir Rei había sido muy amorosa con ella al explicarle que Nicolás no le había autorizado a salir de casa, para no levantarse sospechas se había lamento mucho incluso había logrado fingir algunas lágrimas.

- Serena.- Una voz la saco de sus recuerdo, era Rei.- Ya me tengo que ir, si sucede cualquier cosa estoy en el teléfono móvil, volveré a la hora de almuerzo, por favor perdóname por no poder hacer más.

- No te preocupes, pienso aprovecharme cuando Nicolás cumpla su promesa y nos saque a ambas de paseo.- Le dijo sonriente.

- Así se habla, bien me voy.

- Rojo.- Le hablo al guardia de mayor rango de la casa, su hermano llevaba a su personal de seguridad con colores.- Me duele mucho la cabeza, me iré a dormir al cuarto. ¿Si ocurre algo tú te encargas verdad?

- Si señorita Tsukino, vaya tranquila.- El hombre, de unos aproximadamente treinta años le sonrió.

- Gracias por proteger la casa y a mi.- Salió disparada hacia su cuarto.

Al llegar al cuarto comenzó a idear su plan de escape, el único muro más o menos bajo de la casa era el del patio donde estaba la piscina techada y eso significaba que tendría que irse por entre el tejado y salta del muro al suelo, iba a ser muy arriesgado pero estaba dispuesto a hacerlo, corrió hasta una pequeña sala de estar que afortunadamente su ventana tenía acceso más cercano al techo de la piscina, estaba segura de que a esa hora de la mañana y dado que Rei y Nicolás habían salido más o menos temprano, iban a estar desayunando, tomo un pequeño bolso, donde llevaba un cambio de ropa, todo para evitar que al descubrir su fuga los guardas la dieran rápido alcance, salto al tejado y tras hacer grandes intento de equilibrio consiguió caminar hasta el muro, pero su cálculo no fue el mejor aquel muro tenia a lo menos un metro noventa de altura y ella que solo media poco más de metro sesenta se aterro por completo, era un salto bastante alto.

- Respira, solo respira y salta cuando lo consideres necesario.

- ¡Señorita Tsukino!- La voz de rojo la asusto.- Baje de ahí.

- Maldita sea. . .- Estaba tan cerca de la libertad y a la vez tan lejos, tenía que saltar o no solo iba a seguir prisionera de ese lugar sino que además estaba segura de que al volver Nicolás iba a regañarla muy feo.

- Señorita Tsukino le ordeno de baje de ahí.- Rojo se estaba acercando con otros dos guardias más.

Estaba a punto de conseguir lo que más quería, lanzo su mochila solo para ver cuán rápido lograba aterrizar, en ese momento un hombre alto de cabello oscuro apareció, al parecer intrigado del objeto que había caído.

- Hola.- Lo saludo mientras se acomodaba para saltar.- ¿Puedes moverte? Voy a saltar.

- Parece que estas escapando.- Le dijo él hombre, llevaba puestos unos lentes oscuros así que no pudo descifrar bien su expresión.

- Pues digamos que me tienen prisionera, ahora cuidado.- Respiro hondo y salto, pero el hombre no se movió, al parecer iba a intentar ayudarla.

Lo cual así fue, aterrizo gracias a la ayuda del hombre de todos modos y dado el golpe ambos cayeron al suelo, el hombre le había servido como colchón, cuando se levantó escucho las rejas mecánicas de la casa abrirse, iba a ir tras de ella en poco segundos.

- Maldita sea tengo que irme, me estarán persiguiendo.- Miro al hombre y le sonrió.- Muchas gracias ahora tengo que dejarte, si preguntan por mí no me has visto.

- Hare más que no verte.- El hombre se paró del suelo, estaba sacando algo del bolsillo interior de su chaqueta verde.- Voy a sacarte de aquí.

- ¿De verdad? Muchas gracias.

- He esperado mucho para esto.- El hombre fue muy rápido y antes de que ella se diera cuenta le estaba apretando la nariz con un pañuelo blanco. Intento defenderse pero le fue inútil, sus fuerzas comenzaron a flaquear y cerró sus ojos.

- Darien tenemos que irnos. . .- La voz de su mano derecha Andrew se acercaba.- ¿Ya la tienes? ¿Cómo lo lograste?

- Se lanzó de aquel muro, parece que estaba escapando.

- ¿Te dijo algo? Quizá todo este tiempo haya estado encerrada por su hermano mayor.

- Fue lo que pensé al verla intentar escapar, pero no me reconoció para nada.-Escucho el sonido de autos acelerándose.- Coge la mochila tenemos que irnos.

Logro meter a la rubia en su auto y escapar a tiempo, ninguno de los autos de Tsukino los seguía, así que supuso que no se habían dado cuenta de que se la había llevado, mientras Andrew conducía y él viajaba en el asiento del copiloto miro hacia los asientos traseros, su presa aun dormía, su venganza estaba por comenzar.

Pobre Serena que salió para buscar libertad y quedo atrapada por un desconocido, este es el primer capítulo de un fic que espero les guste, como ya saben dejen Reviews tanto si les gusta como si no, espero poder subir pronto el segundo capitulo, y desde ya advierto lo siguiente: va a tener algo de violencia y lemon según se vaya desarrollando la historia, saludo.