Hola, primero que todo, es mi primer fic de Inuyasha y sobretodo de esta pareja, que es mi favorita. Es un proyecto que quisiera seguir si es de su agrado, por favor, agradecería mucho su opinión y su apoyo. La pareja es Sesshoumaru/Kagome y es rango M por algunas situaciones que un adulto entendería solamente.
Para que tengan todo claro, este fanfic se sitúa después de la muerte de Kikyo y Rin. Para aquellos que no hayan visto Inuyasha Final Arc, Rin muere por segunda vez gracias a una prueba puesta por la madre de Sesshoumaru para hacer más fuerte a Tenseiga. Ésta revive a Rin con un collar que es capaz de abrir portales al Inframundo comprobando el apego de su hijo por la pequeña niña.
Si tienen alguna duda, solo díganme. Ah, si no entienden alguna palabra en japonés también díganme para utilizarlas menos.
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PROMESAS
By: Meg_ek
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Declaración de Derechos de Autor: Los personajes de este respectivo anime No me pertenecen.
Datos de Interés
"…"- Lo que dice un personaje
'cursiva' - Lo que piensa un personaje
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Capitulo # 1: En mi Lugar
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Estos ojos cerrados me llevaron a un camino,
que mis pies cansados recorrieron sin pensar.
El viento acaricia mi alma,
la incita a despertar
Sin corazón he vivido
Por miedo a desenfrenar
Emociones que prefiero olvidar
'Sesshoumaru-sama…'
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Hace mucho tiempo, había oído su nombre dicho con tanta devoción, pero había reprimido todo recuerdo de su voz, la forma en la que sus manos lo acariciaban hasta lograr dominar todo lo que él era, aquella que su bestia interna había reconocido como su compañera. Sin abrir los ojos, trataba de entender porque pensaba en ella en esos momentos. Poco podía recordarla, había sido distorsionada por las corrientes del tiempo. Su aroma, su rostro emergía como la niebla en sus recuerdos, ella era un misterio que solo había dejado dolor y un gran odio dentro de sí mismo. Ojos azules que se perdieron en la oscuridad dejando melancolía y confusión en su camino.
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'Le prometo Sesshoumaru-sama, que mi vida será suya…'
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- "Humanos…" - dijo Sesshoumaru con desprecio antes de abrir los ojos y observar delante de él a Rin con una gran sonrisa.
-"¡Sesshoumaru-sama!" – la voz estridente de Rin lo saco de sus pensamientos.
Sesshoumaru la miro sin cambiar su expresión a pesar de la curiosidad que sentía. No podía sentir su aroma ni su presencia – "Rin, le explicaras a este Sesshoumaru porque no puede sentir tu aroma" – pregunto Sesshoumaru en un tono apacible reprimiendo un suspiro. Sospechaba que la miko estaba involucrada en el plan intrincado de Rin en la invasión de su privacidad.
- "Pero usted dijo humanos. Rin pensó que Sesshoumaru-sama había sentido a Rin" – respondió la pequeña poniendo su dedo índice en su labio inferior.
Sesshoumaru alzo una ceja y gruño suavemente sintiendo que su paciencia esa noche estaba escaza.
– "Kagome-chan me dijo que esto servirá para mañana. Que usted estaría muy ocupado y que Rin debía estar escondida en un lugar seguro para no preocuparlo" – Sesshoumaru no mostro su desconcierto ante las palabras de Rin, pero por unos segundos, sus ojos habían mostrado confusión.
-"¿Dónde está la miko, Rin?" – Pregunto con voz ronca.
– "Kagome esta con Shippou-chan, Sesshoumaru-sama. Ella me dijo que a usted le gustaría verme antes de dormir, que mañana será un día muy importante para usted. Kagome-chan le dijo a Rin, que debía sonreír en todo momento para que Sesshoumaru-sama fuera fuerte y por eso, Rin sonríe" – contesto la niña sonriendo ampliamente para él, mientras perseguía una mariposa que volaba alrededor del fuego que la fogata les proporcionaba.
Rin sin esperar una respuesta de su amo, corrió hacia Kagome dejando a un inuyoukai pensativo en la soledad de sus propios pensamientos.
- 'Humanos… este Sesshoumaru no necesita de sonrisas para derrotar a ningún oponente'- pensó aun enojado por el atrevimiento de Kagome.
– "Aun así…" – dijo alzando la mirada a la luna.
Sesshoumaru continuaba en la misma posición, en sus labios se formo una sonrisa que solo la oscuridad de la noche contemplo – "Miko, al parecer eres tan observadora como este Sesshoumaru" – susurro mientras giraba su cabeza, y dirigía su mirada a Kagome. La miko sonreía para el kitsune, como solo una madre lo haría – "Es una lástima que sea humana" – menciono Sesshoumaru recordando el momento en el que acepto viajar con el excéntrico grupo.
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-o-Flashback-o-
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Dos meses se cumplirían esa noche, hace ocho semanas la Miko de la Shikon no Tama, se había acercado a él con la propuesta de unirse al grupo de Inuyasha. Había rechazado su invitación sin dudarlo, pero esa misma tarde, Naraku los ataco y la pequeña miko había protegido a Rin con su cuerpo sin pensarlo.
- "¡Rin!" – la voz llena de preocupación de Kagome llego a los oídos del Inugumi. Sesshoumaru, quien luchaba contra una de las marionetas de Naraku junto a Inuyasha y Sango, no notaron al youkai serpiente que sigilosamente se había acercado a la protegida del Lord del Oeste.
Kagome logro proteger a la pequeña antes que la gran serpiente pudiera herirla. A pesar de purificarlo, el cuerpo de la serpiente exploto esparciendo grandes pedazos de su cuerpo en todas las direcciones. La miko sin tener tiempo para pensar, abrazo a la niña y sintió el impacto de la cola en su espalda.
- "¡Kagome!" – Inuyasha inmediatamente elimino con su ataque del viento cortante a la marioneta y corrió hacia la miko. Por instinto esquivo la onda de youki que Sesshoumaru había liberado advirtiéndole no acercarse – "¡Keh!" – dijo protestando por la arrogancia de su hermano y acercándose a Kagome quedando dos metros detrás del Inuyoukai.
Sesshoumaru permanecía inmóvil viendo el cuerpo inconsciente de la miko. Había presenciado todo y a pesar de su velocidad no había llegado a tiempo. Y ahí, debajo del pequeño cuerpo de la pelinegra, Rin un poco aturdida, intentaba despertarla.
- "Rin, ¿estás bien?"- Se escucho la voz del youkai con tintes apenas ocultos de preocupación.
- "Rin está bien, Sesshoumaru-sama" – respondió su protegida llorando – "Mi señor, Kagome-chan no despierta" – dijo la niña limpiando sus lagrimas, mirándolo con miedo impreso en ambas pupilas.
- "Solo está dormida, Rin" – dijo Sesshoumaru con una voz suave tratando de tranquilizarla. La castaña asintió y miro expectante a Kagome.
Sesshoumaru observaba lleno de dudas el cuerpo de la miko. Rin era su protegida y nada obligaba a la humana a haber cometido ese acto de valentía, o mejor dicho, estupidez. El olor a sangre llego a su nariz, aunque en una cantidad muy pequeña, la humana estaba herida por su propia incompetencia y ahora estaba en deuda con ella.
Gruño lleno de rabia hacia sí mismo, hasta que sus oídos escucharon los gemidos de Kagome.
-"¿Rin?" - pregunto Kagome con una voz llena de preocupación. Se apoyo en sus codos y quedo sentada viendo un poco nerviosa como todos estaban a su alrededor mirándola preocupados – '¿Qué sucedió?' – intento recordar y todo vino a su cabeza – "Estoy bien. Por favor, no me miren así" – Kagome rascaba su cabeza tratando de tranquilizar al grupo. Su sonrisa nada convincente provoco que todos alzaran una ceja y la miraran nuevamente preocupados – "Chicos, ya les dije que todo está…" – intento ponerse de pie y un dolor en el área baja izquierda de su espalda la hizo arrepentirse. Apretó los ojos tratando de calmar el dolor.
- "¡Kagome-chan!" – Rin se abalanzo sobre Kagome y comenzó a agradecerle por haberla salvado.
Sesshoumaru observaba como Rin abrazaba a la miko, y está, ocultando el dolor que le causaba el abrazo, correspondió con una sonrisa mientras peinaba con sus dedos el cabello chocolate de Rin maternalmente.
Inuyasha se acerco aun más estudiando los movimientos de Sesshoumaru. ¿Por qué no apartaba a Kagome de la pequeña humana que él siempre protegía? Miro hacia el cielo y sonrió – 'Quizás Kagome logre lo que ningún ser viviente ha logrado' – pensó con una sonrisa llena de malicia, el hanyou – 'Es la única capaz de cambiar la mentalidad de Sesshoumaru' – Inuyasha apenas pudo reprimir una sonrisa al ver como Sesshoumaru trataba de ocultar su fastidio al escuchar a Rin gritando y riendo mientras Kagome le hacía cosquillas - "Oh, cuanto ha caído"
- "Kagome, ven. Te revisare las heridas" – la dulce voz de Sango llamo la atención de todos. En su hombro, Miroku se apoyaba un poco mareado al haber succionado con su kazaana los insectos venenosos de Naraku.
- "Estoy bien, Sango, no te preocupes. Solo son raspones" – dijo la miko, recuperando el aliento luego de tanto reírse.
Sesshoumaru sabía que mentía. El olor a sangre que despedía la miko le decía que no solo eran unos cuantos raspones, pero su mirada llena de preocupación hacia Rin lo hizo comprender la razón de su inocente engaño – 'Tan mortal e ingenua. Tan humana' – Y precisamente esa humanidad lo perturbaba, ya que él no había llegado a tiempo para salvar a Rin.
-"¿Sesshoumaru? – la voz de Kagome lo saco de sus pensamientos – "Quisiera hablar con usted" – Le pido amablemente esperando el youkai accediera.
El Inu la miro por unos segundos y sin responder, camino hacia el bosque. Ya había caído la noche, y los rastros de la batalla aun seguían frescos en sus memorias. Sesshoumaru contrajo sus puños logrando que sus garras cortaran la palma de sus manos.
Se detuvo a una distancia prudente, en donde Inuyasha no pudiera escuchar las palabras de la miko, ni las de él – "Humana, le dirás a este Sesshoumaru porque protegiste a Rin" – exigió en tono molesto.
-"Es una respuesta bastante sencilla" – respondió Kagome indignada por el tono que había utilizado Sesshoumaru – "¿Acaso no hubieras hecho lo mismo?" – Respiro profundamente intentando calmarse – "Discúlpame si te ofendí al entrometerme, pero no me arrepiento de lo que hice, y si Rin estuviera en peligro de nuevo. Lo haría sin pensarlo" – dijo ya más calmada brindándole una amable sonrisa.
-"Aun no has respondido, miko" – dijo Sesshoumaru reprimiendo un gruñido.
No pudo evitar dejar escapar un suspiro un poco frustrada por la actitud de Sesshoumaru, pero no se dejaría intimidar por su mirada ni su tono autoritario -"Porque es lo correcto. Porque Rin estaba en peligro y no permitiría que algo le pasara" - respondió Kagome mirándolo directamente a los ojos, sin mostrar temor.
-"Miko…" – dispuesto a borrar esa mirada desafiante, fue interrumpido por Rin.
- "Sesshoumaru-sama, Kagome-chan" – sobresaltada por la voz de la pequeña, Kagome había olvidado por completo que Sesshoumaru por unos segundos la había amenazado – 'Gracias a ti, aun tengo una cabeza sobre mis hombros' – pensó con resignación dejando escapar el aire que había retenido inconscientemente, Kagome.
Sesshoumaru gruño internamente al ver como Rin protegía de su ira a la miko insolente. Después de todo había salvado a Rin de una muerte segura.
Por primera vez, su seguridad se desquebrajo como los fragmentos de un espejo. Ante él, Rin sonreía y brillaba mientras la miko la alzaba y le daba vueltas. Era casi hipnótico el sonido de sus risas y la alegría que desprendían. Nunca había visto a su pequeña como ahora, rodeada de amor y de seguridad. Y sin saber en qué momento, Rin se acerco a él y tomo su mano, mientras con su otra mano tomaba la de Kagome.
Dentro de él, la urgencia de soltarla se desvaneció a pesar de que todo su ser le decía que no debía comportarse de esa forma. Solo por esta vez, le permitiría a Rin vivir su pequeño sueño, aunque implicara a la miko como su compañera.
-"Sesshoumaru-sama, este es el día más feliz que Rin ha vivido" – dijo la niña mientras apretaba un poco su mano brindándole cariño.
El Lord del Oeste solo asintió y observo en silencio como ambas humanas sonreían. Al llegar al campamento, se recostó en un árbol y en silencio, disfruto del sonido angelical que Rin le brindaba mientras jugaba con Shippo.
¿Quién era él para negarle el amor de una familia a Rin? A pesar de su naturaleza fría y de pocas palabras, la niña lo seguía y lo amaba con tal intensidad. Decidió en el silencio de esa noche dejarla en la aldea de la miko pero su pequeña al ver que partía, se deslizo de la bolsa de dormir de Kagome sin despertar a nadie, y lo siguió.
- "Sesshoumaru-sama, Rin esta lista para irse con usted" – susurro sin despegar su rostro de su pierna.
- "Rin, regresa a la aldea" – dijo en un tono de voz monótono y frio.
- "Rin prometió seguirlo siempre, Sesshoumaru-sama"- en el aire, el youkai pudo percibir el olor salino de sus lagrimas – "¿Acaso mi Señor se ha cansado de Rin?" – pregunto despegando su pequeño rostro en un aspaviento. Pequeños orbes caoba brillaban a la luz de luna llenos de dolor.
Antes de que pronunciara palabra alguna, un aroma muy familiar lo golpeo de lleno. Alzo su mirada ámbar encontrándose con un fantasma que pensó olvidado. Recuperándose con rapidez, reconoció la miko que había salvado la vida de Rin. Kagome estaba ante él en su vestimenta de miko, la luz de la luna rodeaba su figura haciéndola ver como una diosa. Sesshoumaru no aparto sus ojos de ella, su cabello negro ahora azul se mecía dulcemente dejándolo percibir su fresco aroma.
- "Rin-chan, estoy segura que Sesshoumaru solo quiere lo mejor para ti. Ve a la aldea" – Kagome se acerco a ella y le brindo su mano – "Te prometo que volveré con Sesshoumaru, no hay nada que temer" – Rin miro por unos segundos a Kagome y luego miro a su Señor. Sesshoumaru asintió y Rin seco con sus pequeñas manos las lagrimas que humedecían sus mejillas– "Rin esperara a Sesshoumaru-sama y Kagome-chan en la aldea. ¡Rin promete portarse bien!"
Kagome la vio marchar, cuando Rin ya no podía oírlos, suspiro y miro hacia el cielo – "Sesshoumaru, debes quererla mucho. Pero la solución no es dejarla en la aldea, ya que en cualquier momento, un youkai puede atacarnos. Sé que desprecias a los humanos, pero solo esta vez, te pido dejes de lado nuestras diferencias y unamos nuestras fuerzas para proteger aquello que más atesoramos" – Kagome giro su rostro mirando al youkai por segunda vez en esa noche. Ámbar depredador la miraba con ansiedad, un escalofrió recorrió su cuerpo y aparto su mirada de él.
-"Miko"- su voz la sobresalto de inmediato, no esperaba escuchar tanta agresividad – "Nunca le has temido a este Sesshoumaru, ¿Qué ha cambiado?" – Kagome dudo nuevamente en mirarlo, pero debía hacerlo.
Contrayendo ambas manos, alzo su mirada. Sesshoumaru estaba tan cerca de ella que involuntariamente dio un paso hacia atrás. Ojos desmesurados veían con confusión al youkai, este se acerco y tomo firmemente su muñeca.
– "No es miedo lo que siento, Sesshoumaru" – En medio de aquel ámbar, habían emociones. Aquel youkai inmutable para ella, la miraba con reconocimiento y resolución. Sabía que esperaba una respuesta, y como Lord, siempre obtenía lo que quería – "Creo que estoy acostumbrada a ser ignorada por ti, o correr por mi vida" – Kagome dejo escapar una pequeña risa. Algo de lo que se arrepintió al sentir la presión que ahora ejercía Sesshoumaru en su muñeca –"Siempre hemos sido enemigos, a pesar de eso, te respeto y considero un guerrero formidable" – Kagome lo miro en medio de la oscuridad, y con su mano libre, cubrió la mano del youkai que cubría su muñeca. Era tan cálida y suave, que no pudo evitar sonreír desde su corazón – "Por primera vez me ves como Kagome, no como un obstáculo en tu camino, por eso no sabía cómo actuar" – Sesshoumaru en ningún momento dejo de mirarla, cada gesto, su sonrisa y por alguna extraña razón, sus ojos. Azul.
Sesshoumaru tembló ante el toque de su piel, pero no lo dejo ver. Aquella miko siempre había sido tan problemática, y ahora se atrevía a tocarlo sin su permiso - "Este Sesshoumaru acepta tu invitación, solo por Rin" – dijo en un tono tan bajo que Kagome apenas pudo escucharlo. Y sin más, le soltó la muñeca sin lastimarla y camino en dirección a la aldea.
Kagome seguía sonriendo bajo la luz de la luna, mirando la misma mano que antes Sesshoumaru había tocado – 'Tan cálido' – pensó por unos segundos – "Rin-chan, eres sumamente afortunada" – En la distancia solo podía ver la silueta de Sesshoumaru – "Gracias, Sesshoumaru" – susurro sin saber que aquellas palabras llegarían a los oídos del youkai.
-"Hn…" – fue lo único que escucho Inuyasha al ver a su hermano en las cercanías de la aldea al lado de Rin.
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-o-Fin del Flashback-o-
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Sesshoumaru camino meditando sobre cada momento que había pasado desde que se unió al grupo de Inuyasha. Había algo diferente, no solo en él mismo, también en su hermano.
Después de que la miko le ofreciera unirse a su pequeño grupo, el hibrido no se opuso y solo lo miro en silencio. La humana siempre le hablaba y trataba de animarlo, pero algo no estaba bien en su medio-hermano.
- "Hibrido" – en la rama del árbol Sagrado, Inuyasha escucho la voz de su hermano mayor. Sesshoumaru se sorprendió al ver la mirada que Inuyasha le dirigía, una llena de aceptación y conformismo. Gruño al no obtener la reacción que esperaba.
-"Dime, Sesshoumaru. ¿Alguna vez lloraste por la muerte de nuestro padre?" – pregunto Inuyasha casi ausente.
- "Este Sesshoumaru nunca ha llorado, solo los débiles se someten ante las emociones. Pero debo preguntar si tu curiosidad por los sentimientos inexistentes de este Sesshoumaru, es producto de la muerte del cadáver caminante o tienes alguna otra razón" – dijo Sesshoumaru con voz ronca y sin ninguna emoción.
Inuyasha no reacciono ante su provocación, lo que frustro aun más a Sesshoumaru – "La muerte de Kikyo abrió mis ojos" – dijo Inuyasha antes de saltar y quedar al frente de Sesshoumaru – "Eres mi hermano. No importa si me rechazas, eres lo único que me queda del pasado, de mi familia".
Arrugando la nariz, Sesshoumaru miro con desagrado y desconfianza a Inuyasha esperando continuara.
Inuyasha miro en la distancia a sus amigos desarmando el campamento – "Kagome y mis amigos son mi futuro. Quiero protegerlos y ser mejor para ellos, por eso..." - Cerro sus ojos y cuando los abrió, Sesshoumaru pudo ver la determinación en ellos – "Te perdono, Sesshoumaru, por odiarme sin darme la oportunidad de demostrar que era digno de la sangre de nuestro padre" – Sesshoumaru no pudo ocultar su desconcierto ante sus palabras.
A su lado, Inuyasha se detuvo y lo miro con ojos tan cansados y vacios, que por un momento Sesshoumaru sintió un escalofrió recorrer su cuerpo. Cada sentido de su cuerpo le advertía que algo no estaba bien. Pero prefirió ignorarlo.
- "Este Sesshoumaru no necesita tu perdón, hibrido" – dijo lleno de desagrado ante la declaración de Inuyasha ignorando su ausencia.
El olor de las hojas cambiando por la calidez del sol, le anuncio la entrada del amanecer. Con la gracia que precedía siempre sus movimientos, giro lentamente dejando que su cabello bailara con el viento. Impaciente, esperaba que sus sirvientes llegaran de la misión que les había asignado.
-"Sesshoumaru-sama"- el inuyoukai escucho la voz de un niño.
Poco después, Jaken, apareció un poco sofocado – "¡Amo bonito!"- dijo con ojos brillantes esperando una palabra de su amo.
Sesshoumaru ignorándolo le paso por encima, escuchando con satisfacción como Jaken lloraba por la crueldad y la ingratitud de su amo.
– "Rin-chan espera sus ordenes" – el pequeño, vestido de exterminador de demonios, hizo una reverencia esperando las instrucciones del youkai.
Kohaku había escuchado la conversación a pesar de la distancia. Jaken vio al niño un poco nervioso y percibió la tensión que había en su semblante. Con su mirada en un punto distante, se lleno de melancolía al recordar a Sango y la distancia que Naraku había creado entre ellos – 'Hermanos, la misma sangre corriendo por sus venas. Aun así, se odian' – pensó Kohaku al ver el intercambio entre los dos hermanos.
Aunque dudo en pronunciar sus palabras, como todo un hombre, alzo su rostro y con palabras llenas de sabiduría se hizo escuchar – "Le agradezco la oportunidad que me ha dado, Sesshoumaru-sama. Estar en mis últimos momentos con mi hermana. No importa los pecados que haya cometido, ella siempre me recibe con una sonrisa llena de amor y cariño" – En los ojos de Sesshoumaru, se reflejo inmediatamente un brillo amenazador, pero el niño continuo – "Solo la familia puede brindarle eso. Aquello que usted llama debilidad es lo que lo hace fuerte, es la razón por la que protege a Rin-chan"
El Lord del Oeste lo miraba con tal dureza, que dudo en proseguir.
- "Su hermano y usted son las únicas pruebas que hay en este mundo de la existencia de su padre. Perdóneme, pero el orgullo y el odio solo lo llevaran a un camino del cual no encontrara salida" – Kohaku cerró sus ojos. Encogiendo sus hombros, espero su castigo, pero nunca llego.
- "¡Amo bonito! Disculpe la insolencia de este mocoso…" – Jaken no pudo continuar al sentir una pequeña piedra que accidentalmente había pateado Sesshoumaru.
- "Que el tiempo pruebe tus palabras, humano" – respondió luego de un largo momento, Sesshoumaru, quien ya no estaba seguro de su decisión – "Que el tiempo demuestre si Inuyasha es digno de la sangre de mi padre" – dijo antes de marcharse pasando al lado de ambos.
Kohaku no se sorprendió de la reacción del youkai, había presenciado antes la desesperación en Sesshoumaru cuando Rin murió, y a pesar de su corta edad, reconocía la bondad que habitaba en aquel inu. –"Ni usted mismo se ha dado cuenta, que ha comenzado a sentir desde hace mucho tiempo, Sesshoumaru-sama, aunque se lo niegue a si mismo" – dijo viendo el amanecer. Detrás de él, Sango lo esperaba con una sonrisa llena de calidez y afecto. Gratitud era lo único que sentía al disfrutar los brazos y el olor su hermana rodeándolo, brindándole el perdón y el amor que le había arrebatado la muerte. Si, el amor de su hermana era lo único que recordaría antes de regresar al Inframundo.
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Una flecha rozo la mejilla de Naraku, una sonrisa llena de mofa se dejo escuchar a través del claro en donde se encontraban luchando. Rojo carmesí manchado en lujuria y sed de sangre. Naraku seguía con detenimiento todos los movimientos de la miko viviente.
- "Mi querida Kagome, no podrás sostener esa kekkai por mucho tiempo. Déjame acabar con los pequeños insectos que te acompañan, prometo que será rápido e indoloro" – utilizando su velocidad, quedo al frente de Kagome quien curaba a un Koga malherido.
- "Naraku, no malgastes tus engaños conmigo, nunca he caído en tus trampas" – el aire de seguridad que rodeaba a la pequeña Miko lo hizo vibrar de la emoción.
- "Lo sé, por eso disfrutare quebrantándote, mi pequeña miko." – Utilizando la misma velocidad, apareció delante de Inuyasha – "Dándote en tu punto débil" – pero antes que sus tentáculos tocaran el cuerpo inconsciente del hanyou, la Tokiyin los había cortado y ante de Naraku, Sesshoumaru ahora se encontraba amenazándolo con su espada.
- "La vida de Inuyasha es mía, hibrido, tu no serás quien derrame la sangre del gran Inu no Taisho" – se escucho rugir al Inuyoukai antes de empuñar su espada.
- "Sesshoumaru-sama, usted ya no será más un problema" – dijo mientras reía Naraku – "Puede darle las gracias a su madre por esto" – y sin esperar, Naraku hizo aparecer en una de sus manos un medallón. Ante los ojos de todos, la piedra purpura que brillaba en el medallón, comenzó a brillar hasta iluminar todo el lugar encegueciendo por unos momentos al grupo.
Miroku grito el nombre de Kagome quien había creado una kekkai alrededor de Koga y había corrido hacia Inuyasha. Sesshoumaru, cerró sus ojos y se dejo guiar por el sentido del olfato y el oído.
- "Hibrido repugnante, no subestimes a este Sesshoumaru"- espeto lleno de ira antes de atacar a Naraku.
- "Nunca lo he subestimado. Es por eso que necesito lo que usted protege" – dijo entre dientes, el hibrido maligno, quien no se había movido ante el ataque de Sesshoumaru.
El peli plateado vio enojado como su espada había atravesado el pecho de Naraku sin hacerle daño alguno.
- "Solo necesito la última pieza de mi plan" – susurro con una sonrisa llena de malicia, Naraku, desapareciendo ante sus ojos y apareciendo delante de Kagome, quien curaba a un Inuyasha bastante herido.
- "Haz utilizado mucho de tu reiki curando a tus patéticos amigos. Ahora, estas a mi alcance. Claro, puedes deshacer las kekkais que los protegen y podrías salvarte" - Kagome lo miraba fijamente sin temor alguno – "Acaso crees que lograras lo que Sesshoumaru no logro, mi pequeña miko".
Los ojos azules de Kagome se cerraron buscando concentrarse, y liberar solo la energía necesaria para curar a Inuyasha. Debajo de sus manos, podía sentir el ritmo del corazón de este volviendo a la normalidad.
- "No soy la misma Kagome que conociste, Naraku. Esta vez, te enfrentaras a tu peor pesadilla" – dijo levantándose, recostando a Inuyasha con cuidado – "Esta miko que está delante de ti no te teme" – grito antes de hacer brillar sus manos emitiendo una luz blanquecina.
Naraku no esperaba su ataque y sin poder esquivarlo, su brazo derecho ahora era purificado por las manos de Kagome – "¡Maldita!"- dijo dejando escapar un gemido, Naraku – "Pero, no eres inmortal" – una sonrisa llena de satisfacción se dibujo en su retorcido rostro.
Sesshoumaru, quien permanecía analizando todos los movimientos de Naraku, veía con atención la pelea. Gruño antes de caminar hasta su hermano. La humana era la única capaz de purificar la perla, por lo tanto, eliminar a Naraku – 'No eres inmortal' – las palabras de Naraku llamaron su atención y sus instintos lo hicieron mirar en la dirección donde Kagome y el hibrido ahora combatían.
- "Veneno" – dijo agudizando su olfato.
Kagome intento no perder el balance al sentir como su cuerpo palpitaba de dolor, al golpearla de lleno una ola de miasma. No, ella no le demostraría su dolor, ni una lagrima. Cubrió su boca, y salto hacia atrás apartándose de la neblina que ahora se había formado alrededor de Naraku.
- "Es inútil, has inalado mi miasma y sabes lo que eso significa" – escucho la voz aterciopelada de Naraku – "Tendrás que curarte, pero…" – en su cuello ahora podía sentir la respiración y la intensidad de la mirada del hanyou – "No podrás salvar a tus amigos" – le susurro antes de sentir como uno de los tentáculos de Naraku rozaba una de sus mejillas y otro intentaba atravesarla.
En medio del dolor ocasionado por sus heridas, Inuyasha recuperaba la consciencia. Busco desesperado a Kagome con la mirada, pero se topo con las botas negras de Sesshoumaru. Intento levantarse al verla en peligro pero su pierna derecha no reaccionaba - "Maldición" - maldijo y se preguntaba porque Sesshoumaru solo observaba, mientras su amiga estaba en peligro. Sin saber como ayudarla, se lleno de frustración al ver que Tessaiga estaba a una distancia considerable de él.
Kagome esquivo el primer ataque. Pero el tentáculo giro detras de ella y esta vez, la tomo por el cuello y la cintura, dejandola a merced de Naraku. Intento liberarse del agarre que aprisionaba su cuello, pero no lograba invocar sus poderes por la falta de concentranción.
- "Siempre me pregunte si tu piel sería tan suave como me la imagine, Kagome" - la miko miro aterrorizada como las manos de Naraku acariciaban su vientre, pasando hasta su espalda. Y con ambas manos en su espalda la atrajo hacia si con fuerza, apegandola a su cuerpo - "Es una lastima que no aceptaste mi oferta, por eso, tendrás que morir" - le susurro al oido estremeciendola.
Los tentáculos que la sostenian la aparton violentamente y aparecieron tres más de la espalda de Naraku, dispuestos a atravesarla.
- "¡NO!" – escucho la voz de Inuyasha en la distancia.
-'Esta vez, Inuyasha, no tendrás que salvarme… No soy débil, no soy una copia...' – Kagome apretó sus manos y con dificultad, reunió sus poderes espirituales y cubrió todo su cuerpo. Los tentáculos de Naraku, se desintegraron antes de lograr herirla y este encolerizado se dispuso a atacarla cuerpo a cuerpo.
Inuyasha aun no se recuperaba de sus heridas, pero nada lo detendría. Se apoyo en su espada hasta quedar de pie y trato de calmar su respiración. A su lado, a pesar de tener una mirada llena de desagrado, Sesshoumaru continuaba como mero espectador. Lo miro con desprecio por no ayudar a Kagome – 'No necesito de ti, Sesshoumaru, yo la protegeré' – se dijo a si mismo lleno de valor, empuño con todas su fuerzas Tessaiga y corrió hacia ellos.
- "¡Sango!" – grito Miroku antes de derrotar a uno de los demonios que Naraku había invocado.
Sango se encontraba inconsciente a unos metros de Miroku, sangrando profusamente de su pierna izquierda y su abdomen. Un pequeño hilo de sangre ahora bajaba por su barbilla. Kohaku también se encontraba inconsciente a su lado. La exterminadora había salvado a su pequeño hermano de dos ogros, con fragmentos de la Shikon no Tama incrustados en su cuerpo.
- "¡Rayos!" – dijo Inuyasha lleno de frustración por no saber si ayudar a Sango y Miroku, o a Kagome.
- "Ayuda a la exterminadora, yo me encargare del hibrido" – escucho la voz grave de Sesshoumaru, mientras destrozaba a los demonios inferiores que se atravesaban en su camino con Tokijin.
Inuyasha asintió y corrió hacia Sango – 'Kagome, espérame' – se dijo así mismo viendo de reojo como la pelinegra purificaba los ataques que Naraku le lanzaba.
-"La vida de ese hibrido, es mía. Una humana no le robara la gloria a este Sesshoumaru"
Kagome respiraba con dificultad y cada vez veía más borroso - 'Si no me curo, moriré tarde o temprano. Pero si lo hago, la kekkai que protege a Rin y Shippou desaparecerá. También Koga estaría en peligro. No, no puedo hacerlo' –
Naraku aprovechando el momento de duda de Kagome, se coloco detrás de ella. La miko intento voltearse a tiempo, pero no fue suficiente. Naraku la tomo del cuello, la presión y la falta de oxigeno comenzaron a apoderarse de su cuerpo.
- "Déjala ir, hibrido, este Sesshoumaru será tu único oponente" – los ojos carmesí de Naraku brillaron y un risa frenética se escapo de sus labios.
- "El Gran Sesshoumaru, protegiendo a una humana" – dijo mientras ejercía más fuerza en el cuello de Kagome.
Kagome temblaba de ira. A pesar del dolor, coloco sus manos en el pecho de Naraku. El color azul de los ojos de Kagome lo hizo temblar por unos segundos, en ellos, reconoció el fuego y la determinación de no morir. Sabia de lo que era capaz, y sin esperar algún movimiento, hizo un contraataque.
Dos voces al unisonó, un grito de dolor llamo la atención de todos, Inuyasha dejo a Sango al lado de Miroku, quien ahora estaba dentro de la kekkai donde se refugiaban Rin, Shippou, Jaken y Ah Un.
No pudo distinguir entre las voces que cubrieron el campo de batalla. Alzo su mirada ámbar y lo que vieron sus ojos lo lleno de ira. Kagome estaba en los brazos de Sesshoumaru cubriendo su estomago intentando detener la sangre, mientras Naraku estaba cubierto por el olor desagradable de la carne quemada. Este tenía todo su pecho y el brazo derecho quemado.
- "¡Naraku!" – grito Inuyasha. Sus piernas se flexionaron y con un salto, llego rápidamente hasta ellos.
- "¡Kongousouha! – Inuyasha libero su ataque. Sesshoumaru gruño por la impulsividad del hanyou, y salto con la miko entre sus brazos lejos del alcance de Tessaiga.
Inuyasha dejo escapar una pequeña risa, el polvo provocado por el ataque, desapareció dejando ver restos del cuerpo de Naraku sin vida.
- "¡Inuyasha!" – la voz de Kagome contrajo su rostro, y como si se hubiese detenido el tiempo, se giro lentamente para poder ver a la mujer que amaba. El miedo impreso en sus ojos lo hizo temblar. En su pecho pudo sentir el impacto de un ataque.
Kagome, no podía creer lo que veía. Las lágrimas corrían libremente por su rostro.
- "¡NO!" – exclamo llena de dolor. Estiro un brazo intentando alcanzarlo. Lo único que veía era su propia manocubierta de sangre temblando tratando de tocar a su querido hanyou – "Sesshoumaru, por favor" – dijo mirándolo desesperada – "Ayúdalo, por favor" – susurro hundiendo su rostro en el pecho del youkai.
Los ojos que una vez fueron ámbar, ahora sangraban en rojo al ver la escena. La voz de Kagome y su petición por alguna razón, lo calmaron un poco. No permitiría que la sangre de un heredero del Clan del Oeste fuera derramada por un humano patético que vendió su alma por poder.
La miro una última vez tratando de contener su fuerza, y con cuidado la dejo en el suelo – "Espero haberme equivocado, Inuyasha, y que aun no hayas conocido tu final" – dijo entre dientes tratando de controlar los impulsos de su sangre, el Inuyoukai.
Utilizando su velocidad sobrenatural, se detuvo al frente del cuerpo de Inuyasha. El haori rojo estaba siendo consumido por una sustancia purpura al igual que su piel. Arrugando el entrecejo, se acerco y pudo oler el veneno y la magia que ahora torturaban el cuerpo de Inuyasha.
- "Acabo de darle el privilegio de acabar con una de sus tantas molestias, Sesshoumaru-sama" – Naraku apareció ante él en su forma humanoide, sin los tentáculos que lo caracterizaban – "Gracias a la sangre de mi pequeña miko, la sangre de una doncella inocente, he podido completar la misma maldición que una vez fue utilizada en contra de su padre, el Guardián del Oeste" – comento moviendo de un lado a otro el medallón que antes había mostrado.
- "Habla hibrido, mi ira no conoce límites y tu caerás presa de este Sesshoumaru" – amenazo mostrando sus colmillos. Rodeando lentamente al hibrido, esperaba una señal para atacar
- "Solo he utilizado un tercio de su potencia en Inuyasha, pero en usted" – detuvo mostrando una sonrisa – "En usted disfrutare utilizar el máximo de su poder. Su cuerpo quedara irreconocible y sufrirá como ningún otro ser en este mundo" – la risa de Naraku erizo por completo el cuerpo de Kagome quien había llegado al lado de Inuyasha dejando un rastro de sangre con cada paso.
- "Tonterías" – bufo Sesshoumaru antes de alargar sus garras y atacar a Naraku.
- "Perder el control es de bestias, Sesshoumaru-sama," – dijo el hibrido arácnido esquivando con facilidad los ataques de Sesshoumaru – "Agradézcale a su madre este pequeño obsequio. Ella me lo ofreció con el fin de borrar la vergüenza de su clan. El hibrido, que con solo respirar ofende su presencia y demuestra cómo fue cambiada por una humana" – si, las palabras de Naraku obtuvieron el efecto que esperaba.
Sesshoumaru se detuvo por unos segundos confundido.
- "Sesshoumaru, no lo escuches, quiere desconcentrarte. Solo cálmate y piensa con claridad" – la voz tenue de Kagome llego a sus oídos y a pesar de la rabia que sentía recorrer todo su cuerpo. Dejo que la tensión se desvaneciera ante la dulzura de sus palabras – 'Porque accedo a todas sus peticiones…' – se pregunto Sesshoumaru, notando el efecto de su voz en su bestia interna.
- "No te quedaras con todo el crédito, Sesshoumaru" – Sesshoumaru giro su rostro y observo impasible como Inuyasha se ponía de pie con ayuda de Kagome – "Ese bastardo nunca podrá derrotarme" – dijo tratando de ocultar el dolor que ahora se expandía por su cuerpo.
- "Inuyasha, por favor. Déjame curarte, este veneno no es normal, de alguna manera me está llamando" – le pido débilmente Kagome, quien trataba de sonar fuerte para él.
- "Este veneno seguirá latente mientras Kagome siga con vida. Es irónico, mi querida Kagome, que tu sangre sea mi seguro para acabar con la existencia de Inuyasha" – escucharon la voz de Naraku llena de burla y seducción – "Acabarías con tu vida para salvar la de él" – le pregunto sabiendo la respuesta.
- "No será necesario" – Sesshoumaru apareció detrás de él atravesándolo con la Tokijin. La espada emanaba de su tórax, y con un giro violento, saco la espada cortando el cuerpo de Naraku verticalmente – "Este Sesshoumaru, descubrió tu debilidad. Tu arma necesita un tiempo antes de ser utilizada nuevamente" – una sonrisa cubría el rostro del youkai.
Sus garras ahora brillaban peligrosamente en verde – "¡Terminare aquello que comenzó el día que osaste en pensar que podías burlarte de este Sesshoumaru!" – rugió estremeciendo a todos los presentes. La mano del youkai sobresalía del pecho de Naraku llena de sangre.
- "Patético" – Sesshoumaru limpio la sangre de su mano y miro con desprecio el cuerpo de Naraku.
- "Keh" – se quejo Inuyasha al ver al estoico youkai disfrutando de su victoria.
Kagome se dejo caer sobre sus rodillas y rápidamente comenzó a curar su herida – 'Naraku aun vive, puedo sentirlo. Tengo que recuperarme' - tosió y cubrió su boca. Sintió algo húmedo en la palma de su mano. Pequeñas gotas de sangre pintaban de color su pálida piel.
- "Miroku, toma a Koga y todos quédense dentro de la barrera. Esto aun no termina" – Kagome dijo tan alto como su garganta se lo permitió, a lo que Miroku no dudo en obedecer.
Sesshoumaru miro intensamente a la miko. Ella también sabía que Naraku solo estaba engañándolos – 'Tanto coraje, tanto sacrificio, tanto poder, en un cuerpo tan mortal' – pensó al ver el rastro de sangre que cubría la hierba. Podía curar su cuerpo, pero no restaurar la sangre. Gruño y un colmillo sobresalió de sus labios.
- "Miko"- dijo con voz grave.
- "Sesshoumaru" – Kagome lo observo y dijo su nombre llena de dudas.
- "Yo soy el Alfa de este manada, no tienes que proteger a sus integrantes tu sola. Cesa esta estupidez y cura tus heridas. La batalla aun no termina" – ordeno sin esperar una respuesta.
- "Maldito engreído" – susurro Inuyasha gruñendo internamente ante su impotencia.
- "Tranquilo, Inuyasha. Intentare curarte y purificar la maldición al mismo tiempo" – Kagome un poco mas recuperada, camino lentamente hasta él y puso sus manos encima del área afectada sin tocarla"
Kagome cerró los ojos para enfocarse en el veneno y en la energía alienígena que invadía el youki de Inuyasha perturbándolo. Al hacer esto, prevenia que el proceso normal de curación, que le proporcionaba la sangre de youkai que corría por sus venas, se realizara. Un gemido escapo de los labios de Kagome y en un reflejo se encogió al sentir como era rechazada por el fuerte poder de la maldición.
-"Miko, no me hagas repetirme" – Kagome siguió el origen de la voz de Sesshoumaru. En medio de los espasmos que ahora recorrían su cuerpo, podía ver su amplia espalda y su cabello perfectamente acomodado. Brillando plateado armoniosamente con el color de su piel –'¿Acaso está preocupado por mi?' – pensó Kagome sin poder evitar sonrojarse.
- "Se me olvido mencionar que el Gran Inu no Taisho no pudo vencer esta maldición, y mucho menos podrán ustedes que no poseen el mismo poder" – la voz de Naraku alerto nuevamente a todos.
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'Acaso en ese momento, ¿Empecé a aceptar la verdad?'
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El grito de Inuyasha removió algo dentro de él. No pudo reconocer la sensación que surgió en su interior al ver como su hermano, su enemigo, en un acto reflejo lo había protegido sin pensarlo.
- "¡Sesshoumaru!"- la voz de su hermano hizo eco en el aire y con ojos desmesurados, pudo ver como el cuerpo de Inuyasha cubría el suyo del ataque de Naraku.
- "¡Inuyasha!"- Kagome corrió hacia él, pero su cuerpo cayó al suelo preso de la debilidad y la pérdida de sangre.
Sesshoumaru intento apartar a Inuyasha del ataque, pero cuando intento moverlo jalándolo por el haori, este se lo impidió golpeando su mano.
- "Solo uno tiene que morir" – dijo antes de cerrar los ojos uniendo sus fuerzas para resistir el mayor tiempo posible el ataque de Naraku.
- "¡Este Sesshoumaru no necesita ser salvado!" – Él, Lord Sesshoumaru no sería salvado por un hanyou. No permitiría que Inuyasha lo protegiera. No, ese era su trabajo como Alfa.
Sacando Tokijin de su funda con dificultad, intento lanzar un ataque en vano. Su cuerpo no podía moverse a pesar que Inuyasha había cubierto la mayoría del ataque con su cuerpo. Abrió los ojos en realización, dándose de cuenta que también el olor afectaba sus sentidos.
- "¡Amor de hermanos! Me conmueve el cariño y el valor que muestras Inuyasha, pero esto no salvara a Sesshoumaru de los efectos del veneno" – dijo Naraku con su mano cubriendo su rostro tratando de controlar la satisfacción que sentía ante el espectáculo lastimero que Inuyasha le estaba proporcionando.
Kagome no podía mover su cuerpo tampoco. Las lágrimas corrían libremente por su rostro y la imagen del cuerpo de Inuyasha siendo devorado lentamente por la maldición nunca la abandonaría, con fuego se fundirían en su mente.
No podía parpadear, ni respirar. Movió sus labios pronunciando su nombre sin lograr emitir sonido alguno. Él estaba muriendo de la peor forma delante de ella y no podía hacer nada.
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'¿De qué sirve tanto poder si no puedo salvar a la persona que más amo en este mundo?'
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Sesshoumaru dio un paso hacia delante y escucho un sonido que capto su atención. A pesar de no poder moverse ni ver, podía oler la sangre y un inquietante sabor metálico invadió su boca. Miro a duras penas lo que había causado el sonido y vio con horror la sangre que ahora cubría sus botas.
- "Promételo, Sesshoumaru. Promete que cuidaras de Kagome" – escucho la voz de Inuyasha.
Algo gritaba dentro de él, y con mucho esfuerzo pudo distinguir entre la luz y el veneno que lastimaban sus ojos, la figura sonriente de Inuyasha. Extendió su mano tratando de tomar su cuello por ponerlos a ambos en esa situación.
- "Naraku, no podrás derrotarnos" – dijo Inuyasha antes de liberar su ataque de garras de acero al ver que el medallón se estaba quedando sin poder. Y antes de que su cuerpo ensangrentado cayera sin vida al suelo, vio como la mano de Naraku junto con el medallón caían destruidos.
Inuyasha no pudo ver como parte del ataque había impactado a Sesshoumaru.
Naraku sonreía descontroladamente mientras veía el estado del cuerpo de Inuyasha – "¡Oh, Inuyasha!" – aquel hibrido sádico disfrutaba del resultado de su plan – "Tu muerte ha sido en vano" – dijo acercándose a Sesshoumaru, quien había sido lanzado varios metros por el ultimo rayo que emitió el medallón.
- 'No puedo sentir nada a mi alrededor, acaso…' – no pudo terminar su línea de pensamiento. Solo sintió como alguien lo cubría con sus brazos y gritaba su nombre.
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'No, no puede ser ella'
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- "¡Sesshoumaru!" – una voz lo llamaba, lo seducía a seguirla hasta llegar a su dueña.
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'Si abro los ojos, nada cambiara. No pude protegerlo, Padre'
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- "¡Sesshoumaru!" – nuevamente, aquella voz le mostraba un camino, una opción para escapar de aquella oscuridad.
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'Te he deshonrado, Padre. Nunca he protegido a nadie'
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- "Sesshoumaru-sama" – esta vez, ámbar se dejo ver iluminando como oro, en aquel devastador vacio.
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'Rin. O acaso en mi lecho de muerte, podre verla nuevamente'
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La sensación de ser absorbido desaparecía por segundos. Todo su ser palpito, y en sus mejillas podía sentir algo húmedo y cálido deslizándose hasta sus labios. Aquel sabor dulce y salado a la vez, lleno de soledad y ternura. Una lagrima.
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'¿Eres tú?'
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Se pregunto así mismo antes de abrir los ojos y encontrarse con una cabeza cubierta de cabello azabache. A pesar de no poder percibir los olores con claridad a su alrededor, el aroma de la miko era inconfundible. Dulce, con toques de pureza e inocencia.
Kagome levanto su rostro, dejo de sollozar y tomo el rostro de Sesshoumaru entre sus manos. Con la yema de sus dedos, limpio la sangre que manchaba su rostro y le brindo una sonrisa tan quebrada, llena de un dolor indescriptible.
- "Estas con vida, y eso es lo único que importa" – Sesshoumaru no oculto su confusión ante sus palabras. El toque de Kagome quemaba su piel y a la vez lo tranquilizaba.
Solo una humana había sido capaz de tocarlo de esa manera y vivir para contarlo. Le desconcertaba la familiaridad que lo adormecía con solo estar a su lado. Tan doloroso y a la vez exquisito. Pero no se permitiría el mismo error.
- "¿Dónde está Rin, miko?"- susurro con voz ronca, tragando saliva para aliviar el dolor que se apoderaba de su garganta.
- "Sesshoumaru-sama" – Rin se dejo ver y también le brindo una sonrisa. Podía ver el miedo en sus ojos y como ahora su cuerpo se relajaba al verlo con vida.
- "Inuyasha" – pregunto Sesshoumaru intentando ponerse de pie, a lo que Kagome puso una mano en su hombro y lo obligo a recostarse. El youkai gruño intimidantemente, e intento mover su brazo. Noto por primera vez que no podía moverlo.
- "Sesshoumaru, él…" – Sesshoumaru pudo escuchar su voz difícilmente – "Inuyasha, está muerto. Su cuerpo…" – Kagome no pudo seguir y bajo la vista. No quería que nadie sufriera más, y mucho menos Rin y Shippou que habían presenciado todo.
- "Termina, miko" – el tono de voz de Sesshoumaru desconcertó a Kagome, era suave, sin su usual prepotencia. Alzo sus ojos y lo encontró viendo el cielo. ¿Acaso Sesshoumaru también podía sentir el mismo dolor que la estaba destruyendo por dentro a cada segundo que pasaba, sabiendo que nunca más volvería a verlo?
- "He podido salvar tus espadas, pero Sesshoumaru, su cuerpo ha desaparecido" – Kagome apretó sus manos y mordió su labio inferior.
Sesshoumaru no aparto su mirada del mismo punto y ahí ante ella, el youkai no reacciono ante sus palabras. Bajo nuevamente su mirada, viendo sus manos ahora pálidas por la falta de sangre. Había sido una tonta al creer que aquel ser frio y despiadado apreciaría el sacrificio de Inuyasha o incluso el esfuerzo de ella para ponerlo a salvo.
Ya solo le quedaba energía para mantener erguida la kekkai que los rodeaba. Y la herida que Naraku le había hecho intentando salvarlo seguía abierta, dejando escapar el líquido rojizo vital para su vida. Debía acabar con esa lucha ahora.
- "Todos manténganse dentro de la barrera" – dijo Kagome levantándose sin avisar llamando la atención de Sesshoumaru.
- "No iras sola, Kagome, estas herida. Si no atiendes tus heridas morirás, y yo…" – Koga intento detenerla.
- "Estas más herido que yo. Sango no puede luchar y la kazaana de Miroku está en su límite. Si no encuentro la forma de derrotarlo ahora, nos matara a todos cuando esta barrera desaparezca" – respondió Kagome, viendo por última vez a Sesshoumaru – 'Te prometí que lo protegería, y haría valer tu sacrificio, Inuyasha. Pero es tan difícil…' – retomando su decisión, camino hacia una de las paredes de la kekkai. Puso su mano en ella y pudo sentir como Naraku arremetía contra ella con toda su fuerza.
- "Kagome-chan, por favor, no vayas" – la petición de Rin la tomo por sorpresa – "Kagome-chan está muy herida por proteger a Sesshoumaru-sama y si ese monstruo vuelve a herirla y muere" – Rin abrazo a Kagome para no dejarla ir –"Rin no sabe que hará si muere Kagome-chan. Rin no sabe qué hacer para ayudar a Sesshoumaru-sama, por favor" – dijo pegando su rostro a las piernas de Kagome.
Sesshoumaru quien luchaba para mantener su youki estable y así detener el avance del veneno en su cuerpo, no pudo evitar escuchar las palabras de Rin.
Se enfoco en los aromas que lo rodeaban y sin poder apuntar a uno en concreto, siguió esforzándose hasta lograr recuperar su olfato. No pudo evitar arrugar la nariz al sentir la sangre de la miko por todo el lugar.
Kagome lo vio nuevamente con Rin aun en sus piernas, y suavemente acaricio el cabello de la pequeña – "Es necesario" – dijo tratando de sonreír para Rin.
No, Sesshoumaru no esperaba ver la dureza que le proyecto, pero no solo eso llamo su atención. No pudo formular palabra al verla darle la espalda al grupo. Ese era su trabajo, pero aquella miko, estaba dispuesta a morir por todos, incluyéndolo.
No, ella no merecía morir de esta forma. Y ahí, la vio marchar sin poder impedirlo. Sabia que moriría si no hacia algo. Cuando Kagome le dio la espalda, las ropas tradicionales que le demostraban al mundo sus poderes espirituales, estaban totalmente teñidas en rojo. Y una gran herida atravesaba su espalda.
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- 'No, humana. La única que debería verme marchar, eres tú'
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REVIEWS¡
No duden en decirme su opinión y ofrecer ideas, que estoy dispuesta a escucharlas con mucho gusto .
Dios los bendiga y hasta otro capítulo de este fic.
