Boku no Hero Academia y todos sus personajes son propiedad de Horikoshi Kouhei.
• Autora: Tooru
• Palabras: 419
• Advertencias: Posibles faltas de ortografía y gramática, Villain!Uraraka
• Prompt: Crossdressing
¿Por qué es tan difícil escribir con kinks?
Ochako le observa, ojos brillando en una expresión que nadie más que él conoce; y sonríe complacida al ver que Bakugou es tan obediente como le ha pedido que sea.
Katsuki intenta cubrir sus piernas lo más que puede, pero Uraraka se lo impide.
—Déjame ver —ordena ella.
Y Bakugou se rinde, sabe que Ochako –esa maldita perra traicionera y mentirosa– va a azotarlo si no la obedece, y prefiere morir de vergüenza a tener que explicar después las marcas y cicatrices sobre su espalda y piernas.
(Katsuki no quiere volver a pasar esa terrible pena de esconder con maquillaje los moretones, o pensar en alguna excusa lo suficientemente creíble para mantener a Kirishima alejado de él).
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—Lo sabía —murmura Uraraka—, las faldas cortas te quedan demasiado bien, Bakugou-kun.
Katsuki gruñe en señal de molestia, y Ochako ríe bajo.
—Lo que digas…
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Uraraka se acerca, paso lento y elegante –ese que va de la mano con su traje, aquel que usa cuando se reúne con la liga de villanos–, y Bakugou traga sonoramente.
Uraraka sonríe de lado cuando se acerca lo suficiente a Katsuki, y se pega todo lo humanamente posible al cuerpo ajeno, tanto que aplasta sus pechos casi en su totalidad contra el cálido torso de Bakugou (y se siente bendecida por tener a su disposición a tal espécimen tan difícil de domesticar a su completa disposición vistiendo como colegiala).
—En verdad que amo como te ves… —susurra la castaña mientras pasea sus delicadas y suaves manos por los muslos del rubio.
Katsuki se sonroja al sentir el lascivo toque de Ochako sobre su cuerpo, sobre sus vulnerables muslos aún adoloridos por los entrenamientos de aprendiz de héroe y los múltiples azotes de la fusta cuando hace enojar a Uraraka.
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Ochako sube la falda de Katsuki hasta dejarle descubierto, y Bakugou se sonroja más cuando siente la acusadora mirada de Uraraka sobre él.
(La mirada de Uraraka es pesada, tanto que Katsuki no la puede soportar por completo, y se siente obligado a desviar su propia mirada a otra parte de la habitación).
—En verdad amo que seas un gatito asustado y obediente —afirma ella con una falsa sonrisa inocente (aquella que es capaz de engañar a todos a su alrededor)—, por eso te elegí como mi mascota.
Ochako sonríe con falsa inocencia de nuevo, y Katsuki no sabe si temerle o caer y doblegarse ante ella, y pertenecerle para siempre (hasta que alguno de los dos terminé matando al otro).
