Sentimientos Complicados
Sus ojos se entrecerraron en reflejo al sentir la pequeña punzada en su cuello, seguido por una caricia tan ligera por todo su pecho, la cual le hacía caer en cuenta en que se había dejado vencer. Se mantenía observando el techo mientras aquello pasaba, concentrándose en lo blanco del mismo... ¿Era él o se estaba poniendo rojo? Parece que todo su alrededor le estaba afectando ya; ¿cómo llegaron a esa situación? No lo recordaba... Bueno, sí que se acordaba.
Por débil llegó a caer en semejante trampa.
Recordaba esa sonrisa inocente, esa mirada llena de cariño y ternura, esa voz tan amable pero, al mismo tiempo, aniñada... Era un martirio mental. También se acordaba de la pequeña propuesta, la cual aseguraba haber negado; pero ella no se daría por vencida por algo así, claro que no. El destino y la vida eran tan pero tan crueles con él que inclusive podría jurar que el olor a lluvia llenaba su nariz, además del sonido de cada una de las gotas de agua caer.
Claro que ahora no podía hacer nada, y no es porque no quisiera o algo similar... Pero es que María ni siquiera hacía eso por él, sino por Ichiru; porque ella no lograba olvidarlo, porque no deseaba que ese vago recuerdo de lo que fue el muchacho desapareciera. La entendía, aunque no lo aceptara jamás, Zero la comprendía; después de todo se trataba de su hermano gemelo.
Y María tampoco parecía una mala chica.
Aún cuando fuese vampira y tuviese que acabar con su vida... No podría dejar a ninguno vivo, ni siquiera a ella. El sentir cómo los dos agujeros de su cuello eran lamidos por una muy pequeña lengua lo hizo volver a tierra, a la situación en la que se encontraba; él sobre esa cama con la de cabello grisáceo bebiendo de su sangre, y eso también le hizo pensar el cómo había llegado ahí.
Nuevamente recordaba esa propuesta, aquella en donde María le pedía que dejase beber su sangre; no porque fuese de él, sino porque compartía el mismo tipo que Ichiru. Muchas veces oyó decir que los vampiros desearían, por sobre todas las cosas, acabar con la vida del ser amado... ¿Por qué? Porque necesitarían ese líquido vital más que el de cualquier otra persona o ser viviente.
Frunció el seño con ligereza volviendo al fin a sus cabales, cambiando así los papeles, colocándose sobre ella mientras le apuntaba la garganta con su arma, manteniendo esa expresión seria; debía acabar con su vida ahora, era su momento y tenía las razones suficientes... ¿Verdad? Nunca le dio su consentimiento para beber de su sangre, y se supone que eso estaba prohibido en la academia, por lo que podría... Pero el verla sonreír lo sacaba de sus cabales instantáneamente.
Lo veía, en los ojos de María se reflejaba determinación, en ellos se veía lo que él quería hacer...
Mátala.
Estuvo a punto de jalar el gatillo, pero las delicadas manos de la joven rodearon el arma, llegando a rozar con delicadeza la piel de Zero, quien por instinto frunció más el seño y se levantó, yendo directamente hacia la puerta. La oyó despedirse, y pudo jurar que se la visualizaba con una sonrisa inocente, esa que llevaba siempre plasmada en el rostro... No miraría, no lo haría.
Tomó el pomo de la puerta y salió de ese lugar antes de que la tentación y curiosidad le jugaran una mala partida.
No volvería a caer, eso jamás.
Esto tuve que escribirlo por un reto, pensé que no podría pero algo nació.
Yo soy 100% ZeroxYuuki, pero escribir ZeroxMaría hizo que me gustara la pareja.
