¡No entiendo!
¡Demonios! ¡¿Qué diablos era aquello? ¡Joder, no entendía un coño! ¿Y eso es lo que iba para el examen? Maldición... No iba a poder pasarlo así, sólo sabía lo que decía, y porque sabía leer, pero no tenía ni idea de qué significa o de qué iba todo eso. ¿Debía pedir ayuda? No, él era Rin Okumura, no debía, se supone que quería convertirse en exorcista, y ahora resultaba que no podía con nada...
¡Porque diantres se quedaba dormido en clases!
Tranquilo, respira hondo y analiza; ¿qué era mejor hacer ahora? Claro, que no tuviera que ver con pedir ayuda... ¿Realmente la necesitaba? Maldición, maldición, ¡quién le manda de vago! Eso es lo que era, un perezoso que terminaba durmiendo en clase y, a la hora de la verdad, no entendía nada de nada. Se llevó las manos a la cabeza y revolvió todo su cabello buscando alguna respuesta...
...¿Quién pensaría que ésta llegaría sola?
—Hermano, ¿quieres que te ayude? —cuestionó el castaño que acababa de entrar a la habitación, con esa sonrisa que siempre adornaba su rostro.
El de cabellera azul se giró muy apenas en su silla, reposando su brazo en el espaldar de la misma, clavando sus orbes en los del recién llegado.
—¡Yukio! ¡No entiendo nada! ¡Estoy muriendo Yukio! —alegó con drama levantándose y agarrándose de la camisa del chico.
El de lentes suspiró con diversión mientras colocaba sus manos en los hombros de su hermano, empujándolo hasta la silla, a lo que el chico no soltaba su camisa mientras hacía su drama; el más alto pudo jurar que vio lágrimas. Su sonrisa se amplió por la actitud del mayor... ¿No iba a cambiar?
¡Cómo amo a estos gemelos! Me los comería con chocolate, enserio.
Otro escrito viejo que tenía de Ao no Exorcist.
Espero que lo disfruten, y bueno, lo mismo que dije en el otro...
El capítulo del Long-Fic de Ao no Exorcist lo subo la semana que viene.
