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¡Hola! .o./ Pues bueno, Sabastu tiene un superávit de ideas en su cabeza y cuando me siento a escribir alguna actu me bloqueo, así qué, decidí deshacerme de esas ideas ¿Cómo? Pues escribiéndolas. 7w7)r Así que esto que ven acá es mi medicina "Píldoras Fluff" para ordenar mi cabeza y continuar todo lo pendiente. :x

Estas historias a veces estarán, a veces no, relacionadas entre sí. Universos alternos, tal vez canon, pasado, futuro, etc, etc. Lo que sí tendrán en común es el fluff y el Jerza. XD

Pues bueno, espero que con esto las ganas de continuar en Fanfiction se me devuelvan. Sin más, les agradezco por su apoyo y sus comentarios. NwN/ Sin ellos no estaría aquí.

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Disclaimer I: Fairy Tail pertenece a Hiro Mashima. Yo solo le doy love & fluff a mi OTP con las historias mielosas de mi cabeza.

Disclaimer II: "Este fic participa del reto: Civil War: TeamFluff vs TeamAngst del foro Cannon Island"


Referencias De Lectura:

Narración.

«Pensamientos»

Diálogo.

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One

« Prenda »

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Había sido cosa de suerte.

Generalmente cuando salía del trabajo se dirigía de inmediato a la casa o a la universidad, mas esta vez se había desviado y sus pies lo llevaron a la cafetería en donde aquella vez la encontró por pura casualidad. Por supuesto, no tenía esperanzas reales de verla de nuevo allí o en ninguna otra parte de esa ciudad, ella no vivía Rosemary y hasta donde sabía justo ahora se encontraba al otro lado del mundo recolectando data para su próximo libro sobre armas a través de la historia.

La suerte no se repetía.

O al menos era lo que él se repetía una y otra vez mientras se acercaba disimuladamente a la mesa de la esquina en donde habían conversado largo rato el día que se volvieron a encontrar después de separarse por años al terminar la secundaria, la diferencia en sus carreras los terminó alejando debido a las responsabilidades que cayeron sobre ambos; y al final, aunque se mantuvieron comunicados los primeros años, estar a un continente de distancia no era lo mismo que estar cerca uno del otro como lo habían estado desde que se conocieron en su último año de estudios en el colegio, y tal vez esa incertidumbre de relación en la que habían terminado esos días, fue lo que les impidió buscar más.

Un pequeño miedo de que fuese solo un sentimiento unilateral.

Miedo de averiguar que para el otro solo fueron un amigo más.

Y el miedo les impidió ese más.

Paso a paso, el azulado se acercó a la mesa después de comprar su usual café extra fuerte sin azúcar, bebió un trago entre el paso ocho y diez porque se negaba a creer lo que veía, porque, de espaldas a él en esa misma mesa, se encontraba una mujer de cabellera ¿escarlata?

¿Erza? ―incrédulo, apenas y susurró cuando llegó junto a ella.

Oh ―la mujer se volteó y de inmediato sonrió―, Je-Jellal…

Tú, cómo… ―se sonrojó al darse cuenta de que estaba actuando absurdamente nervioso―, es decir, pensé que estarías…

¿En Alvares? ―Jellal asintió― Estuve ahí hasta hace una semana, pero ahora que reuní los datos pensé que… ―la mujer se miró las manos de manera distraída y tomó una bocanada de aire―, esta ciudad era muy buena para relajarse y ordenar todo para comenzar… nuevos proyectos… ―sus mejillas se colearon de carmín.

Eso suena… ―Jellal sonrió de manera inevitable ante tal noticia― genial…. ―su mirada vagó un momento por la cafetería y luego volvió al rostro de la mujer de mejillas rojas que parecía encontrar sus propias manos la mar de interesantes.

Se decidió.

¿Te importa si me siento? ―preguntó el azulado tocándole el hombro con la mano libre, fue apenas un roca pero la suavidad que sintió a través de sus yemas fue un bálsamo para sus nervios.

No, claro que no… es decir… por supuesto, siéntate… ―balbuceó ante el toque cálido del hombre en su hombro desnudo, la vez anterior se habían encontrado a finales de invierno y lo más cerca que había estado de su calidez había sido cuando él le prestó su chaqueta al verla temblar a pesar de que estaba abrigada― De hecho, yo, quería… ―la mujer de cabello escarlata apretó la tela de su vaporosa falsa verde para darse valor, desde que hacía un mes se había re encontrado con Jellal en ese mismo lugar se había dado cuenta que sentía lo mismo por él que cuando terminaron la secundaria.

Cuando estaba con él todo parecía completarse en su vida.

Sin embargo ahora que lo tenía enfrente las palabras colisionaban una contra otra y retenían su lengua como si se tratase de una pegajosa red de araña que impedía que alguna de las frases que tanto practicó saliese de sus labios para llegar a los oídos de él, y eso no era justo, no cuando había ido a esa cafetería tarde tras tarde desde que había regresado para poder volver a encontrarse con él.

No, para nada era justo.

¿Erza? ―Jellal la llamó preocupado al verla con el ceño fruncido como si estuviese batallando en el campo de lucha más sangriento.

Yo… ―su lengua se sentía pesada y estaba segura que sus dedos estaban lívidos de sujetar tan fuerte la tela entre sus dedos, no podía ser que ahora le faltase valor pero:

¿Cómo decirle a alguien que había vuelto a ver apenas una vez hacía un mes luego de años separados qué querías salir con él e intentar ese algo que en la secundaria nunca concretaron?

«Tal vez solo es un capricho mío de amor juvenil…» Se regañó ella misma y en ese momento Jellal notó como la fuerza de lucha se desvanecía de su ceño y su labio inferior temblada ligeramente.

Y no, él no permitiría esa injusticia.

Scarlet… ―la llamó con cariño, como lo había hecho esos últimos días de la más plena juventud antes de que se graduaran y sus caminos se separaran, y, a diferencia de las otras ocasiones en las que él la llamó por su nombre y ella continuó sumida en su mundo, esta vez Erza subió su mirada tímida y anhelante hacia él― Sabes, hace un mes tomaste prestada mi chaqueta ―las mejillas de la chica volvieron a colorearse― ¿podrías devolvérmela? ―los labios de ella se movieron balbuceantes en lo que Jellal adivinó era una disculpa.

Sonrió divertido y se inclinó un poco sobre la mesa.

¿Qué tal si ahora qué estarás por acá acordamos un día para que me la puedas devolver? ―sugirió en un susurro que aceleró el pulso de Erza.

¿E-eh?

Oh, sí. ¿Sabías que es mi chaqueta favorita? ―asintió para sí el hombre y la miró con picardía― Y para asegurarme que no huirás con ella de nuevo, luego de tomar este café conmigo escribirás tu número de teléfono en mí móvil.

Erza parpadeó confundida.

Y luego rompió a reír.

No. Lo que sentía no era un sentimiento unilateral.

Me parece justo ―respondió por fin con ojos brillantes y sonrisa pícara―, pero ¿no le asusta que le dé un número de teléfono falso, joven Fernandes?

Vaya, vaya… ―el azulado fingió pensar antes de contestar con total decisión―, entonces, como medida preventiva tendré que acompañarle esta misma noche a su casa y recuperar mí prenda, ¿qué le parece, señorita Scarlet?

La mirada de ella fue la respuesta que él deseaba.

Y la sonrisa en ambos lo que aseguraba sus sentimientos…

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¿Review?

:D Los reviews brindan ánimo para continuar D:

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Prompt:

15. You took my jacket like a month ago, can I have it back?


Rincón De La Escritora En Proceso:

Supongo que vendrán cosas terribles y más terribles que esta que han leído. xD No me maten, lo necesito. QwQ)9

Para más relatos fluff o angst, o para participar del reto, les invito al foro de Fanfiction Cannon Island.

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Gracias por comentar.

Gracias por leer.

Adieu.

.o./

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