Cuando la timidez y el orgullo quedan de lado, Ranma y Akane son capaces de tener una relación llena de ternura, amor y mucha pasión.
Los personajes no me pertenecen, son obra de la extraordinaria Mangaka Rumiko Takahashi. La creación de este fic es sin fines de lucro.
Capítulo 1
Primeros acercamientos
Mi nombre es Akane Tendo, estoy por cumplir 18 años, vivo en Nerima, Japón. Desde hace casi dos años mi vida y la de toda mi familia cambió, un amigo de mi padre llegó a vivir a nuestra casa en compañía de su hijo Ranma Saotome, quien es mi prometido desde antes de que naciéramos.
En un principio, mi papá Soun Tendo, le dio a elegir a Ranma entre mis dos hermanas mayores y yo, sin embargo tanto Kasumi como Nabiki dijeron que la indicada para efectuar ese compromiso era la menor, o sea yo, debido a que tanto a él como a mí nos gustan las artes marciales y a que somos de la misma edad.
Yo no puedo negar que desde que lo vi me pareció atractivo, a su escultural cuerpo, le va genial ese rostro perfecto, esos hermosos ojos azules y ese cabello trenzado color negro azabache, pero mi forma de ser, no me podían permitir mostrar debilidad ante ningún hombre.
Creo que mi mal carácter influyó en que el primer año y medio de su estadía en nuestro dojo, haya sido de discusiones, peleas, ofensas y gritos. Ranma adoraba verme enojada, solía molestarme diciéndome "marimacho", "pecho plano", "fea", "insoportable" y unos cuantos insultos más, yo me defendía diciéndole "pervertido", "afeminado", "egocéntrico", "mujeriego", este último sobrenombre era por otras mujeres que lo acosaban y se le restregaban cada que podían, mientras que él sólo se limitaba a decir que él no tenía la culpa de que ellas lo buscaran.
Hace cinco meses las cosas cambiaron, mi lindo chico de ojos azules creyó que me perdía en una batalla, desde ese día me dijo que me amaba, el pensó que yo había muerto, pero sus palabras resonaron en mi corazón y me devolvieron a la vida.
En un principio el negó que me había confesado su amor, por lo que tuve que ayudarle, haciendo a un lado mi orgullo, y confesarle que yo siento lo mismo por él.
A escondidas de nuestros padres iniciamos un noviazgo, a pesar de que éramos prometidos y que sabíamos que nos pertenecíamos desde que llegó, nuestro orgullo impedía demostrarnos afecto, hemos avanzado y ahora lo hacemos en privado, porque de otra manera tanto el tío Genma y mi padre Soun ya nos tendrían casados.
Comenzamos a darnos amor con pequeños roses de nuestras manos debajo de la mesa al momento de desayunar o cenar, luego un día que nos dirigíamos a la preparatoria, tropecé con una piedra, sus reflejos de arte marcialista lo hicieron tomar mi mano y jalarme hacia él, en lugar de recordarme lo torpe que soy, se limitó a sonreírme y a preguntarme si me encontraba bien, caminamos de la mano todo el camino a la escuela Furinkan.
Se volvió un hábito el caminar tomados de la mano, poco a poco nos fuimos acostumbrando, hasta que después otro hecho inesperado ocurrió, empezó a llover muy fuerte, yo no portaba suéter, nos refugiamos del agua debajo de un puente, Ranma notó que moría de frío y me abrazó fuerte, empezó a frotar mis brazos con sus grandes y fuertes manos y me preguntó que sí así me sentía mejor, yo asentí tímidamente y cuando paró la tormenta, el continuó abrazándome, me preguntó si me molestaría que me llevará abrazada hacia la casa, yo le dije que no, que me agradaba sentirlo de cerca.
Rara vez dejaba de abrazarme en el camino, sólo me soltaba cuando estábamos por llegar a casa o a la preparatoria, no queríamos que nos vieran de esa manera, queríamos mantener oculta nuestra relación para evitar hostigamientos innecesarios.
Las tardes que nuestros padres y mis hermanas salían de casa, nos quedábamos en la sala abrazados, viendo películas. Un día, Ranma me comentó que el tío Genma le había dicho que esa tarde saldrían todos a un lujoso restaurante que el novio de mi hermana mayor había reservado, de hecho nos habían invitado a nosotros también, pero por alguna razón él les comentó que nosotros teníamos mucho que estudiar para un difícil examen que tendríamos, el cual era inexistente.
Cuando todos se fueron, Ranma me pidió que lo disculpara por mentirles a todos, que tenía planeada una tarde romántica por nuestro primer mes de novios, mes en el que aún ni siquiera nos habíamos besado.
Él se veía un poco nervioso, jugaba con sus dedos y mi sedoso cabello azul, sacó dos nieves del refrigerador, parece algo tonto, pero empezamos a jugar a mancharnos la cara con el mantecado, hasta que un acto de valentía, tomó mi barbilla y me acercó hacia su boca para darme el primer beso.
Aaaaah (suspiro), ese primer beso inexperto fue algo torpe de parte de los dos, pero fue muy tierno, nuestros labios se adaptaron rápidamente, esa tarde nos besamos una y otra vez, al llegar nuestros padres preguntaron qué tal nos había ido con el estudio, sonrojados contestamos lo primero que se nos vino a la mente.
Esa misma noche, Ranma tocó en mi ventana y me dijo que esa había sido la mejor tarde de su vida, que había soñado muchos días con ese momento, yo le confesé que había imaginado como sería nuestro primer beso, curioso me preguntó sí me habían gustado, yo le dije que había superado todas mis expectativas, el reaccionó a mis palabras y me tomó de la cintura para alzarme feliz para juntar una vez más sus labios a los míos.
Continuará…
