Jamás creí que podrías ser tan importante en mi vida, TÚ, mi peor enemigo, la persona que más odiaba. ¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo te metiste en mi corazón sin que yo me diera cuenta?
Mi cordura no se cansa de especular la misma pregunta una y otra vez
Y cuando estoy a punto de encontrar mi respuesta me doy cuenta que ya es demasiado tarde para cuestionarse,
Aunque la realidad sea demasiada dura para mi orgullo
no me puedo librar de ti.
Si intento inútilmente excusarme
todo se convierte en una perpetua falacia.
las evasivas ya no me sirven de nada.
Por más que lo niegue existe una sola verdad,
Una que me duele,
Una que me lastima,
Una que me llena de impotencia,
Una que complementa mi felicidad masoquista.
Jamás podré borrarte de mi vida,
nunca podré olvidar el aroma que me dejó tu esencia
tampoco los recuerdos que se marcaron en mis memorias
Pero lo que de ningún modo podré quitar
ni con todo el odio que siento ahora
Será la huella que dejaste en mi corazón…
Kiriyuu Zero
MI MEJOR ENEMIGO
Capitulo 1:El comienzo de nuestra historia
Era invierno, hacía frío, el viento mecía los árboles y el rocío impregnaba su aroma en la tierra, toda señal amenazaba con llover.
En la academia Ashford ya era de mañana, cada estudiante madrugaba para asistir a su respectiva clase. En la casa del director Cross, ambos hijastros, Zero y Yuki, desayunaban tranquilamente, en realidad el peliplateado estaba completamente sereno, por el contrario, la pobre chica intentaba resolver un ejercicio matemático demasiado difícil para su intelectual, se podía percibir la desesperación en su mirada ya que el examen seria en menos de media hora….
-¡Ah! ¡No puedo, no puedo! –se cabeceaba una y otra vez-
-Debiste haberte quedado estudiando en vez de ir a ver esa película –le regañó el chico que comía su tostada-
-¡Pero fue Kaname-sempai quien me invitó! ¡Yo jamás podría rechazar alguna de sus invitaciones después de todo lo que ha hecho por mí! –dijo muy enérgica-
-Si ese chupasangre se preocupara realmente por ti jamás te hubiera invitado al cine la noche antes al examen –dijo mientras sorbía su té-
Aunque mostrara su rostro impasible por dentro tenía una revolución de sentimientos, estaba más que encrespado con el purasangre ¡¿Por qué Yuki no podía tener un poco mas de autocontrol para decir un simple NO?!
-¡Qué malo eres Zero! –hizo un mohín de desagrado- ¡De seguro estas celoso por eso me dices esas cosas! –le apunta-
-Claro, claro, mejor continúa resolviendo ese ejercicio antes de que se te acabe el tiempo
- ;o; ¡Pero!
Hubo un momento de silencio, Yuki miraba insistentemente al cazador pero éste simplemente la ignoraba, cuando logró captar su atención, le dedicó una de sus más tiernas sonrisas.
- Neee Zero…
-¿Que quieres?
-De seguro tu sabes hacerlo ¿No me querrías ayudar por favorcito? –dijo mientras juntaba sus manos en forma de súplica-
-¿Y si no quiero? –aunque de todas formas la iba a ayudar, quería jugar un poco-
-¡Haré todo lo que tú quieras! ¡Si quieres yo cocinaré toda esta semana!
-No gracias, no me apetece comer sopa instantánea por toda la semana
-¡No es justo! ¿Tú sabias toda la clase de beneficios que tiene esa comida? ¡Lo que pasa es que tu paladar es demasiado refinado para la comida del pueblo!
-Piensa lo que quieras, pero siempre terminas comiendo todo lo que yo cocino y no esa porquería de ramen
-¡Que cruel! ¡Mala persona!
-Recuerda que soy medio vampiro, la maldad la llevo conmigo –sonrió tenebrosamente-
La chica agacha la cabeza, realmente estaba desesperada. Al verla de esa manera, Zero se compadeció un poco, concluyó que ya le había molestado lo suficiente, dispuesto a ofrecerle su ayuda iba a hablarle pero antes de que pudiera decir algo, Yuki levanta su mirada y activa su modo "compadécete de mí"
-¡Por favor! ;-;
- ¬¬
-;o;
-Está bien, pero deja de hacer eso, es molesto ¬///¬ -nunca le gustó esa mirada, era demasiado para su autocontrol-
-¡Gracias! –rápidamente sitúa su silla a su lado colocando bruscamente su cuaderno frente a él removiendo todo su desayuno-
-Eso no fue muy amable de tu parte –pensó al ver reducido su querido alimento a nada-
En 5 minutos Zero le explicó el procedimiento básico de la operación luego la chica intentó hacerlo por sí sola, después de muchos intentos fallidos y cabeceos sin sentido por fin llegó al resultado que buscaba
-¡Por fin lo entendí! ¡No creí que fuese tan fácil!
-¡Claro! Dices eso después de haberte demorado 10 minutos en resolverlo, pero bueno, así es ella… No olvides que al pasar un número al otro lado de la igualdad cambia su signo
-¡No te preocupes esta vez no lo olvidaré te lo aseguro!
-Bien –se levanta de su silla- si estas lista ya vámonos, faltan 5 minutos para que comiencen las clases
-¡¿5 minutos?! ¡Pero si no he arreglado mi almuerzo de hoy!
-Debiste haber aceptado mi oferta
-¡Lo sé! ¡La próxima vez no juro que no me negaré! Mejor adelántate, yo me iré después
-Está bien -seiba a poner en marcha, pero Yuki lo detiene –
-¡Zero!
-¿Que sucede?
Sorpresivamente la chica le da un abrazo, tardó un poco en corresponderle debido a su impresión pero en respuesta rodeó su cintura con su brazo libre ya que con el otro sostenía su maleta.
-¡Gracias Zero! ¡En serio eres el mejor hermano que una chica como yo podría tener!
-¿Hermano? –preguntó extrañado-
-¡Sí! ¡Eres la familia que siempre he querido!
La castaña lo dijo de una forma tan sincera e inocente que no supo como dañó el corazón del cazador
-Así que ella en realidad me considera solo como su hermano… -sonrió triste-
Aquella cercanía que quiso disfrutar con su querida Yuki fue víctima de la tristeza, con cuidado de no herirla, rompe paulatinamente el contacto.
-De nada, ahora apresúrate sino llegarás tarde –le revuelve el pelo-
-¡Hey no me hagas eso! –rió mientras se arreglaba su cabello con sus manos-
-Nos vemos en clase
-¡Sí!
Comienza a caminar hasta perderse por el pasillo que lo conducía hasta la salida. En el camino hacia su salón, aun pensaba en las palabras que le había dicho la chica.
-¿Por qué? ¿Por qué no puedo significar nada más en la vida de Yuki? ¡¿Por qué diablos solo tiene ojos para Kuran?! ¿Tanto le ama que yo no puedo ser parte importante de su corazón?
Todas esas preguntas angustiaban el apesumbrado corazón del cazador. Tan distraído iba que no se percató quienes venían en la misma dirección solo que del lado contrario.
Kaname, Takuma y Aidou caminaban hacia la casa del director ya que este había mandado a llamar al purasangre y sus amigos quisieron acompañarle.
Ellos si se habían dado cuenta de la presencia del peli plateado. Los dos primeros prefirieron no tomarlo en cuenta, pero Aidou, que iba por el lado de Zero, planeaba una pequeña jugarreta en el momento que se cruzaran, siempre era un buen momento para molestar al cazador.
Cuando pasaron por su lado, el travieso Hanabusa hace crecer un pequeño trozo de hielo que se interponía en el camino del Zero obviamente con toda la intención de que se cayera.
Para su suerte, el nivel E no notó aquella trampa tropezándose inevitablemente con ella pero no se cayó como esperaba el vampiro.
Kaname y Takuma se detuvieron observando la situación ¡Ese idiota! Pensaron ambos, lo que menos quería en ese momento el purasangre era comenzar un pleito con el cazador.
Ambos esperaron a que se girara y comenzara a discutir con el rubio, pero no pasó nada, solo siguió su camino ignorando olímpicamente lo que acababa de suceder.
-¡Aidou eres un idiota! –le golpeó Takuma-
-¡Auch! ¡Pero si fue una simple broma! –sobándose la cabeza-
-¡Él no te hizo nada! ¿Por qué siempre le buscas pelea?
-Eso no te importa… -desvió la mirada-
-Aidou -lo llama seriamente el purasangre-
Un escalofrío recorrió la espalda del rubio, ese tono de voz le indicaba que estaba enojado. Lentamente giró su mirada hasta toparse con los ojos de su líder.
-Kaname-sama…
-Esta tarde, antes de entrar a clases le pedirás disculpas a Kiriyuu
-¡¿Qué?! -¿Pedirle disculpas a ese nivel E?-
Eso le sorprendió, nunca antes Kaname-sama le había ordenado disculparse ante ese maldito cazador ¿Por qué ahora quería el perdón de la persona que nunca le ha respetado?
Ese Kiriyuu merecía todas las cosas que él le hacía, había que enseñarle modales y si el purasangre no le daba una lección, él mismo sería el encargado de enseñarle cómo comportarse frente al mejor líder de su especie.
-Lo siento Kaname-sama pero no puedo hacerlo, si lo hago mi orgullo sería profundamente lastimado
-Si te niegas me veré en la obligación de darte un castigo y te aseguro que no te gustará
-¡¿Pero por qué?! ¡Ese inútil nivel E nunca le ha respetado! ¡¿Por qué nosotros deberíamos hacerlo con él?! -gruñó indignado, por más que cavilaba, aun no lograba entender la actitud del castaño-
-Ese inútil nivel E como tú le llamas está cuidando de Yuki durante el tiempo que yo no pueda hacerlo, mientras lo haga prefiero evadirme de pleitos innecesarios que evitaran una amena relación con él, simplemente eso, iré solo a ver al director ustedes devuélvanse a los dormitorios –finalizó para después seguir con su camino-
-Kaname… -susurró tristemente Takuma mientras observaba como desaparecía en la lejanía-
Sabía que el purasangre quería estar solo, pero no quería que se fuera así, su expresión lucía tan apagada y miserable que no le daba buena espina. Procuraba casi siempre acompañarlo con la esperanza de que si continuaba a su lado quizás le compartiría alguno de sus secretos, pero cada vez desistía más y más, Kaname era una ostra cerrada que no se abriría a nadie, ni siquiera ante su querida Yuki.
-¡¡¡Kuso!!! ¡Ese Kiriyuu! ¡Juro me las pagará! –gritó enfadado Aidou mientras apretaba fuertemente sus puños-
Se sentía tan enfurecido que no sabía cómo controlarse, el cazador, a pesar de no haber hecho nada, fue capaz de sacarlo de sus casillas, su simple presencia siempre le causaba problemas con su querido Kaname-sama, lo mejor para todos sería que desapareciera.
-Aidou eres un caso perdido –negó lentamente mientras se devolvía a su dormitorio-
No tardó mucho en llegar a la casa del director, estuvo a punto de golpear la puerta pero fue sorprendido por la chica quien le abrió al mismo tiempo
-¡Kaname-sempai! –dijo emocionada la chica-
-Buenos días Yuki –le dedicó una hermosa sonrisa que no hizo más que hacerla sonrojar-
-Bu-buenos días –tartamudeó mientras reía nerviosa-
-¿Está el director?
-¡Sí! Te está esperando en su escritorio, pasa –abrió más la puerta para que entrara-
-Gracias –pasó por su lado hasta situarse unos pasos más adelante pero quedando nuevamente frente a ella-
-Lamento no poder atenderte sempai pero llego tarde a clases y tengo un examen muy difícil, espero que me acuerde de todo lo que me enseñaron –sonrió mientras se rascaba la cabeza-
-No te preocupes –se acercó para darle un pequeño beso en su frente aprovechando la oportunidad de inhalar el dulce aroma que desprendía su querida niña, ese que tanto le gustaba, pero esta vez ese olor fue diferente, no era el mismo de siempre, estaba mezclado con una esencia ajena que fácilmente supo reconocer pero prefirió guardar silencio- que te vaya bien
-Gra-gracias –se ruborizó al máximo-
El castaño solo sonrió, si continuaba provocándole tantos sonrojos probablemente le subiría la presión, aunque le fascinaba ver la ingenuidad de su pequeña.
-¡Por cierto! –habló nuevamente la chica- antes de que se me olvide, te agradezco nuevamente la invitación al cine, me la pase muy bien ¡Ojalá se pudiera volver a repetir!
-De nada, si quieres volver a salir yo no tengo ningún problema
-¡¿De verdad?! –dijo esperanzada-
-Claro que sí, pero sabes, creo que te estoy reteniendo demasiado, tus clases ya debieron empezar
-¿Las clases? ¡Cierto! Siempre se me pasa la hora cuando hablo contigo –confesó mirando su reloj de muñeca- ¡Adiós Kaname- sempai! Que te vaya bien –le hizo una pequeña reverencia para irse corriendo-
Cerró la puerta que Yuki dejó abierta ¡Siempre tan distraída! Aunque se alegró bastante su corazón el haberla visto, suspiró llanamente, eso era lo que más le gustaba de su presencia, la paz que le transmitía, lamentaba de sobremanera que no fuera la suficiente para calmar sus inseguridades, de pronto recordó como el olor de Yuki fue invadido por el aroma misterioso del cazador, nunca se había percatado de lo extrañamente agradable que resultaba ante sus sentidos ¿Acaso era tan atrayente debido a la sangre que tomaba de la chica? No, no lo creía así, no se parecían absolutamente en nada, era fácil percatar que ambas esencias pertenecían a dos entes distintos, además…
-¡Kaname! –le llamó el director quien había aparecido frente a sus ojos-
-Cross-san –no pudo continuar en sus cavilaciones debido a su inadvertida llegada- que agradable es verlo- dijo fingiendo una sonrisa que realmente no sentía-
No era que el director le cayera mal, al contrario, era una de las personas que mas consideraba en su círculo de amigos, solo que no se sentía con ganas de hablar más de lo debido, no quería dar explicaciones que se relacionaran a su estado anímico, lo mejor sería aparentar hasta que estuviera solo.
-¡Igualmente Kaname! –le dedicó una sonrisa aniñada, esas que solo él sabe hacer- ¡Pasa, pasa! En mi escritorio están los papeles que necesito entregarte
Siguieron por un corto pasillo hasta llegar a la pequeña habitación, ya dentro, Kaname se quedó de pie mientras Cross trajinaba sus cajones en busca de una carpeta
-¡Aquí esta! –señaló triunfalmente para después situarse frente al purasangre- toma, son unas fichas que necesito que rellenes con la información de los alumnos de tu residencia, estoy solicitando ciertas becas para los estudiantes de la clase diurna, sé que tus camaradas no necesitan cosas así debido a su elevado nivel intelectual, pero se requieren todas las identificaciones del colegio, es parte del programa
-Entiendo ¿Para cuando las necesita?
-Son un poco urgentes, pero tampoco tienes que presionarte, si puedes traérmelo en cinco días te lo agradecería mucho, y si se puede antes, mucho mejor
-Está bien, trataré de completarlas en el menor tiempo posible
-¡Muchas gracias Kaname! Por cierto, hace unos momentos me dirigía a desayunar ¿Te gustaría compartir una taza de té conmigo?
-Lo lamento mucho director pero esta vez tendré que declinar, me siento un poco cansado y más tarde tendré una pequeña reunión, la próxima vez le prometo que no le fallaré
-¡Oh no te preocupes! Entonces nos veremos después –sonríe fraternal-
-Sí, con su permiso –se retiró de la oficina con la enérgica despedida del director-
Con la misma elegancia de siempre se fue de aquella casa. Caminó un rato por los alrededores, el ambiente estaba muy silencioso, los revoltosos alumnos de la residencia de día estaban en clases y lógicamente sus subordinados estaban descansando después de una larga noche de estudio.
Aprovechó esta soledad para perderse un rato en sus pensamientos, no dejaba de darle vueltas al mismo tema una y otra vez ¿Qué podía hacer? En esos momentos le frustraba no poder hacer nada, pero ya llegaría el momento de actuar, tenía que ser paciente, esta vez sería él quien pusiera las cartas sobre la mesa y ese maldito nunca más aparecería en su vida, por fin sería feliz con su querida Yuki y ya no estaría solo, sus problemas finalmente acabarían…
Un momento, no, aun le quedaría un inconveniente más, este tenía nombre y apellido, Kiriyuu Zero, el fiel protector de la chica ¿Qué haría con él? Con ese chico compartía la misma soledad, los mismos sentimientos de amargura, estaba tan solo como él, si le quitaba a Yuki definitivamente no tendría a nadie ¿Pero a él le importaba? Claro que no, no tenia que interesarle, se suponía que se odiaban, no sabía por qué estaba pensando más de lo debido en el cazador, pero desde que pudo disfrutar con mayor serenidad la exquisitez de su esencia, no podía dejar de pensar en él.
Pronto llegó a las puertas de su dormitorio, saludó cortésmente a los guardias que con una pequeña reverencia le correspondieron el saludo. Ellos custodiarían en la mañana hasta que los prefectos salieran de clases. Caminó un poco más y entró a la residencia, la sala estaba completamente vacía, de seguro todos ya se fueron a descansar.
Subió las escaleras hasta llegar a su habitación, se quito el sacó dejándolo sobre una silla, lentamente dispuso a sacarse las demás prendas para ponerse su ropa de dormir, se introdujo en su reconfortante cama permaneciendo sentado algunos segundos, su semblante impasible se perturbó durante unos momentos, luego de un sonoro suspiro acomodó su cabeza en la almohada.
-Quizás esta vez sea diferente… -pensó antes de cerrar los ojos y quedarse dormido-
-------------------------------------SUEÑO DE KANAME-------------------------------------
Estaba en el salón de su antigua mansión junto a padres y la pequeña Yuki, no debió haber tenido más de 16 años. La hermosa mujer adulta, madre de los niños, se encontraba sentada en el sillón con la pequeña entre sus brazos mientras que Kaname y su padre estaban de pie en diversas partes de la habitación, pero no demasiado lejos el uno del otro, sus rostros denotaban miedo y preocupación.
En la oscura noche anterior Rido, el hermano de su padre, les traicionó expresándoles toda su ambición de ser el vampiro más poderoso y que para ello tomaría toda la sangre de su familia.
Afuera de la casa se escuchaban los gritos de aquellos que peleaban por defenderlos, la guerra había comenzado y quien ganara sería el más fuerte del linaje Kuran, la familia ancestral de los sangrepura.
-Mamá ¿Por qué hay tantos gritos afuera? –preguntó la niña-
-No es nada cariño –le acaricia el cabello-
-Me asustan –apegándose más a su madre quien la recibe cariñosamente-
De pronto el vampiro mayor pierde su posición y se sitúa frente a su esposa captando su atención
-Llegó la hora querida, está afuera esperándome
-¿Tan pronto?
-A él no le gusta esperar
-Por qué todo tenía que terminar así –inclinó la mirada mientras algunas lágrimas salían de sus ojos-
-Juri…-se acerca a su mujer agarrando su mentón para subir su mirada- el destino quiso que pasara esto, no podemos oponernos ante lo inevitable, tenemos que afrontarlo de la mejor manera posible
-Lo sé Haruka, pero es tan injusto…
-Nada en esta vida es justo cariño, te amo, nunca lo olvides –le da un pequeño beso en sus labios-
-Papá ¿Por qué te estás despidiendo? ¿Acaso te vas a ir? –preguntó nuevamente Yuki con un semblante preocupado-
-Me iré por unos momentos mi niña, pero volveré pronto –le acaricia su mejilla-
-No es cierto, no volverás… -pensó el ausente castaño-
-No te tardes, te quiero papi –dice Yuki sonriendo-
-Yo también mi niña -le revuelve cariñosamente sus cabellos-
Pronto desvía su mirada hacia el castaño quien había permanecido alejado durante todo ese rato, le hizo una seña que supo comprender y ambos salieron de la habitación quedando en la soledad del pasillo.
-Hijo necesito que…-antes de terminar su petición el castaño le interrumpe-
-Iré contigo
-Kaname…
- No podrás impedirlo–respondió con firmeza-
-No puedes y lo sabes –habló serio-
-No voy a dejarte solo –se negó obstinadamente-
-No Kaname, esta pelea solo me concierne a mí y a Rido, no debes entrometerte
-¿Estás consciente de lo tramposo que es? ¡Él no peleará limpio y lo sabes! –apuntó sobresaltado-
-Yo no soy igual a mi hermano Kaname, no jugaré de la misma manera este pleito, puede que solo sea cosa de orgullo, pero mantendré mi honor y mi propia posición hasta el final
-¡Pero padre!
-No me contradigas Kaname, yo no pretendo pedir tu ayuda en la pelea, yo te necesito aquí, cuidando de tu madre y de tu hermana
Sin poder decir nada el chico inclina la cabeza ¿Por qué su padre no le permitía ir a luchar con él? A pesar de todos los argumentos que le expusiera, nada le convencía ¿Es que acaso lo que retenía a su padre de pedir su ayuda era que dudaba de su poder? ¿Acaso pensaba que no le sería útil en la pelea? Apretó los puños en señal de impotencia, quería ser más fuerte para acompañar a su padre y hacer que el maldito Rido desaparezca de una vez por todas. Su progenitor al verlo en ese estado lentamente se acerca, con ambas manos toma sus hombros.
-Te lo suplico hijo, no pienses que desconfío de tí, no quiero que vayas porque no pretendo arriesgarte de esa manera si puedo evitarlo, mi familia es mi felicidad, prefiero morir yo antes de perder a alguno de ustedes…
-Nosotros también sufriremos si te pasa algo… -sus cabellos cubrían la tristeza de sus ojos-
-Tienes razón, sé que suena egoísta pero no puedo evitarlo, estoy seguro de que me entiendes, no dudo que tú también harías lo mismo que yo, eres mi hijo, no podría esperar menos de ti, así que por favor no insistas
-Nos ahorraríamos esta discusión si me dejaras ayudarte –levanta su mirada para suplicarle por última vez, aunque ya tenía clara la respuesta que le iban a dar -
-No -negó con la cabeza- debes entender que hay más razones por las que te necesito aquí, existe la posibilidad de que yo pierda contra Rido, y si eso llegase a pasar tú serás mi sucesor, serás el encargado de proteger a tu madre y a tu hermana, continuarás a la cabeza defendiendo de cualquiera el legado que yo te heredé, incluso de mi propio hermano…
-¡Le prometiste a Yuki que volverías! -respondió obstinadamente- No digas que vas a perder…
-Es una posibilidad que aunque quiera no puedo descartar
-Entonces le mentiste…
-No exactamente ¿Me prometes que cumplirás lo que te pedí?
-Si tú me prometes que le ganaras a ese maldito vampiro
-Está bien, lo prometo –sonrió por unos momentos, pero de pronto su mirada se volvió preocupada- Realmente lamento dejarte tanta responsabilidad siendo tan joven, pero estoy seguro que lo harás bien, confío en tí Kaname, no caigas ante nadie, cuando sientas que no puedes con tus problemas, no te preocupes, recuerda que yo siempre estaré contigo -con infinito amor se acerca para besar su frente- te quiero hijo, adiós-se da la vuelta perdiéndose por la oscuridad del pasillo que lo llevaría hasta su destino-
-Padre…-le seguía con la mirada, todavía su mente procesaba todo lo que le había dicho, estaba consciente de que su padre tenía razón, era el sucesor de la familia, el que debía proteger el linaje, pero si no hacia algo el maldito de su tío iba a matar a su padre de la forma más cruel y humillante que podría imaginar. Cuando volvió en sí su padre ya se había perdido de vista para ir hacia lo inevitable…
-¡Espera padre no te vayas!
Gritó desesperado mientras corría para detenerlo, antes de que pudiera alcanzarlo, súbitamente despertó…
------------------------------------- FIN DEL SUEÑO-------------------------------------
Respiraba irregularmente…de nuevo el mismo sueño… pensó, cubrió su frente con su mano.
Hacía algún tiempo que no podía dormir bien, los recuerdos de su pasado inundaban su mente agobiándolo cada noche. Todo había comenzado cuando se enteró de aquel rumor que apuntaba a que Rido seguía vivo, la rabia y la impotencia no se hicieron esperar ¡Se suponía que ese maldito había muerto! Su padre fue el encargado de acabar con su horrible presencia sacrificando su propia vida…
Escuchó como el vaso de agua que tenia sobre su mesita de dormir se rompía en mil pedazos. Suspiró, aún le costaba un poco dominar el poder que había adquirido de Shizuka, cada vez que sus emociones se descontrolaban estos hacían acto de presencia trisando o destruyendo alguna cosa que estuviera cercana a él. Miró la hora en su reloj digital que, a pesar de haber sido mojado por el agua, todavía funcionaba. Eran la una de la tarde, si sacaba la cuenta solo pudo dormir unas tres horas, fue un poco más de lo que esperaba, la última vez fueron dos horas y media.
Sabiendo que no podría descansar más se levantó, entró al baño y se tomó todo su tiempo en la regadera, cuando se sintió satisfecho, salió nuevamente a su cuarto para vestir su impecable vestimenta escolar.
Con sus poderes arregló el vaso que había roto, la humedad se iría por sí sola. Minutos después salió de su habitación. Los pasillos de la mansión aun se encontraban desiertos, un escalofriante silencio acompañaba el ambiente, estaba más que claro que todos seguían durmiendo. No tardó mucho en llegar a su despacho, rodeó el escritorio y se sentó en su cómoda silla.
Abrió la carpeta que el director le había dado en la mañana, miro las cien fichas que aun estaban en blanco. Rellenarlas iba a ser un trabajo largo y tedioso, pero él tenía toda la disposición de hacerlo mientras le hicieran olvidar por un rato la situación que estaba viviendo…
