Disclaimer: Los personajes de CDM son propiedad de Chinomiko; sin embargo los demás OC que irán apareciendo son de sus respectivas autoras.
Advertencias: UA (Universo Alterno), escenas no aptas para menores y lenguaje inapropiado.
Summary: No hay nada mejor que saber que llegó el fin de semana. Este grupo de amigas, guiadas por la curiosidad, acabarán en una nueva tienda de animales. "Patitas Suaves: Tienda de animales rentables. Puro amor garantizado".
Prólogo
Iba de regreso a la empresa con cierta prisa. De nuevo, se había retrasado en su último mandado y tenía la hora justa para volver, antes de que su jefa la pillara y se metiera en muchos problemas. Definitivamente, no cambiaba.
Su pecho subía y bajaba por la falta de aire, su rostro había adquirido el color normal de sus mejillas y algunas gotas de sudor hacían que unos mechones de cabello castaño se le pegaran a la frente. Recogió su largo cabello castaño con discretos reflejos en tonos ámbar en una coleta, mientras que continuaba caminando.
De repente, una ráfaga de pelo negro pasó a toda velocidad frente a ella, lo que la asustó y la hizo tambalearse en su lugar de la impresión. Dio un paso atrás cuando vio que un hombre vestido en un overol azul salía del local junto al que estaba parada, y del cual también había escapado esa ráfaga de pelo negro, que resultó ser un cachorro de beauceron.
—¡Vuelve aquí, Castiel! —exclamó el hombre.
Ella notó con cierta simpatía, cómo el cachorro meneaba la cola y le lanzaba una mirada desafiante al dueño. Después de eso, el hombre hizo varios intentos por atraparlo, fallando en todos ellos.
Soltó una risita y se irguió, dispuesta a continuar con su camino luego del susto. Fue entonces cuando notó las remodelaciones que tenía su tienda de animales favorita y le entró la curiosidad. ¿Qué habrá pasado?
—Bueno… De todos modos, ya estoy retrasada —admitió, sonriendo levemente—. No me vendrá mal echarle un vistazo a la tienda.
Entró al local, sorprendiéndose al instante por todos los cambios. El lugar entero se había remodelado, y hasta pareciera que habían cambiado a los animales. Los pequeños a los que antes encontraba dormiditos en sus jaulas, ahora estaban dejándose bañar, peinar y alimentar con toda la alegría del mundo.
Muerta de la curiosidad, se acercó a un enorme aparador donde los vidrios separaban a los animalitos de los espectadores. Un gatito de curioso pelaje dorado alzó las orejas en cuanto la vio acercarse. Sorprendida, la chica notó que el minino se acercó con toda confianza y se restregó contra el vidrio que lo separaba de ella, como intentando acurrucarse.
—Aww, que adorable —murmuró ella. Bajó la mirada hacia una placa donde el pequeño tenía su nombre—. ¿Nathaniel? Qué bonito nombre —los ojazos dorados del gatito brillaron y le respondió con un dulce maullido.
—¡Tessa! —una voz conocida la hizo voltear y sonreírle a la dueña de la tienda de animales, una dulce mujer de edad—. No creí verte por aquí tan pronto.
—¿Qué sucedió? La tienda… parece otra —respondió la chica, emocionada.
—Bueno, sucede que un nuevo socio nos brindó un excelente aporte económico con el que pudimos expandir la tienda, y además, tenemos nuevas incorporaciones al lugar.
Tessa arqueó una ceja, confundida.
—¿Incorporaciones? ¿De qué tipo?
La mujer sonrió y apuntó hacia el gatito que aún tenía sus patitas apoyadas en el vidrio, detrás de ella.
—Él es uno de ellos —Tessa volteó a mirarlo y vio que el gatito lamía el vidrio y meneaba la cola. Podría morir de la ternura—. Son mascotas rentables. Pequeños entrenados para hacer compañía y ayudar a reducir el estrés de las personas. Fue una idea bastante original de parte de nuestro nuevo socio. Y hay varios que son igual de adorables y amigables que ese pequeño.
—¿Cómo? —exclamó la chica, sorprendida—. ¿Hay más?
—¡Por supuesto! Tenemos conejos, hámsters, hurones, perros, gatos —enumeró la mujer, haciendo que la castaña no pudiera controlar su emoción. Quería tenerlos a todos—. Hay muchos y todos están acostumbrados a estar entre las personas.
Ambas oyeron unos forcejeos detrás y voltearon para ver cómo el mismo hombre que salió corriendo detrás del cachorro de beauceron, volvía a entrar con este a rastras. La anciana rodó los ojos y suspiró, volviendo a ver a Tessa.
—Aunque claro que aún hay algunos en entrenamiento, pero la gran mayoría son muy felices. Es como si se encariñaran más con las personas cada vez que cambian de dueño —finalizó la mujer, dándole una pequeña tarjeta de presentación a Tessa.
"Patitas Suaves: Tienda de animales rentables. Puro amor garantizado"
—Abrimos mañana por la mañana, corazón —Tessa sonrió, asintiendo—. Sabes que puedes venir cuando quieras.
Salió emocionada de la tienda, luego de despedirse. Prometió volver cuanto antes, pero claro que no lo haría sola. Fascinada con la idea, se apresuró a volver a la empresa.
—¡Tengo que contárselo a las chicas!
¡Hola a todos! Me he emocionado mucho con esta nueva idea. Será un especial de San Valentín :3!
¡Espero que se animen a adoptar un dulce animalito! Subiré la continuación tan pronto tenga a todas las participantes.
Anuncio: Aprovecho para informar que lastimosamente borré la historia de Generación XyZ porque me he liado con las ideas y la cantidad de OC's con los que me comprometí. Además, es de muy mal gusto tener una idea en la que dejas entrar a los demás, para luego no continuarla o dejar a los lectores esperando. Es una falta de respeto y sé lo que se siente, así que respeto a mis lectores por sobre todo u.u
Sin nada más que decir, me despido :)
-Sabr1-
