Título de la Historia: El Reinado del Faraón Atem.

Sinopsis.

Atem un rey elegido para salvar a su pueblo de la destrucción de Zorc, los medios que ha utilizado para restaurar el orden de su civilización devastada por que Apofis ha causado caos al enfrentar a Ra, por el dominio de Egipto, haciéndose pasar por un ente de luz que solo ha creado destrucción y muerte. El padre de nuestro querido faraón tiene un plan para que en su hijo se restaure el orden natural de las cosas y cumpla con la profecía de ser un rey elegido para que haya paz y prosperidad en su reino, derrotando a las sombras de forma definitiva y restaurando el equilibrio del mundo. Yugioh pasado Antiguo Egipto

N-A: esta historia no es mía, créditos a su verdadera autora Giorgiana Rebeca.

Fin de N-A.

Descargo de Responsabilidad: el Anime/Manga de Yu-Gi-Oh! no es nuestro, es de su creador Kazuki Takahashi.

Capítulo 1:El reino de las sombras.

Hace 3000 años existió en el Alto Egipto un reino próspero que vivía bajo el mando de Mesopotamia y Babilonia donde aparentemente todo iba bien, sin embargo, eso cambió cuando una ofrenda a los dioses hizo que Apofis el némesis de Ra viniera a la tierra a crear un caos terrible.

Aknamkadin padre de Seth, invadido por los celos hacia su hermano Aknamkanón el padre de Atem quiso derrocar a su hermano del reino de Menfis y para lograrlo, hizo una ofrenda terrible a Apofis y esta fue aceptada.

Era una noche estrellada y la luna brillaba en su máximo esplendor cuando en las orillas del río se escucharon gritos desesperados, la gente empezaba a huir hacia el reino de Aknamkanón, todos ellos venían de Babilonia y gritaban "¡Babilonia ha caído!" el terror los hacía presas fáciles, pues Babilonia caía a manos del rey medo Darío el grande.

Esa noche en la que el miedo y pánico invadía a los habitantes del reino, Aknamkadin aprovechó la situación para tomar a los prisioneros que se caracterizaban por sus terribles actos y buscaban huir solo para expandir el terror en las demás tierras, pero por la magia que dominaba Aknamkadin y el poder que Apofis le había dado para interpretar el libro sagrado donde se explicaba la creación de los objetos del milenio, capturó a todas esas personas y estas fueron sacrificadas para el ritual profano en el que se forjó la piedra con los objetos del milenio, lo que no sabía era que junto con ese ritual habían despertado un ente terrible, al mismísimo Zorc, el fiel lacayo de Apofis el cual quería expandir las sombras en toda la tierra.

Desesperado, Anubis trataba de contener el portal por donde salía Apofis para que no colapsara el inframundo y se invirtieran los papeles y los muertos dominaran el mundo extinguiendo la vida y la luz, dejando un reino de destrucción y caos a su paso. Para impedir que esto pasara, el rey Aknamkanón hizo una ofrenda a Ra y esta última fue bien recibida, pero lo que no sabía, era que el caos apenas empezaba. Ra le dio una profecía sobre su hijo Atem, quien sería el rey elegido que podría invocar a los tres grandes dioses y solo el sabría qué hacer para destruir a Zorc, pues ese muchacho era la ofrenda a Ra, convirtiéndose Atem en el hijo adoptivo del mencionado dios del sol. El joven restauraría el orden en la tierra y cuando sus días fuesen cumplidos se desataría el caos.

Los años transcurrieron poco a poco y Aknamkanón se hizo aliado de Ciro rey de los Medos-Persas y su reino prosperaba gratamente. Pero un día, Aknamkanón se enteró de lo que su hermano había hecho para la creación de los objetos del milenio que se habían repartido para crear estabilidad y poner orden en su reino. No podía ni verlo de la repulsión que sentía solo de saber a lo que su hermano había llegado con tal de derrocarlo y dejar a su hijo Seth en el trono. Entonces llevó a Atem un mancebo de 15 años al templo de Ra para que lo instruyera acerca de la profecía que en él descansaba y ese glorioso propósito.

La ofrenda iba a ser recibida, pero Aknamkanón tenía miedo que a su hijo le pasara algo malo así que ofreció su vida para calmar la ira de los dioses y Anubis se llevó su vida ante los desconcertados ojos de su pequeño hijo Atem, las lágrimas corrían por sus hermosos ojos carmesí, incrédulo ante lo sucedido solo se dejó caer de rodillas hasta quedarse dormido creyendo que todo era una pesadilla. Cuando despertó Mahad lo tenía en sus brazos y Mana lloraba desconsolada, no podrían creer lo que estaba sucediendo, sabían que se avecinaba una batalla terrible para regresar a Apofis el gusano de la destrucción a su lugar de reposo, pero aún había un problema más grave que resolver, Zorc quien ya había comenzado a dominar en ese reino y estaba por colapsarlo.

Atem con gran valor el día de su coronación enfrentó a un portador que podría liberar todo el poder de Zorc derrotando a dicho portador, sin saber que lo único que había hecho era darle lo que necesitaba para liberar a tan terrible ente que pondría a prueba la profecía que en él descansaba.

Una gran batalla se libró por días, y Atem resuelto a restaurar el orden de las cosas invocó a los tres dioses egipcios, el Dragón alado de Ra, Slifer y Obelisco. Después de que casi fueran derrotados el rompecabezas en el cuello de Atem empezó a brillar y el mismo Ra le dio el poder y la magia para fusionar a los tres dioses y que se formara el creador de la luz, con él venció a Zorc, quedó mal herido por la batalla, pero lo que hizo para encerrar a Apofis y Zorc le dolía aún más que sus heridas. Tuvo que encerrar el alma de su tío para que ellos dejaran este mundo y se cerrara el velo entre los hombres, los dioses y el inframundo que había rasgado Aknadin con su sacrificio y ambición de quedarse con el reino de su hermano, pero aún quedaban problemas que resolver antes de que todo empezara a florecer. Seth su primo y sumo sacerdote era su mayor rival ahora, ya que creía que todo lo ocurrido era culpa de Atem y planeaba vengarse de él dándole donde más le dolía, aunque al mismo tiempo se sentía confundido sobre toda la situación, pues Seth no estaba enterado de ninguno de los horrores y pecados cometidos por su padre Aknadin a causa de los celos hacia su hermano y la codicia.

En el reino celestial los dioses estaban observando la tierra y al sentir las emociones y ver los pensamientos contradictorios del muchacho se miraron y Osiris dijo
-Que haremos para proteger y salvar a Atem?*

Todos se miraron y Hecate la diosa de la magia tomó la palabra.
-Tengo una idea que estoy segura que va a funcionar, pero necesito la ayuda y unión del poder de todos
Nuevamente todos intercambiaron miradas y Apolo el dios de las profecías comenzó a recitar

*Los oscuros algún día volverán"
*Y el faraón otra vez tendrá que luchar*
*Pero esta vez solo él no estará
*A su lado su escudo y protectora estará
*Tiempos oscuros en el futuro vendrán
*Todos tendremos que unirnos para luchar.

Finalizando Apolo, todas las miradas cayeron en destino y suspirando cansados, los dioses se masajearon las cienes y por segunda vez todas las miradas se posaron sobre Hecate y Ra dijo serio.

-Bien Hecate, cuenta nos tu idea, aunque por la profecía que Apolo nos acaba de dar ya tenemos una pequeña idea de lo que planeas y aunque va contra las normas, dinos y veremos
Hecate asintió y les contó su idea de crear un ser tan poderoso que estará a la par con Atem y los dioses en el poder, dicho ser tendría la misión de proteger al faraón. En mutuo acuerdo estos acordaron y se dirigieron al salón de rituales y usando su sangre y poder divino crearon a una chica de piel blanca con pelo rosa con mechas moradas, alas de ángel y ojos rosados con destellos dorados y carmesí, al terminar Ra la tomó en brazos y dijo
*-En el nombre de los dioses y la magia te nombro Honoka y en el futuro serás la guardiana, guardaespaldas, escudo y guerrera de mi hijo Atem el faraón del Alto y Bajo Egipto.

Después de eso, todas las poderosas deidades le dieron sus bendiciones a Honoka y durante mil años la mantuvieron en el reino celestial entrenándola en todo tipo de magia, manejo de armas y estrategias de batalla siendo una estudiante ejemplar y dejando a todos sus maestros muy complacidos con su desempeño, ya al llegar a la edad de 17 años en estándares humanos, fue llamada al salón real y al llegar se arrodilló y mirando al suelo dijo

-Me habéis mandado a llamar mis señores?
Los dioses, compartiendo una mirada seria asienten confirmando lo preguntado por la bella chica y Hathor dice

-Honoka, tu entrenamiento y tiempo aquí han terminado, es hora de que vayas a cumplir tu misión, irás al palacio de mi hijo Atem en Egipto y buscarás una familia de guerreros de su guardia personal, usarás tu poder y los hipnotizarás para hacerles creer que eres su hija, se te hará una prueba por parte de alguien de confianza para Atem, deberás pasarla y convertirte en parte de su guardia personal y defenderlo y protegerlo desde las sombras

Termina Hathor de decir y Honoka asiente y se levanta y mirando al suelo dice
-Os juro por mi honor, mi magia, alma, corazón, sangre, amor y mente luchar para cuidar, proteger y salvar al faraón desde las sombras y luchar a su lado en el futuro en la guerra hasta que mi aliento se extinga, gracias mis señores
Al terminar su juramento ante los dioses, con una reverencia sale de la sala y desplegando sus alas va a la tierra para empezar su misión, sin saberlo ella, se enamorará profundamente del faraón y él de ella.

Fin del Capítulo.