Kitten Love
¿Recuerdas cómo empezó? ¿La forma en que tus labios sujetaron los míos en un arrebatador beso luego de aquella última pelea? Ya ni siquiera recuerdo por qué fue que terminaste recostado sobre mi cuerpo, ni tampoco por qué no te aparte. Y lo que en ocasiones me hace dudar de mis facultades es tener la seguridad de que cuando te percataste de lo que sucedía e intentaste apartarte fueron mis manos las que se aferraron a ti, para impedirte marchar.
No sé si fue la soledad que ambos sentíamos fue la que terminó por orillarnos a buscar mutua compañía, si es así, lo agradezco pues le diste un nuevo giro a mi vida.
Aquello que empezó como simples charlas sin sentido, pequeños besos y abrazos ocultos por la oscuridad de la noche y finalmente terminaron contigo aferrándote a mi cuerpo desnudo, al igual que el tuyo.
El pasto pica y me causa un poco de comezón en la piel, pero eso parece no importarte a ti, que sin recato alguno te empeñas en provocarme de nuevo.
-¿Qué pasa Kyo-chan? ¿Demasiado cansado para la siguiente ronda? –lo escucho, o mejor dicho, lo siento reírse contra mi cuello mientras le da pequeñas lamidas, en ocasiones, él parece más gato que yo. Paso por alto el hecho de cómo me nombro, hace tiempo que le permito que lo haga cuando estamos ambos solos.
-Alguien podría vernos. –es mi sencilla respuesta, te escucho suspirar y tus manos me sueltan, resignadas. Sabes que es muy temprano y que estamos lejos de casa de Shigure, nadie nos buscará, pero aun así comprendes mis temores, pues también son tuyos.
Me giro entonces para que quedemos de frente y cierro mis ojos. Yo no soy muy dado a expresar este tipo de sentimientos, así que, por favor, dame tiempo, te juro que lo intento.
-Estoy cansado... –te digo mientras mis manos acunan tu rostro –de tener que vernos en estas condiciones y de inventar excusas absurdas para poder vernos.
Has malinterpretado mis palabras, pues los músculos de tu mentón se han tensado.
Soy tan conciente como tú que si Akito se entera podría castigarnos a los dos, pero no me importa, cualquier tortura sería poca si te tengo conmigo.
Te quiero, Haru. –musito al fin, antes de unir mis labios a los tuyos en un suave beso. –Y no me importa quien lo sepa.
Fui yo quien te pidió que lo ocultáramos, quien se mostraba renuente a que siquiera rozáramos nuestras manos en público, pero te amo y lo demás ya no importa.
Tus brazos se aferran a mi cintura, haciéndome sonreír y en este momento sé, que sin importar que pase, estaremos bien.
Part of "Love Chronicles"
