"Ya nadie recuerda la verdadera razón del dolor? Ya nadie recuerda lo delicioso que era el viento? Ya nadie recuerda como olía el campo en primavera? Nadie? Ya nadie recuerda por que tenia que estudiar tanto, ya nadie recuerda por que practicaba tanto, ya nadie recuerda el por que estaban allí, en ese preciso momento y lugar. Solo recuerdan que iban a morir, solo recordaban el deseo que haber sido mas fuertes, de haber tenido miedo, de haber llorado, y de desear que todo el sufrimiento pasado hubiese sido solo un mal sueño. Por que toda la energía empleada en ser el mejor, y después morir en el intento se les escurría entre los dedos, y les quemaba las manos. Todo el esfuerzo se les iba por la sangre que derramaban al morir... y yo lo se por que yo lo vi".

nota del autor: este es un futuro o pasado alternativo, donde los tiempos donde se encuentran los personajes varían, o es aleatorio. Todo depende de ustedes en como asociar las cosas con la serie real de Naruto.

La prisión de la Niebla

Scroll : La noche de la Selección.

...El té ya se les enfriaba, y por las ventanas de la choza podían ver que pronto empezaría una tormenta.

-ya no importa cuantos entren, todos sabemos que saldrá solo uno – indico Saya.

-Lo se, lo se... – dijo con cierta angustia Yoko – pero siempre es una carnicería todas las veces.

-Y cuantos chicos son esta vez? – pregunto Tsuzuki ojalá no sean muchos, siempre es un desperdicio de talento.

-Esta vez son 20 chicos, 15 hombres, 5 mujeres. – le dicto Yoko.

-Y cuantos descartaste? – pregunto una vez mas Tsuzuki con una leve sonrisa de complicidad hacia Saya.

-Qui... quince chicas cuarenta chicos – dijo con la voz ahogada.

-No deberías hacer eso! – le reclamo Saya tomando la pancarta - si haces eso quedan demasiados que nunca podrán pasar.

-Pues que así fuera – musito Yoko.

-No deberías ser tan blanda, todos vamos a morir, solo que unos antes y otros después, fácil! – le indico Tsuzuki rescribiendo la lista, esta vez mirando las fichas de cada postulante. – ahora debemos hacer la selección de nuevo, por tu culpa.

-Deberían moverte de aquí Yoko, no sirves para esto de la prueba para graduarse; debiste haberte ido a cualquier otra aldea secreta – le dijo Saya cerrando los ojos pensativa – no se como pasaste la prueba tu.

-Por que todos los que estaban conmigo eran unos imbéciles – dijo con amargura – la verdad es que yo no quería morirme.

-Entonces, que? – dijo Tsuzuki con la vista fija en la lista – ahora te sientes arrepentida?

-Lo que pasa es que... este año esta mi primo

-Vamos Yoko ! Si tu primo es como tu, entonces no hay problema! – le animo Saya.

-Pero toma en cuenta que este no es el primer año en que intenta que entren pocos – dijo Tsuzuki.

-En años anteriores estuvo postulando también, pero logre que no lo aceptaran, por eso me metí aquí.

-Y que tiene, Yoko? Los Ninjas de la aldea de la niebla no deberían tener familia, y si la tienen, ignorarla. Por eso somos mejores asesinos que otras aldeas; no juzgamos si matar o no – Tsuzuki empezó a tomar té de su taza – Yoko, si esta vez vuelves a intentar que la prueba se suspenda, o que alguien se retire antes, por tu culpa, te juro que actuare por mi cuenta para sacarte de mi camino. – la amenazo.

-..entonces, cuantos serán ahora? – pregunto Saya sin tomar en cuenta la expresión del rostro de Yoko.

-Serán casi todos, a excepción de unas personitas.

-Quienes? – preguntaron Saya y Yoko.

-Se llama Chihie Fuji, la he visto entrenar con su hermana, es cero en todo, ni si quiera puede usar Chakra, y ninguna otra técnica. Esta destinada a salvarse y ser una persona normal, no te alegra Yoko? - pregunto Tsuzuki casi riéndose.

-Si quieres déjala afuera, el problema es su hermana – indico Yoko indiferente – no entrara a la prueba si no entran las dos.

-Otro problema es tu primo Yoko, Se rehúsa a entrar a la prueba, por que según el no vale la pena, a pesar de que el Kage mismo lo recomendó. – dijo Tsuzuki insinuándole a Yoko – que le dijiste a tu primo, Yoko?

-Nada... esta vez no le dije nada.

-Mas te vale; Tsuzuki, por que este chico no? – pregunto Saya apuntando un nombre en la lista.

-El chico tiene potencial, pero aun no esta del todo desarrollado, pero a pesar de su edad es un demonio. Pero lo dejaremos para el examen que sigue, no quiero desperdiciar gente buena que hay esta vez. – indico Tsuzuki – como tu hermano Yoko; el se convertirá en un asesino.

-Todos los Ninjas de la aldea de la niebla lo somos – musito Yoko tomando su capa, y su Sakkat Sombrero como un cono, Ejemplo: el que usaba Itachi cuando le conocieron.

Un ráfaga de viento entro en la habitación, y desapareció pronto, tras apagar las velas con la salida de Yoko de la habitación.

-crees que hará algo al respecto? – pregunto Saya en la oscuridad, sin molestarse en volver a prender las velas.

-No creo, pero hay que vigilarla de todas formas.

Yoko camino lentamente en contra de la dirección del viento, luchando por que no se le volara el Sakkat. A medida que caminaba lograba ver mas grande el edificio de trabajos de los shinobis de su aldea.

No se quitaba de la cabeza lo que ocurriría con esos chicos. Al principio no le importaba, pero cuando su tía le rogó por su primo, tomo cartas en el asunto, y abrió los ojos. Que verdad? La verdad de ver desde otro punto de vista lo que ocurría con los aspirantes a ninja.

Cuando ella paso la prueba, no era importantes los de más, lo importante era poder matarlos antes de que ellos a ella. Pero cuando empezó a supervisar los entrenamientos, y vigilo lo que ocurría en la prueba final, se dio cuenta de lo que era en verdad. Debía su primo, y otros desgraciados chicos sufrir todo eso, solo para morirse? Si lo pensaba bien, era mejor que no.

El intentar ser ninja, le quitaba el sabor de la juventud a muchas personas, donde los atestaban con reglas, de cómo pensar, de que hacer; de quien ser. Eran pocos los que no seguían las reglas, y se dedicaban a lo propio, y estos normalmente no eran de la aldea de la niebla, y si lo eran, se iban, y terminaban comúnmente asesinados por Anbus, o vagando y luchando por sus vidas...

Merecían a caso unos simples chicos sufrir tanto durante un año, y después no poder volver nunca mas?

Las luces fluorescentes estaban rodeadas de polillas, Yoko se sentó unos instantes en un banca en la entrada del edificio resguardada por el firme concreto de la construcción, y en ves de entrar se quedo afuera, allí a merced del viento que la golpeaba de frente...


El ardor que sentía en la mejilla era intenso, claro, después de que su madre le hubiese aventado un plato y una bofetada.

- no te pongas así!! – le grito su madre.

- Dime que tiene? Si quiero ser ninja es problema mío – le respondió con obstinación.

- Si no desistes hoy, tu hermano se ira contigo!!! Shiju es muy pequeño aun!! – su madre rompió a llorar – no me lo quites!! – su hija corrió la mirada – Kaho!!!

- Madre, mi hermano es sólo un año menor que yo, de trece a catorce no es la gran diferencia. Si de verdad no quieres que él vaya, trata de convencerlo tú, a mí ya no me puedes controlar.

- Pero Kaho...!!

- Ya me golpeaste, madre... no creo que vaya a retractarme. Pero al menos, por tu desesperación dejare a Shiju fuera.

Su madre lloró aún más fuerte.

Cerró la puerta, tomo su capa, y se largo por la tormenta.

Yoko se paró, tenía la garganta muy fría, si seguía así se enfermaría grave.

Y entró al edificio.

Había un gran comedor, dedicado a los próximos aspirantes a ser Gennin. Estaba dispuesta con la idea de que de vez en cuando comiesen allí. Pero el lugar era deprimente, tenía un único adorno; un cuadro con el signo del a niebla. Las mesas crujían con sólo tocarlas, y habían muy pocas sillas. Se metió a la despensa y saco un paquete de ramen instantáneo. Encontró unos palillos de madera por ahí, se saco la capa y el sakkat, prendió la chimenea que había en una esquina, y dejo sus cosas cerca para poder secarse. Calentó agua, y se sirvió.

- itadakkimasu! (gracias por la comida / que aproveche)

Comió rápido, hasta tomarse el caldo, en el fondo quedaron unos restos de fideos y de un par de narutos. (discos de calamar con un espiral rosa). Los comió uno a uno. Cuando terminó, la capa ya se había secado. Sacudió un poco sakkat. Y se preparo para volver a su casa. Pero antes de que se pudiera ir, entro una chica por la puerta.

Tenía el cabello negro con reflejos rojizos, y ojos de color escarlata oscuro, tenía una piel blanquísima o eso creía, quizás estaba muy pálida. Usaba la ropa típica de los aldeanos. Miró impresionada a Yoko, y le hizo una reverencia saludándole.

- perdona... no pensé que alguien viniese.

- que haces aquí? – dijo tomando un tono autoritario.

- escapar de mi casa hasta el examen. – Yoko se quedó perpleja ante la respuesta.

- ...así que te escapaste de tu casa... y que piensas hacer?

- nada, entrenar hasta el examen.

- cual es tú nombre?

- Kaho Korenaga.

- Korenaga? – recordó el nombre de la chica en un flash. – tu eras de hija de Zansou.

- si, ahora, si me permites, voy a comer mi cena aquí.

- no puedes sacar comida de la despensa.

- pero tú si puedes, o no?

- rayos...

Se lamentó un instante... y sin decir nada se largo; ella no se había encontrado con Kaho, y Kaho no le había dejado en ridículo.

Al ponerse la capa escucho como la chica ponía leña, y movía las sillas.

Ya era media noche, y se dirigió a su casa.

- Yoko es una amenaza para esta aldea; es talentosa pero tonta. – susurro Tsuzuki.

- ya estamos tomando en cuenta eso... pero no podemos hacerla "desaparecer". Deberás controlarla o "quebrarla".

- quebrarla señor? – pregunto Saya.

- sí, hacerla odiar todo esto, que decida irse de la aldea... en tal caso los Anbus harán el resto.

- me parece señor.

- una cosa; no la controlen cuando se encuentre con los aspirantes, entre más se relacione con ellos, peor lo pasará más adelante.

- sí – respondieron ambos.

Salieron de la habitación, Tsuzuki cerró la puerta lentamente. Saya tomó aire.

- no me parece justo que lo haga así, no me gustan las conspiraciones.

- lo sé, pero es mejor para Yoko, además no necesitamos alguien como ella en esta aldea.

- el capitán de escuadra cuanto tiempo lleva en su puesto? - preguntó mientras caminaban hacía la salida para tomar sus capa se irse.

- bastante, lo ascendieron cuando su superior "murió" – dijo levantando los dedos para formar el entre comillas – supongo que crees que esta aldea esta llena de complots y esas cosas...

- me uní a esta aldea por su fuerza, y por como se les conoce a la los ninjas de la aldea secreta de la niebla.

- Saya, esos sentimientos ya no sirven en este mundo, lo más importante es cuanto puedas ganar y el poder que tengas sobre otros, los sueños son solo eso, nada más – dijo sin perder su expresión fría y seria.

- ...

Se separaron en la esquina, cada uno para su lado, cada uno ordenando su propia lista, para que al día siguiente vieran los descartes.

De vuelta en la reducida cabaña dejaron los papeles sobre la mesa, y Tsuzuki los reviso de pasada.

- entonces, por total descarte la niña Chihie y su hermana quedan totalmente fuera; "para que mueran otro día?" – consulto Tsuzuki sacando el nombre del a niña y su hermana de la lista, y sacando sus fichas de las carpetas.

- si... – dijeron a medias.

- también quedan fuera unas personitas de poca importancia... en total quedan fuera 12, 7 hombres, 5 mujeres.

- entonces, cuando los llamamos? – pregunto Saya revisando nuevamente la nueva lista.

- ojalá la próxima semana.

Y así se retiraron por parte, primero Yoko, después Saya y al final Tsuzuki.

El día estaba nublado, antes de que cayese la tarde se convoco a todos los ninjas de nivel chuunin hacia arriba.

En la misma sala del día anterior con la misma persona al mando, escucharon las indicaciones.

- del a aldea oculta de la hoja vendrá un grupo de gennins de encubierto, vendrán como si vinieran de pasada mientras dura la tormenta y se quedarán un corto periodo aquí, pero vienen para hacer una investigación, desconozco de que tipo, pero hay que tener cuidado, hay secretos que no pueden ser rebelados y todos lo saben. Es muy posible que los aprendices no sepan nada sobre el caso y les encuentren desprevenidos. Pero si ven alguna acción de que se les vea entrometiéndose en algo, atáquenles sin dudar.

- sí.

- tengo una duda... – susurró Saya.

- quien eres?

- soy de ingreso reciente, Saya Hakuro. El Kage decidió todo esto?

- es natural, pero esta demasiado ocupado como para poder decírselos directamente, confíen en mi palabra. – todos pudieron ver su sonrisa forzada en la penumbra. – retírense.

Así lo hicieron todos. Todos volvieron a sus puestos, hasta la hora en que se les estaba permitido retirarse a sus dormitorios.

Todos menos el grupo encargado del examen para hacerse gennin.

- no me convenció del todo. – susurró Saya dejando su taza vacía.

- ten cuidado, nadie sabe si hay micrófonos o algo semejante escondido – advirtió Yoko.

- en mi casa no hay de esas cosas, relájate, podemos discutir lo que queramos aquí. – le advirtió Tsuzuki dándole una taza en la mano bruscamente.

- siempre hacen esto después de que se les dan indicaciones?

- desde que llegué, sí, necesito saber más si quiero escalar más alto – dijo Saya.

- sí, ella y mi ingenio, y yo seré el próximo Kage!! – dijo con ánimos Tsuzuki, su cambió de animo fue instantáneo, después de gritarlo, volvió a su faceta seria.

- pero si sigues siendo un simple Jounnin... – susurro Yoko.

- ese no es el punto, como Jounnin a hecho más misiones que algunos Anbu, y ha hecho más de cinco misiones del tipo A.

- eso no me interesa – Yoko tomó un poco de té – son unos corruptos.

- nadie es así hoy en día, nadie hace "exactamente" lo que se les ordena – le advirtió Tsuzuki.

- hace varios años, si el capitán de una misión no hubiese sido juicioso y con mente propia, una nueva guerra hubiese estallado, todo por un complot de algunas personas, por que si ocurría la guerra serían ascendidos. Y Algunas aldeas quedarían beneficiadas; poderosas aldeas matándose y reduciendo su numero unas a otros, y al final los que quedaban bien eran los que no tenían tanto poder. – advirtió Saya.

- como sabes eso? – le preguntó Yoko.

- pensaba trabajar para el departamento de informática... pero no quedaban cupos – e intento sonreír.

- después de esto quizás puedas... – le animó Yoko.

- ya va a volver a llover. – Tsuzuki miró por el ventanal, notando como el cielo se tornaba rojizo.