Bueno les soy sincera, tengo como 3 años sin escribir absolutamente nada, no es que sea una experta, pero escribí fics alguna vez… y para colmo… es mi primer fan fic T jaja :D pero estoy emocionada, pienso continuarlo, pero tengo que tener inspiración para el segundo capítulo.. Espero que me apoyen con sus reviews, asi sean que digan que apesta, se apreciarán igual jaja

Empece a escribirla mientras estábamos en clases.. y me gustó, así que la conservaré n_n Es una historia del videojuego Ace Attorney, la pareja del momento es Franziska y Miles… espero les guste, y sino.. bueno... Solo dejen reviews! Jaja

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Era una tarde de viernes, el día hacía sido poco ocupado en las oficinas de la fiscalía, ya el sol comenzaba a esconderse en el ocaso y los rayos que entraban por la ventana molestaron a la joven fiscal de cabello azulado que se encontraba sentada en su escritorio un poco pensativa.

Cubriendo su rostro se dirigió a la ventana y juntó un poco las persianas para evitar que los rayos llegaran a su cara. Estaba un tanto aburrida, se preguntaba porque todos los días eran tan monótonos en ese lugar... a pesar que habían días atareados y llenos de trabajo, pero siempre era lo mismo a fin de cuentas…

Una vez que hubo cerrado la ventana, volvió a acomodarse en la gran silla que ocupaba tras su escritorio, pensaba quedarse a ordenar todo para el lunes, detestaba el desorden. Después de ello pensaba irse a su casa a relajarse y encontrar planes para el fin de semana.

En ello se escucha un sonido que proviene de la puerta. Alguien golpeaba la puerta. Poso su mano sobre el látigo que tenía a su lado, siempre estaba a su alcance para golpear todo lo que se atravesara en su camino, generalmente era el Detective Gumshoe, al cual obligaba a hacer su trabajo. Con el látigo en mano finalmente después de tantos golpes insistentes se levanto de su asiento y se dirigió hacia la puerta, mientras esta empezaba a ser abierta por la persona misteriosa que se encontraba tras ella.

- ¿Quién es? – Preguntó con su actitud de superioridad acostumbrada.

- Tranquila Franzis… baja ese látigo, soy yo – Afirmó "esa" voz familiar…

Esa voz detuvo a Franziska en seco, y detuvo su camino hacia la puerta, que lentamente se abrió para dar paso a la persona que con tanta insistencia llamaba.

- Es Srta. Von Karma, ¿De acuerdo? – Refuto al ver de quien se trataba – No te des atribuciones que no te corresponden Miles Edgeworth… – Añadió con desdén…

- Entonces tu también deberías llamarme Sr. Edgeworth, para estar a mano – Contestó riendo

Ella lo miraba furiosa, ya que, ahí estaba de pie, frente a ella, en la entrada de su oficina, ese hombre que tanto la hacía enfadar, pero al mismo tiempo alguien tan especial para ella, ya que había compartido con el su infancia y parte de su adolescencia en Alemania, volviéndose a encontrar en América después de unos largos años separados. Siempre lo había considerado su hermano mayor, pero no le agradaba que demostraran relación alguna en las oficinas del tribunal, prefería mantenerlo de manera discreta, no podía permitir que su nombre cayera de esa manera.

- Te llamaré como a mí se me antoje Miles… - dijo cruzándose de brazos un poco enojada

Cómo la irritaba, pero lo cierto es que cada vez que se encontraba con ese hombre se ponía un tanto nerviosa. Tal vez en el pasado no fue así, pero ahora era diferente. Aquellos ojos que se clavaban en ella como puñales, que ahogaban a ratos su aliento, todo esto haciéndole honor a su apellido, Edge significa "filo". Ese hermoso cabello plateado y sobre todo… ese cuerpo del apuesto fiscal que creció con ella. En fin desde su adolescencia había deseado tener a esa persona que ahora tenía frente a ella, aunque siempre lo había reprimido por temor a lo que su padre pensara o hiciera con ella.

Ahora, cuando ya no tenía que aparentar nada delante de su padre ya que se encontraba en prisión, por cargos y situaciones que prefería olvidar; el hecho de encontrarse a solas, en una oficina y con ese bello y embelesador ocaso en el fondo, no podía evitar el hecho que pensamientos subidos de tono llegaran a su mente; completamente loca por el… así estaba. No podía quitarse esas imágenes que recorrían su mente, imaginaba que sus manos acariciaban su cara, su cuerpo, y que sus labios la cubrían de besos en todos los lugares de su cuerpo… pero no, debía quitarse esos pensamiento de su mente, no era apropiado que ellos mantuvieran ningún tipo de relación.

- Franziska… - llamó, adentrándose cada vez más en la oficina y cerrando la puerta a sus espaldas, esto no hizo sino poner aún más nerviosa a la joven fiscal y que su imaginación volara aún más…

Odiaba esos sentimientos, ella no podía sentirse así… pensaba… no podía simplemente desmoronarse de tal forma con solo oir esa voz diciendo su nombre de esa manera y encerrándolos en esa oficina. Porqué tenía que ser una oficina pensaba, siempre había imaginado fantasías sexuales en oficinas.

Sintió que el rubor en sus mejillas estaba a mil, por lo que se cubrió un poco la cara con una de sus manos… era indignante mostrarle a ese hombre la debilidad tan grande que tenía por el…

El Fiscal continuó avanzando hacia ella, con una sonrisa de burla y satisfacción en sus labios, mientras la miraba fijamente.

- ¿Por qué estás tan nerviosa? – Murmuró – y además, tienes un lindo color rosa en la cara – mirándola con una sonrisa picara.

- Pues... no es nada Miles, es solo que… - Murmurando – llegaste de esa manera tan misteriosa y a estas horas del día, deberías ya estar en casa – mientras decía esto, intentando mantener la compostura, retrocedía mientas el avanzaba hacía ella, hasta que para su mala suerte… más buena suerte pensaría después, choco con el borde de su escritorio – auch… - pensó para sí.

El no detuvo su marcha, y quedó tan cerca que se podía sentir su respiración. ¿Por qué le hacía eso? ¿Cómo era posible que ese tonto pudiera ponerla en ese estado en el que se encontraba justo ahora… Sonrojada, sudando frio, respirando un tanto agitada, acaso estaba… excitada?... Oh no... Eso no, no era posible que ella, una Von Karma sucumbiera ante un hombre solo con haber escuchado palabras y miradas!

- Bueno… ya que veo que estas… estresada –dijo burlándose, mientras se apoyaba con ambas manos en el escritorio acorralando a su "hermanita" – el motivo de mi visita, es porque tengo una inquietud desde hace unos días, bueno, más bien años, pero últimamente ha sido más fuerte… he notado que me miras con otros ojos, unos ojos con los que no ves a un hermano… - decía mirando hacia otro lado con una sonrisa en los labios, ella solo bajaba la cabeza para evitar ser descubierta tan pronto y menos con esa expresión tan vergonzososa, definitivamente no quería que la viera así… pero eso sería difícil… luego el bajo su mirada y tomo con una de sus manos el rostro de ella, y al verla no hizo más que apoyar su teoría, pero quería hacer que ella lo confesara, que confesará que lo deseaba tanto como él a ella… luego soltó su rostro y prosiguió con lo que había venido a hacer…

- Ya sé lo que pasa contigo – inquirió riéndose pícaramente – Ya dejaste de verme como un hermano hace tiempo ¿verdad, Franzis?

- ¿Cómo dices esas cosas? Eso es ridículo Miles – pésima mentira, aunque era una maestra en el arte del engaño, esta vez sus habilidades estaban opacadas, muertas, por la mirada del hombre que la tenía aprisionada.

Nuevamente él tomo con una de sus mano su rostro de ella enrojecido por esos sentimientos incómodos que le provocada esa situación. Miles sintió como la mano de Franziska intentó tomar su látigo. Si logro usar esto, podré zafarme de toda esta situación y no caer ante esto, pensó ella. Pero el no permitió esto, no perdería este momento… con la otra mano la detuvo, quedando ella totalmente atrapada y a merced de su apuesto interrogador…

- Que mala actuación quería Franzis...Ya en serio… ¿qué me respondes? ¿Estoy en lo cierto? – Pregunto él con mirada lujuriosa

- Bueno yo… - intento decir, más nerviosa e intensa que antes – quizás… desde hace un tiempo es cierto que te veo como algo más que un "hermano"…

Prácticamente le estaba dando una confesión, si, una confesión de deseo, y era justo lo que él había venido a buscar… La miró fijamente con aún más lujuria y deseo en sus ojos, mientras reía pícaramente… Ya en ese momento ella se abandono a las sensaciones… solo podía pensar en lo sexy que se veía él en ese momento y sus fantasías volvían a su mente. En eso el, elimina la distancia entre ambos, topándose con el escritorio nuevamente… Franziska ahogo un suspiro, ya era inútil mentir, estaba muy excitada, solo deseaba tenerlo y ella sería toda suya si así él lo deseaba.

- Pues me alegro que no tendré que obligarte a nada… porque yo tampoco te veo como una "hermana" desde hace mucho tiempo- dijo mientras la veía intensamente a los ojos, pensando en lo hermosa que se veía ahí, tan débil ante él, todo lo opuesto a la Von Karma de siempre, que demostraba grandeza y superioridad en todo momento, pero ahora completamente a su merced, atrapada, podía hacer con ella lo que quisiera, estaba en sus manos, y esa era una oportunidad que iba desaprovechar…

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Waaa! Qué les pareció? Jaja no soy muy experta escribiendo este tipo de escenas u_U disculpen si no es muy buena, pero estoy leyendo y tomando ideas de cómo recrear momentos como este jeje… Obviamente continuará, pero como dije, debo inspirarme, ya entienden porque jeje dejen reviews si les gustó, y sino también n_n