Segundas malas impresiones
- ¿Estás bien, cariño? – Decía una mujer hermosa de cabello largo y gris y unos ojos verdes esmeralda.
Una joven con la misma tonalidad de ojos se sobresaltó y desvió la mirada de sus rodillas para dirigirse a su progenitora – Sí mamá, todo está en orden.
Nadeshiko la miró preocupada – Te ves nerviosa.
La muchacha se mordió el labio nerviosa, su madre la conocía muy bien, sin embargo, esta vez fue su padre quien habló desde el asiento del piloto y sin quitar la vista del camino.
-Pequeña Sakura ¿estás segura de que aún quieres ir a la escuela?
La aludida se sonrojó ligeramente y sonrió, su padre la llamaba así desde que tenía uso de memoria, y es que el hombre aun la consideraba su pequeña hija, incluso cuando ya tenía 18 años.
Al no recibir una respuesta inmediata Fujitaka volvió a hablar – Aún estás a tiempo de cambiar de opinión.
-Es cierto, cariño – Dijo Nadeshiko desde el asiento del copiloto – Sabes que no nos molesta pagarte las clases particulares.
Sakura los miró sorprendida, sin embargo, luego desvió su mirada hasta la ventana desde donde se podían empezar a ver los edificios y patios de la escuela, ella decidió hablar – Por más nerviosa que esté no creo que regresar a mis clases particulares sea lo más adecuado, ambos saben que esas clases no están funcionando en lo que respecta a controlar mis poderes.
Nadeshiko miró a su hija con tristeza y le habló de nuevo – Sakura si fuese por nosotros te habríamos mantenido lejos de todo esto, pero sabes que no estuvo a nuestro alcance hacerlo.
La joven apartó su vista de la ventana y miró a la mujer – ¡No mamá! No quise que malentendieras mis palabras, sé que ustedes no tienen la culpa de esto.
-Nos hubiese gustado que tú y Touya estuvieran alejados de este asunto de la magia – Decía Fujitaka – Para Touya no fue tan dificil, sin embargo, tu caso es diferente – Esto último lo dijo con un tono de voz apagado.
-Descuida papá – Dijo Sakura con una sonrisa ladeada – Sé que hicieron lo mejor que pudieron durante todos estos años, pero ya es tiempo de que me enfrente a esto, si no controlo mis poderes ¿quién sabe cuándo podría necesitarlos? Es crucial para mi estar en esta escuela.
Fujitaka y Nadeshiko le sonrieron a su hija, a pesar de la situación que la vida le había puesto a su hija menor, estaban completamente orgullosos de ella, aunque eso no calmaba la preocupación que sentían acerca del nuevo entrenamiento de Sakura.
Nadeshiko fue quien decidió cambiar un poco el tema para desviar su preocupación – Cariño ¿no estás emocionada porque harás nuevos amigos?
-Sí, un poco – Respondió la chica nerviosa, su madre fue gentil al decir aquello el plural, ya que la verdad la chica no tenía amigos – Lo bueno es que aquí todos tienen poderes como yo, y no será nada raro como en la primaria.
-Ves, no tienes por qué estar nerviosa – Dijo Fujitaka animándola y estacionando el auto para luego hablarle a su esposa e hija – Ya hemos llegado, te acompañaremos a la oficina de Clow.
Sakura asintió mientras se bajaba del auto y ayudaba a sus padres con su equipaje. La familia Kinomoto caminaba por las instalaciones de la escuela, las cuales en aquel momento se encontraban atestadas de estudiantes moviéndose de un lado a otro debido a ser el primer día, por lo que muchos de ellos trataban de movilizarse entre los pasillos para llegar a sus habitaciones, mientras que otros solo buscaban a sus amigos para empezar aquel nuevo año escolar.
Luego de un rato caminando y preguntando, la familia logró llegar a la oficina del director, Fujitaka fue quien tocó antes de entrar y un par de segundos después la puerta se abrió indicando que podrían pasar, cosa que hicieron.
Al entrar al recinto pudieron ver a un hombre de lentes, cabello largo azabache, vestido con un traje oriental, quien se encontraba detrás del escritorio con una sonrisa amigable en los labios – Que alegría verlos, viejos amigos.
Fujitaka fue quien se acercó primero e hizo una reverencia ante el hombre – El placer es nuestro, Clow – Luego de aquello tomó a su hija de los hombros y la acercó – Recordarás a Sakura.
-Por supuesto, bienvenida a Seijo Sakura.
-Muchas gracias, director Clow – Respondió la aludida haciendo una reverencia respetuosamente, aunque él fuese amigo de su familia incluso desde antes que ella naciera, ahora era su director por lo que debía llamarlo de esa forma.
-Nadeshiko luces radiante como flor de clavel – Dijo el hombre.
-Gracias, Clow – Respondió ella haciendo una reverencia – Y te agradezco mucho que hayas aceptado a Sakura en la escuela incluso en el último año.
-Conozco y entiendo a la perfección la situación de Sakura – Respondió Clow inquisitivamente – Después de todo, de alguna forma fui yo quien la puso en ella, es lo mínimo que puedo hacer.
Fujitaka y Nadeshiko se tensaron un poco y fue el hombre quien habló – Fue solo algo que pasó, de todas formas, ella viene de una línea de magos no tan extensa, pero ambos sabíamos que existía la posibilidad de que algo así pasara.
Clow sonrió amablemente – Bueno, me alegro de que por lo menos podré ayudarla de alguna manera con sus poderes – Luego de ello se dirigió a la joven – Sakura ya sabes que en esta escuela todos poseen magia, por lo que no debe darte temor utilizarla, sin embargo, déjame advertirte que nadie se encuentra en una situación como la tuya, por lo que debes cuidarte y no por eso sentirte diferente ¿está bien?
-Sí, lo entiendo director – Afirmó ella.
-Entonces sin más preámbulos te deseo mucha suerte en todas tus clases y si tienes alguna inquietud no dudes en venir a mi oficina – Dijo Clow viendo como la chica asentía – Ya te han asignado una habitación y una compañera, por lo que la señorita Nakuru está lista para acompañarte.
En ese momento Sakura se giró hasta sus padres y los abrazó con fuerza mientras sentía como su padre acariciaba su cabello y su madre le daba un beso en la frente, luego de ello la mujer habló.
-Cuídate mucho y escríbenos.
-Y no olvides que estamos cerca de aquí, si sucede algo puedes ir a casa cuando quieras – Dijo Fujitaka.
Sakura les dio una sonrisa tranquilizadora – Voy a estar bien, los amo.
-Y nosotros a ti – Dijeron sus padres al mismo tiempo.
Luego de ello una joven de cabello largo y marrón entró a la oficina y se dispuso a tomar algunas de las cosas de Sakura para escoltarla hasta su habitación. La joven se despidió del director y por última vez de sus padres para luego salir de la oficina en compañía de la secretaria de Clow, dejando atrás a los adultos.
Fujitaka miró a Clow mientras abrazaba a su mujer – Espero que estemos haciendo lo correcto para ella.
-No solo para ella, sino para todos – Respondió Clow enigmáticamente mientras miraba a sus viejos amigos.
Por otro lado, Sakura caminaba por los pasillos, ya no quedaba tanta gente como cuando llegaron, por lo que podía suponer que todos se encontraban desempacando en sus habitaciones. El trayecto fue un poco largo, pero era más bien porque traían todo ese equipaje, Nakuru la había escoltado hasta una residencia que por cómo estaba decorada era solo de chicas, cuando estuvieron ahí le dio la llave de su habitación y le habló.
-La tuya es la número 8 – Dijo la chica con una sonrisa apenada – Disculpa si no me he presentado antes, tenía la cabeza en otro lugar, mi nombre es Nakuru Akizuki y soy la secretaria del señor Clow.
-Es un placer conocerte, mi nombre es Sakura Kinomoto.
-Sí, ya lo sabía – Respondió ella para desconcierto de Sakura, sin embargo, no tuvo tiempo de preguntar algo más ya que la joven miró su reloj y luego volvió a hablar – Disculpa que no pueda llevarte hasta la habitación, pero tengo algo de trabajo, el primer día es duro.
Sakura le dio una sonrisa tranquilizadora – No te preocupes, gracias por ayudarme con mi equipaje.
-Cuando quieras, si necesitas algo no dudes en decirme – Y empezó a caminar rápidamente agitando su mano – Adiós.
Sakura le devolvió el gesto y empezó a llevar sus cosas hasta la habitación que le habían indicado, para su suerte esta se encontraba en el primer piso, por lo que no demoró mucho. Al estar frente a la puerta usó su llave para entrar y cuando abrió pudo darse cuenta de que el lugar era muy bonito, las paredes pintadas de un rosa pálido y había dos camas individuales, sin embargo, también había muchas telas y ropa esparcidas por doquier, cosa que la desconcertó un poco.
Sakura se adentró en el lugar cuando del baño salió una chica con ojos amatista y un cabello largo y negro hermoso que la miraba con una sonrisa amigable – Hola, tú debes ser Sakura Kinomoto.
La aludida se sonrojó un poco al saber que ella también la conocía – Sí, y tú debes ser mi compañera.
-Sí – Dijo la muchacha mientras se acercaba – Mi nombre es Tomoyo Daidoji, mucho gusto. Y disculpa el desorden, es que estaba acomodando las telas que traje de casa.
-El gusto es mío – Dijo Sakura viendo el lugar – ¿Eres diseñadora de modas?
-Sólo aspirante – Dijo Tomoyo recogiendo sus cosas – Me encanta diseñar y coser, una amiga suele probarse mis trajes y tomamos algunas fotos.
-Eso suena realmente divertido – Respondió Sakura mientras empezaba a meter sus maletas en la habitación.
Tomoyo de inmediato se dispuso a ayudarla, cuando por fin pudieron terminar aquello ambas decidieron ponerse a conversar y a conocerse mientras ponían en orden su habitación.
- ¿Estudias aquí desde hace mucho? – Preguntó Sakura intrigada.
-Pues desde los 13 años, cuando empecé la secundaria, fue casi al mismo tiempo en que mis poderes despertaron – Explicó Tomoyo.
- ¿Y cuáles son tus poderes? – Sakura suponía que aquel era un tema normal en aquella escuela.
-Puedo percibir emociones y en algunos casos, incluso controlarlas, pero debe ser un caso realmente extremo, no es una habilidad que use con frecuencia. Mi poder me permite percibir también lo bueno y lo malo de alguna situación, sin embargo, el poder que más uso para defenderme es el de crear esferas de luz, siempre y cuando mis pensamientos sean positivos.
Sakura la miró con sorpresa – Mi hermano posee poderes parecidos, él puede percibir presencias, de vivos y muertos, aunque tu otro poder también está increíble.
-A mí me dijeron que tú eras la única nueva en nuestro año ¿dónde estudiabas antes?
Sakura se sonrojó un poco – Pues en casa, antes solía ir a la primaria, pero cuando estaba en 4to grado un día mis poderes despertaron y era difícil ocultarlos en la escuela, por lo que decidieron seguir con mi educación en casa.
Tomoyo la miró con curiosidad – No quiero sonar maleducada, pero entonces ¿por qué decidiste venir a Seijo en el último año?
La ojiverde la miró nerviosa, se suponía que en aquel lugar no debía darle miedo ser quien realmente era, por lo que hablar de sus poderes no era un tema tabú como en la primaria – Es que la educación que estaba recibiendo no era suficiente para controlar mis poderes.
- ¿Y qué tipo de poderes tienes?
-Es un poco complicado – Dijo Sakura buscando en su bolsillo algo, para luego sacar un par de cartas color rosa, Tomoyo al verlas no pudo evitar sorprenderse.
-Así que eres tú.
Sakura ante aquello se sorprendió aún más – ¿Sabes sobre mí?
Tomoyo le dio una sonrisa tranquilizadora – No tienes de que preocuparte, todos aquí saben sobre ti y lo entienden, Clow es nuestro director y pues nos han instruido muy bien sobre él y su historia, es solo que nadie sabía qué edad tenías o incluso si ya habías nacido, y mucho menos que ibas a venir a la escuela.
-Genial, primer día de escuela y ya todos saben quién soy – Respondió ella desplomándose en la cama.
-No creo que en este momento todos sepan que estás aquí, pero lo más probable es que pronto se corra el rumor, este lugar es pequeño cuando se trata de esas cosas, pero no tienes por qué desanimarte.
-No quiero que la gente me trate diferente por esto.
-Pues no sé para los demás, pero para mí eres solo otra estudiante – Dijo Tomoyo – A la cual creo que le quedarían geniales mis diseños.
Sakura se rio gentilmente – Muchas gracias, Daidoji.
-Llámame Tomoyo – Respondió la amatista.
-Está bien, Tomoyo – Habló la ojiverde – Sólo si tú me llamas Sakura.
Tomoyo asintió con la cabeza. Las chicas iban a seguir hablando, sin embargo, se vieron interrumpidas cuando del bolso de mano de Sakura emergió un pequeño ser color amarillo y con alas, el cual lucía bastante molesto y miró cejudo a la chica de cabello castaño.
- ¡Me iba a asfixiar ahí adentro!
- ¡Kero! – Dijo la chica sorprendida – Casi olvido que estabas ahí, lo siento, es que me entretuve con la escuela y luego hablando con mi nueva amiga, ella es Tomoyo.
El pequeño miró a la joven amatista quien habló – Es un gusto conocerte, pequeño.
-Él es Kero, es uno de mis guardianes – Explicó Sakura para luego dirigirse al pequeño – Y lamento haberte olvidado ahí, es la costumbre de que nadie puede verte en Tomoeda.
- ¡No es una excusa! ¡Pudiste haberme sacado en el auto con tus padres! ¡Incluso en el despacho de Clow! ¡Qué desconsiderada! – Todo aquello lo decía con un tono dramático.
Tomoyo reía ante la reacción del pequeño guardián y Sakura movía la cabeza negativamente – Prometo recompensarte con un postre, pero primero necesito seguir desempacando.
- ¡No es justo que además tenga que esperar!
Esta vez fue Tomoyo quien se levantó y buscó en su bolso, del cual sacó una bolsa con unas galletas y se la extendió al guardián – Estas las hice anoche, pero no me dio hambre durante el viaje así que puedes comerlas y luego iremos por un postre a la cafetería.
Kero miró con emoción las galletas y empezó a engullirlas de inmediato mientras la joven amatista se reía y Sakura lo miraba con reproche y le hablaba – Kero eres un glotón.
-No tienes de que preocuparte, Sakura – Tranquilizó Tomoyo – Me encanta cocinar, además iba a ser un desperdicio si las dejaba en mi bolso.
-Ya me caes bien – Dijo Kero a Tomoyo, mientras se comía una galleta y hacía reír a ambas adolescentes.
oOo
-Demonios Eriol, apresúrate o llegaremos tarde el primer día – Dijo un joven chino con ojos color chocolate.
- ¿Desde cuándo te importan las normas? – Respondió otro chico de cabello oscuro y gafas mientras acomodaba su corbata.
-Desde que mis padres me dieron un ultimátum para este año, además prefiero pasar más tiempo entrenando que en la oficina de Clow recibiendo castigos.
Eriol rio irónicamente – Ambos sabemos que lo más probable es que eso no pase.
-Sí, pero debía decirle algo convincente a mis padres para que no le dijeran a Clow que pusiera algún tipo de vigilancia especial sobre mí.
-Y así es como Li Syaoran, alias, el chico malo de Seijo, comienza un nuevo año – Dijo Eriol dramáticamente ganándose una mirada de odio por parte del aludido.
-Cierra la boca, Eriol.
Los chicos salieron de su habitación y más delante de su residencia para empezar a caminar por los atestados pasillos de la escuela. Ya era el primer día de clases, por lo que lo más probable es que los alumnos de primer año estuviesen perdidos, la primera semana siempre era dificil.
Con cada paso que daban las chicas alrededor se les quedaban mirando, tanto a uno como el otro, y no era para menos, Eriol y Syaoran tenían fama no solo por sus increíbles poderes y su físico, sino porque ambos eran descendientes del mago Clow, Eriol por parte paterna y Syaoran por parte materna, y aunque entre ellos no fuesen familia, su popularidad entre las féminas parecía que fuese algo que llevaran en la sangre.
Las chicas sonreían y saludaban a los chicos, sin embargo, ellos se limitaban a dar guiños de ojos o a seguir caminando como si nada, en especial Syaoran.
-Sabes que ahora somos de último año, no podemos salir con niñas – Dijo Eriol.
-Yo nunca he salido con niñas – Repuso Syaoran.
- ¿Ah sí? ¿Qué hay de aquella vez cuando estábamos en tercer año y saliste con esa chica de primer año? – Le recordó Eriol.
-Sabes que esas citas no cuentan, si no hubo un beso de verdad no cuenta.
Eriol alzó los hombros – Entonces creo que la tendremos particularmente difícil este año, digo, ya hemos por lo menos salido una vez con las más lindas, y eso nos deja solo con las de primer año… – Pero Eriol se vio interrumpido por su amigo.
-Las cuales no están en discusión.
-Y las de nuestro año – Finalizó Eriol.
Syaoran rio – Yo no salgo con las de nuestro año, es una misión suicida.
-Entonces eso nos deja en nada.
-Nunca hemos salido con las de nuestro año porque prácticamente crecimos con ellas, además, imagina el drama que se formará si se hacen ilusiones
Eriol suspiró resignado – Va a ser un año muy aburrido, creo que nos vamos a tener que conformar con las chicas ocasionales en las fiestas.
-Peor es nada, Eriol – Dijo Syaoran cruzando el pasillo.
Sin embargo, al cruzar la esquina apenas pudo darse cuenta de que alguien más también venía cruzando solo que frente a él, haciendo que ambos chocaran y posteriormente se dieran de bruces contra el suelo. Syaoran de inmediato explotó.
- ¡Demonios, fíjate por dónde vas! – Dijo él con una mano en la cabeza.
-Discúlpame, no vi por dónde venía, ha sido mi culpa – Respondió una voz femenina extendiendo su mano para ayudarlo a levantarse.
Syaoran aceptó la ayuda sin mirar a la persona, hasta que estuvieron frente a frente, fue cuando él se fijó en ese par de ojos color esmeralda que lo miraban con temor por lo que acababa de pasar. La chica lo miraba también con sorpresa, sobre todo porque ese par de ojos color chocolate se le hacían bastante conocidos, y vaya que lo eran.
Sakura cuando logró reconocerlo lo miraba con la boca abierta, así como él también lo hacía, aquello no podía estar pasando, y sin decir una palabra más, Syaoran salió casi corriendo en dirección a la oficina del director. Mientras tanto, Sakura, Tomoyo y Eriol miraban extrañados por como el chico se había ido de aquella manera tan extraña, y apenado por la situación el joven con gafas se acercó a la ojiverde y a su amiga amablemente.
- ¿Están bien? – Ellas asintieron y luego Eriol se dirigió a la chica que no conocía – Disculpa lo que ha pasado, nosotros también veníamos distraídos, y me disculpo también por la actitud de mi amigo, ha sido una pésima primera impresión.
-Más bien segunda impresión – Se dijo para sí misma volviendo a centrar su vista hacia el lugar donde había desaparecido el portador de los ojos color chocolate.
Por otro lado, Syaoran llegó a la oficina del director lo más rápido que pudo, ya había mandado al carajo lo de llegar a tiempo el primer día de clases, aquello era mucho más importante, y cuando estuvo por tocar la puerta, esta se abrió sola haciendo que el chico entrara de inmediato y encarara al director, quien lo miraba con una habitual sonrisa amigable.
-Es bueno verte, Xiao Lang – Dijo Clow tranquilamente – Te vi viniendo a mi oficina apresuradamente ¿ha pasado algo?
Syaoran simplemente lo miró directamente a los ojos con el ceño fruncido – ¿Qué hace ella aquí?
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N/A: ¡Holas mis queridos lectores! ¡Estoy de vuelta! Y bueno esta es la sorpresa que les mencioné a aquellos que me están siguiendo en "De pequeños lobos y flores de cerezo". Les traigo esta nueva historia de SCC y es muy diferente a la que plasmé en "Problemático Parentesco", les aseguro que también le he puesto mucho empeño y espero que les guste.
En esta nueva historia los capítulos son un poco más largos, por lo que habrá más drama;) (saben que me gusta mucho), pero bueno, no es tiempo para spoilers, díganme que tal les ha parecido el primer capítulo ¿están intrigados? ;)
En esta historia trataré de publicar los lunes y jueves, pero no es algo seguro ya que, entre mis deberes, el internet y los problemas de electricidad todo puede pasar. Sin embargo, saben que no me gusta hacerlos esperar, así que si no me ven en alguno de esos días es porque realmente no he podido y no porque haya abandonado la historia, eso nunca;)
Sin más que decir, les mando muchos saludos y les doy la bienvenida a esta nueva historia. Besos a todos.
