Bailando

Vuelves y caes en la silla agotado, sudando y jadeando; sientes un sofocante calor que contrastaba con el frio de la época. Te has movido tanto y en tan poco tiempo que ya no puedes mantenerte en pie. Has bailado con cada chica que te lo ha pedido, siendo incapaz de negarte; después de todo estás celebrando, ¿No hay nada de malo en bailar un par de canciones, no?

Todos estaban encantados contigo; desde que recuperaste tu cuerpo has logrado una gran agilidad tanto en combate como en tu preciada alquimia. Pero lo que más llamó la atención era el hecho de que tú, Alphonse Elric, supieras bailar. Hasta Edward estaba sorprendido ante tal cualidad tuya que, sinceramente ni tú mismo conocías, porque jamás lo habías intentado antes.

"Solo imito lo que ustedes hacen" Te excusas intentando bajar un poco lo ánimos; con eso solo haces que suban.

"¡Pero qué bien imitas!"

Y justo cuando piensas que ya no bailarás más en aquella fiesta de navidad, alguien viene y te pide otra pieza que, por supuesto tú no niegas. Piensas que ya ha sido demasiado, que tus pies están cansados…pero tu alma y mente te dicen lo contrario, por eso sigues una vez más.

Entonces, por última vez, pides un pequeño descanso, vuelves y te sientas y esta vez te dices "Ya, ésta será la última". Pero tus ojos se posan en aquella niña de Xing que tanto admiras; la ves sola y algo cohibida mirando con ojos brillantes las parejas que se paseaban rítmicamente en la pista de aquel salón.

No sabes qué te impulso a hacerlo, tus pies, casi por voluntad propia hacen que te pongas de pie y te acerques a ella y le invites a bailar.

Mei sonríe aceptándote.

Sus pasos eran torpes, desubicados en comparación con los tuyos. Parecía perdida, no seguía el ritmo que marcabas…era una pésima bailarina, sin embargo ella parecía estar divirtiéndose contigo.

Bailando te diste cuenta de que su piel era muy suave, y que su cabello olía a almendras. Que sus mejillas eran tan rosadas como un durazno y que su voz sonaba como campanitas en tus oídos cada vez que te hablaba.

Fue entonces cuando decidiste estar dispuesto a aguantar muchos pisotones con tal de pasar aquella noche bailando con Mei.

Fin