Ficción que supera la realidad

Como cada mañana, Sasuke y Naruto entrenaban arduamente en el campo de entrenamiento donde hicieron la prueba de los cascabeles, famosa porque nadie antes había aprobado y recordada mas importantemente porque ellos habían pasado a la historia por ser el primer y único grupo que aprobaba Hatake Kakashi, el ninja copy. Los recuerdos se agalopaban a la par de los puños dados por el otro, mientras que sentimientos confusos y desconocidos por ambos inundaban la atmósfera, no podían ser mas apasionados, los cuerpos se frotaban entre si y el calor comenzaba a desbordarse cuando de repente…

-Naruto: Good morning, Sakura-chaaaan!

-Sakura: aaaaaaaaaaaaah! ¡Naruto no me grites así! …

Na...Naruto!¿Que haces aquí?

- Venia a preguntar que porque no llegaste al entrenamiento de hoy con nosotros, te esperamos un rato pero el teme no aguanto más y comenzó a provocarme, así que comenzamos sin ti.

- No te preocupes, lo que pasa es que tuve que ayudar a mi madre con los deberes de la casa, y después me encontré con Ino-puerca y me pidió que la acompañara por unas flores a la entrada de la villa que habían llegado como pedido especial para la florería Yamanaka, se me hizo tarde y entonces ya no quise interrumpir.

La Haruno apenas y podía disimular una sonrisa nerviosa, omitir la parte de escribir una novela Yaoi sobre sus dos mejores amigos, seria la mejor opción, pensó ella.

- Sakura-chan, ¿Estas enferma? Comenzaste a sudar y ya te pusiste roja. Déjame checar tu tempe…

La curiosa mano se detuvo en seco, al escuchar una voz muy conocida… y molesta.

-Oe dobe, no tengo todo tu tiempo, debo ir a entrenar, a bañarme, a ponerme mis cremas de belleza de Avon y a planear mas venganzas, ¡No todos somos unos holgazanes como tu!

-Teme, te dije que te adelantaras al Ichiraku en lo que yo venia con sakura-chan! Y yo no soy un holgazán, solo que… yo si tengo tiempo libre y te da envidia.

-Hmph… Apúrate -Eso fue lo último que salió de la boca del moreno antes de desaparecer en una nube de humo.

- Anda naruto, ya viste que no me pasaba nada, ve a comer. Te prometo no faltar mañana.

- ¡Ok! Ummm me pregunto si el viejo ya tendrá ese nuevo platillo preparado con…

Nuestro rubio se alejo pensando en los deliciosos platos que comería, pagados todos por el teme, ser el futuro hokage implicaba no ser pobre desde la adolescencia, por aquello de las posibles demandas de abuso de poder y todo eso, desde ya cuidaría muy bien su pago por las misiones.

-Ese baka, no cambiara. Aunque pensándolo bien, debo seguirlo o no se de donde sacare mi inspiración para mi "Yaoi Paradise". Ah, no debí aceptar los "consejos" de Jiraiya y Kakashi sensei. ¿Como es que termine así?

Ah si, ya lo recuerdo… No fue hace mucho.

Haruno sakura, 12 años, kunoichi de Konohagakure.

Nunca me imagine terminar como Otaku de closet, y mucho menos como yaoista empedernida, y he de confesar que todo comenzó el día en que el equipo 7 vio la luz del sol como equipo ¡Oh si! Recuerdo aquel magnifico beso… ¡Entre Naruto y Sasuke! Mi primera reacción fue de unas tremendas ganas de golpear a naruto, por robarme el primer beso de Sasuke-kun, pero inmediatamente después me invadió una sensación comparada a la ¿alegría?

Yo sabia que no era normal haberme derretido de ternura al verlo, pero no lo podía evitar, aquella vez acudí donde Hinata, no era muy unida a ella pero parecía sensata la idea de pedirle ayuda, aparentaba ser la mas coherente de todas las mujeres ninja de mi clase, pero al contarle lo que me había provocado el extraño "accidente" de naruto y sasuke-kun, palidecio y por enésima vez, cayo desmayada, no pude explicarle a su primo Neji como es que después de hablar conmigo su prima termino en el suelo de la academia.

Fui después con Tenten, ella gustosa me presto todos sus mangas yaoi, los links de los fanfics que mas le habían gustado, series de todos los géneros como el shonen-ai y un sin fin de imágenes que no dejaba nada a la imaginación… en realidad mas que ayudar, me asusto. No quería terminar así.

Cansada, asustada y medio traumada por la energía de Tenten, recurrí a la ino-puerca, nunca me era de gran ayuda pero, ¿Que más podía perder?

Nunca debí dejar que esa maldita frase de "Que mas puedo perder" me convenciera, Ino esta mas loca que tenten, si eso es posible, pero al menos su nivel de perversión me resultó mas fácil de entender, y el usar a nuestros conocidos y amigos con objetivos "para la salud mental de una yaoista en potencia"… me pareció mas razonable y, ¡divertido!

Y heme aquí, un año y varios meses después, escribiendo una novela de pasión desenfrenada, cuyos personajes inspiradores son acérrimos rivales y compañeros de mi equipo.

¡Total! Debo apresurarme o si no, no alcanzare a ese par en el puesto de ramen…

+++++++++ En el Ichiraku+++++++++++

-Oe Sasuke!

-hmph…

-Sasuke!

-hmph…

-Sasu-chaaaa!

-Hmph…

-¿Lo único que puedes decir es esa maldita monosílaba?

-Hmph…

-¡Eso es todo! Debí haber invitado a Kiba, al menos me platica de las vacunas de Akamaru, y akamaru claro, ladra una conversación mucho mejor que tu, estoy seguro que hasta Shino es todo una guacamaya a tu lado.

-No fastidies Uzumaki, confórmate con el hecho de que acepte tu invitación a comer, sabes que detesto comer esa cosa que llamas ramen.

- ¡Ah si? Y que haces sentado en el asiento más cercano a mi.

-Ya sabes que lo hago por ti, mi kitsune.

- Mou! Sasuke, justo cuando comienzo a enojarme por tu actitud, y sales con lo que me derrite.

- Ahora, termina tu plato 20 para poder pagar y así nos podamos ir a mi casa a seguir con el "entrenamiento"

-¡Pervertido!

-Zorrito sabes que te gusto, para que retrasar la mejor parte. -Un escalofrió recorrió la espalda del blondo, hasta perderse en cierto lugar donde la espalda perdía el nombre, sabia que Sasuke no se refería a alguna actividad para ser mejor ninja.

-¡Sasuke! ¡No me veas asi-dattebayo! ¡Aléjate! ¡Nooooooooooooooo! …¡Hoy no! ¡Me duele TODO por el entrenamiento y mañana quisiera poder sentarme!

Desde no muy lejos, se podía observar una cabellera rosada, la dueña había escuchado lo suficiente para poder sonrojarse, poner los ojos en blanco y comenzar a derramar algo de sangre…

Será que, la historia que ella creyó haber inventado ¿Es real?