Titulo: La princesa y el sapo
Autor: miaka_zuster
Fandom: Glee
Paring: Noah Puckerman/Kurt Hummel
Discalimer: Todo lo referente a Glee pertenece a Ryan Murphy, yo solo soy una gleek slasher que gusta del Nummel, Puckurt o Purt sin fines de lucro.
Genero: Drama, Romance
Rating: M
Partes: 1/?
Estado: Wip
Advertencias: Ligero AU, lenguaje soez, Spoilers de la segunda temporada, quizás un poco OOC, sin betear.
Resumen: Porque no siempre la vida es un cuento de hadas y a veces, los sapos no se convierten en príncipes sino en algo más real. ¿Y cuando no hay un: felices para siempre…?
#palabras: ~1,652
N-A: 'KAY estoy asustada, mi primer fic de Glee y estoy completamente freakeada así que solo pasen y lean, si gusta comenten sino también vamos que no muerdo.
La Princesa y el sapo
Capitulo I
"¡Maldición Puckerman!" La entrenadora Beastie grita al ver el fallo en la recepción. La ofensiva maldijo un par de veces cansados de repetir jugas y que estas no lleguen a buen término. Finn solo atino preguntarle si se encuentra bien.
Y claro que está bien, ¡maldición! es un semental con todas las letras, que lo mismo se puede levantar una cheerior, que a una mami entrada en los cuarentas deseosa de un buen movimiento en la cama. Pero, el tiburón del sexo no puede concentrarse en atrapar el maldito balón debido a cierta risa burbujeante que proviene de las gradas. Y no es como si nunca hubiese escuchado la maldita risa del contratenor. Profunda y ligeramente melodiosa, que provoca ciertas reacciones en Puckzilla que solo un buen par de tetas habían logrado. He de ahí el que no pueda conectar el jodido pase.
"¡Eso es todo señores, a las duchas!", la entrenadora Bastien dio por terminado el entrenamiento de esa tarde. "Puckerman, otra actuación como esta y lo próximo que veras de acción en la cancha será desde la banca, ¿me has entendido?"
"Si señora", el running back se quita el casco y se enfila hacia los vestidores ignorando las risas y comentarios que vienen desde las gradas.
El alboroto en los vestidores es siempre el mismo, chicas, cervezas y competencias absurdas sobre el tamaño de sus respectivos penes. Se quita la ropa y entra sin preámbulos a las duchas, Sam ya está ahí y aunque al principio su trato fue tirante por su relación o no-relación con Quinn, ahora eso no importa.
"Hey, bro ¿qué pasa contigo?"
"No mucho, solo las malditas matemáticas; mañana tengo examen y mi tutor no deja de presionar", Puck mira hacia Arti quien reposa en las tinas.
"Si quieres dejar de ser un Lima-Loser te sugiero que pongas empeño. Además de que no quiero quedar en la ruina por comprarte todos los waffles que puedas comer", el de anteojos suspira ante el calor relajante del agua sobre sus cansados músculos.
Puck dio por terminado su baño, sabiendo que si no se apura llegara tarde al asilo donde realiza su servicio comunitario. Al salir se encuentra con Karofsky quien tiene a Kurt contra las taquillas sujetándole por las solapas de su chaqueta negra. Algo murmura el de mayor tamaño, provocando que los ojos azul verdoso se abran más y la piel se vuelva de color cetrino. Puck se acerca a la pareja alcanzando a escuchar los murmullos de Kurt referente a un beso lo cual lo deja frio, solo siendo testigo de la reacción posterior del tackle que estrella con fuerza el cuerpo de Kurt antes de irse furibundo.
Kurt ajusta con manos temblorosas su chaqueta, sus ojos se muestran de un azul acuoso, tornándose de repente en un gris acerado y frío cuando entran en contacto con los pardos del chico judío.
"Vaya princesa, veo que tus gustos han decaído", dice con puya. Puck quiere chincharle, borrar de su rostro ese gesto abatido y derrumbado que tiene el muchacho al cual no la importa cuántas veces lo tires al contenedor de basura, siempre te recordara que está por encima de ti y tu podredumbre.
"¡Vete a la mierda Puckerman!", el insulto no viene con el mismo tono de superioridad, la nariz respingada y la mirada de 'chúpame esta'. Puck no está conforme, no cuando las manos siguen temblando cuando le hacen a un lado abriéndose paso. Así que sin saber porqué carajos—Ok, siendo sincero si lo sabe—le detiene por el brazo. Kurt se agita intentado liberarse, pidiendo por favor abstenerse ese día de sus estúpidas bromas y dejarle solo por hoy. Puck le arrastra al aula más cercana, no quería que el resto del equipo se enterara o peor Finn, ahora que anda en modo super-hermanastro.
"¡Suéltame imbécil mastodonte!", Kurt intenta liberarse de la gran manaza, la cual seguramente dejara una horrible marca violeta en su delicada piel.
Puck le manda callar colocando su otra mano sobre la boca del castaño, mientras ve pasar al resto del equipo y con ellos a Finn. Cuando está seguro de que no queda nadie más que pueda interrumpirlos Puck le libera lentamente, como si se tratara de una maldita cobra que puede matarle en cualquier momento. Kurt se aleja lentamente de él, retándole con la mirada y a la vez viéndose tan vulnerable. Puck odia esa imagen incluso más que la de 'soy superior besa mi trasero'.
"¿Qué quieres de mi Puckerman? un granizado, golpearme o un paseo al contendor… ¡QUE! ¡Maldición QUE!", se rompió. Kurt Hummel se rompió ante uno de sus más acérrimos hostigadores. Y es que el contratenor no puede más, ha llegado a su límite y está cansado de luchar.
"Hey, tómalo con calma princesa…", Puck corto la poca distancia entre ellos y con sus manos sobre los hombros de Kurt le lleva a sentarse en una de la sillas. El menor borra sus lágrimas de un manotazo a la par de que su respiración es profunda buscando serenarse. Puck se acuclilla frente a él, esperando, siendo paciente antes de comenzar con las preguntas.
"¿Qué pasa entre Karofsky y tú?"
"Lo de siempre… ¡además a ti que carajos te importa! Tú fuiste el primero que inicio con esto… fue tu maldita idea la de tirarme al contenedor de basura solo para congraciarte con los machos imbéciles a los que llamas amigos. ¡Todo es tu culpa!..."
"Lo siento"
"¡¿Qué?"
"Eso que lo siento, por todo, por volcar toda mi mierda en ti", Puck acaricia su cresta, rascando su nuca antes de esquivar la mirada penetrante de Kurt.
"¿Y esperas con esto borrar todo por arte de magia? Sabes, no puedes ir haciéndole la vida miserable a otros y esperar que con un lo siento se olvide todo Puck", el sobrenombre fue pronunciado con desprecio. "Personas como tú no deberían existir, simplemente desaparece de mi vista y metete tus disculpas por el culo"
Noah nunca se ha sentido de esta forma, como si una corriente de aire gélido le helara la sangre. Ni en sus peores discusiones con Quinn cuando tenían el embrollo del bebé y le llamó perdedor. Kurt se levanta de la silla dispuesto a irse, huir y encerrarse en su casa, en la seguridad de su sótano. Pero Puck le detiene, la sujeta con fuerza y lo obliga a encararlo una vez más.
"Kurt, de verdad lo siento".
Kurt mira los hermosos ojos pardos y por una vez alcanza a distinguir un verdadero arrepentimiento. Se libera de agarre y sale del aula sin decir nada más, Noah no opone resistencia dejándole marchar. Sebe que Kurt tiene razón, sus disculpas no son suficientes.
¿Qué esperabas idiota? Un lo siento y que callera a tus brazos enamorado… un segundo, ¿Quién habla de amor? Por supuesto que no estoy enamorado del Hada mayor, soy Puckzilla, amo las tetas y las vaginas por Dios.
"Eso es todo Puckerman, ahora tienes conversaciones contigo mismo sobre el hada y las vaginas", Puck golpeo su frente con el puño, acaricio su cresta y sus ojos se toparon con el reloj sobre la pizarra. "¡Grandísima Mierda! el maldito servicio comunitario".
Los ensayos de la boda iban muy bien, Kurt es excesivamente perfeccionista hasta el punto de ser aun más controlador que Rachel de una forma obseso-compulsiva. Puck no evito reír cuando Kurt exasperado y totalmente despeinado intentaba perfeccionar el baile de Finn, quien no paraba de pedir disculpas a Rachel ante cada pisotón. El contratenor desistió y con un bufido dejo todo en manos de la soprano. Ninguno de ellos había mencionado nada sobre lo sucedido en el aula aquella tarde y Puck se había mantenido lo más alejado de Kurt, claro que eso no evitaba el que se preocupara por el estado cada vez peor de chico… es que nadie lo notaba.
"Hey", Santana poso un suave beso en la comisura de Puck antes de sentarse a su lado. El muchacho la mira y le sonríe de medio lado.
"¿Qué te traes con Rachel y Finn?"
"Nada solo que estoy harta de su derrame de melcocha…"
"López", el apellido fue pronunciado con advertencia, la morena le mira alzando una ceja.
"Que quieres que te diga Puckerman, estoy aburrida de ver todas estas parejitas felices restregándonos su amor… PUAJ"
"¿Y piensas que sería divertido decirle a Berry que estrenaste a Finn?"
"Quizás, al menos le quitaría esa mirada de superioridad que se carga cada vez que camina de su brazo", Santana saca su lima de uñas murmurando por lo bajo algunos insultos contra la chica judía. "Luego esta esa junta estúpida donde no fui requerida porque según ella tu y yo tenemos una relación, pero debido a que estas en riesgo de regresar a detención no puedo pedirte de favor que ayudes a la princesa en apuros"
"¿De qué estás hablando?", Puck se olvido del ensayo, de la voz de Kurt diciendo sabe qué demonios a Sam y felicitando a Quinn, para centrarse en Santana.
"Que hoy santa Berry, convoco a una reunión con el club para pedirles ayuda al sequito de perdedores para detener el abuso del estúpido de Karofsky sobre Kurt. Ahí estaban todas menos yo y no es que se trate sobre mí solamente, te das cuenta, es como si no existiéramos, como si no contáramos en su pequeño mundo color de rosa. Me dan asco… como si no quisiéramos ayudar. Claro que no soy fan numero uno de Kurt, pero él no se merece toda la mierda que vierten sobre él. Vamos me pongo en su lugar, con lo de Bri…"
"Lo sé, sus maratones de tortilla no son desconocidos para mí…"
"¡Santana, Puck!"
Kurt los miro amenazadoramente, ambos chicos se levantan y toman su lugar en el ensayo.
Durante el resto de la tarde Puck no dejaba de darle vuelta a lo dicho por la latina, mañana Karofsky y él tendría una larga charla.
TBC
