Título: Give me love.

Fandom: The Mortal Instruments/Twilight

Claim: Leah Clearwater. Jace Wayland. Leah/Jace.

Disclaimer: De la Clare, really.

Summary: Leah le ve como un escape. —Drabble, Leah/Jace.

Nota: esto lo escribí hace, huh, mucho, si fue hace un año no me extrañaría. no me gusta, pero lo publico más que nada para no dejarlo. gracias a leeh por betearlo. para analu porque la amo y todo eso.


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«'Cause lately I've been craving more»
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Le mira porque no puede evitarlo, porque Jace es de esa clase de personas que simplemente tienes que mirar cuando aparecen porque esa es la reacción que provocan. Le mira y frunce el ceño, porque ella justamente odia ese tipo de personas. Le observa detenidamente por un momento, casi analizándole, intentando grabar todos los detalles en su mente, sólo por si acaso. Le mira para después verle sin verle realmente, porque hay algo en él que le recuerda a todas las personas que ha dejado atrás, pero que de esa manera, a través de otra gente, parece que vuelven a ella, casi para atormentarla.

Leah sacude la cabeza, pero su mirada no tarda en perderse en el infinito de nuevo.

Piensa, piensa largamente en toda su vida, porque siempre que ve a alguien o algo que le recuerda a aquellos vampiros que le arruinaron la vida o a aquel hombre que le rompió el corazón en un tiempo que parece demasiado lejano, incluso ajeno, piensa en todo, en nada. Piensa y todo a su alrededor desaparece para ella, por eso al volver en sí por ese extraño sonido que no logra identificar hasta después de que es consciente de que aquel rubio que había visto hace ¿segundos? ¿minutos? está sentado ahora frente a ella, sonriéndole socarronamente, se extraña. Frunce más el ceño y su mirada que vuelve casi asesina.

Los ojos de Jace brillan y Leah está cansada. No le conoce, le parece haberlo visto en alguna parte, pero no está completamente segura de ello. Él sonríe, sonríe con la malicia aflorándole en los labios.

«No.» Dice Leah antes de que él diga alguna otra palabra. Pero es un «No» que suena a «Sí» y ambos lo saben.

Trastabillan hasta un lugar no muy lejos de donde se encontraban, Leah no puede decir exactamente dónde, porque ya no es consciente de otra cosa que no sean los labios de Jace sobre su cuello, bajando cada vez más, acunando uno de sus senos en su mano. Él la toca, recorre todo su cuerpo, gime, se tensa. Leah se deshace bajo sus dedos, respira agitadamente y por un momento se olvida hasta de sí misma.

Leah le ve como un escape. Su mente se vacía, sólo es capaz de darse cuenta del frío a su alrededor y el ardor del cuerpo de Jace contra el suyo.