La graduación de Kagami Daiki
Daiki estaba nervioso, era el final de su vida como universitario, por fin hoy recibiría su título y empezaría una vida laboral en el área que había elegido. Se volteo para buscarlo entre los presentes. Y ahí estaba, sentado junto a sus padres y suegro, que habían viajado para estar con él en este importante día.
La mirada de orgullo que tenía Taiga era intensa, la había sentido durante toda la ceremonia de graduación. Su esposo siempre estuvo con él, en las buenas y en las malas. Cuando decidió cambiarse de universidad por un capricho, por que a estas alturas lo sabía, fue el simple hecho de querer pasar más tiempo con Taiga y no escondiéndose.
-Kagami Daiki -se puso de pie y se giró, sólo para ver la cara impresionada de Taiga, porque en la universidad siguió siempre ocupando su apellido de soltero, por eso mismo entendía que sus suegros y padres rieran disimulados por la cara de su pelirrojo.
Subió al escenario y escuchó los aplausos, podía distinguir entre todos esos las palmadas de su esposo, eran más fuertes, más estridentes, por un segundo se sonrojó al sentir esos ojos seguirle a cada paso que daba-, felicitaciones, joven Kagami -dijo el rector guiñándole un ojo, había sido su cómplice en todo eso.
-Muchas gracias por todo -el viejo hombre fue un gran apoyo, mucho más cuando le hicieron su entrevista de ingreso y le dio sus verdaderos motivos. El hombre, un romántico empedernido, enamorado hasta la ultima cana de su esposa, lo había recibido con los brazos abiertos, y había sido quien le ofreció cambiar su apellido el ultimo semestre. Sólo le había pedido una copia de su acta de matrimonio y listo.
Al llegar a su lugar se mantuvo de pie, era el último en recibir su título, el resto fue sólo protocolo, el rector les dio el pase para lanzar sus birretes y la ceremonia terminó.
El día de la felicidad, se dijo a si mismo viendo a sus compañeros en la recepción, sus familias felices, todos brindando, abrazándose contentos.
-Estas feliz, Daiki -le dijo al oído cuando lo abrazó por la espalda y le dio una copa de champagne.
-Claro que sí -se volteó para brindar con su esposo.
-De verdad me sorprendiste allá arriba, Kagami Daiki.
-Bien, creo que te merecías una gotita de mi éxito -le dijo guiñándole un ojo.
-Tengo tantas ganas de besarte, Daiki, no sabes como ardo por dentro -le susurró para que sólo fuera su moreno quien le escuchara. Podía contar como el color se apoderaba de las mejillas de su esposo-, esta noche no te libraras de mí, amor, porque en cuanto lleguemos a casa no te dejaré salir en una semana.
-Ya quisieras, pervertido -dijo divertido por las advertencias contra su integridad física.
-Ve con tus padres, quieren sacarse unas fotos contigo antes de que vayamos a cenar todos juntos.
-Entonces espérame, Romeo -le dijo divertido-, espero que cumplas tu promesa, Taiga, no espero menos de mi esposo que una muy buena noche de celebración.
-Me encanta cuando llamas al sexo rudo "celebración"
Daiki sólo se fue con sus padres, no quería cometer una impertinencia y arrancarle la ropa a su esposo para tirar en medio de la recepción de su graduación.
Fin
