¿Casi como Alicia?

ADVERTENCIA: Si no te gusta, o tienes la "idea" de que es un Mary-Sue, por favor abstente de comentar tonterías tales como "Aquí apesta a Mary Sue" o cosas del tipo ¿para qué gastas tu tiempo en algo que no te gusta? Mejor ve y haz algo productivo n_n sin ofender x3


Noa odiaba esa clase de reuniones, y más si era en casa de los amigos de su madre. Un matrimonio de interesados e hipócritas, al igual que su hijo, que si bien era guapo, era un maldito idiota.

Y su peor pesadilla era tener que casarse con él ¡Dios, está en el siglo 21! Los matrimonios arreglados como este ya estaban en el olvido, al menos en donde vivía. Pero no, para sus padres era primordial que la riqueza se mantuviese en la familia y qué mejor que casarla a la fuerza con un multimillonario.

Suspiró por enésima vez mientras se paseaba por los jardines de la enorme mansión, era hermosa y elegante, no podía negarlo. Además de que había un hermoso y grande bosque a sus espaldas, aunque era escalofriante a esas horas de la noche. Miró por sobre su hombro y ahí estaba la gran mansión blanca, con las luces encendidas y con los aspersores cercanos a la casa roseando aquí y allá.

Una brisa helada envolvió su cuerpo, haciendo que su largo, castaño y ondulado cabello se despeinase y se arremolinara frente a ella. Miró ahora enfrente suyo, el bosque que en el día permanecía deslumbrante ahora estaba tan oscuro que le daban escalofríos sólo mirarlo, pero al mismo tiempo una enorme necesidad de adentrarse en él nació.

La canción "Zombie" de The Pretty Reckless resonaba en un tono un poco bajo en sus oídos, sacó su celular y paró la canción. Guardó los audífonos junto con su aparato en su bolsa, la cerró y con lentitud miró el bosque de nuevo.

Esta vez, el viento se volvió más potente, llegó incluso a sentir una extraña sensación en sus brazos. Como si alguien acabase de colocar sus manos en sus brazos y comenzase a empujarla con fuerza hasta la verja oscura.

Aquella verja era tan vieja y pequeña que podría escalarla con facilidad. De un momento a otro, sus manos se posaron en las rejillas, estaban heladas, pero no le importó; hizo presión en sus manos y comenzó a escalar, estaba temblando, y no solo de frio, se sentía nerviosa ¿qué pasaría si alguien de seguridad se daba cuenta?

Con la oscuridad podrían confundirla con un ladrón y llamar a la policía. Pero si no lo hacía, no podría escapar de aquél matrimonio y si no lo hacia se arrepentiría toda su vida. Ella sabía muy bien que estaba dejando atrás muchas cosas, dinero, coches de lujo, amigos, fiestas, a su familia…¡Pero qué importaba! Eran sólo cosas materiales y sus "amigos" solo la querían por el dinero, y en cuanto a su familia ¿acaso a ellos les podía llamar así? Una familia de verdad no te ofrecía como si fueses mercancía barata a cualquier chico "rico" que vieran.

Cayó sobre su trasero cuando apenas tocó el piso, pues estaba lleno de lodo y se resbaló. Su bolsa había salido volando a unos cuantos centímetros de ella, se levantó la tomó y se limpió el lodo, asqueada.

Y entonces comenzó a adentrarse en el bosque, creyó que no estaría tan oscuro, puesto que hace unos minutos la luna iluminaba el lugar. Pero ahora las nubes la cubrían por completo y además comenzó a sentir las gotas de lluvia caer sobre su piel.

Y no pasó mucho tiempo cuando comenzó a correr dentro del bosque, mientras una fuerte tormenta comenzaba. Aquél bosque comenzaba a parecerle eterno, ya llevaba bastante corriendo, y estaba segura que no muy lejos había una carretera.

Decidió parar debajo de un árbol cuando sus piernas no le daban para correr más. Se sentó y aguardó unos cuantos minutos, creyendo que la fuerte lluvia cesaría en un rato, pero al ver relámpagos y sentir el viento cada vez más fuerte decidió correr.

No estaba segura debajo de un árbol y claro, mucho menos en medio del bosque, pero no quería quedarse ahí parada. Mientras corría, una fuerte briza le "atacó" por la espalda, fue tan fuerte qué la tumbo, pero no se quedó sobre el piso, cayó directo en un enorme hoyo en medio de la nada.

Gritó hasta que le dolió terriblemente la garganta, no se atrevió a abrir los ojos, pero cuando estuvo a punto de hacerlo sintió como se estrelló contra el suelo lodoso y lleno de hojas secas, ensuciándose todavía más la ropa y el lado derecho de su rostro.

Se impulsó hacia un lado, soltando varias maldiciones y quejidos, tenía los ojos cerrados por el dolor, estaba casi segura que se había roto un brazo; Noa pensó que en el momento de abrir los ojos, se encontraría dentro del hoyo pero que también vería la salida de este.

Abrió aquellos ojos grises y le impresionó bastante lo que vio, el cielo tenía tantas estrellas que casi parecía que le habían lanzado diamantina plateada. Entonces escuchó una explosión y se levantó asustada, miró a su alrededor, a lo lejos encontró su bolsa y a gatas se aproximo hasta ella. La tomó y examinó, todo estaba dentro, suspiró aliviada al no perder nada de sus pertenencias.

Y entonces se percató que había fuegos artificiales, escuchó gritos eufóricos, risas y le llegó un olor a comida exquisita. Se levantó quejándose en voz alta del dolor que sentía en todo su cuerpo, ¡seguro que se veía terrible! Con el cabello completamente empapado y echo una maraña, la ropa tan cara que usaba también estaba mojada y llena de lodo, además de que una parte de sus jeans estaba totalmente rasgada y tenía un corte algo profundo surcándole la mitad de la pantorrilla.

Gruño gracias al ardor que sentía en la herida por culpa del lodo y la mugre. Miró a su alrededor, frunciendo el ceño y examinando su entorno.

Parecía como si estuviese a la mitad de la nada, puesto que si fuese un lugar fuera de la ciudad, podría ver edificios a lo lejos, pero lo único que lograba ver eran montañas y árboles…y más árboles.

Estaba parada en una especie de pequeña colina, entonces dirigió su vista a donde los gritos y risas provenían. Vio las luces y sonrió un poco, comenzó a bajar la colina con cautela, hasta llegar a un caminito tierroso.

La cosa estaba bastante extraña, ¿cómo había llegado a un lugar como aquél si estaba dentro de un maldito hoyo? Además estaba segurísima de que hace apenas unos minutos había una terrible tormenta, pero este extraño lugar estaba como si nada.

Y de pronto comenzó a sentir algo de miedo ¿Cómo rayos se había metido en un lio así? Decidió seguir el senderito y llegó a una especie de pueblecillo, con casitas tan pequeñas que le sorprendió bastante y las miró con curiosidad durante unos minutos.

¡Imagínense como estaba Noa en este momento! Seguro comenzaba a creer que se había dado un muy buen golpe en la cabeza al caer. Continuó su camino más confundida que antes, entonces, no muy lejos vio qué era lo que producía tanto ruido.

Entrecerró los ojos y estiró el cuello en esa dirección, para tratar de ver mejor. Eran personitas, literal, eran mini-personitas.

Apresuró el paso y cuando estuvo a unos cuantos metros de ahí, acaparó la atención de varias personas o, como ella les llamaba "mentalmente", mini personitas. Muchas de ellas eran graciosísimas, rechonchos, de cabellos castaños, rubios o rojizos y casi siempre rizados, a Noa le recordaron a Santa Claus, pero en pequeño, con enormes pies peludos y extrañas sonrisas en sus labios rojos.

Algunos le sonrieron con amabilidad y otros asustados, mientras que otros gritaban que era una especie de criatura del pantano. Se sintió ofendida por un momento, pero entonces recordó como se veía y tenía que darles la razón.

Sintió un jaloncito en su pantalón, no muy abajo por supuesto, no eran tan pequeños; bajó un poco la mirada y se encontró con unas mujeres cuchicheando quién sabe que cosas, pero alcanzó a escuchar algo. "¿de dónde habrá sacado esos harapos?" , "¡Mira que venir a la fiesta de cumpleaños del Señor Bolsón vestida así!", o cosas como: "Gandalf no debería traer aquí a alguien así"

─ ¿Gandalf? ─preguntó Noa, arqueando una ceja, las hobbits le miraron despectivamente y luego dieron media vuelta, orgullosas. La joven bufó exasperada y cruzó sus brazos frente a su pecho.

¡Y ahora le faltaban al respeto así! ¿Dónde rayos estaba? Entonces una increíble idea le pasó por la cabeza, y se sintió estúpida al no haber sacado su teléfono celular desde hace rato. Tomó el aparato entre sus manos y lo encendió, pero no tenía señal.

Gruñó tan fuerte que llamó la atención de la mayoría de los hobbits a su alrededor, quienes le miraron con miedo. Pero no duró mucho puesto que una especie de dragón de fuego voló sobre ellos, haciendo que todos corrieran en diversas direcciones para salvar su pellejo.

Por su parte, Noa se sorprendió tanto que soltó un grito y apenas dio unos pasos hacia atrás cuando ya estaba tirada mirando todo el caos. Pero no duró mucho, sin embargo, pareció que por un momento aquellas criaturitas tan curiosas se olvidaron de ella por completo, regresando a su extraña festividad.

Noa se sentía tan asustada y fuera de sí que se escondió detrás de una carpa cercana a ella, escuchó como alguien llamaba la atención de todos, y sin poder evitar su gran curiosidad, asomó la cabeza.

Escuchó con atención el discurso del hombre parado frente a todas las personas, y dedujo que se trataba de aquél "Bilbo" que la mujercita había mencionado hace un rato. Y le dolieron los ojos al abrirlos de sorpresa cuando vio como el hombre desaparecía ¡así, sin más!

¡Pero qué fuerte golpe en la cabeza se había dado! Imaginar tales cosas no era algo normal, si tan solo alguien supiese todo lo que se encontraba imaginando sin dudarlo ya estaría en un manicomio.

Escuchó el grito de una mujer, que en ese momento había entrado felizmente a su "escondite" y se había impresionado bastante de verla ahí. Mucha gente corrió a ver qué ocurría y reaccionaron casi de la misma forma, solo que sin gritar, solo palidecieron y miraron alarmados a un hombre que se acercaba ahí, mucho más alto que ellos, sin duda.

Era un anciano vestido completamente de gris, además de que tenía una larga barba blanca y unas cejas pobladas, del mismo color que su barba. El hombre le miró con auténtica curiosidad y al mismo tiempo, Noa logró descifrar que estaba tan sorprendido de verla ahí como los "mini-humanos".

Se sintió incómoda por el largo silencio y decidió salir a gatas de su escondite, haciendo que todos retrocedieran, sin saber qué más hacer. Se levantó con algo de dificultad y se sacudió el pantalón distraídamente, cuando acabó, miró a todos con los ojos grises bien abiertos, y temblorosa decidió hablar de una buena vez.

─ Yo…─tartamudeó al principio, genial, lo que le faltaba, ser cobarde en un momento como este.− ¿Dónde estoy?

No pudo sentirse más estúpida preguntando aquello, pero no se le ocurría otra cosa qué decir, no podría hablar animadamente y presentarse sin más, sería más raro aún.

Todos miraron a Gandalf , esperando que el hablase primero, puesto que todos pensaban qué él la conocía.

─ ¿Quién es ella, Gandalf? ─preguntó con inocencia un hobbit, pero Gandalf tardó tanto en contestar que Noa prefirió presentarse.

─ Soy Noa, Noa Deville, de Nueva York. ─ Todos le miraron menos asustados, pero la duda se veía en sus rostros ¿Nueva York? ¿Y eso donde quedaba? La decepción se marco profundamente en el rostro de la jovencita ¡esta gente le miraba como si estuviese loca! ─ No…No tienen idea de lo que estoy hablando, ¿cierto?

Y para su sorpresa, todos negaron con la cabeza, incluidos Gandalf. Sintió como sus ojos ardían, pues trataba de retener las lágrimas, entonces se golpeó la frente con una mano repetidas veces, gritándose a sí misma "¡Tienes que despertar, Noa!" "¡Vamos, despierta, ya!"

Muchos Hobbits comenzaron a reírse de la extraña chica, pero ella parecía no notarlo y continuó golpéandose. Gandalf los cayó a todos y llamó la atención de la chica, tomándola bruscamente por la muñeca y sacándola de ahí.

Comenzaron a subir por el sendero en el que Noa llegó, directo a la casa de Bilbo, la chica protestaba y se jaloneaba. Gandalf, un poco harto de la joven, se detuvo bruscamente y dio media vuelta para encararla, asustándola bastante por lo sombrío de su mirada.

─ ¿Cómo llegaste aquí exactamente, jovencita? ─preguntó con seriedad, sin apartar la vista de la chica.

─ Corría por un bosque, comenzó a llover y me caí en un hoyo, me desmayé y cuando me di cuenta ya estaba aquí. ─contestó la chica con toda la tranquilidad del mundo, como si lo que estuviese diciendo fuese de lo más normal.

Gandalf bufó molesto y continuó caminando, cuando entró en el acogedor hogar de Bilbo Gandalf de inmediato se puso a buscarlo, al no encontrarlo aún decidió esperar unos minutos, los cuales aprovechó para cuestionar a la chica, haciendo que ella le explicase con más detalle cómo llegó aquí.Entonces escuchó como Bilbo entraba y justo cuando pasaba campante por su casa, Gandalf llamó su atención y comenzaron a hablar, Noa se sintió muy excluida, pero decidió callar y mirar con curiosidad la casa.

Pero agudizó el oído cuando se quedaron unos segundos callados y escuchó los murmullos de Bilbo, miró con curiosidad lo que sostenía. Un anillo, al principio a ella le pareció algo muy común y corriente a comparación de otros anillos que había visto.

Pero comenzó a sentirse inquieta mientras más tiempo pasaba mirando el anillo, ladeo la cabeza y miró a Gandalf, que fruncía el ceño mientras miraba a su amigo Bilbo. Entonces el hobbit estalló en contra del anciano, discutiendo sobre quedarse con el anillo, Noa creyó que era una discusión estúpida por un insignificante anillo, pero cuando Gandalf perdió los estribos y se puso más rudo con Bilbo, entendió que no era cualquier anillo.

Se sintió tan alarmada que inconscientemente se sostuvo de la silla en la que estaba sentada con más fuerza, pero aquél momento pasó rápido cuando vio que Bilbo abrazaba a su amigo, desesperado y se sintió triste por verlo así, no lo conocía para nada pero era triste ver la expresión en su rostro.

Gandalf le dijo algo, Bilbo había asentido y se dirigió a su mesa para tomar sus cosas, pero entonces reparó en la jovencita que estaba ahí sentada, en su hogar.

─ ¿Quién es ella Gandalf? ─preguntó curioso y miró a su amigo, quién negó con la cabeza. Noa puso los ojos en blanco y se levantó bruscamente, asustando al pobre Bilbo.

─ ¡Ya lo he dicho! ─exclamó exasperada.─ ¡Noa Deville, de Nueva York! Con un demonio…

Bilbo le miraba de arriba abajo, extrañado por su apariencia tan sucia además de sus ropas extrañas. Se encogió de hombros, restándole importancia y caminó rápidamente hasta su puerta, abriéndola y casi saliendo pero Gandalf le detuvo.

─ Bilbo, el anillo aún está en tu bolsillo. ─le recordó el mago, pero Noa estaba segura de que Bilbo no lo había olvidado y solo trataba de desviar el tema.

Noa enarcó una ceja mirando a los dos hombres, Bilbo parecía sentirse aún incómodo por abandonar su preciado anillo, pero finalmente lo hizo y lo dejó tirado en el suelo. Salió rápidamente y Gandalf salió a despedirse de él (1)

Cuando el hombre entró de nuevo, se inclinó para tomar el anillo, pero no lo hizo cosa que extrañó a Noa, pero decidió ignorar el hecho. Gandalf de pronto la miró y se aproximó a ella tan rápido que le asustó, le miró unos segundos y después tomó una silla y se sentó justo a su lado.

Y comenzó a hacerle más y más preguntas. Durante un no muy largo rato.

─ En serio, Señor Gandalf. ─al pasar de los minutos Noa comenzaba a sentirse en más confianza.─ No tengo ni idea de qué es la Tierra Media, ni de qué son los hobbits y creí que los magos, trolls, elfos y esas cosas no existían. De hecho, todas las personas que conozco no creen en eso de lo que usted me está hablando.

Gandalf suspiró rindiéndose, no tenía ni idea de qué hacer con la muchacha, pero ya estaba seguro de algo, ella no era peligrosa, es más, estaba seguro de que no mataría ni una sola mosca.

─ Pues entonces me rindo, señorita Deville. ─se sinceró el hechicero mirando el fuego frente a él, pensativo recordando las palabras de Bilbo.─ No sé cómo ayudarle y no tengo ni idea de cómo llegó aquí ni sé donde es aquél lugar del que habla, ese tal… "Nueva York".

Noa quiso protestar, pero no pudo hacerlo pues Frodo entró gritándole a su tío, Noa le miró unos segundos en silencio y luego dirigió su mirada a Gandalf, estuvieron en silencio hasta que Frodo habló.

─Pasó tanto tiempo hablando de irse. ─dijo en un tono triste y caminó hasta ellos, ignorando la presencia de Noa.─ Pero no creí que lo fuera a hacer.

Gandalf le miró y notó que había tomado el anillo. Le sonrió un poco y dijo tranquilo "el anillo de Bilbo" al parecer Frodo no pareció comprender al principio, pero luego de unos minutos Gandalf trajo algunos sobres y metieron el anillo en uno de ellos, explicándole que Bilbo se quedaría con los elfos, después se lo entregó al hobbit.

Y casi de inmediato se levantó, dirigiéndose a la puerta y diciendo que debía irse. Noa se levantó alarmada y junto con Frodo siguió al mago.

─ ¡No puedes irte y dejarme aquí! ─gritó la chica, pero ninguno de los dos le prestaron atención, después de unos segundos Gandalf se detuvo y miró a Frodo, para después dirigir su mirada a la joven, que le miraba suplicante.

─ Yo tampoco entiendo, Frodo. ─sentenció el anciano y luego se acercó más a Frodo, susurrándole algo inaudible para la joven. Luego la miró a ella y Frodo hizo lo mismo.─ Encárgate de ella, pequeño Frodo.

Y salió disparado por la puerta. Frodo miró el sobre y luego a la chica, quién le sonrió tímidamente.

─ Antes de que preguntes. ─dijo interrumpiendo a Frodo que estaba a punto de hablar.─ Soy Noa Deville, ¡y ni te digo de donde vengo! Pues no me comprenderías, como todos aquí.

Frodo había dejado que se diera un baño y de alguna forma le había conseguido ropa de su talla. Noa al principio se negaba a usar el vestido que le había traído, pero después de un rato aceptó. Si era sincera, era un vestido muy bonito, de color verde oscuro y con el cuello dorado al igual que las mangas, las cuales eran largas.

Se sentía algo incómodo con aquél vestuario, pero con el tiempo fue acostumbrándose. Charlo de cientos de cosas con Frodo, incluso le mostró algunas canciones y él se mostró genuinamente sorprendido y maravillado.

Pero aún así, Noa notaba lo aturdido que estaba con lo ocurrido a su tío. Sonrió un poco y se acercó a él mientras el joven hobbit miraba por la ventana. Colocó una mano sobre su hombro y se colocó a su lado mirando también afuera.

─ Puede que no entienda nada de lo que ocurre en este lugar de locos. ─dijo medio en broma, haciendo reír un poco a su acompañante.─ Pero no creo que a tu tío le vaya mal. Quiero decir, Gandalf me habló sobre los elfos y esas cosas así que creo que estará bien con ellos, no deberías preocuparte tanto.

Frodo, que no apartó su vista ni un momento de la ventana, sonrió y tocó la mano de la chica, agradeciéndole así por sus palabras.

Después había partido con Bilbo a una especie de "bar" y ¡vaya que se había divertido ahí! Claro que había tenido que responder muchísimas preguntas, además de que la forma de divertirse de los hobbits era un tanto extraña para ella, por no decir "medieval" Pero había tenido la fortuna de conocer a Sam,Merry y Pippin, con los tres se llevaba de maravilla aunque al parecer no le agradaba del todo a Sam.

Escuchó con atención las palabras de los demás hobbits acerca de Bilbo y Frodo, se sintió molesta al escuchar cómo hablaban de ellos pero a Frodo parecía no afectarle mucho. Cuando salieron del lugar, no pudo evitar reír por lo bajo al escuchar las palabras de Sam cuando un hombre le había hablado de forma "cariñosa" a Rosie, el interés amoroso del hobbit.

─ Oh, vamos, Sam. ─le dijo Frodo a su amigo, tranquilizándolo.─ No tienes por qué preocuparte, Rosie sabe reconocer a un idiota cuando lo ve.

Por un momento el hobbit se tranquilizó pero luego pareció comprender otro sentido a las palabras de su amigo, haciendo reír de nueva cuenta a la chica.

Caminó junto con Frodo hasta su casa, charlando y de vez en cuando quedándose en silencio. Pues los dos parecían recordar lo que estaba pasando, y Noa se sentía nerviosa de nuevo. ¿Qué iba a hacer ahora? No tenía idea de donde se encontraba y ya estaba socializando como si nada pasara, tenía que volver a su hogar, pasara lo que pasase tenía que volver.

Pero ¿y si no podía? ¿O si en realidad se había golpeado tan fuerte en la cabeza que ahora estaba en coma y soñaba eso? Sacudió levemente la cabeza para alejar esos pensamientos de su mente y cuando se dio cuenta ya estaba entrado a la casa de Frodo.

Estaba oscura, muy oscura para su gusto, la ventana estaba abierta y por lo tanto hacia que el aire entrase y volara algunos papeles que estaba sobre la mesa. Noa se pegó un poco a Frodo, temerosa, entonces algo tocó el hombro de el chico y los dos se sobresaltaron casi brincando, pero se relajaron un poco al ver a Gandalf, aunque con su cara parecía un loco.

─ ¿Lo tienes? ─preguntó con un notable tono desesperado.─ ¿Resguardaste bien el secreto?

Unos segundos después Frodo sacó de un gran baúl el sobre con el anillo y se lo entregó a Gandalf. Quién casi de inmediato lo arrogó al fuego con todo y sobre. Noa le miró como si estuviese loco cuando le entregó el anillo a Frodo, preguntándole si veía algo, pero al principio el anillo se mantuvo como si nada hasta que comenzaron a aparecer unas letras extrañas en un idioma que Noa jamás en su vida había visto, se acercó a Frodo y observó el anillo con más detenimiento.

─ ¡WOW! ─exclamó de pronto la chica, poniendo sus manos en su cadera, sonriente.─ ¡A esto le llamo tener imaginación, Noa! Ese golpe de verdad que me afectó.

Frodo le miró como diciendo "¿aún crees que esto es un sueño?" ella sólo se encogió de hombres, entonces Frodo miró detenidamente el anillo y exclamó.

─ Son caracteres elficos. ─dijo dándose media vuelta y mirando a Gandalf─ Pero, no puedo leerlos.

Gandalf comentó que pocos sabían leerlo y qué él no pensaba decirlo, no al menos en el idioma en el que estaba, puesto que eran lenguas de Mordor.

Vio a Frodo estremecerse ante la mención de aquello, Noa les miró sin entender pero nadie se tomó la molestia de explicarle qué era.

─ En la lengua común quiere decir…─ Gandalf hizo una pequeña pausa dramática y luego prosiguió

"Un anillo para gobernarlos a todos. Un anillo para encontrarlos. Un anillo para atraerlos a todos…Y en las tinieblas atarlos."

¡Y bueno! Aquí está, ésta idea loca que llegó a mí de pronto, hace como unas 4 horas y ya son las 11:40 p.m Muero de sueño pero escribir algo así me hace ilusión. Debo aclarar que no soy muy conocedora de esta saga, pero creo que conozco suficientes cosas como para escribir esto, espero alcanzar sus expectativas.

Y pues, si alguien lee esto (XD) tiene que saber que puede que tarde algún tiempo en actualizar esta historia, puesto que tengo otras más y a veces no tengo inspiración para nada, pero sí tengo la total intención de terminar este trabajo.

: Por Raziel, esta parte en la película hace que me den ganas de llorar, me hace recordar a Thorin,Kili,Fili,Smaug, ya saben a todos. *se va a llorar a un rincón*

Por cierto, si quieren saber cómo es Noa, he elegido a Barbara Palvin para representarla. No sé me encanta su carita de inocencia pero que al mismo tiempo puede llegar a ser muy sexy jajaja

Y bueno también quiero que sepan que este fanfic es un "Legolas x OC"