Disclaimer: Como ya todos los sabemos, Naruto y sus personajes no me pertenecen a mí, sino a Masashi Kishimoto. Solo la trama es mía y hago esto sin fines de lucro, solo para entretener y liberar de algún modo esta imaginación loca que tengo.
.
.
.
[Suave y áspero]
Por Lu Hatake
.
Capítulo 1: El elegido
Despertó jadeando, con el corazón golpeando furiosamente contra sus delgadas costillas. Otra pesadilla más que agregar a la lista. La joven se levantó a la mitad intentando regular su respiración y a su corazón mismo. Notó que había estado sudando y el viento que se coló por la ventana abierta le provocó algo de frío así que se levantó para cerrarla. Iba a regresar a la cama cuando la vista de afuera capturó su atención. El complejo Hyuga era hermoso. La noche solo lograba embellecerlo con la tierna y plateada luz de la luna. La observó. Era una luna llena.
Decidió ir a dormirse ya, intentar conciliar el sueño para descansar sería de vital importancia para el día de mañana, cuando sería su nombramiento como líder del clan Hyuga. De solo pensarlo detenidamente el sueño se le quitó.
Un miembro del bouke llamó a su puerta para indicarle que era hora de levantarse. No había descansado nada. Era como si presintiera que algo malo iba a pasar.
Cuando llegó al recinto donde se encontraban los miembros más importantes del clan, Hinata se colocó en su posición. Hyuga Hiashi empezó leyendo unos códigos del clan y cuando terminara finalmente la llamaría para que pasara a ocupar su lugar como nueva líder.
— Confío en que su liderazgo valiente y fuerte le dará honor al clan Hyuga, confío en ella plenamente, es mi hija. Por favor levántate, Hanabi…
¿Qué?
Un segundo. ¿Había escuchado bien? ¿Su padre había dicho Hanabi?
La castaña estaba principalmente perpleja pero no lo demostró más de dos segundos, su expresión volvió a ser fría y sin contemplaciones, se puso firme y alzó el rostro, se levantó con finura y caminó hasta su padre.
Ningún miembro en esa sala estaba confundido por lo que Hiashi había dicho, Hinata lo notó. Así que ya todos sabían lo que iba a pasar, por eso nadie reclamaba o pedía explicaciones. Nadie pelearía por ella. Siempre la débil. Siempre la hermana deficiente. Siempre la hija inservible.
Sin embargo se conocía a sí misma. ¿Para qué engañarse? Sinceramente jamás se vio como futura líder del clan Hyuga. Su padre jamás la reconocería y no lo culpaba en visto de que la mera culpable era ella por ser tan débil, por no esforzarse más en los entrenamientos, por ser tan amable y tierna e inocente.
No se quedó a presenciar más. Silenciosamente se levantó de su lugar y se fue del recinto con sumo sigilo sin ser descubierta, dejando que Hanabi tomara su lugar como líder del clan, líder de ella.
.
.
.
El torturador de mentes número uno de Konohagakure se encontraba aburrido mientras estaba esperando su orden de carne en el restaurant. Empezaba a desesperarse allí sin hacer nada, pensó que tal vez hubiera sido mejor pedir la comida y que la llevaran a su oficina, sin embargo, durante toda la semana había tenido mucho trabajo y quería salir un momento. Pero…
— ¡Y Shikamaru-kun se está poniendo tan guapo! –gritaba/chillaba una chica que se encontraba detrás de la mesa de Ibiki.
El hombre cerró los ojos con fuerza y apretó la mandíbula. Esas dos chicas que estaban sentadas detrás eran un total fastidio, en los quince minutos que llevaba esperando su comida no habían parado de hablar de los jóvenes de Konoha. Que si Naruto se estaba poniendo "buenísimo", así, tal cuál, que si Kiba estaba perdiendo su encanto ligeramente, que Shino resultaba del tipo callado pero sexy, que Chouji estaba dejando las frituras y se estaba volviendo más alto… ¡Un sinfín de apelativos y comentarios sobre chicos!
¡Eran solo muchachos! No le veía el caso estar comentando sobre ellos hasta el más inverosímil detalle.
— ¡Y Kakashi-san! ¿Lo has visto, Kana? ¡Kya!
¡Esos jodidos "¡Kya!"! Si volvía a escuchar otro maldito "¡Kya!" iba a usar su tortura mental y no le importaba si eran solo civiles. ¡Otro "Kya" y estaban muertas!
— ¡Chicas! –entró corriendo una pelinegra hasta dirigirse detrás de Ibiki. Lo que faltaba. Una gritona más – ¡No saben de lo que me enteré!
"Claro que no lo saben, imbécil, serás…" pensó Ibiki molesto.
— ¡¿Sobre qué?! –gritaron las otras dos tontas.
— Hyuga Hinata NO fue nombrada líder de su clan, ¿me escuchan? NO fue nombrada.
— ¿Pero qué? ¡Qué horror! ¡Pobrecilla!
— Yo creo que está bien, Hinata-chan es muy tonta. Se sonroja por todo. La otra vez me la topé y me preguntó la hora y se disculpó por ser tan molesta. Se disculpa por cualquier tontería.
— En eso sí tienes razón. Pobre chica, no tiene nada de autoestima. Se la pasaba espiando a Naruto-kun cuando niña.
— ¡¿En verdad?!
— ¡Oh, pero que chica tan rara!
Y enseguida las tres empezaron a reír a carcajadas. Suficiente. Ibiki había tomado una decisión.
— Kuchiyose: Gōmon Hey…
— Su orden, señor –llegó una señorita alegre con su plato de carne con verduras y la bebida que había ordenado –Que lo disfrute –le deseó la mesera y se retiró.
Ibiki sonrió de medio lado y estaba a punto de comer cuando…
— Ibiki –llegó una mujer a sentarse frente a él.
El Tokubetsu Jōnin apretó los puños con fuerza por debajo de la mesa y observó a la castaña frente a él.
— Kurenai –se sorprendió.
— Hola, Ibiki. Tiempo sin hablar, ¿no? –sonrió de medio lado aunque sus ojos dictaran lo contrario. Estaba preocupada. Era fácil de leer.
— ¿Qué necesitas, Kurenai? –preguntó sin vacilación.
— Siempre tan estricto, Ibiki. Pero está bien. Iré a lo importante. No sé si ya te habrás dado cuenta, creo que toda la aldea lo sabe. Mi alumna, Hinata…
— Espera –la detuvo el ninja y volteó hacia atrás. Las tres jovencitas estaban calladitas y a la expectativa de lo que diría Kurenai –Veo que ya terminaron de comer, señoritas, así que ¿Por qué no pagan la cuenta y se retiran de aquí? Con todo respeto, claro.
Una de las chicas estaba sonrojada y lo veía fijamente. Ibiki sintió la necesidad de pagar la cuenta de él e irse corriendo, pero se mantuvo firme, él era Morino Ibiki líder de la Fuerza de interrogación y tortura de Konoha. Las jovencitas un poco nerviosas se fueron de allí pagando la cuenta.
— Ibiki, ¿por qué hiciste eso? –inquirió la ojicarmesí confundida.
— No importa, decías que tu alumna Hyuga Hinata… -la instó.
— Bien, Hinata fue rechazada para ser la líder de su clan. En su lugar quedó Hanabi; su hermana menor, como líder. Si Hinata decide quedarse dentro del clan le impondrán el sello del bouke, de lo contrario puede retirarse del clan dejando su apellido. Le pedí que se quedara conmigo, pero me ha surgido una misión de rango S y soy demasiado necesaria por mis genjutsus.
— Kurenai…
— Y estoy pidiéndote de favor…
— Kurenai, ni lo…
— que cuides de Hinata por un tiempo.
— No. Y es mi última palabra.
— ¡Ibiki! ¡Onegai!
— ¿No pudiste pensar en otra persona? –se molestó. ¿Por qué demonios él?
— ¡Lo hice! Pero tú eres el mejor calificado para cuidarla.
— ¿Por qué no eliges a una mujer? ¿Qué tal Mitarashi?
— Demasiado sádica y loca, asustará a Hinata.
— ¿Y Yugao-san?
— ANBU, muchas misiones y poco tiempo libre.
— ¡Inuzuka Tsume! –Esto ya era serio.
— ¡Obvio no! Tiene suficiente con el dolor de cabeza que es Kiba.
— Bueno, entonces Yamato.
— Está de misión.
— Kakashi.
— Ni pensarlo, es un pervertido y sabe qué cosas se le puedan ocurrir con mi Hinata bajo su techo.
— Gai.
— ¿Enserio? –Kurenai entrecerró los ojos y se cruzó de brazos.
— Genma.
— Demasiado coqueto.
— Ebisu.
— Un total pervertido y un desastre de persona.
Ibiki se quedó pensando por unos momentos pero no se le ocurría nadie más.
— ¿Lo ves? Tú eres el indicado. Eres responsable, serio, absolutamente nada pervertido como Kakashi o Ebisu, tienes algunas horas libres al día y por ahí escuché que el departamento de tortura no tendrá mucho trabajo en estas semanas.
— ¿Por cuánto tiempo te irás?
¿Empezando a bajar la guardia, eh?
— Tres meses.
— ¡Tres meses! –gritó. Y era raro porque él nunca perdía la calma. Pero Kurenai sí que estaba loca. Se le había aflojado alguna tuerca del cerebro.
— Tres meses donde aprenderás lo que es la vida desde la perspectiva de una kunoichi inocente y de sentimientos encontrados, Hinata es tan linda Ibiki. La adorarás enseguida. Y sabe cocinar delicioso, y limpiar, es muy ordenada y callada. ¡Di que sí! Y te invitaré carne por un mes.
— No soy un glotón –la vio con cara de pocos amigos.
— Lo sé –rió Kurenai nerviosamente –Hago lo que tú quieras. ¡Papeleo! Odias hacer papeleo, ¿verdad? Lo haré por ti. Tres meses o lo que dure mi misión, ¿sí?
Ibiki siguió viéndola con cara de injusticia.
— Vamos, Ibiki, Hinata no tiene dónde quedarse. Podrán aprender el uno del otro. Tal vez tú puedas enseñarle a tener más confianza en sí misma y ella pueda enseñarte a sonreír de vez en cuando.
Las campanillas del restaurant que estaban en la entrada se escucharon e Ibiki instantáneamente volteó para ver quién era. La joven de cabello largo y piel blanca iba entrando y dirigiéndose hacia ellos con paso nervioso y un poco sonrojada.
— ¿Kurenai-sensei? –Musitó al verla – ¿Me llamó?... Ah, disculpe, qué descortés soy, por favor discúlpeme por ser tan grosera, buenas tardes, Morino-san.
Ibiki solo asintió levemente.
— Hinata, ¿recuerdas que te dije que alguien se encargaría de ti mientras yo estuviera fuera de misión? ¡Pues sorpresa! te lo presento, se trata de Morino Ibiki… creo que se me hace tarde, diviértanse –sonrió y se fue de allí corriendo, y no literalmente, para que Ibiki no lograra reclamarle nada ni darle un No por respuesta.
Hinata se quedó con la boca abierta ante tan rápida despedida de su sensei y luego volteó a ver al hombre.
— Disculpe por molestar, Morino-san. Por favor cuide de mí –y enseguida con un gran sonrojo y la voz nerviosa e inestable, Hinata le dio una reverencia al ninja.
Ibiki dejó escapar un bufido de estrés y mejor empezó a comer sus alimentos.
Serían los tres meses más largos de su vida.
Hola, ¿Cómo les va?
Espero que el capítulo haya podido ser de su agrado. Se aceptan todas las opiniones. Y si les gustó no olviden dejar un review (me sentí youtuber XD). ¡De antemano gracias por leer! X3
