¡Hola! :)
Bueno, ¡aquí traigo mi segundo fanfic y primer sasusaku! jeje xD ettoo.. pues.. debo decir que esto lo escribí hace unos meses para una tarea de literatura y la verdad no tenía pensado subirlo jeje pero luego me decidí y me dije que lo subiría. No perdía nada haciéndolo n_n
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertencen, son obra del Grandioso y único Masashi Kishimoto-sama. Si fueran míos hubiese hecho algunos cambios (habría sasusaku, naruhina, shikatema, nejiten, Itachi no hubiese muerto y Asuma tampoco y además borraría la existencia de Karin)
Ahora.. ¡a leer!
.
Acechando
.
.
Huía sin cesar.
Escuchaba el sonido de sus tacos martillar contra el duro y sucio pavimento de la acera que eran acompañados de unos fuertes pasos, que para sus oídos, claramente se podían distinguir a una distancia no muy lejana de ella. Podía sentir como el viento chocaba contra su no muy largo cabello rosáceo desacomodándolo y como unas cuantas gotas de sudor brotaban de su frente y se deslizaban de a poco en poco por el contorno de su pálido rostro, entremezclándose así, con las pequeñas y saladas lágrimas rebeldes que desbordaban de sus verdosos ojos.
Llevaba corriendo un largo rato, mejor dicho, llevaba corriendo desde el momento en que lo vio a él parado en aquel sitio. Como siempre, con su acostumbrada pose arrogante y con aires de superioridad capaz de intimidar a cualquiera que ose enfrentarle. Era evidente que la miraba a ella. Y es que la observaba tan directamente con sus profundos ojos negro carbón mientras acercaba una copa de whisky hacia sus labios en los cuales se podía vislumbrar claramente su inconfundible típica sonrisa de medio lado que le decía en mudas palabras "te tengo".
¿Quién diría que se toparía con él? ¿Quién diría que la encontraría justo en aquel sitio?
Aquello era… como si la acechara.
Sólo había accedido salir aquel sábado al antro por insistencia de Ino Yamanaka, su mejor amiga de toda la vida y la única junto con Naruto Uzumaki –su otro mejor amigo– que sabía la verdad acerca de lo sucedido con él. Y Aunque al principio se había negado rotundamente a asistir terminó accediendo, cuando luego de un largo y muy molesto discurso por parte de Ino acerca de que no hay que vivir la juventud como monjas enclaustradas en un convento ya que ésta no es eterna y que una vez al mes no hace daño salir a divertirse; alegó diciéndole a su amiga que sólo aceptaría ir si iban acompañadas por más personas.
Al instante la Yamanaka voló a gran velocidad hacia su teléfono y realizó unas cuantas llamadas para terminar diciéndole con una enorme sonrisa victoriosa en sus labios que había invitado a Kiba, Hinata, Naruto y Sai. Lo que significaba en otras palabras "Ya no tienes pretextos para negarte".
-Una vez al mes no hace daño- se dijo mentalmente junto con un gran suspiro antes de aceptar la obstinada proposición de su mejor amiga.
Así fue como terminó en aquel lugar.
Relativamente se la estaba pasando bien. En realidad se lo estaba pasando como hace mucho tiempo no lo hacía. Al principio estaban reunidos todos en una mesa del lugar platicando, bebiendo y recordando viejas anécdotas sin poder evitar soltar una que otra estruendosa carcajada que le hacía competencia a la alta música que se escuchaba por todo el lugar. A veces llamaban la atención de las mesas vecinas que los miraban con rareza a lo que Kiba les gritaba: ¡¿Qué tanto nos ven, idiotas?. Y soltaba otra carcajada.
Pero aquello no duró mucho. Poco a poco cada uno de los chicos se fueron dispersando dejándola totalmente sola en la mesa. Estaba llevándose un trago de su bebida a la boca y mirando distraídamente el sitio en busca de algo que la lograse entretener un rato, hasta que su mirada se detuvo en unos conocidos ojos que no perdían detalle alguno de lo que hacía. No pudo evitar formar en su rostro una mueca de espanto y es que aquello era totalmente imposible.
Ya había transcurrido un mes desde la última vez que supo de él.
Había transcurrido ya un mes desde que escapó de él.
Realmente no contaba con encontrárselo.
Tenía miedo.
¡Claro que tenía miedo!
Sólo él le producía esa sensación de temor y desosiego.
Por lo que, cuando se dio cuenta de su presencia le dio una rápida mirada al sitio en busca de alguno de sus amigos pero pareciera que habían desaparecido, a excepción de Ino, que se veía más concentrada -como si el mundo se fuera acabar en aquel instante- en devorar con fiereza los labios de su novio Sai a mitad de la pista de baile. En otra ocasión ese acto le hubiese parecido asqueroso y muy típico de su amiga pero ese no era momento de pensar en aquello.
Por impulso se levanto y le entregó su bebida –sabrá Kami a quien– y sin previo aviso huyó de ahí lo más rápido que le dieron sus piernas dejando abandonado su bolso en la mesa donde se suponía estaban todos.
-Tonta- pensó, cuando se halló fuera de ese sitio y descartó la posibilidad de tomar un taxi, puesto que, en su bolso se encontraba su billetera.
Tenía que llegar corriendo a su hogar, ya que, regresar de nuevo a aquel lugar implicaba el dar la vuelta y dar marcha atrás lo que significaría toparse de frente con él. Pero también la soledad fantasmal que exponían las calles aminoraban las posibilidades de salvación que muy en el fondo todavía conservaba dentro de su interior y que eran contradecidos por la cercanía de los pasos.
Cada vez lo escuchaba acercarse más y más y cada vez más sentía como sus agotadas piernas empezaban a mostrar signos de que en cualquier segundo flaquearían y la harían perder estrepitosamente el equilibrio haciéndola caer. Permitiéndole a él alcanzarla. Cada vez la desesperación la invadía más y más y el incesante sonido de pisadas tras ella se acercaban. Era únicamente cuestión de minutos o segundos para que él lograra atraparla. Su casa –la cual compartía con su mejor amiga- todavía se encontraba a unos aproximadamente cinco minutos de distancia.
De repente, sintió una fuerte mano agarrando todo el contorno de su delgado y débil brazo derecho con violencia haciéndola gemir del dolor y espanto y obligándola a detenerse completamente mientras la volteaba con total brusquedad hacia él.
-¡NOO!- gritó agudamente mientras cerraba los ojos con ímpetu.
Quería creer que todo aquello que le sucedía en ese momento no era más que otra de sus tantas pesadillas acerca de él y que como siempre, al abrir los ojos lo único que encontraría sería su oscura habitación alumbrada por la pequeña y única ventana que había ahí.
-La realidad es otra- pensó aún con los ojos cerrados mientras intentaba librarse de la mano de su captor. Lo golpeaba con el brazo que aún le quedaba libre con todo lo que tenía de fuerza –la cual no era mucha- pero aun así éste parecía no inmutarse en lo absoluto.
Ella forcejeaba y mantenía sus ojos cerrados pensando en lo inevitable de la situación, cierto tiempo hubiera dado todo por estar junto a él, pero ahora… ahora lo daría todo por librarse definitivamente de él. Muy en el fondo sabía que eso era imposible.
Él jamás la dejaría marcharse. Él mismo se lo había dicho en incontables ocasiones observándola penetrantemente con su turbia y aterradora mirada. En aquel entonces para ella eso significaba en otras palabras un "Te Amo" de parte del chico. Sentía todo su rostro empapado por las incontrolables lágrimas desbordantes que resbalaban de sus cerrados ojos y recorrían sus sonrosadas mejillas producto del vano esfuerzo de escapar.
Cada una de esas lágrimas que rodaban por su rostro simbolizaban todos aquellos amargos, dolorosos y tristes recuerdos junto con los pocos llenos de dicha que aquel descorazonado sujeto le hizo vivir. Era irónico como la persona que más había amado en este mundo fuera la persona que mas la había hecho infeliz.
-¡Sakura!
La voz de su agresor consiguió alejar de sus pensamientos esos terribles recuerdos y detener los inútiles esfuerzos de ella por librarse de las garras de él. Sintió como todo el miedo y desesperación que recorría cada nervio de su cuerpo carcomiéndola detenerse de golpe. Y es que… la voz. Esa voz que acababa de escuchar, la voz que acababa de pronunciar su nombre, era muy diferente a la de él. Esa voz era cálida y denotaba la preocupación que sentía hacia ella.
No podía ser de él. No lo era. Definitivamente no era su voz. La de él era fría, arrogante, sin emoción. La voz de la persona frente a ella no tenía semejanza alguna con la voz de Sasuke.
Y si… Tal vez su mente la estaba engañando queriendo evitar la verdad del asunto y si en realidad era la voz de Sasuke.
Necesitaba revelar aquel misterio.
Se armó de valor para finalmente abrir sus ojos y comprobar quien era el sujeto que le tenía agarrado con fuerza su brazo. Cuando los tuvo abiertos al fin, se inundó de una gigantesca paz y alivio al observar aquella figura que tanto conocía, poseedora de una hermosa cabellera rubia junto a unos preciosos ojos azulinos teñidos de una feroz preocupación mientras movía su boca emitiendo palabras que realmente no estaba escuchando en lo más mínimo.
Es que… Con sólo verlo a él, a su mejor amigo, todo rastro de preocupación se desvaneció y se fue con las últimas lágrimas que sus ojos derramaban.
-¡Contesta! ¿Por qué demonios saliste de ese modo? Ni siquiera llevas tu bolso. Si Hinata-chan no te hubiese visto cuando saliste, sabrá Kami hacia donde te dirigirías en estos momentos.- le reprochaba su rubio amigo.
-Lo siento Naruto.- atinó a decir ella pasado unos cuantos minutos.
- Aparte, parecía como si estuvieras huyendo de mí, corrías como desquiciada Saku…
-Lo vi.- le interrumpió la ojijade.
Naruto sabía todo sobre ese asunto por lo que no pasó mucho para que el chico entendiera a lo que se refería su amiga e hizo lo único que podía hacer, la atrajo hacia si y la abrazó con fuerza queriéndole transmitir su calidez y comenzó a susurrarle suavemente palabras de apoyo.
-Tranquila Sakura-chan, estoy aquí contigo y no pienso abandonarte en lo absoluto. Todo estará bien, no tienes porque preocuparte.- le decía el chico en su oído aunque sabía que no era mas que una vil mentira para calmar a su amiga.- Te acompañaré a casa.
-Naruto, gracias.- articuló segundos después con toda la sinceridad del mundo mientras tomaba su mano y se dirigían rumbo al hogar de ella.
Tal vez esta noche pueda dormir tranquila, aunque…
Sabía que no podría huir eternamente de él. Sabía que él siempre la buscaría. Sabía que él siempre la encontraría. Sabía que pronto lo vería de nuevo… pero por ahora prefería retrasar lo inevitable.
.
.
.
No muy lejos de ahí, detrás de un poste de luz se podía vislumbrar a un chico de mirada oscura y penetrante observar detenidamente hacia donde se encontraba la chica de cabellos rosados.
-Hmp. Nada te alejará de mí, ni siquiera tú.- pronunció mientras formaba en su rostro una sádica sonrisa.- Sólo… espera por mí, Sakura.
No faltaba mucho… pronto la atraparía.
Bueno... espero que les haya gustado :D
La verdad he pensado en que tal vez debería colgar un par de capítulos más para explicar el porqué Sasuke la busca, pero no estoy del todo segura si hacerlo o no jejej
Agradecería que dejen reviews. Me encuentro abierta a cualquer tipo de crítica para así corregir errores porque como se habrán dado cuenta soy nueva :) a parte me sirve de aliento para seguir escribiendo.
Muchas gracias por entrar y leer!
Nos leemos.
