Eso que se llama amor
One shot 1:
Lips Of an Angel
Sumario: Entre un matrimonio arreglado y su antiguo amor.
Género: Drama
Mundo: Alternativo
El amor no hace distinciones.
El teléfono celular vibró en la pequeña mesa que se encontraba junto a la cama. Sasuke Uchiha, quien siempre había tenido un sueño ligero, se despertó con un bufido. Era más de media noche, por lo que si no era una emergencia, estaba seguro que mataría al bastardo que se atrevía a levantarlo. Seguramente era el Dobe de su mejor amigo.
Abrió solamente un ojo para localizar el lugar donde estaba el aparato y lo tomó, mirando sorprendido el nombre que mostraba la pantalla.
El sueño desapareció de él en cuestión de segundos y con movimientos delicados, apartó el brazo que lo sostenía de la cintura, separándose de la cama.
—¿Qué sucede? —preguntó en un susurro mientras se colocaba una sudadera que cubriera su torso desnudo.
—¿Po... Podemos hablar?—. Todo el nerviosismo que sentía se disipó al escuchar la voz quebrada de la chica. Sintió su ser removerse, pero una vez más se obligó a mantener la cordura y recordar el lugar donde estaba.
Los ojos azabaches viajaron hasta la figura de su compañera que aun yacía dormida en su cama. ¿Era justo lo que estaba haciendo?
—No es conveniente —respondió en otro susurro, pasándose una mano por el cabello con desesperación. Sabía que no aguantaría más, que caería. Su determinación cuando se trataba de ella era tan débil.
—Oh, entiendo —. La voz de ella sonaba pastosa y temblaba, él sabía la razón. Lo necesitaba tanto, como él a ella—. No debí llamar.
—No… Sólo espera un segundo —se apresuró a decir y con pasos silenciosos salió de la habitación.
Caminó apresuradamente hasta salir al jardín, sintiendo el césped húmedo en sus pies desnudos y el sereno de la noche inundando sus pulmones. Tal vez, sólo tal vez, lograba recapacitar.
—¿Qué te sucede? ¿Te encuentras bien? —preguntó, dejando a un lado su tono monótono ya sin la preocupación de ser descubierto.
—Si lo estoy, es solo que… — Escuchó un suspiro al otro lado del teléfono —¿Estas con ella?
—Ahora estoy solo.
—Sasuke, yo sé que no debería… no entiendo como terminamos así.
—Tranquila — Le dijo al escuchar su voz quebrarse. En esa voz tan hermosa no podía sonar tonos tristes, debía hacerla sonreír—. Yo también me siento igual y no sabes cuánto deseo que no fuese así; que seas tú quien esté conmigo…
—Pero no debemos —le susurró ella, señalando la cruel realidad.
El silencio los sumió a ambos por un par de minutos donde él podía escuchar la respiración de ella a través de aquel aparato. Se sentía en paz con el simple hecho de saber que de cierta manera ambos estaban juntos, ¿Cómo era posible que algo malo se sintiera tan bien?
—¿Recuerdas cuando comenzamos a salir en el colegio? —dijo él. No era su costumbre ser el primero en hablar, más bien era una persona de pocas palabras, pero sabía que de seguir callados, ella colgaría. Y como cada vez que estaba con ella, apartarse era un dolor.
—Jamás podría olvidarlo, en ese momento todo se sentía tan intenso… aun ahora lo siento de la misma forma.
—Creo que fue porque jamás terminamos. Nunca marcamos ese final, y pretendimos seguir con nuestras vidas dejando esa etapa abierta.
Una suave risa inundo sus oídos, haciéndolo esbozar una ligera sonrisa inconscientemente.
—He pensado lo mismo. ¿Crees que si no te hubieras marchado tan repentinamente, nosotros…?
—Claro que hubiera funcionado —Caminó, más tranquilo, hasta unas sillas que mantenían en el jardín y se sentó observando las estrellas —. ¿Él sabe que nos hemos encontrado? —Esperó un momento, pero el silencio le dio la respuesta que necesitaba —. No quiero causarte problemas, ni peleas, por eso te pedí alejarnos.
—Lo sé, pero no crees que ya es muy tarde Sasuke-kun.
Y cuánta razón tenía… Había pensado en controlarlo, en ser amigos. Pero eso nunca los llenaría, sus destinos no era compartir sus vidas de esa manera.
—Hay algo importante que te quiero decir.
—Espérame. Iré a tu apartamento —. murmuró antes de colgar.
Rehízo su camino a la habitación mientras guardaba el teléfono en su chamara. De pronto sólo escucharla se había hecho insuficiente, el tiempo que había tratado de alejarse de ella y su voluntad se habían ido a la basura tal y como había supuesto desde el momento que contestó la llamada, y ahora la necesitaba más que nunca.
—Era ella, ¿No es así?
Una voz fría y molesta cruzó la habitación, y aunque lo había sorprendido con la guardia baja, logró controlar sus movimientos y seguir buscando las llaves de su auto. Sólo hasta tenerlas en su poder, los ojos azabaches viajaron hasta la mujer que estaba sentada en la cama con el ceño fruncido. Su mirada fría la taladró, logrando romper la defesas de ella.
—Creí haberte despejado todas las dudas que tenías sobre mí, Karin.
Su voz gélida cargó la habitación de tensión y por unos minutos ella fue capaz de sostenerle la mirada.
—Lo siento, todo ha sido tan reciente.
—Hmp.
Sasuke se dio la vuelta cansado de la conversación y el tiempo que la chica le había perder.
—¿Quién ha sido entonces?
—Naruto.
Respondió secamente y salío de la habitación sin permitirle decir nada más.
Condujo rápidamente por las calles desoladas de la ciudad y pronto estuvo frente a la puerta del apartamento de su chica. Sus ojos oscuros recorrieron impacientes las ventanas más cercanas, en búsqueda de moviente en el interior. Las luces se encendieron y él cerró los ojos, ya no había vuelta atrás.
—Sasuke-kun.
Un susurro. La calidez de un abrazo y él volvía a estar completo.
Abrió los ojos lentamente, la cabellera rosa era lo único que podía divisar, posó sus manos en la cintura de la chica acercándola un poco más.
-Te he extrañado tanto.
-Lo sé.
Yo también, había querido decir pero ella lo conocía y sabía lo que sus palabras significaban. Ella se separó levemente de él y le sonrió, con sus ojos verdes brillando con toda la luz de la que él carecía. Retrocedió unos pasos, entrando nuevamente a su apartamento y guiándolo a él. Sasuke la siguió cerrando la puerta al atravesar el umbral y sólo una vez dentro, ella lo beso.
Un roce, nada más que una caricia, pero el principio de algo que ninguno de los dos podría parar.
Se separó de él tan rápido como se acercó, y la sonrisa resplandeció aún más al escucharlo gruñir. Sasuke sabía lo mucho que a ella le gustaba hacerlo sufrir, por lo que decidió ser él quien actuara primero y la tomó más firmemente de su cintura dispuesto a reclamar un beso digno para ambos.
Ella lo esquivó.
—Sakura… —murmuró intentando impregnar un poco del tono amenazador del que hacía gala.
—Te dije que tenía algo importante que decirte.
Los ojos del moreno se entrecerraron con cautela, sin emitir ningún sonido más. Ella sabía las preguntas implícitas en su gesto por lo que continuo.
—Cancelaré el compromiso.
Los ojos verdes se clavaron en el piso con cierta culpabilidad, mientras él no dejaba de verla sorprendida.
—No lo hagas por mí, sabes que por los momentos estoy atado a Karin, mis padres…
Sakura colocó uno de sus dedos en los labios del moreno, haciéndolo callar.
—Lo sé y te esperaré el tiempo que sea necesario, pero no dejare que otra persona pague por nuestros errores.
Ambos aguardaron silencio unos minutos, regalándose las miradas. Para él Uchiha el compromiso mudo que ambos acaban de hacer significaba más que el anillo que lucía en su dedo anular.
—Te amo, Sasuke-kun.
Y él la beso. Porque también la amaba.
-1-
El teléfono sonó, él ya se encontraba despierto pero no deseaba moverse de su cómoda posición. Bufó ante el sonido persistente y se sentó con cuidado en la cama, no quería despertar a su acompañante.
—¿Qué sucede Karin? —preguntó. Su voz era ronca, su tono neutro, el mismo que usaba con casi todas las personas.
—¿Resolviste lo de Naruto?
—Si me he quedado en su casa.
—Oh, entiendo. Pensé que podríamos desayunar juntos.
—Estaré ocupado toda la mañana —. Escuchó el suspiro de Karin y sus ojos se posaron en la chica de cabello rosa que estaba a su lado —. Pasaré por ti al almuerzo —dijo finalmente, evitando dejar escapar un gruñido.
—Me parece excelente.
—Debo colgar.
—Está bien Sasuke-kun. Te llamare más tarde.
Volvió a colocar el teléfono en la mesa de noche y sus ojos azabaches viajaron hacia la espalda desnuda que yacía a su lado, su mano viajo hasta los cabellos rosas sin poder evitar acariciarlos.
Sakura se volteó y lo miró regalándole una de las sonrisas que él tanto amaba, mientras terminaba de abrir los ojos.
Sasuke volvió a acomodarse en la cama mientras Sakura lo abrazaba y descansaba su cabeza en su pecho.
—¿Cuánto tiempo tenemos, Sasuke-kun? —preguntó con su suave voz.
—Todo el que quieras —respondió antes de besar la cabellera rosa.
Y ambos sabían que esa noche lo había cambiado todo. Porque él no le quería decir adiós
