Disclaimer: Saint Seiya no nos pertenece, todos los derechos están reservados por Masami Kurumada y la TOEI.


Sueños Deseados

Capítulo 1: Un extraño despertar.

Hermosa. Esa es la única palabra que se me viene a la mente nada más de observar la vista que tengo desde mi habitación. Jamás me canso de observarla. El cielo ya estaba obscuro, y las estrellas finalmente habían cubierto aquel manto negro azulado con su bella presencia; indicando que pronto sería hora de descansar.

Mucho seguramente apenas estarían apenas buscando sus ropas para dormir, a comparación mía que ya me la había puesto desde hacía unos minutos. Me alejé de la ventana y me dirigí hacia mi peinador para tomar mi cepillo y comenzar a peinar mi cabello.

Estaba tan concentrada en mi labor, que sin querer volví a soltar un pesado suspiro, como todas las noches hacía. Y como siempre, para no salir de la rutina, la razón siempre era la misma: Seiya.

Con tan sólo recordar al caballero de Pegaso mi corazón late con más fuerza y prisa. A veces me siento culpable por pensar tanto en él, por tenerlo presente en cada minuto del día… Pero es que no puedo evitarlo, a estas alturas el sentimiento está más clavado en mi interior; es imposible que lo saque de allí.

Siempre he pensado que si las reglas del santuario no fueran tan estrictas, que si tan sólo no hubiéramos nacido con esta responsabilidad, me atrevería a confesarle todo lo que siento a Seiya, porque esto me quema las entrañas; y vivir con él, tan cerca, se ha vuelto un desafío para mí.

De pronto comienzo a sentir un poco de sueño, así que dejo el cepillo en su lugar y me dirijo hacia mi cama, con la única intensión de envolverme entre los edredones y dormir plácidamente.

Ya estando dentro de mi cama, lo único que deseo es irme a dormir, pero parece que mi cabeza no está tan de acuerdo, de nuevo. Siempre es a estas horas en las que se pone un poco más productiva y vuela más alto con ideas locas y preguntas sin sentido, como:

¿Qué pasaría si Seiya y yo no fuéramos Caballero y Diosa?

¿Habría alguna oportunidad?

¿Me correspondería?

Esas y mil preguntas más similares a esas son las que regularmente me quitan el sueño y me dejan pensando. Pero no esta vez. No pensaré en cosas que sé que jamás pasaran; por lo que termino cerrando mis ojos al fin, con la imagen del Caballero de Bronce en mi mente…


Los rayos del sol comienzan a darme sin piedad en la cara, lo que hace que me esconda debajo de los edredones, buscando evadirlos. Ha amanecido demasiado pronto para mi gusto.

Me desperezo sentándome en la cama, e instintivamente busco mis pantuflas bajo mis pies, pero no las encuentro.

— Qué extraño… Juro que las había puesto justo al lado de la cama —digo con sorpresa—. Oh bueno. Tampoco es tan importante.

Así que sin tomarle mucha importancia me dirijo a la cómoda para escoger algo de ropa y cambiarme, pero al abrir el cajón sé que algo no anda muy bien; hay ropa mía, por supuesto, ya que es mi ropero, pero… hay camisas y pantalones de hombre también…

¿Qué significa esto? —tomo una playera roja que encuentro bien doblada al fondo del cajón y la observo con cuidado; es vagamente familiar. La desdoblo y la suelto al instante del susto—. ¡Es de Seiya!

Me llevo las manos a la boca. No entiendo nada…

— ¿Qué está pasando? —me pregunto, estando realmente confundida.

Como puedo me pongo de pie y busco uno de mis vestidos para poder presentarme en el santuario. Rebusco entre los ganchos pero no hay nada…

¿Qué le han hecho a mis cosas?

— ¡Saori! —escucho que Seiya me grita desde las escaleras.

No contesto al estar presa de los nervios. De pronto escucho sus pasos acercarse y me vuelve a llamar.

— ¡Saori! —su tono es diferente al de siempre; ahora suena dulce y confiado, no tímido como antes.

— ¡E-En un momento salgo! —le contesto, abriendo otros cajones para ver qué puedo ponerme.

Pero de pronto la puerta se abre rápidamente y yo sólo alcanzo a cubrir mi bata de dormir con una sábana de la cama.

¿Por qué entra así como si nada a mi habitación? — me pregunto mentalmente, avergonzada, mientras observo cómo es que se va acercando cada vez más a la cama.

— Uff, estoy muerto —dice tirándose en la cama—. Siento no el no haberte avisado que salí a correr, pero te vi muy dormida así que no quise despertarte —me dice con una sonrisa cansada. Pero de pronto esta se borra. Creo que él notó mi expresión porque se incorporó de inmediato y escudriñó mi cara—. ¿No dormiste bien? ¿Qué tienes?

—T-Tu ropa… ¿P-Por qué está en mi armario? ¿P-Por qué has entrado sin tocar? —lanzo yo con los ojos abiertos como platos.

Seiya reprime una carcajada tapándose la boca con la mano.

— Mi ropa ha estado ahí desde que nos mudamos juntos — ¿Mudarnos juntos? ¿Está bromeando conmigo sobre algo así?—. Nunca he tocado la puerta de nuestro cuarto, pero si te molesta puedo comenzar a hacerlo —no creo que bromé porque me mira con una expresión muy seria y preocupada.

— B-Bueno es que yo… No entiendo nada —le digo finalmente, tratando de comprender todo lo que me estaba diciendo.

— Vaya, sí que tuviste mala noche —me dice sin dejar de verme—. Quizás me moví mucho, discúlpame.

No estoy cerca de entender qué ha pasado…— ¿Por qué me habla tan cómodamente? ¿Por qué me mira así tan fresco? Sólo hace que me tiemblen las manos más de lo que ya lo hacían.

De pronto se acerca hasta mi, y yo no puedo evitar retroceder un poco, su cercanía me pone extremadamente nerviosa; más la pared de la habitación parece estar en mi contra, ya que esta me indica que no puedo huir a ningún lado.

Seiya nada más esboza su dulce sonrisa al ver mi comportamiento.

— No sé qué tienes hoy, pero luces hermosa —me dice en susurro; toma mi cintura con una mano y me acerca a él.

¿Me creerían si les dijera que a pesar de que siempre desee esto, lo siento extraño? Aunque para él esto parece más que natural… ¡Ni siquiera está sonrojado como yo, que puedo sentir mis mejillas hirviendo!

Tiernamente coloca su otra mano en mi mejilla y la acaricia con delicadeza. No sé qué pasa, pero tampoco quiero detenerlo.

Y de un momento a otro, el corazón completo se sale de mi cuerpo. Estoy segura de que justo ahora, cualquiera que me mire podrá ver a mi pequeño corazón latiendo con extrema fuerza, y eso es porque los labios de Seiya están sobre los míos.

Pero, pese al enorme shock no puedo evitar corresponder.

La unión de nuestros labios fue algo realmente efímero, pero para mí duró más que una eternidad… Y eso es decir mucho.

— Te amo —susurro sin saber bien por qué en su oído.

Lo escucho reír levemente en mi oído nada más le digo lo que siento. ¿Por qué? ¿Se le hace tan gracioso que le declare mis sentimientos? Estoy a punto de alejarme de él, puesto que si me molesta aquella actitud; pero siento su abrazo un poco más fuerte y me dice:

— Y yo a ti princesa… —me susurra en el oído de igual forma, haciéndome sonrojar y olvidándome del enojo que hacía un momento sentía.

Se aleja un poco de mi, y me mira con ternura. Cielos, me siento derretir ante esa mirada, jamás… Jamás la había visto.

Tan embobada estaba en mis pensamientos, que no siento el momento en que Seiya deshace su abrazo y me toma de las manos, sino hasta que comienza a hablar— ¿Sabes? He estado pensando… —comienza—. Bueno, ya llevamos tiempo así, juntos, pero no hemos formalizado nada…

¿Tiempo juntos? ¿Él y yo? ¿Formalizar…? — me siento perdida nuevamente. Hace unos instantes me besó y yo correspondí pero, ¿qué es todo esto de que somos como una pareja? Sus cosas aquí en mi cuarto, que parece ser ya de los dos, su proximidad natural… ¿Cuándo pasó que no lo supe ni lo recuerdo?

Comienzo a reaccionar y a angustiarme; las reglas del santuario se me habían olvidado por completo y Seiya parece desconocerlas por cómo actúa. Sin embargo, me mira tan profundamente que mis preocupaciones sobre Athena y los caballeros comienzan a ceder.

Su mirada se posa sobre mis manos un momento, parece… estar nervioso. Pero qué extraño, hace tan sólo unos cuantos minutos destilaba una confianza enorme en sí mismo. Algo que siempre ha hecho, por supuesto, pero en ciertos temas siempre era un tanto. Y esa faceta la estoy volviendo a ver en este momento… Este es el Seiya que yo conozco y amo…

— ¿Seiya? —le digo, incitándolo a continuar.

Seiya alza la mirada y me dice— Saori, sabes que yo te amo, y estos meses que hemos estado viviendo juntos han sido lo más maravilloso que me ha sucedido. De hecho, el haberte conocido desde que era un niño creo que fue el comienzo de todo —me dice.

Bueno, eso algo que si no me desconcierta, pues efectivamente es algo que recuerdo.

— Me encanta estar contigo, escuchar tu voz, sentir tu presencia junto a la mía, percibir tu aroma, besarte… Todo Saori —continúa diciéndome. Estoy a punto de derretirme… Jamás me lo imaginé diciéndome todo esto.

— Seiya… ¿Qué es lo que me quieres decir? —le pregunto, rompiendo el silencio que se había formado por un instante.

Siento que toma con más fuerza mis manos y me responde.

— Saori… Si tú también disfrutas mi compañía, si también quieres estar a mi lado para siempre como yo deseo estarlo contigo, entonces…. Yo…

Vuelvo a ver un poco de duda en sus ojos, se detiene un poco, pareciendo buscar las palabras correctas para lo que yo, que ahora estoy con el corazón más loco que nunca, pienso que me va a decir.

Imposible, Seiya se me…

— Saori… ¿Quieres, casarte conmigo…? —me dice finalmente, no despegando su vista de la mía.

A pesar de la enorme confusión que todavía sentí dentro de mi nada más desperté. Aún cuando tenía la sensación de que algo muy extraño estaba pasando… mi única respuesta y reacción fue lanzarme a sus brazos y plantarle un enorme beso en los labios.

La respuesta era obvia.

Continuará…


Princesa Saiyajin: ¡Hola a todos! Estamos de regreso. Debo confesar que esta idea surgió mientras estaba viajando, en el único momento de lucidez que tuve, ya que regularmente tomo una pastilla para no marearme, la cual me hace dormir como tronco. Y antes de que me quedara dormida comencé a pensar cosas raras, y bueno aquí lo tienen, le conté a mi compañera Suki90 y ella no tardó en decidir que me tenía que explotar xD. ¡Gracias por leer!

Suki: Lo siento Princesa, pero es que la idea era tan buena que no lo resistí. Además, no me puedes negar que cuando te lo dije por Skype lo único que pudiste poner fueron dos enorme ojos y luego, me gusta xD. En fin. Muchachos, esto estará bueno. Vamos a ver qué es lo que pasa en los próximos capítulos. Esperemos sea de su agrado. Saludos~

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Asaki90, presentó.

Y tú, ¿has sentido el poder del cosmos?