SEDUCCIÓN…

Las mentiras del pasado, engaños del presente, traiciones del futuro, son sucesos que harán que estos dos amantes se internen en el camino de la seducción sin ser consientes del amor que entre ellos surge a través del tiempo.

– ¡Creo que…! – Se detiene un instante a pensar, con ese aire de artista que comienza a aflorar en él.

– ¡Sí! – Exclama orgulloso. – ¡Ya he terminado! – Retira su mirada del cuadro para dirigirla hacia mí. – ¡Relaja los músculos Bells! – Me dice tras lo que vuelve su vista de nuevo a su obra, sabe sin mirarme que sigo estando tensa. Me conoce demasiado bien.

– ¿Puedo verlo por fin? – Le pregunto emocionada mientras me levanto del diván. Tratando de no mostrar lo nerviosa que estoy. Antes de iniciar la sesión he dejado doblada sobre un taburete una bata de raso color crema. Me apresuro a recogerla para cubrir mi desnudez. A pesar de los años de amistad, prácticamente desde que éramos unos niños, en este instante me siento incomoda, por la forma que en la que deposita su mirada en mí. Aunque estamos saliendo nunca le he permitido pasar de algunos besos y caricias. Sé que quiere ir más allá, pero yo realmente no estoy preparada para ello.

– Si. – Me responde muy serio mientras observa cómo me ciño el cinto de la bata a mi cintura. Bajo la mirada. Por una extraña razón que no consigo discernir, evito el contacto de sus ojos en los míos. En realidad sí que la sé. No quiero darle falsas esperanzas. Empiezo a creer que no ha sido una buena idea venir solos a esta casa, y mucho menos haber posado desnuda para él. Me acerco despacio para observar el resultado de seis días posando en una casa de dos plantas con vistas a la playa. Hemos estado haciendo dos sesiones de tres horas al amanecer y otras tres al anochecer lo que al final ha sido realmente agotador. ¡Tres horas seguidas sin apenas pestañear! Lo que veo me deja sin palabras. Allí esto yo, tumbada de espaldas y completamente desnuda sobre un hermoso diván de cuero negro y cubierto a su vez por un velo de novia de color crema. Con mis caderas ligeramente giradas hacia el espectador del cuadro, de forma que mis piernas, flexionadas una encima de la otra, descansan sobre el propio diván colocadas de tal forma que no se puede divisar el pequeño triangulo escondido entre ellas. Los rizos rubios y sueltos de mi cabeza, caen sin control enredados entre el propio velo. Tengo los brazos ligeramente flexionados formando un rombo por encima de mi cabeza, y una manzana tan roja y brillante como mis mejillas, sonrojadas por el significado del instante que el pintor ha querido reflejar en el cuadro: el rubor de una novia en su noche de bodas, mientras aguarda expectante a su recién estrenado marido.

La manzana, parece como si tuviese vida propia y fuese a salirse del cuadro, dándola sensación de que estuviese en movimiento, rodando hacia el borde del diván, a punto de caer al suelo. Me fijo en mis pequeños pechos coronados por unos pezones enhiestos y sonrosados, completamente expuestos y excitados por el momento que parece que estoy a punto de vivir.

El brillo de mis ojos medio grises, medio azules, contrastan con el azul del mar que se ve a través de la ventana situada en el margen izquierdo del cuadro.

– Jake. – Le digo. – ¡Es precioso! – Solo alcanzo a decir girándome hacia él para mirarlo a los ojos. – ¡Eres un genio! – Le alimento el ego con mis palabras ya de por sí bastante crecido.

– ¿Una copa de champan para celebrarlo?. – Me sugiere

– ¡Por supuesto! – Exclamo sonriéndole a la vez que asiente con la cabeza.

Sale de la habitación para dirigirse a la planta baja donde está la cocina. Aprovecho para acercarme a la ventana y así disfrutar de las vistas. Al día siguiente tenemos previsto reunirnos con unos amigos suyos para pasar la noche vieja. Me alivia pensar que ya no estaremos solos en esta casa. No es demasiado grande, tan solo dispone de dos habitaciones y un baño en la planta alta, así como una cocina americana integrada dentro de un salón. Lo mejor de toda la casa son los miradores que hay en los dormitorios, desde donde se contempla la playa a la derecha y los acantilados a la izquierda. De repente soy consciente nuevamente de que estoy completamente desnuda debajo de la bata que llevo puesta, por lo que olvidándome del champan que Martin ha ido a buscar, me encamino hacia la puerta para ir al otro dormitorio a ponerme unos vaqueros y una camiseta, y por supuesto ropa interior. Justo cuando estoy en el umbral, me cruzo con Jake en la puerta.

– ¡El champan! – Me dice emocionado, levantando ambas manos donde lleva la botella y dos copas. – ¿Dónde ibas? – Me pregunta sorprendido.

– ¡Iba a vestirme! – Intento escabullirme pero da un paso impidiéndome el paso.

– ¡Vamos a brindar primero! – Me sonríe de una forma en la que sabe que me es imposible negarle nada y finalmente cedo.

– ¡De acuerdo! – Me ciño más el cinto de la bata suspirando, tratando de sentirme más cómoda. – ¡No sé si quiero que lo incluyas en la exposición que quieres preparar!. – Le digo para neutralizar la tensión que parece que comienza a interponerse entre nosotros.

– ¡Creo que eso está muy lejano en el tiempo!. –Me tiende una copa, – pero si algún día lo consigo, – me sonríe antes de continuar, – ¡antes de exponer este cuadro!. – Señala al objeto en cuestión con su propia copa, la cual sostiene entre sus manos, – te pediré permiso para hacerlo. – Me lanza una sonrisa de medio lado, a la vez que me guiña un ojo. Pero sin dejarme rebatirle, continúa hablando. – ¡Pero dime! – Busca mi mirada por encima de su copa. – ¿Estás segura de querer trabajar como secretaria de un ejecutivo engreído, chulo y encarpetado en su traje? – Pregunta cambiando de tema como sólo él sabe hacer. – ¡Podrías trabajar como modelo! ¡Te aseguro que tienes facultades para ello!. – Dirige la mirada al cuadro mientras me lo dice.

– Prefiero tener un trabajo normal. Esto lo he hecho porque somos amigos. Sabes que no lo haría con cualquiera. –Me siento en el taburete, cruzando las piernas, consiguiendo que la bata se abra mostrando mis piernas desnudas. Cruzo ambas piezas de tela para cubrirme. Por encima de mis pestañas observo cómo se ha percatado del detalle, aunque rápidamente desvía la mirada hacia otro lado, disimulando. – En las últimas semanas he realizado una entrevista. –Sigo contándole. – En una multinacional relacionada con el mundo de la seguridad para optar a un puesto de secretaria de dirección. Trabajaría bajo las órdenes directas del director de la compañía. – Continúo diciéndole tratando de cambiar el tema de conversación, lo cual consigo.

– ¿Cuando tienes la entrevista definitiva?. – Me pregunta.

– El 9 de enero. – Le respondo escuetamente, mientras me levanto y tras dejar la copa sobre el propio taburete comienzo a andar hacia la puerta. Estoy cansada y solo me apetece darme una ducha y meterme en la cama. Ni siquiera tengo ganas de cenar.

Cuando estoy a punto de marcharme, me sujeta por la cintura empujándome contra la puerta con suavidad. Él es algo más alto que yo por lo que tengo que alzar la cabeza para poder mirarlo. Me mira fijamente a los ojos, mientras poco a poco se inclina hacia mí para depositar sus labios sobre mi entrecejo, deslizándose despacio por la nariz. Puedo sentir su aliento en mi piel, finalmente su boca alcanza la mía, atrapándola con la suya. Aunque no es la primera vez que nos besamos, me siento paralizada por su ataque, el cual a pesar de que una parte de mi lo desea, por otro lado me siento algo incomoda. Abro mi boca para él, buscando con mi lengua el contacto con la suya, mientras alzo mis brazos para rodear con ellos su cuello.

Cuando sus manos comienzan a desatar el lazo del cinto de mi bata, comienzo a darme cuenta de que tengo que frenarle. No me siento preparada para dar ese paso. Somos buenos amigos y no me gustaría estropear la amistad que nos une. Creo que ha llegado el momento de terminar algo que nunca debería haber dejado que comenzase.

– ¡Jacob! – Consigo susurrarle, despegándome ligeramente de sus labios.

– Shh, te deseo. – Me susurra mientras consigue que la bata caiga al suelo a la vez que me gira para empujarme hacia atrás, hacia el diván. Suavemente me tiende sobre el velo que aún está extendido sobre el cuero, colocándose inmediatamente sobre mí. Sus manos comienzan a recorrer mi cuerpo, atrapando uno de mis pechos mientras su boca succiona el otro, en un intento desesperado de poseerme.

– Jake, no podemos. – Le insisto, removiéndome debajo de él, tratando de librarme de su cuerpo sobre el mío.

– ¿Por qué? – Por el tono de su voz, sé que está enfadando. – ¡Bella, ahora no puedo parar!. – Comienza a desabrocharse los botones de la bragueta y libera su erección con una mano mientras sujeta mis caderas con la otra. Veo en sus ojos sus intenciones. Me muevo debajo de su cuerpo, mientras le empujó con mis manos apoyadas en su torso, con todas mis fuerzas. Quiero salir de esa habitación. Sé que tengo que salir antes de que sea demasiado tarde. Me sujeta las manos por encima de mi cabeza con una de sus manos, y me mira fijamente. – Bella, me gustas. Me gustas mucho, y te deseo. – Me insiste con los ojos llenos de ansias por poseerme. – Estoy cansado de fingir. De ser simplemente un amigo más. No quiero ser un amigo. – Vuelve de nuevo a mi boca, tratando de callar lo que quiero gritarle, mientras siento como su erección se posiciona peligrosamente en la entrada de mi sexo. Trato de apartar mis caderas, rechazando el contacto mientras mantengo mi boca cerrada. Impidiéndole entrar Siento que algo en su interior se da cuenta de lo que está a punto de hacerme si sigue por ese camino, por lo que aparta su boca de la mía, aunque mantiene su pene en la entrada de mi sexo.

– ¡Jake, tú también me gustas, pero como amigo!. – Le digo con lágrimas en los ojos. ¡Por favor, no lo hagas!.– Siento como afloja la fuerza de sus manos en mis muñecas, a la vez que es consciente realmente, de que ha estado a punto de violarme. Por lo que aprovecho para removerme debajo de él, con la mala suerte que caigo de cara al suelo, golpeándome la barbilla y consiguiendo que me muerda a mí misma los labios. Siento el sabor dulce de mi propia sangre en mi boca.

Automáticamente me llevo la mano a la boca y alzo la mirada hacia Jake que sigue sobre el diván. Al verme se asusta y sale corriendo de la habitación cerrando la puerta con un portazo. Un minuto más tarde, siento un nuevo portazo cuando sale de la casa. Rápidamente vuelvo a cubrirme con la bata, me dirijo a mi habitación y después de vestirme y recoger mis cosas lo más rápido que puedo, salgo yo también de la casa para buscar un taxi con dirección al aeropuerto.

Mientras voy en el taxi, me detengo a pensar por un segundo en mi desino. Pienso un segundo mi destino. Seattle, significa pasar la noche vieja sola. Forks pasar el último día del año con el padre de mi hermanastro. Opto por la segunda opción. Sé que Charles me aceptara en su casa sin hacer preguntas. Evito llamar a Emmett, mi hermanastro, para contarle que ya no voy a pasar estos días con unos amigos, tal y como le había contado en un principio. También se perfectamente que él está con los suyos fuera de Seattle y no quiero estropearle el plan.

Cuando estoy en la puerta de embarque llamo a Charles. Le explico mis motivos para no haberle pedido que me enviase el jet de la familia. No quiero poner en preaviso a Emmett. Cuando aterrizo en Seattle hay un coche esperándome para llevarme a Swan donde reside de forma habitual Charles. Se le llama así porque dentro de las tierras que conforman la finca, existe una pequeña cala privada, a la cual solo se accede a través de una gruta excavada en los acantilados.

Cuando llego a mi destino final, no me hace preguntas sobre mis labios amoratados, ni mis ojos hinchados por el llanto. Tan solo me abraza y disfrutamos de nuestra mutua compañía. El deduce por sí mismo lo que me ha podido pasar. Y sin que él me lo pregunte, termino contándole lo que me ha pasado, aunque no me atrevo a contarle quien ha sido. Sé que en el caso de que se lo dijese, se lo contaría a mi hermano y no quiero que Emmett sepa nada.

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Bueno aquí hay otra traducción que estoy haciendo, espero que me sigan en ella,

Esta se empezara a publicar en cuanto acabe =Mi Ángel= cuya historia tiene 24

Capítulos, nos faltarían seis.

Para que sepan más de esta traducción espero poder colocarles el primer capítulo el lunes siguiente para que sepan más de que va.

Está nueva traducción tiene 53 más el epilogo. Así que quiero saber si les atrae

como para que yo siga traduciendo y cuando acabe =Mi Ángel= empezar a

publicar más capítulos. Aviso tiene lenguaje explícito y escenas de sexo muy

subidas de tono, sin son sensibles por favor pensar antes de dar su voto.

Sin más que decir espero sus fieles comentarios para esta nueva locurita. Está

neófita está a la espera de que digan si o no.

por favor pulsen el botoncito de comentar, eso me pone muy feliz.

Sé que van a decir que está loca que se piensa porque empieza otra locura si no ha acabado una nueva, bueno pues no crean que me tardo porque quiero si no porque no tengo internet, me lo quitaron y créanme cuando vinieron a quitarlo y se llevaron el modem bueno me aferre a el y no lo dejaba ir. Decía llévense al perro, al gato, al perico pero mi internet nooo.. ok, tal vez no hice ese tipo de escena porque me hubieran desheredado… pero si paso todo eso en mi cabeza mientras yo veìa tristemente como se lo llevaban.

Cambio y fuera…

Locura realizada…

By:antoCullen::

Jane.