1. Capítulo 1: Un "pequeño" accidente.

Izaya caminaba tranquilamente por las calles de Shinjuku y no dejaba de pensar en cómo poder terminar con Shizu-Chan.

Caminaba con las manos en los bolsillos de la chaqueta negra con puffy beige, y dando pequeños saltitos de forma alegre, tal como si fuera un niño pequeño y contento.

— ¡Iza-ya-kun!— una voz demasiado conocida para el chico de ojos carmesí, le hablo tranquilamente aunque a gritos.

Shizuo Heiwajima, el más fuerte de Ikebukuro ahora está en Shinjuku en busca de la muerte del azabache que tanto odia. Este aparece por detrás de Izaya con una máquina expendedora sobre su cabeza y con una cara demasiado agresiva.

Izaya comenzó a reírse y de esa forma, se detiene y voltea a verlo para decirle algo, para fingir el pequeño susto que le había provocado Shizuo.

— Shizu-Chan! ¿Qué haces aquí en Shinjuku?, ¿Acaso es que quería visitarme?— Dice Izaya esbozando una gran sonrisa maniaca a su peor enemigo.

Sin embargo el no contestó y al parecer con lo que le había dicho Izaya se molestó y gruño con rabia. Arrojo la máquina con una fuerza que sólo es de él y rápido que a pesar de eso, Izaya lo esquiva con facilidad dando un gran brinco hacía un toldo de una tienda comercial que estaba en aquel lugar. Ya que sí no hubiese reaccionado a tiempo, este, quedaría prácticamente muerto, o por lo menos con varios huesos rotos.

— Tú...! Deja de escapar Iza-ya-kun!— Grita el rubio corriendo y arrojando cosas al oji-carmesí, pero como siempre los esquiva.

Izaya salta a un edificio no tan alto con escaleras; cuando el rubio intenta seguirlo por estas, Izaya lanza su navaja a Shizuo pero este por intentar esquivarla se resbala de uno de los escalones y cae con un sonido sordo y seco en otros escalones.

— Shizu-Chan es demasiado pesado como para seguirme— Izaya lo mira con burla, desde la parte de arriba del edificio en donde él estaba y le esboza otra sonrisa.

Izaya comienza a correr desapareciendo de la vista de Heiwajima, lo cual hace que reaccione y se levante de aquella caída. Sube lo más rápido hasta la parte más alta del edificio y viendo al azabache, con su cabello negro, brilloso, y por la apariencia, suave, volando hacía donde el aire tenía su dirección, parado en la orilla del edificio viéndolo de cara a cara.

"—Ya no hay escapatoria, bastarda pulga. No hay forma de que escapes con esa maldita sonrisa tuya—" Dijo Shizuo en su mente con maldad.

El rubio corre hacía Izaya pero este vuelve a reírse y se gira hacía en frente, al otro lado del edificio. Era obvio lo que haría, intentaría saltar desde ese lado al otro lado de otro edificio.

Cuando el segundo pie esta para despegarse del suelo y dar impulso a su salto, falla. Se resbala.

Izaya en ese momento piensa algo que jamás había pensado. "—¡Error! Moriré si caigo directamente al piso desde esta altura. Tengo que..."

Izaya deja de pensar y se resbala para caer de frente al piso. Shizuo de forma nerviosa y sin pensarlo grita:

- ¡Izaya!

Corre como puede para intentar alcanzarlo. Su corazón de tanto miedo, terror, alteración, tantos latidos por segundo y presión, junto con muchas dudas, por un momento estaba a punto de detenérsele, pero al llegar al final de la orilla de la azotea se detiene para no caer y ve "eso".

Su respiración se detiene por un momento.

Ve a Izaya que se sostenía con una sola mano de una pequeña orilla de una ventana de aquel altísimo edificio.

Luego el sudor frío que recorría todo su cuerpo, se relajó solo un poco.

— ¡Estúpido Izaya!, te he dicho que no te mueras sí yo no lo hago con mis propias manos— por un lado, supuso Shizuo para no hacer notar el mido que había sentido en ese momento, pero por el otro, tenía razón, no quería verlo muerto por una razón tan tonta como resbalarse de uno de los edificios más altos de Shinjuku y caer con una muy mínima probabilidad de vivir.

Shizuo se inca en la orilla e intenta darle una mano a Izaya para subir.

— Vamos te ayudo.

Izaya hace una pequeña risa burlesca por lo que el rubio había dicho y hecho. Pero no porque lo odiara no quería ayuda, al contrario, intenta con la otra mano, que colgaba, levantarla para tomar la del rubio y subir, pero en un momento piensa, siente y sabe que algo está mal.

— Uh, Oye Shizu-Chan, ¿Por qué...?

Cuando estaba a punto de hacer contacto con los blancos dedos, fríos y suaves de Heiwajima, la otra mano con la que se sostenía, se queda sin fuerza y se suelta.

"—Ha... ahora sí moriré...—"

Shizuo intenta alcanzar su mano, pero ya es demasiado tarde.

Izaya cae.

El cuerpo de Izaya se encuentra con el suelo haciendo un ruido totalmente escalofriante.

Nadie más se había percatado de la caída de Izaya porque en donde había caído era en un callejón desolado.

Shizuo de alguna forma, busca la forma de bajar lo más rápido y no tan difícil posible por los pequeños bordes del edificio. Cuando llega al lado de Izaya solo lo ve y se coloca en cuclillas para acercar su mano lentamente, al cuello del azabache, y checar su pulso.

El rubio se queda inmovilizado y comienza a respirar con dificultad, con los ojos dorados, abiertos como platos.

— ¿I-I-Izaya?... ¡¿E-Esta muerto!?

Se queda sin pensamientos, no podía ser mentira, eso no podía ser una mentira o broma, no lo podía calmar nada.

De repente recibe un fuerte golpe en la parte de la nuca haciendo que pierda el conocimiento lentamente.

— No te preocupes Shizuo-kun... solo los ocupamos un momento a los dos... para probar nuestra nueva prueba— Una persona con voz extraña, hablo, apareciendo repentinamente en ese lugar.

"— ¿Quién es esa persona? Una sombra. Una silueta misteriosa o sea lo que sea, no alcanzo a distinguir su forma, solo sé que su sonrisa es algo malvada y sus dientes son muy blancos y los aprieta. Espera... tiene... ¡tiene...!—" Shizuo no alcanza a distinguir la única pista que tenía, y se desmaya.

— Perfecto...