Los peones:
—Me divertí mucho Gohan — dijo Videl satisfecha dejándose caer sobre una banca. — ¿Ves como sí teníamos que cambiar un poco la rutina?
Gohan rio nervioso.
—Bueno sí, tienes razón Videl.
—Digo, me gusta combatir el crimen contigo Gohan, pero también soy una chica y necesito pasar una noche sólo de diversión de cuando en cuando.
Gohan asintió y abrazó a Videl por la cintura, olvidándose por un momento del Gran Saiyaman y el Gran Saiyaman No. 2. De momento estaban juntos y eso era lo que importaba.
Se quedaron viendo las estrellas un buen rato cuando Gohan se levantó nervioso.
—¿Gohan? — preguntó Videl.
—No sé... tengo la sensación que algo muy malo está pasando — dijo el chico apretando los puños y buscando el peligro por los alrededores.
Videl también se paró pero ella no sentía nada. Entonces el cielo se cubrió de grandes nubarrones grises que comenzaron a soltar relámpagos.
—¿Pero qué? — preguntó Gohan.
Y antes que pudieran ambos reaccionar, una luz cegadora los envolvió de repente.
—¡Videl! — gritó Gohan estirando su brazo y tomando a su novia de la mano.
Videl agarró fuertemente la mano de Gohan mientras sentían ambos cómo todo el mundo se desvanecía a su alrededor siendo tragado por aquella extraña luz blanca y amarilla que los rodeaba. Intentaron volar para escapar de su destino, pero no podían. Se sentían como paralizados. Entonces el efecto comenzó a pasar, sintieron cómo el mundo volvía a estabilizarse y a tomar forma, pero éste había cambiado. Ya no estaban en medio de un parque de la ciudad Satán. Ahora estaban en medio de un campo en el medio de la nada. ¿Qué está pasando? se preguntaban los dos. Y una vez más esa luz extraña impidió que pudieran reaccionar; ésta vez penetrando en ellos directamente.
Los dos guerreros sintieron cómo sus cuerpos eran transformados en algo más. No podían seguir de pie, así que terminaron en cuatro patas, sintieron cómo sus cuerpos se encogían ligeramente para adaptarse a esta nueva forma. Por un momento Gohan sintió pánico al sentir que le crecía de nuevo su cola pensando en la luna llena, pero ésta vez se sentía diferente a su cola de Saiyajin. Cuando la luz finalmente se dispersó, Gohan miró a su alrededor.
—¿Videl? — preguntó débilmente.
—¿Gohan? — respondió la voz de Videl.
Gohan parpadeó varias veces sorprendido de lo que veía. Era su novia, lo sabía por su Ki, pero algo había cambiado en ella. Se había transformado en un poni color blanco con una marca al costado que parecía ser un muñeco de entrenamiento de artes marciales. Por lo menos su crin recordaba a su cabello de siempre. Gohan no sabía qué había pasado ni sentía que lo averiguaría pronto.
—¿En verdad eres tú, Gohan? — preguntó Videl al poni color morado de ojos negros que tenía delante, al que sólo reconocía por el Ki y por su crin igualita al cabello de Gohan. Y en el costado, Gohan tenía lo que parecía un tatuaje de su casco de Gran Saiyaman. — Por Kami-Sama Gohan, ¿qué fue lo que te pasó?
—Lo mismo te pregunto a ti, Videl.
Ambos examinaron sus nuevos cuerpos. En serio, ¿qué diablos pasó? Lo único de lo que podían estar seguros era que algo tenía que ver con las Esferas del Dragón, aquel cielo tormentoso era la prueba de aquello.
—Oye Gohan, ¿crees que aún tengamos intactas nuestras habilidades?
Como para probar Gohan se elevó por los aires. Y una vez arriba comenzó a dar golpes y patadas con su nuevo cuerpo. Como prueba final hizo un Ma-sen-Ko contra una roca, destrozándola en segundos. Finalmente aterrizó junto a Videl.
—Creo que sí Videl, nuestros poderes están intactos.
Videl asintió y probó volar también y al igual que Gohan lanzó golpes y patadas en el aire con la misma habilidad de siempre. Aterrizó más confundida que antes.
—¿Y qué hacemos ahora Gohan?
—Lo más prudente será ir a buscar ayuda. Decimos simplemente que estamos perdidos, al fin que es la verdad hasta cierto sentido.
Videl asintió, aunque no entendía cómo un par de caballos parlantes podrían entrar sin causar alboroto en alguna ciudad. Al ver que no había nadie en los alrededores, ambos levantaron el vuelo y avanzaron desde el aire en busca de alguna ciudad. Finalmente vieron unas luces al fondo, así que ahí debía de haber una población. Se acercaron lo suficiente y luego aterrizaron con la esperanza que pudieran ser bien recibidos. Y en caso que no, aún tenían sus habilidades como si nada así que podían defenderse de lo que fuera.
No era muy tarde, así que podían encontrar a alguien despierto o eso esperaban. Al adentrarse en la ciudad vieron que había más caballos extraños como ellos, que caminaban por la calle hablando como si nada y ocupados en tareas de la vida diaria, como llevar sus compras o un poco de limpieza antes de acostarse. Confundidos corrieron en busca de alguien con que pudieran hablar. Encontraron a una joven poni que no estaba muy ocupada. Era de color rosa con una crin magenta y parecía muy contenta sin una razón en particular.
Gohan se acercó a hablarle, cuando la extraña pegó un grito tremendo y huyó del lugar. Sin entender nada, Gohan y Videl la observaron alejarse. Entonces una unicornio morada entró en escena y con un extraño brillo saliendo de su cuerno, detuvo la huida de la otra haciéndola parar. La poni rosada se sorprendió.
—¿Qué haces Twillight? Debo de organizar una bienvenida para los nuevos...
—Pinkie, es grosero huir de alguien que desea hablarte — dijo la tal Twillight con calma. — Discúlpenla, ahora, ¿qué necesitaban?
Gohan y Videl se miraron. Aquel brillo no era normal, pero decidieron mantener la compostura; sobre todo Videl que había visto suficiente de magia desde que Bu se mudó a su casa. Así Gohan se aclaró la garganta.
—Perdonen la intromisión, únicamente queríamos saber en dónde nos encontramos.
La llamada Twillight levantó una ceja. La poni rosa comenzó a saltar mientras reía.
—Pues en Ponyville tontito, ¿dónde más si no?
—Precisamente, no sabemos dónde estamos — dijo Videl irritada. — Primero estábamos pasando el tiempo los dos juntos en un parque de la ciudad, muy tranquilos sin molestar a nadie y lo próximo que sabemos es que estamos parados en medio de la nada en un campo desconocido; caminamos bastante y nos topamos con este lugar.
Gohan observó que la chica se cuidó muy bien de no mencionar que fueron convertidos en ponis, aprobó la decisión. En cuanto a las dos se quedaron en silencio.
—¿Acaso fue un hechizo que salió mal? Bueno, los dos son ponis de tierra así que no creo que haya sido cosa de ustedes...— luego meditó más las cosas. — Veamos desde otro punto de vista, ¿de dónde vienen?
—De Ciudad Satán en Japón — dijo Videl.
—Nunca he oído de esa ciudad ni de ese país — dijo Twillight preocupada. — ¿Pero están seguros?
Gohan rebuscó en el bolso de Videl y tomó un billete y se lo mostró a la unicornio.
—Esto es un Zenit, la moneda de nuestra ciudad natal.
Las dos ponis observaron bien el papelito. Bueno, comenzaban a creerles. Luego Pinkie miró un extraño objeto en el bolso de Videl.
—Oye, ¿y eso qué es? — preguntó alegremente.
—Una cápsula — dijo Videl pasándole el objeto a la poni.
La poni rosa muy curiosa apretó el botón de la cápsula, y tras un pequeño poof, el helicóptero de Videl apareció. Las dos ponis y unos transeúntes abrieron los ojos como platos al ver el aparato.
—¿Y eso qué demonios es? — preguntó una conocida voz detrás de ellos.
Twillight y Pinkie se volvieron hacia un grupo de ponis que se había acercado. Eran una unicornio blanca con crin morada; dos pegasos, una cian con crin de colores y otra amarillo claro con crin rosa; y una poni de tierra color naranja claro con una trenza rubia y un sombrero vaquero.
—Rarity, Applejack, Rainbow, Fluttershy — saludó la poni color rosa. — Estábamos viendo este extraño aparato que la nueva llamó cápsula.
—¿No tienen Cápsulas Hop-Poi aquí? — preguntó Videl confundida. — De donde venimos son bastante comunes. Además son muy útiles, puedes guardar todo tipo de aparatos en estos pequeños compartimientos — dijo ella mostrándoles una segunda cápsula.
—¿Y qué hay aquí? — preguntó la poni rosa apretando el botón.
Tras una ligera explosión apareció un cambio de ropa que tenía Videl. La chica disimuló su sorpresa lo mejor que pudo al ver que su ropa se había adaptado a su nuevo cuerpo.
—Qué poco gusto por la moda — dijo la unicornio de cabello morado. — Esto es tan...
—Disculpa, es ropa de hacer ejercicio — gruñó Videl. — Soy artista marcial así que siempre estoy preparada.
La pegaso cian mientras tanto examinaba el helicóptero.
—¿Y este aparato para qué sirve?
—Es un helicóptero — explicó Videl. — Te metes dentro y puedes volar por los cielos. ¿Tampoco tienen de esos aquí?
Las ponis negaron con la cabeza. Videl suspiró.
—Bueno, pero volviendo al tema — dijo Gohan en tono conciliador. — Necesitamos saber dónde estamos para poder regresar a nuestro hogar. Podemos irnos en el helicóptero de Videl, sólo necesitamos direcciones.
La unicornio morada, de nombre Twillight negó tristemente con la cabeza.
—El hecho es que quiero ayudarlos, pero jamás he oído de su país ni de las cosas raras que cargan con ustedes. Me temo que vienen de un lugar que no conocemos en este lado del mundo así que no podremos decirles cómo volver a sus hogares.
Gohan y Videl intercambiaron una mirada de preocupación. Entonces la poni de tierra con el sombrero se acercó.
—Bueno, pero ¿cómo terminaron aquí si vienen de tan lejos?
Gohan repitió la historia de Videl, que se encontraban en el parque cuando una luz extraña los envolvió y los mandó hacia aquel sitio. Las ponis escucharon con preocupación pero no podían hacer mucho en aquella situación; tampoco podían pedir ayuda a su princesa pues ésta se encontraba en algún lugar desconocido encargándose de algunos asuntos desconocidos también. Así pues el que se llamaba Gohan soltó un ligero gemido de desesperación.
—Demonios, ¿ahora qué hacemos, Videl?
—Podemos quedarnos por el bosque y pedir algo de información mañana — respondió ella mirando hacia lo lejos la entrada del bosque aquel y guardando su helicóptero y ropa para disgusto de Pikie.
—¿El bosque Everfree? — preguntó la pegaso amarilla por primera vez. —No, no pueden quedarse ahí, es demasiado peligroso. Hay todo tipo de criaturas aterradoras y...
—Hemos pasado cosas peores, creeme — dijo Videl cortante. — De todos modos es lo único que podemos hacer por el momento.
Gohan asintió.
—Muchas gracias por toda su ayuda, lamentamos molestarlas.
Ambos ponis se encaminaron al bosque mientras las seis ponis desconocidas hablaban entre ellas, preocupadas por la situación de los viajeros. Finalmente la del sombrero de vaquero los interceptó.
—Oigan esperen, no es en absoluto buena idea ir a meterse al bosque Everfree. Miren, al fondo de mi propiedad hay un pequeño cobertizo donde pueden pasar la noche. No es muy cómodo pero puede servirles como refugio — dijo ella.
—¿Estás segura? — preguntó Videl. — No nos conoces y...
—No importa, además una buena acción nunca está de más — dijo la poni. — Por cierto, mi nombre es Applejack.
—Mucho gusto yo soy Gohan y ella es Videl — dijo Gohan algo cohibido por la generosidad de la otra.
Y guiñándoles un ojo, Applejack les presentó a las demás. La unicornio blanca se llamaba Rarity, la pegaso cian Rainbow Dash, la pegaso amarilla Fluttershy y ya conocían a Twillight Sparkle y a Pinkie Pie. Entonces tras prometerles a los viajeros un poco de ayuda para el día siguiente, las amigas se despidieron de Applejack quien llevó a los viajeros a su terreno, Sweet Apple Acres. Ahí les presentó a su familia: la abuela Smith y sus hermanos Big Machintosh y Apple Bloom. Los viajeros se presentaron con una tímida inclinación de cabeza y entraron al establo.
—No es muy cómodo, pero los mantendrá calientes — aseguró Applejack.
Gohan y Videl agradecieron el gesto de su nueva amiga como pudieron y se echaron sobre el granero con sus nuevas formas. No era muy cómodo pero al menos podían descansar y meditar sobre su situación. Ambos sabían que algo tuvieron que ver las esferas del dragón, ¿pero qué? Al final decidieron sólo echarse a dormir y pensar para el día siguiente.
Al siguiente día Applejack y las demás los despertaron gentilmente.
—¿Están bien? — preguntó Applejack al ver a Gohan.
Él suspiró.
—Sí, muchas gracias señorita Applejack. Es sólo que seguimos meditando sobre qué podemos hacer hasta que nuestra situación cambie.
Applejack sonrió amablemente.
—Nuestra princesa podrá ayudarlos, estoy segura de ello. Pero primero debe volver de su viaje. Twillight ya le dejó un mensaje urgente, en cuanto vuelva ella verá qué podrá hacer por ustedes, de momento pueden quedarse aquí.
Una vez más Gohan y Videl agradecieron el gesto de corazón.
—¿Y cómo es de donde vienen? — preguntó Twillight tratando de cambiar de tema.
Así pues Gohan y Videl les hablaron de su vida en Japón yendo a la secundaria Orange Star, y particularidades de su vida. Omitieron que Videl era hija del supuesto campeón mundial y que Gohan era mitad extraterrestre y que habían salvado a la tierra. Suponían que no debía de saberse muchos detalles sobre eso. También mencionaron que ambos eran maestros de artes marciales y que Videl había ganado varios campeonatos en su juventud.
—¿Entonces eso significa tu Cutie Mark? — preguntó Rainbow sonriendo.
—¿Mi qué?
—Esto bobita — dijo Pinkie mostrándole su costado con una marca que representaba un par de globos. — Lo que indica el talento único que te hace especial.
Videl asintió rápido para no despertar demasiadas sospechas.
—Sí precisamente, es un muñeco de entrenamiento de artes marciales.
—¿Y qué significa la tuya, Gohan? — preguntó Rarity observando el casco de Gran Saiyaman.
—Eh, bueno... es un casco de protección — mintió Gohan. — Soy... ¡un piloto! Y tengo que protegerme de diferentes heridas en caso me choque... ehehehehe... — se puso nervioso.
—¿Piloto? — preguntó Fluttershy. — No entiendo.
—¿Recuerdan mi helicóptero? — preguntó Videl. Las ponis asintieron. — Gohan maneja de esos en su tiempo libre y es bastante bueno.
—¿Entonces, nos pueden mostrar? — preguntó Pinkie brincando de alegría.
Los dos forzaron una sonrisa.
Era verdad en parte, luego que le enseñara a volar, Gohan le pidió a Videl que a cambio le mostrara cómo manejar un helicóptero. Felizmente Videl aceptó y tenía que admitir que Gohan era un piloto muy competente, aunque él prefería volar por su cuenta. Pero en la situación Gohan bien podía hacer una pequeña demostración y dejar a las ponis satisfechas así que Videl sacó su helicóptero (cuyos controles también se adaptaron a modo poni) y el muchacho hizo una vuelta rápida por el terreno de los Apple.
—¿Qué tal? — preguntó algo nervioso.
—Podría ser más rápido — dijo Rainbow acelerando un poco y haciendo una vuelta magistral.
Las demás rieron pero no dijeron nada más, así pues se mantuvieron hablando con Gohan y Videl sobre la vida en Ponyville, permitiendo que ambos averiguaran algunas cosas sobre ésta; y ellos agregaban más cosas sobre sus vidas. Mientras, Applejack escuchaba y cosechaba tranquilamente. Entonces llegó el momento de convertir en leña a un árbol muerto. Ella tomó su hacha e iba a comenzar cuando Videl la detuvo.
—Yo puedo encargarme, es como darte las gracias por darnos dónde dormir.
Applejack sonrió y le pasó el hacha a Videl, pero ella la rechazó y comenzó a darle golpes y patadas al árbol... que en pocos segundos se transformó en un montón de leña. Las ponis abrieron la boca sorprendidas mientras Videl sonreía.
—¿No dije que soy artista marcial? Esto es muy fácil para mí.
—Bueno, gracias — dijo Applejack sorprendida de la habilidad de la joven. — Ahora sólo debemos llamar a Big Mac para que se lleve esto al almacén...
—Yo me encargo — dijo Gohan tomando los troncos y colocándolos sobre su espalda con calma. Gracias a su enorme fuerza, no había problema; desgraciadamente cargaba demasiado para un poni común y las demás no tardaron en darse cuenta que aquel no era un joven normal.
Algo cohibido, Gohan decidió apresurar su trabajo mientras Videl se reía para sus adentros, esto le traía recuerdos. De regreso el chico encontró a Big Machintosh ocupado en mover una piedra del camino, así que una vez más el joven se ofreció para ayudarlo y empujó la piedra sin ningún problema. Tristemente para él, sus actos de fortaleza comenzaban a ganar notoriedad entra la familia Apple y sus amigas.
Pero se las arregló para disimular y volver con Videl, que hacía lo mejor por aguantar la risa de la vergüenza de Gohan.
—Vaya Gohan, eres realmente alguien muy fuerte — dijo Applejack sorprendida. —Oye, ¿no te gustaría trabajar aquí como peón? Tu fuerza nos será de mucha ayuda en los momentos de mucho trabajo... sólo mientras buscamos la forma de regresarte a tu casa, claro.
Las chicas miraron a Applejack y luego a Gohan y a Videl.
—Está bien — dijo Gohan al final con una sonrisa de alivio, había encontrado una solución temporal a su problema. — No tengo ningún inconveniente.
—¿Qué hay de mí? — preguntó Videl.
—También puedes quedarte — dijo Applejack.
Al final cerraron el trato. Mientras estuviesen atrapados en aquel mundo, al menos podrían tener dónde quedarse y un trabajo que hacer. Mientras durara su problema...
