Disclaimer: Rise Of The Guardians es propiedad de DreamWorks Animationy distribuida por Paramount Pictures.

N/A: Esta no es una típica historia para este Halloween. No es un convencionalismo humorístico o estereotipado, no es una fantasía feliz…esto es la verdadera esencia de una: Leyenda Urbana.

Narrador: Jack O'Lantern.

Escribana: Invaso'rs Queen.

Urban Leyend

Prologo

Narración General:

Era el primer año de Jack Frost como Guardián de la Diversión. Era un treinta de Octubre para ser exactos y él se encontraba sobrevolando el cielo que él había cubierto de una gruesa capa de escarcha, el sol se estaba ocultando y las nubes fulguraban de una manera tan esplendida que no cabían tantos brillos en sus ojos, era como ver nubes hechas con diamantina color cobre.

Estaba total y completamente distraído, embobado por su propia creación. Su destino era Santoff Clausen, por alguna razón Norte lo quería allá bajo el pretexto de que como era más asiduo con los niños le podría ayudar a fabricar con hielo nuevos esquemas.

No esperaba chocar con una parvada de Gansos que se encontraban emigrando y por estar viendo a las nubes estos le llegaron como un choque de trenes.

— ¡AAAH! — lanzo el grito a la estratosfera y perdió la concentración del vuelo precipitándose en picada hasta el suelo. Daba gracias a Dios que era inmortal o no quedaría nada de el, aunque logro hacer un cojin de nieve fresca para evitar caer de lleno y doblarse el cuello de manera irrisoria le había dolido hasta el alma— Aah…— se sobaba la cabeza, había algo debajo del cojín de nieve que era lo suficientemente duro como para haberle provocado una contusión con todo y amortiguamiento.

Frunció el ceño alzando una ceja y comenzó a quitar la nieve, pronto el blanco se torno anaranjado y duro para su sorpresa.

— ¿Qué es…?— antes de resolver su propia pregunta se dio cuenta de que efectivamente era lo que creía— ¿Una calabaza? — parpadeo algo confundido. Antes de girarse a escudriñar ende redor una voz pausada y sumamente grave lo hizo voltear a la cima de la colina donde había aterrizado.

—Pues…si caes en medio de un huerto de calabazas, lo más probable es que te encuentres con algunas, ¿No chico? — Jack Frost estaba irónicamente congelado en su sitio, allí a unos diez metros de su posición se encontraba para mayor conmoción un hombre adulto de mediana edad tez negra y atuendo recatado, de hecho iba totalmente de negro salvo por una corbata anaranjada brillante que se ocultaba bajo su chaleco igual negro.

Se veía muy sereno y su aura le ponía los nervios de punta. Era como sentir que estaba parado frente a algo mucho más grande que cualquier demoníaca pesadilla de Pitch Black, pero sentía un poder que era ecuánime no era maligno tampoco era bondadoso en su totalidad.

Desconocido.

— ¿U-usted puede verme? — articulo pobremente mientras se sostenía con su cayado y le temblaba el labio.

El hombre afroamericano rió bajo y profundo sus resplandecientes y blancos dientes se asomaron un poco, Jack no pudo evitar pensar que Thootiana estaría embelesada con esa dentadura.

—Puedo verte…—hizo una pausa mientras le observaba fijamente con tanta parsimonia que provocaba una sensación de relajación demencial, pero cuando los ojos color hielo glaciar notaron los ojos del contrario solo pudo ver ojos como de serpiente literalmente— Puedo… oírte, y también puedo decirte que derritas toda esa nieve antes de que mis pobres calabazas se entumezcan demasiado. Son como yo, no son partidarias del frio…o del calor— su porte era señorial, su sonrisa perfecta y su tono misterioso, veía al joven peli-blanco sobresaltarse— Por eso escogieron el Otoño como su época— miro totalmente enamorado la enorme calabaza que le serbia de asiento.

— ¿Quién es usted? — asevero Frost con una ávida mirada algo enojada.

—Esa pregunta es interesante…— su semblante cambio a uno totalmente neutro, Jack comenzaba a preguntarse si ese sujeto tenía esos cambios de humor muy seguido— Puedo contestarla pero primero: Derrite la nieve— apunto al suelo con un dedo haciendo el ademan de que se apresurara, se levanto de su sitio y comenzó a dar zancadas para pasar las calabazas sin pisar sus raíces.

—Yo no puedo hacer tal cosa…yo creo nieve, derretirla es trabajo d- — antes de que Jack completara su frase noto como el sujeto que tenía enfrente lo miraba muy feo, como si fuera un muy mal chiste.

— ¿Trabajo de Elfen El Espíritu de la Primavera ibas a decir? ¿Le has dejado ese trabajo? Bueno es una chica sin media neurona en la cabeza, me imagino que ni habrá notado que le has enjaretrado lo que hagas o no con tu nieve— el tono petulante con el que lo había dicho hizo a Jack ponerse azul de furia, y luego recapacito en lo que el hombre había dicho.

— ¿Cómo sabe usted sobre ella? — Ahora estaba impresionado— ¿Cómo sabe que controlo la nieve? ¿Quién demonios es usted y porque puede verme? — Las preguntas se arremolinan una tras otra.

—El Hombre de La Luna cada centena se pone más inútil de lo que ya es…— rodó los ojos impaciente y miro a Jack impaciente— El cayado niño. Úsalo piensa en vapor de agua y envía la nieve al ciclo natural del liquido, controlas el agua, no solamente la congelas— al ver la cara de circunspección de Jack el hombre resoplo y le hablo con mas amabilidad— Hazlo por las calabazas ¿Si?

Jack no estaba seguro, de hecho esa situación tan rara le tenía los vellos de punta.

Pasaron un par de segundos para que su cerebro procesara la información. Si lo intentaba no garantizaba que funcionaria. Sin más acerco su cayado al grueso cojín de nieve algo tembloroso y pensó en lo que le había dicho ese extraño hombre de cabeza rapada, cerró los ojos e inmediatamente sintió al viento llevarse un extraño vapor sin aparente temperatura.

Cuando sus ojos enfocaron el suelo noto que sus pies descalzos estaban tocando tierra húmeda, no nieve. Esta se había ido.

— ¿C-como…?— el duende invernal no sabía responderse a sí mismo.

— ¡Bien hecho! — comenzó a aplaudir pausadamente el hombre ataviado de traje— Aprendes rápido, tienes un don para eso supongo…— el desconocido por fin se le acerco lo suficiente a Jack para iniciar las salutaciones— Un placer por fin conocerte Jack Frost. Mi nombre es Jack O'Lartern— rió un poco socarrón con eso al parecer compartir el nombre de pila le era gracioso—Aunque tú debes conocerme como…

— ¡¿EL ESPÍRITU DEL HALLOWEEN?! — Jack había estado dándole la mano inseguro al principio pero con esa declaración tan abierta Jack salto hacia atrás de la impresión.

— ¿Tanto miedo te doy? — le sonrió de lado algo paternal.

— ¡NO! ¡No, no, no, no es eso! — Jack no cabía en sí mismo de la impresión— E-es que, jamás te había visto. Y es nuevo quiero decir…mis amigos no hablan mucho de ti…— Jack se sonrojo de un lindo tono de azul con lo siguiente que diría— A-además en Halloween puedo hacer travesuras sin que Norte me amenace con regresarme a la lista negra.

El hombre frente a Jack rió algo estrepitoso con eso.

— ¿Nicolás sigue tan estricto? — alzo una ceja de manera sarcástica.

— ¿Nicolás? — Jack parpadeo un poco intrigado, sabia que era el verdadero nombre de Norte pero nunca había oído a ningún otro espíritu referirse a el así, pero luego se sacudió eso de encima— ¿Y cómo me conoces? Digo nunca había podido conocerte en persona es extraño…

—Cosas…de la vida supongo— Jack cada vez estaba más intrigado— Bueno con respecto a tu pregunta…eres Jackson Frost, Señor del Invierno, duende invernal cuyo elemento regente es el agua…el recién nombrado Guardián de la Diversión por El Hombre de la Luna— termino de relatar…junto con títulos que el joven Frost no conocía de su persona.

— ¿Señor del Invierno?... — el soberano del Halloween asintió— Pero solo soy un duende del invierno…ser el SEÑOR del invierno significaría que soy un rey— el muchacho albino comenzó a reírse de si mismo y cuando vio la expresión seria y enojada de su tocayo se cayó la boca— ¿Es enserio?

— ¿Por qué razón habría yo de mentirle señor Frost? Apenas y nos estamos conociendo— dijo resuelto.

—Bueno usted parece saber mucho sobre mi…— le miro desconfiado y volvió al otro punto— Entonces yo… ¿Yo soy…?

— ¿El Soberano de la Cuarta Estación, el Rey y Espíritu del Invierno? Pues si en efecto, creo que, se porque no le han dicho nada…— lo observo descaradamente de arriba abajo— Todavía lo creen demasiado joven para sus tareas.

— ¿DEMASIADO JOVEN? — estallo él, Jack O'Lartern viniendo ver una rabia rodó los ojos y comenzó a alejarse mientras Frost volaba a su alrededor— ¿Cómo, ES DECIR cómo me pueden creer muy joven? — el espíritu del Halloween no dijo nada y siguió subiendo la colina— ¡Tengo más de trescientos años! — volvió a rodas los ojos fastidiado— ¡Y...y además…!

—Haces muchas rabietas…por eso no ten han dicho nada Nicolás, Áster, Sandman y Thootiana— le escupió sus respuestas a la cara— Mucho menos El Hombre de la Luna es experto en los acertijos, imponiéndolos quiero decir— se volteo para encarar al joven espíritu del invierno— Los Reyes de: Primavera, Verano y Otoño fueron materializados en espíritus muchísimo antes que usted y créame que no han podido tener una junta estable sin el espíritu y Rey del Invierno ya que esta estación se mantenía rebelde con su naturaleza y por ser la más poderosa en su haber…— hizo una breve pausa y se cruzo de brazos ocultando esos ojos de serpiente para abrirlos una vez más algo enigmático— Al Hombre de la Luna se le ocurrió la simpática idea de que usted quedase bajo custodia de los guardianes como uno de ellos y con la situación con Pitch Black el año pasado pues…

—ESPERA— Jack lo cayó de golpe— ¿CUSTODIA, APROVECHAR?

—Bien creo que ya hable demasiado— el hombre desapareció en una bruma negra y reapareció en la carretera a unos treinta metros— Y no es que no me guste hablar, de hecho me fascina…— entrecerró los ojos algo cínico— Pero mañana es mi día de fiesta…y debo vigilar mis cosechas si quiere saber más señor Frost. Puede preguntarle a Nicolás De Bari.

— ¿A quién? — Jack se extraño.

—A Norte señor Frost. Hasta pronto.

Hizo una reverencia y se fue sin más en la forma de mil cuervos de oscuro plumaje. Jack había quedado anonadado.

N/A: Si has llegado hasta acá es porque te gustaría ver el lado oscuro de la realidad, los siguientes capítulos no son aptos para quienes tengan a Peter Pan por dentro. Hasta el siguiente capitulo.