Siempre lo veía salir de su casa a esta hora, con unos jeans desteñidos y ajustados, y una casaca de cuero que resaltaba su torso; pero no tanto, estaba seguro que él no querría tener en la puerta de su departamento a un montón de fans histéricas por ver a uno de los modelos más prometedores de todo Japón, ¿o tal vez si? Intentaba entenderlo pero no podía, a veces se veía como el tipo de chico que gusta de tener a un montón de chicas detrás de él incondicionalmente, así intente matarlas o deshacerse de ellas por medios macabros, pero otras parecía más bien una perra que amara ser follado y humillado, como si odiara su belleza o amara ser vejado.
Naruto se intentaba engañar, se decía a sí mismo que no le interesaba lo que haga el bastardo vanidoso de su vecino, que le daba igual si el trasero de ese tipo quedaba como cráter siberiano, y que lo único que le jodía era el ruido que hacía mientras follaba, que se escuchaba en el silencio de la noche. "Mierda, no me deja dormir" o la mirada llena de asco, como si sobrara, que le lanzaba mientras un tipo diez años mayor que él lo manoseaba mientras compartían el ascensor del otrora opulento edificio, "creerá que me gusta ver cosas así" decía para sí mismo mientras intentaba pensar en modelos u otras actrices famosas para sentir que se empalmaba pensando en ellas y no en su lascivo vecino.
Aún recuerda cuando vio a Ino la primera vez en su edificio. Eran las seis de la tarde, como en ese momento y salía del ascensor luego de haber comprado varios empaques de ramen instantáneo, en una tienda de su distrito, Konoha, ya tenía comida para una semana. El cabello rubio de la joven caía graciosamente por su espalda desnuda debido a la prenda que dejaba ver sensualmente su cuerpo. La respetaba, la había visto de lejos en algunas locaciones, pero de cerca era más bonita aún.
El motivo por el que recordaba aquella ocasión no era por haber visto a la bella actriz, sino porque esta belleza quedó opacada al lado de aquel chico de cabellos negros y ojos abisales. Por alguna razón, tenía el torso descubierto, dejando ver un cuerpo celosamente cuidado y no solo por los músculos ni tan marcados ni tan laxos, sino, además, por esa lechosa piel que exigía ser adorada. Naruto quedó hipnotizado por esa imagen un momento, pero luego se espabiló, pasaría de largo y entraría a su departamento, sabía que sería perder el tiempo hablarle de las normas del edificio y de qué es lo que puede o no hacer en los pasadizos. Cuando ya se estaba acercando a ellos, Sasuke, al percatarse de la presencia del otro, empujó a la joven contra la pared tomándola de los cabellos y comenzó a besarla desesperadamente. Ambos rubios se sorprendieron, pero la ojiazul parecía acostumbrada a esas reacciones violentas del joven y se adaptó sumisamente, como si siempre hubiera esperado por ese momento, mientras este abría las piernas de la joven y las intentaba colocar alrededor de su cintura, como si gustara de mostrar a otro el nivel de desvergüenza que una estrella como Ino puede alcanzar por él.
Eso fue demasiado.
-¿Qué crees que haces?- reclamó Naruto manteniendo la calma.
-¿Cómo qué hago?- respondió Sasuke mientras la joven respiraba agitada. Le iba a decir a ese chico con expresión de tarado lo poco que le importaba si es que él consideraba bueno o malo tratar a una chica así, cuando fue interrumpido.
- Son las seis de la tarde, ¿qué pasaría si la hija de Kurenai sale y te encuentra así? Nadie quiere saber qué es lo que haces, solo no lo hagas acá.
Se enfureció, ¿quién se creía ese imbécil? ¿Que no le importa qué es lo que hace? Él era Sasuke, el modelo oficial de la marca Hebi, una de las más exclusivas en el mundo, nadie le trataba así. No quería discutir, ya sería en otro momento, ahora atendería otros asuntos. Sacó sus llaves y entró a su departamento, molesto, el sexo le sería de alivio. La joven entró detrás de él, no había ni pizca de vergüenza en su rostro, al contrario, su expresión era de alegría e ilusión, como si fuese una niña pequeña a punto de ver su primera función de circo. Y así se pasó la noche comiendo ramen acompañado de los gemidos de la joven, que debieron de ser fuertes para poder ser escuchados a través de la pared. De pronto se atragantó, no era nada raro considerando lo rápido que tragaba los fideos, sino por el motivo que lo propició. Se dio cuenta que su mente, sin darse cuenta había empezado a reproducir los gemidos de Sasuke, que había escuchado en otras noches; al parecer la gente loca escuchaba voces y la gente pervertida escuchaba los gemidos de su vecino.
- "Lo que daría por estar una noche entre sus piernas"- pensó distraído.
- "Me voy a volver loco si vuelvo a escuchar sus deliciosos gemidos"- Naruto ya estaba cansado de engañarse a sí mismo y luego de varios meses se dio cuenta que había caído rendido ante ese sex symbol de revistas de moda.
Creyó al principio que tal vez su obsesión se debía a que hacía meses que no follaba debido a que Karin, su exnovia y posterior follaamiga lo había dejado porque, según ella, había conocido a alguien especial y que quería ir en serio con ese chico. Lo peor fue que cuando terminó con ella recién se dio cuenta que la única razón por la cual sentía que necesitaba estar con ella era por un extraño pero morboso parecido que tenía con su madre, Kushina, tanto en esos extraños cambios de ánimo como en el cabello rojo.
Entonces, pensó que tal vez ahora le iban los chicos de cabello negro como antes las chicas de cabello rojo o rosa y que la solución sería aliviarse con alguno que cumpla estas características, y la verdad es que no fue nada complicado conseguir a un chico guapo de cabello negro, teniendo en cuenta lo atractivo que resultaba para las personas un chico como Naruto. Pero ninguno lo satisfacía, cada vez que terminaba, sentía que con Sasuke el sexo sería mejor, que el rostro que pondría ese chico luego de llegar al orgasmo sería sublime, que eso sí valdría la pena. Estaba más seguro de ello cuando lo veía en el ascensor o en los pasadizos, como si fuese una aparición, con esa mirada prepotente y, de vez en cuando con algún invitado nuevo.
-"Tal vez hasta ya se haya dado cuenta de lo obsesionado que estoy con él"
Se sentía como el perro que folla con cojines.
Todo habría quedado ahí si es que no fuese por lo que ocurrió un mes después.
Karin le había pedido salir en una cita con él, la verdad es que no estaba de ganas de llegar a mayores con la chica, pero qué más daba, acordaron quedar en el cine. Ella se demoró, y al final no apreció. Naruto era del tipo de chico que difícilmente se hundiría por estas cosas, así que decidió entrar y ver cualquier película disponible. Era un lunes, su trabajo en el restaurante de comida rápida para poder pagar su departamento, mientras buscaba el papel de su vida. Había sido en la mañana, las salas estaban medio vacías y a medida que pasaban los comerciales previos a la película no dejaba de pensar qué tenían esas personas que aparecían en ellos que el no.
- "Un futuro".
De pronto, alguien se sentó a su lado. Le pareció extraño dada la poca gente y lo lejano del lugar del pasillo. Quería voltear sutilmente, pero la persona a su lado se adelantó. Y no era nada más ni nada menos que ese chico besado por Dionisio.
Casi se atraganta con su bebida. "Mierda". Iba a decir algo pero Sasuke lo cayó al comenzar a hablar a su oído.
-Sé que me tienes ganas, eres tan estúpido que no puedes ocultar nada- le dijo mientras le sonreía sensualmente.
Naruto no sabía qué hacer, se supone que es actor, pero la verdad es que nunca se había molestado en disimular mucho su deseo a Sasuke, o tal vez sería simplemente la frase que le dice a todos los chicos y chicas antes de lanzarse encima.
-¿Cómo es que tú...? ¿En qué momento me viste?- preguntó tratando de mantener la voz baja mientras Sasuke comenzaba a acariciar aquello que estaba debajo del cierre de sus jeans.
-¿Acaso eso importa?- le dijo mientras le sonreía de nuevo y empezaba a besarlo.
Al principio estaba confundido, estaba pensando que tal vez se había quedado dormido en el cine y estaba soñando, porque ese chico era todo un sueño húmedo. Después de reparar en su situación poco le importó lo anterior, sueño o no, no quedaría como la perra asustada de Sasuke. Lo cogío de sus cabellos, tan suaves, y empezó a tirar de ellos, para acercarse más a él, si es que se podía, mientras lo besaba desesperadamente. Sasuke se sorprendió al sentir como Naruto jugaba con su lengua descaradamente, como si no le importase que en cualquier momento alguien los vea.
Era por eso que prefería follar con chicos que con chicas, le daba más morbo el pelear por quién sería la perra del otro, aunque en verdad en cualquier posición se sentiría cómodo, y más aún en un lugar público. Ese cabeza hueca había resultado más entretenido de lo que esperaba. MIentras deslizaba su mano por debajo de los jeans y con la otra acariciaba los rubios cabellos, le mordía la lengua buscando hacerle gemir y así ganar; pero no lo consiguió, en su lugar Naruto lo jaló de los cabellos hacia atrás, sin ningún cuidado, como cuando se aparta a alguien que está intentando escapar, o, en este caso, ir demasiado lejos.
-Ni creas que seré yo quien gima, puta- le sonrió y tiró de sus cabellos hacia su entrepierna- empieza- le ordenó.
Sasuke estaba extasiado, amaba ser tratado de esa manera, le excitaba tanto la idea que ese chico con cara de perdedor pudiera ser tan dominante debajo de esa máscara y follárselo en una sala de cine. Por un momento se preguntó qué le harían si es que lo encontraban haciendo eso, qué le diría la compañía si es que se hacía un escándalo de esto y se descubre que había follado con casi medio Konoha.
Todos estos pensamientos quedaron eclipsados al ver que había debajo de los jeans, era grande y grueso. Se relamió los labios, se acomodó entre las piernas de Naruto y comenzó a acariciarlo con su lengua y rostro. Justo cuando abrió la boca para meterse todo el pene, vio una luz blanca venir desde adelante que iluminó el rostro de Sasuke, dándole una vista morbosa. Por un segundo se asustó, pensando que tal vez sería un encargado del cine, pero en su lugar era un cambio de escena de la película a una de día. Sasuke se percató de esta pequeña distracción y se molestó succionando fuertemente, lo cual hizo que Naruto gimiera, nadie lo ignoraba mientras da un oral, mucho menos un idiota como ese.
Poco a poco Naruto iba perdiendo la cordura, quería follarse a ese precioso modelo en esa misma butaca, a la mierda si los veían, ¿qué les dirían? ¿Señores, dejen de follarse? Nadie lo detendría hasta venirse dentro de ese chico.
Empezó a dar pequeños mordiscos por el falo y a sacudirlo con sus manos como si se tratase de un juguete nuevo, solo para desesperarlo. Quería saber hasta qué punto llegaría ese idiota, si es que se ponía a gemir como puta o si es que en su lugar lo arrastraba a algún lugar para follárselo.
Naruto no estaba para juegos, tiró de sus cabellos, ya lo había hecho tantas veces en tan poco tiempo que se había acostumbrado, y con la otra mano le tapó la nariz a esa perra prepotente para obligarlo a abrir la boca y empujar su cabeza para que se la trague toda de una buena vez. Empezó a mover sus caderas mientras Sasuke sentía que se quedaba sin aire, ¿Aire? ¡Para qué necesitaría algo como eso si tiene una verga así en la boca!
Para la buena suerte de Naruto, una escena clara apareció y le permitió ver esa cara bonita con lágrimas en los ojos y luchando por no asfixiarse. Hoy sería un buen día. Lo apartó bruscamente y lo hizo sentarse en la butaca mientras se subía los pantalones.
-¿Qué haces?- preguntó Sasuke totalmente confundido, ¿le habría decepcionado? Naruto se excitó, un Sasuke abrumado era más erótico que uno engreído, aunque en verdad a los dos se los follaría.
-Ve primero, yo iré en un minuto para no vernos muy sospechosos- le ordenó de nuevo, vaya que ese lado autoritario se lo tenía bien oculto, tal vez hasta podría desempeñar bien el papel de autoridad en alguna aldea de alguna historia de fantasía.
-¿A dónde?- preguntó, sentía su boca entumecida por la manera en que había sido abierta hace unos segundos
-A los baños, bastardo, ¿No querrás que todos vean lo puta que puedes llegar a ser, verdad?
Sasuke, como un autómata, sumisamente acató la orden y se fue directo al baño. Ya cuando Sasuke se había ido, Naruto cayó en cuenta que tal vez este se podría haber marchado, pero pese a todo fue al baño y lo encontró. Suspiró aliviado. Con las luces iluminándolo se veía aún mejor.
- Entra- mandó mientras lo empujaba hacia un baño para discapacitados y le acariciaba el trasero- Dios, es tan suave- exclamó inconscientemente, lo cual motivó a Sasuke a mover su cuerpo como si se tratara de un gato, uno feliz.
Se bajó los pantalones y se colocó un preservativo que había traído por si acaso y sucedía algo con Karin, lo cual le parecía ridículo de imaginar teniendo frente a él a Sasuke. Él estaba aturdido, no quería hablar, solo quería que lo follase rápido antes que venga alguien.
Lo arrinconó contra la pared mientras bajaba sus pantalones holgados, se había vestido para pasar inadvertido, claro, considerando que es Sasuke quien lo intenta.
-¿Cuántos años tienes?- en verdad no le importaba cuántos años tenía su delicioso sueño húmedo, solo quería escuchar su voz mientras acaricia sus nalgas y humedece su entrada. -Uh, diecisiete, pero no le diré a nadie que follaste con menor de edad- le dijo mientras volteaba ligeramente y le sonreía de manera erótica al ver como le quitaba los pantalones y los colgaba en un gancho, si no se apuraba sí que los iban a descubrir.
-¿Dé que hablas?- preguntó mientras lo acomodaba y le levantaba una pierna- yo también lo soy, dijo sonriéndole, pero sin dejar de verse dominante- ¿cuándo es tu cumpleaños, gatito?- Le preguntó con ese apodo al darse cuenta que no se acordaba ni cómo se llamaba el otro.
-Hoy- le dijo con una bonita sonrisa, como si en lugar de estar a punto de follar le hubiese hecho un cumplido- Mh- se quejó al sentir la punta.
-Vaya, pues feliz cumpleaños-y le metió su pene en el culo.
Naruto intentaba mantener la cordura, pero le era imposible, creía que por haberlo oído teniendo sexo varias veces tendría el culo más dilatado, pero esto era demasiado. Era estrecho y Sasuke con sus gemidos entrecortados no ayudaba. Además, por alguna razón, le daba bastante morbo follarse a un chico medio vestido.
-¿Está bien así?- le dijo mientras veía como Sasuke presionaba la baranda de la pared que servía de soporte a personas discapacitadas, no se detendría, pero el preguntárselo le haría sentirse menos basura.
- Sí, Naruto, estoy bien, también de paso traeme unos pastelillos con té para amenizar la noche, tarado- dijo como pudo estas palabras, amaba ser tratado así. Sonrió al darse la vuelta ligeramente, hacer contacto visual para luego bajar su pierna y comenzar a restregarse contra él mientras con sus manos abría sus nalgas y colocaba su delicado pero masculino rostro contra la pared del baño.
Naruto empezó a embestir, quería ir a un ritmo lento e ir avanzando paulatinamente, pero a la mierda, ese chico con cuerpo de ángel se lo buscó. Se movía frenéticamente, como si intentara llegar a lo más profundo de su cuerpo y rebotaba contra sus nalgas disfrutando su suave textura y temperatura.
-Dios, tu culo es increíble- exclamó extasiado, la verdad es que nada inteligente saldría de sus labios en los próximos minutos.
- Mmh- se quejó- Ah, mierda.
Le dio la vuelta e hizo que pusiera sus manos sobre la baranda mientras con sus brazos cogía sus piernas. Quería ver su rostro, quería ver su expresión cuando entraba de improviso por segundo vez, quería ver cómo sus ojos se humedecían y lo miraban al borde del delirio, quería ver como ese bonito rostro se enrojecía mientras su frente se perlaba por el sudor.
Sus piernas eran tan suaves, sin un solo vello que las cubriera; no le sorprendió, seguro para su trabajo le pedían hacerse la depilación láser o alguna de esas cosas.
-Naruto, dame más fuerte- si es que podía hablar quería decir que no lo estaba haciendo bien y empezó a hacerlo más rápido, a la mierda si hacía bulla y generaba que alguien entrara- Mmm, rico.
Se dio cuenta que mientras mejor se la metiera, los gemidos de de Sasuke serían más agudos, como si todas las barreras que coloca entre él y el mundo se destruyeran por unas instantes.
Y como si hubiese sido invocado ese alguien entró, era un niño pequeño. No debería estar solo, podría encontrarse con algún enfermo que le haga daño. Naruto sonrió, para su buena suerte solo se encontró con Sasuke y él follando. Quería que se corriera y lo conseguiría esté o no ese niño ahí. Soltó una pierna y empezó a masturbarlo fuerte, sobando la punta del pene como si tuviese algo y quisiera limpiarlo.
- Ah- gimió, seguro le dio en ese punto.
- ¿Hola?- preguntó al aire el niño, asustado por ese gemido.
Naruto empezó a besar a Sasuke y este le correspondió extasiado, aunque en verdad pareciera más como si estuvieran comiéndose las bocas entre ellos, la saliva escurría por la comisura de sus labios, mientras Naruto aumenta el ritmo y apretaba sus piernas tan blancas como lo sería ahora su semen, seguro dejaría marca.
El niño se asustó y salió. Lo más probable es que vaya a llamar a alguien.
Ninguno se percató, seguían en lo suyo. Naruto se separó, vio embelesado como un hilo de saliva los conectaba aún, le había dado un momento para respirar mientras él apoyaba su frente en su suave cuello, era tan bonito, su piel no parecía real.
-Naruto- jadeaba desesperado- Naruto, mierda, ya casi… Ah- se corrió en la mano de ese chico.
Naruto colocó su frente contra la de Sasuke mientras se corría adentro. El semen escurría por el culo del cumpleañero, no había entrado nada debido al preservativo, lo cual molestó a Sasuke, quería sentirlo adentro, sin ese estúpido condón. ¿Acaso creía que era tan perra como para tener una enfermedad de transmisión sexual o que lo dejaría embarazado?
Recién al final se percató de que ese chico sabía su nombre, sería normal si fuese Naruto quien supiera el nombre de Sasuke, pero no al revés, tal vez se haya enterado por alguna vecina, o quien sabe, escucharlo gemir como poseso su nombre era la cereza del pastel.
Bajó su otra pierna y aún con el pene adentro empezó a besarlo pero más calmado, como si se tratara de disculpar por lo enérgico que había sido hace unos minutos y por permitirle mancillar su bonito cuerpo, aunque haya sido Sasuke quien se le insinuó primero.
Lo besaba dulcemente, por su mejilla y nariz sonrosada, su frente nacarada, y sus labios de grana como si en lugar de hace unos minutos atragantarlo con su verga, Naruto fuese el novio más tierno del mundo y se conocieran de toda la vida.
Sasuke se estremeció, aún sentía los espasmos del orgasmo recorriendo sus nervios y haciendo remolinos en sus entrañas. Se avergonzó de tener a Naruto haciéndole mimos cuando aún tenía su verga metida en el culo; mientras que sus ojos tan profundos como el infierno, miraban embobados a Naruto. El rubio se rió de esa expresión tan exquisita y sumisa, quién creería que un chico tan altivo como ese pudiera hacer esas caras.
Había sido increíble.
