ANTES! de que empiecen a echar tierra y pestes, las advertencias: Este fic fue realizado por RutLance -CrystalFairy, South Park y otros detalles no son míos ni me interesan, solamente publico con la aprobación y consentimiento de la autora. No gano nada excepto pasar un rato más en la pc haciendo esto (en lugar de escribir xD) ¿Dudas? Las haré llegar a la autora. El crédito de esta historia no es en absoluto mío.
Nota aclaratoria de la autora: Los personajes de la serie de South Park no me pertenecen; hago esto por el simple hecho de entretenimiento, más que nada para entretenerme yo. Les agradezco de antemano a todos los que lo leen. Esta historia es ficticia, cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.
Para empezar, comencé a escribir este capítulo en Febrero, y apenas lo estoy publicando, realmente he tenido muchas dificultades para poder hacerlo. Uno de ellas es que en un momento dado, me dio miedo escribirlo, y esto se debe a que este fanfic me ha hecho llorar mucho. Otros motivos son los normales, no me dejan usar la pc, nos pega un huracán (Este año nos pegaron dos o tres), se va la luz, el internet, etc, etc, etc.
No se la dediqué a nadie porque no tenía a nadie en mente, aunque debo decirles que dos fanfics me inspiraron: "A Knife to the Back" de Rigato Caravel y "Broken Image of Me" de Appeltonic, uno ya terminado y otro que estoy esperando desde febrero que lo actualicen, ni modo.
Me puse a oír algunas canciones que me ayudaron a concentrarme en el capítulo, estas son : "Mala hierba" de Alejandra Guzmán, "Se me va la voz" de Alejandro Fernández y "I Have Nothing" de Whitney Houston.
Por cierto, todo lo que está en cursiva es lo que está contando Kyle, ya que está escrito desde su punto de vista, y sólo serán los primeros tres capítulos, tal vez Cartman sólo un capítulo, no sé cuando pero ya veremos qué.
Bueno, les dejaré como extra algunas frases que saldrán en los próximos capítulos y espero que disfruten el capítulo, que me ha costado mucho el llegar a publicarlo. n_n
Far away from you.
Capítulo 1: Confusión.
- ¡Resiste, sólo falta un poco más!-
Fue lo último que oí qué dijo. Quería mantenerme despierto pero la cabeza me punzaba terriblemente, obligándome a cerrar los ojos. El frío era insoportable, especialmente porqué ambos estábamos empapados de pies a cabeza, y creo, creo que me estaba desangrando, o tal vez la sangre era de él, realmente no me acuerdo. Creo que estaba oscuro ya qué vi muchas luces y... ya no sé. Lo último que recuerdo fue que alguien más me sujetó mientras las sirenas de una posible ambulancia o patrulla no dejaba de sonar...
- ¡Cariño! ¿Estás bien?-
Abrí lentamente los ojos. ¡Mierda, cómo duelen! Poco a poco mi vista se estableció y puedo percatarme que estoy en el hospital, asimismo de que en el cuarto están mi familia y mis amigos, que se ven muy preocupados...
- Hola.- Les contesto con una leve sonrisa y a la vez todos se ven más tranquilos y me sonríen al mismo tiempo.- Un poco adolorido pero bien.-
Me incorporo un poco para tratar de verlos mejor pero por alguna rara razón no está. ¡Qué tonto soy! Estamos en un hospital y es obvio que él también necesita atención médica, digo, él estaba conmigo y se pudo haber roto algo, no sé. Quise preguntarles por él pero de inmediato asumí que estaría en otro cuarto, así que no pensemos en él...
- El doctor nos dijo que tu vida no estaba en riesgo pero que sí tardarías un poco en recuperarte.- Puedo ver que tengo conectado una bolsa de suero en el brazo izquierdo.- Así que no te preocupes por la escuela. Regresarás hasta que estés completamente bien.-
- De acuerdo, papá.- ¡Cielos! Realmente necesito descansar. Me duele básicamente todo el cuerpo, así que me recosté nuevamente.- Cómo tú digas.-
- Viejo, realmente nos diste un susto de m... ejem, muy grande.- Tosió un poco Kenny, ya que no puede decir malas palabras delante de mis padres, especialmente delante de mi mamá.
Uno pensaría que Kenny seguiría usando la misma ropa de niño, pero no seamos pendejos, ya hemos crecido y a nuestros 16 años es muy importante la manera en cómo nos vemos y cómo vestimos, así cómo con quiénes nos juntamos. Y sí, por desgracia los cuatro nos seguimos juntando, es algo así como los tres mosqueteros y un patán. Je, je, bueno, el caso es que sería muy raro si de pronto uno de los cuatro se alejara, hemos pasado por muchas cosas juntos, al igual que hemos hecho bastantes otras que debemos mantener en secreto. Es como un lazo silencioso que nos une, y si me preguntan quién lo rompería, la respuesta sería muy simple: El culón de Eric Cartman...
En fin, me estoy saliendo del tema, como lo mencioné antes, ahora todos vestimos diferente a cómo cuando éramos niños; por ejemplo, Kenny usa unos pantalones de mezclilla deslavados con un par de agujeros, playera blanca y encima una especie de camiseta de manga larga de cuadros negros con blanco, de algodón creo y usa zapatos café algo gastados. Según malos rumores, no usa ropa interior (¡Qué asco!) ya que se ha acostado con la mitad de la escuela y entre la lista están algunos maestros. Sería mejor que hiciera algo de verdadero provecho, más nunca hace caso. Él prefiere, en sus propias palabras, "todo lo que use falda o que de perdido tenga un orificio qué penetrar." (¡Dios! ¿Por qué soy amigo de alguien como Kenny?) Al menos, no tiene interés en mí, eso creo. No estoy seguro. Algo me dice que por si las dudas éste alerta. Uno nunca sabe...
- Kenny, gracias por preocuparte.- Realmente no puedo hacer otra cosa, además se siente bien que haya gente que se preocupe por mí. Soy afortunado.
- Kyle.- Volteo a ver a donde proviene la voz que se oye culpable y un poco angustiado.- Lo siento mucho, desearía haber podido llegar antes, así no estarías aquí.-
Stan, Stan, mi mejor amigo, casi un hermano para mí. Él siempre va a estar ahí cuando lo necesite y siempre ha sido así, desde preescolar hasta ahora. Viste jeans azules, playera negra, una chamarra del equipo de fútbol americano y tennis negros con blanco. Sigue de novio con Wendy Testaburger y en lo general me parece una lástima, ya que él se merece algo mejor, pero en fin, no hace caso...
- No te preocupes, Stan.- Le sonrío para que esté más tranquilo.- Lo que pasó, pasó. Al menos, no pasó a mayores.-
- Sí, tienes razón.- Su rostro luce más aliviado.- Qué bueno que no pasó a mayores.-
De pronto, entró una enfermera a la habitación y les dijo a todos que la hora de visita había terminado, pidiéndoles que salieran y me dejaran descansar, así que todos se despidieron y me dijeron que me visitarían mañana. Por lo visto sí necesito descansar, ya que mis ojos se cierran de cansancio. Me hundo nuevamente en la cama y por alguna razón, me tenté a preguntarle a la enfermera por él pero, para cuando me doy cuenta, ya estoy profundamente dormido...
Lo bueno de estar internado en el hospital es que no haces las cosas que comúnmente tienes qué hacer: limpiar tu cuarto, sacar la basura, quitar la nieve de la entrada de la casa, ir a la escuela, que el gordo de mierda te moleste y cosas así; lo único malo es que, aparte de que no te dejan hacer absolutamente nada, se te acumulan las tareas, los quehaceres domésticos, sin olvidar que el culón ya tiene listo miles de insultos y chistes nuevos sobre judíos. Es un gran dolor en el culo, pensé que cambiaría al crecer más hay cosas que nunca cambian. Aunque ahora que lo pienso, no he oído nada acerca de él y tampoco he preguntado por él. No me malentiendan, nos odiamos el uno al otro, pero no puedo negar el hecho de que si él no me hubiera ayudado yo no estaría aquí contándoles todo esto...
- Kyle, despierta Kyle.- Me froté los ojos al oír la voz de mi padre despertarme.
- ¿Sí?- Bostecé un poco. ¡Dios! Estoy muy aburrido.- ¿Qué ocurre, papá?-
Aunque no estoy del todo despierto, puedo darme cuenta de que no está solo: mamá, Stan, Kenny y un doctor están en la habitación viéndome con una gran sonrisa en el rostro. Bueno, en realidad, Kenny sólo está forzando una sonrisa y eso se me hace raro, es casi como si él tuviera que estar de acuerdo con ellos...
- Kyle, cariño.- Mi mamá se me acercó y está extrañamente feliz.- El doctor tiene una muy buena noticia qué darte.-
- ¿De qué se trata?- Volteo a ver al médico sonriente y por alguna razón, siento que me oculta algo.
- Jovencito.- Giré mis ojos. ¡Por Abraham! Ya no soy un niño, tengo 16 años, ¡Dios!- Te hemos elegido para un nuevo proyecto que podría revolucionar la historia de la medicina.-
- ¿Eh?- Y con eso atrapó toda mi atención, lo cuál es mejor que ver a la gente quejarse todo el día.- ¿De qué se trata?-
Ante mi curiosidad, que es sumamente grande, el doctor saca de uno de sus bolsillos una especie de reloj-pulsera, aunque más bien es como una especie de muñequera de plástico flexible que tiene un pequeño foquito...
- Este aparato es un prototipo.- Me comenzó a explicar y me lo da en la mano para verlo más de cerca.- El cuál registrará tus niveles de presión arterial, de glucosa, de sangre, entre otras. En otras palabras, monitoreará tu organismo y registrará cualquier clase de cambio en él. Y cuando eso suceda, se prenderá una luz y mandará una señal vía satélite. Ésta será captada de inmediato por un aparato receptor, el cuál estará conectado al sistema del hospital, y así mandará al instante una ambulancia para socorrerte.-
Wow, es la cosa más genial que he oído en mi vida. ¿Saben lo que eso significa? Si esta mierda funciona, muchas vidas se salvarán con ello y lo más grandioso será que yo fui parte de todo esto. Y gracias a mí, a mí. Ya puedo imaginar el rostro de todos: "Kyle Broflovsky, el chico que con su buena aptitud y cooperación con el equipo de investigación médica, ha logrado uno de los logros que la medicina moderna haya podido tener a lo largo de su historia." ¡Seré leyenda! Tal vez incluso vaya a uno de esos Talk-shows nocturnos y alguien súper famoso me entrevistará...
- Si tú nos ayudas con este "experimento", todo será gratis: el uso de la muñequera, el uso de la ambulancia y todo lo que sea necesario. Así que, ¿qué opinas? ¿Nos ayudarás con esto? Te aseguro que si esto funciona, mucha gente te estará agradecida.-
A ver, ¿qué se dice en esta situación y más cuando todo será gratis?...
- Wow, Kyle, eso suena genial.- Y lo sé Stan, todo es tan genial que agradeceré a Dios si esto funciona.
- Está bien.- Y esbozo la mejor de mis sonrisas, esto es algo bueno y no lo voy a desperdiciar. Es mi oportunidad de hacer algo importante en la vida y qué ayudará a la humanidad.
- Qué bueno.- Me contestó el doctor y me lo acomodó sobre la muñeca izquierda.- ¿No está muy apretado?- Negué con la cabeza.- ¡Listo! Les daré instrucciones a tus padres para que después te las digan y te hagas responsable. Y no te preocupes, es a prueba de agua, así que lo puedes tener puesto todo el tiempo.-
Dios, ya quiero ver el rostro de Cartman cuando me vea con esto, se pondrá verde de la envidia el muy estúpido y es por eso que también estoy contento. No puedo esperar...
- Con cuidado, Kyle.- Me dice mi mamá dos días después, ya que al fin me han dado de alta en el hospital. Por lo cuál me está sosteniendo como si fuera un bebito que apenas está empezando a caminar.- ¡Cuidado!- ¿Qué les dije?
- Mamá, estoy bien, no te preocupes.- Y por Moisés, deja de avergonzarme delante de toda la gente.- Yo puedo solo.- O sino, volveré a reingresar al hospital con tal de evitar estas escenas. Al menos, déjame llegar al carro por mi propio pie.
Cuando llegamos a la casa me sentí mucho mejor, mi cuarto no está precisamente como cuando lo dejé, ya que mi mamá lo ha limpiado en mi ausencia pero qué carajos, realmente he extrañado estar en mi habitación, mis cosas, mis libros, todo, todo lo que hay en él. Me dejo caer en mi cama y abrazo mi almohada, de pronto oigo mi celular sonar, por lo que me incorporo y comienzo a buscarlo. Por suerte, está en el cajón de mi buró...
- ¿Bueno?-
- ¿Kyle?- Ah, es Stan.- ¿Ya estás en tu casa?-
- Sí, así es, Stan.- Sonrío ante la pregunta que me hace. ¡Pobre! Se preocupa tanto por mí.
- Oh, eso es bueno.- Hace una pausa y luego me pregunta con un poco de duda.- ¿Irás mañana a la escuela?-
- Claro que sí, estoy harto de estar en la jodida cama todo el día.- Es cierto, quiero salir, correr, gritar, hacer lo que sea.- Además, no quiero perder otro día de escuela para que se me junte tanta tarea.-
- ¿Qué nunca olvidas la maldita escuela por un día?- Me lo dice riendo y sé que no lo dice con mala intención.
- No, Stan. Estoy enamorado de la escuela.- Y ambos reímos como tontos por un rato. Es bueno tener un amigo como Stan.
- Ah, está bien.- Se oye más tranquilo.- Entonces disfruta tus últimos momentos de libertad.-
- Seguro, Stan.-
- Nos vemos mañana.-
- Sí, hasta mañana.- Y colgó.
Dejé el celular sobre el buró y me recosté en la cama. Ya en la noche les comenté a mis padres que quería ir a la escuela a la mañana siguiente, y aunque trataron de convencerme de que me quedara en casa, yo les dije que no me quería atrasar más con la escuela y que quería recuperar el tiempo perdido por estar hospitalizado tanto tiempo...
- Está bien.- Dijo mi padre orgulloso por mi actitud.- Pero si mañana te sientes mal en la escuela, nos llamas para ir por ti.-
- Gracias, papá.- Y lo abracé contento de que confiara en mi decisión, así que mañana será el gran día.
- ¡Hey, Kyle!- Stan me saludó desde que me vio acercarme a la parada del autobús escolar.- ¿Estás bien?-
- Ya, por Dios, Stan.- Le digo en broma.- Ya te pareces a mi mamá.-
- Bueno, es que apenas saliste del hospital.- Es bueno que se preocupen por uno, pero hay límites para todo, ¿no?
- Tranquilo, Stan.- Kenny le pasa un brazo por el cuello para quitármelo de encima.- No le va a pasar nada, no es una jodida estatua de cristal.-
- Sí, lo siento, Kyle.- Creo que le agradeceré luego a Kenny con el postre del almuerzo.- No quise asfixiarte.-
- Nah, está bien.- Me volteo y veo que Butters se acerca a nosotros.
- Hola, chicos.- Nos saluda y nosotros le contestamos igual.- ¡Kyle! Escuché lo que pasó, ¿ya estás mejor?-
- Sí, Butters. Gracias por preguntar.- Este chico sí que se preocupa por todos, no sé porqué antes no lo consideraba mi amigo. Ahora que lo pienso.- Cartman ya se tardó mucho, ¿no lo creen?-
No entiendo porqué pero mi comentario o está fuera de lugar, o estoy hablando en otro idioma, o simplemente es una jodida mierda. Lo digo porqué Butters dejó de sonreír, Kenny se aclaró su garganta y se alejó un poco, y Stan luce como si lo hubieran golpeado aunque creo que vi un poco de odio en sus ojos. Más de pronto me dice...
- Pues sí no quiere venir a la escuela es su jodido problema, ¿verdad, chicos?- Sonríe y voltea a ver a los otros dos que sólo asienten con la cabeza.
- Lástima.- Les dije y les mostré el brazalete.- Se lo quería presumir al culón.-
No había manera de que estuviera en el autobús, así que si no está en la escuela, está en su casa o se hizo la pinta. Ya en la escuela, varios de mis compañeros y amigos me saludan y me preguntan si estoy bien o si me encuentro mejor. Los maestros también me dicen lo mismo, además de darme la oportunidad de ponerme al corriente. El entrenador del equipo de basketball, sí, estoy en ese equipo, me dice que por el momento no vaya a las prácticas hasta qué esté convencido de que estoy bien al cien por ciento, lo cuál me servirá mucho para poder ponerme al corriente y tomar apuntes...
Han pasado ya tres días desde que volví a la escuela y todo el mundo se ha portado genial conmigo, tanto que termino estresándome, lo bueno es que tanto Kenny como Butters se dan cuenta y me tratan de una manera "normal". Y hablando de cosas "normales", no es común que el culón no haya pisado aún la escuela, y eso que me di cuenta cuando estaban pasando lista en una clase que compartimos, ya que el maestro sencillamente no lo mencionó, es raro, ¿no?...
- ¡Hey, Kyle!- Butters está en la puerta de mi casa, ya que viene a ayudarme con los apuntes de la clase de matemáticas.- ¿Estás listo?-
Luce muy emocionado de poder serle útil a alguien, y realmente me ha sorprendido, tiene muy buenos apuntes, además de que sabe explicar muy bien los procedimientos y problemas. Tal vez él me pueda explicar qué carajos pasa con el gordo de mierda...
- Oye, Butters.- Levanta la mirada luciendo un poco inocente.- ¿Tú sabes porqué Cartman no ha ido a la escuela?-
- ¿E-Eric?- Sus ojos brillan con temor y le tiemblan los labios.- P-Pues Eric fue, fue expulsado.-
- ¿Expulsado? ¿Porqué?- Eso me tomó por sorpresa, ¿ahora qué hizo ese gordo estúpido?
- Ehm, ¿expulsado? N-No, quise decir suspendido.- Butters está asustado, se le nota demasiado y por la forma en la que está reaccionando parece como si hubiera roto una regla muy importante.- T-Tengo que irme. Mis, mis papás me van a regañar si no llego a mi, a mi casa en este instante.-
- Butters.- Quise detenerlo pero ya está en la puerta.- ¡Butters! Dejaste aquí tu cuaderno.- Espero que con eso regrese y así pueda decirme qué está ocurriendo con Cartman.
- Mañana me lo regresas en la escuela.- Y corrió rumbo a su casa.
¡Carajo! Parece que tendré que preguntarle a alguien más. Mi primera opción es Stan, pero al parecer está en una cita con Wendy, así que mi siguiente opción es Kenny. Poniéndome mi chaqueta de color café, ¿qué? Les dije que todos cambiamos nuestra manera de vestir y yo uso una chaqueta de color café, una playera verde y jeans azules, además calzo tennis negros con plateado; pero ese no es el punto ahora. Fui a la casa de Kenny para ver qué puedo averiguar al respecto...
- ¡Hey, Kyle! ¡Qué sorpresa!- Me abre la puerta y me deja pasar.- ¿Qué te trae por aquí, compañero?-
Tuve que aclararme un poco la garganta antes de hablar, ya que por una jodida razón la tengo más seca que un desierto de mierda. Kenny se me queda viendo con curiosidad por mi extraña actitud. Bueno, es ahora o nunca...
- Kenny, algo raro pasa con Cartman.- No sé porqué pero las piernas me comenzaron a temblar como si fueran de gelatina.- Tú, ¿tú sabes qué carajos le ocurre?-
Kenny resopló, se sentó en un sillón y se tomó la cara con ambas manos, frotándose la frente y los ojos. Se queda en silencio casi como si pensara en qué decirme...
- No.- Lo dice con la más solemne seriedad.- ¿Y de qué te preocupas? ¿No está todo más tranquilo?-
- Bueno, un poco.- Tengo que admitirlo ya que tiene razón, pero yo tengo una razón mucho más importante por la cuál tengo que ver a Cartman.- Pero Butters me acaba de decir algo raro.-
- ¿Qué cosa?- Está preocupado, Kenny McCormick está preocupado, o sea que él sabe algo.- ¿Qué mierda te dijo Butters?-
- Le pregunté sobre Cartman y primero me dijo que lo expulsaron, pero luego me dijo que lo suspendieron. Después, salió corriendo asustado de mi casa.- Crucé los brazos.- ¿Está Cartman realmente suspendido o expulsado?-
- Eh, Kyle, mira.- Espero que me diga la verdad, ya que se rasca un poco la cabeza.- Lo mejor será que dejes de pensar en esa mierda, ¿no crees?- Y me sonrió el muy hijo de puta.- Vete a tu casa.-
- Kenny, ¿qué carajos pasa?- Somos amigos, ¿no? Entonces, ¿porqué me miente en mi cara?- ¿Qué me están ocultando?-
Puedo ver claramente en la cara de Kenny que tiene un conflicto interno, como si deseara contarme algo que está prohibido pero a la vez como si fuera muy peligroso el contarlo. Y no tengo opción alguna más que ir directamente al hoyo del asunto...
- Voy a preguntarle a Cartman.- Ya que es la única manera de saber la verdad.
Me doy media vuelta para marcharme de ahí cuando sentí que algo me detuvo del brazo, volteo a ver para encontrarme con la mirada de Kenny, una muy triste y llena de culpa...
- No vayas, Kyle.- Me dijo suplicante.- Ya sé que tú lo odias, pero por favor, no vayas para allá.- Me suelta, comienza a frotarse de uno de sus brazos y desvía la mirada al suelo.- No preguntes, sólo ve a tu casa, espera un par de días y verás que todo volverá a la normalidad. Te lo prometo.-
- Está bien.- Kenny tiene razón, posiblemente estoy exagerando, pero la sensación de que algo está mal no me deja en paz. Además, hay algo muy importante que tengo que decirle al gordo.- Nos vemos mañana, Kenny.-
Llego a mi casa, subo a mi cuarto y me dejo caer en la cama. ¿Porqué las cosas no pueden ser un poco más sencillas en vez de ser un jodido dolor de cabeza? Giré la cabeza y miré mi celular. ¡Eso es! Me incorporo de inmediato, Kenny me dijo que no fuera a la casa de Cartman, pero no me dijo que podía llamarlo, ¿cierto?...
- Vamos, contesta gordo de mierda.- Me impaciento por cada repiqueteo que da el pinche celular.- ¡Contesta, carajo!- Al fin oigo que contestan y antes de poder decir algo, lo que escucho me desconcierta.
- "Lo sentimos, el número al que usted llamó no existe o está fuera del área de servicio. Verifique que haya marcado bien el número. Gracias."-
Colgué y volví a llamar un par de veces pero me vuelve a contestar la operadora. Revisé el número, y efectivamente es el de Cartman. Bueno, posiblemente lo tiene apagado o se le descargó la batería, uno nunca sabe. Así que tomé el teléfono para llamar directo a su casa, más el mensaje de la operadora me dejó en shock...
- "El número al que usted está llamando está bloqueado y fuera de servicio. Lo sentimos."-
No recuerdo lo que hice a partir de ese momento, estaba totalmente ido o en trance. ¿Qué fue lo que pasó hace un rato? ¿Qué está ocurriendo en este momento? ¿Qué carajos estoy o estuve haciendo?...
- ¡Kyle! ¡Kyle!- Sentí que algo me tocaba la espalda, así que me volteo a ver qué era.
- ¿Stan?- Está sentado a mi lado, preocupado.- No te vi, ¿a qué hora llegaste?-
- Hace apenas un rato.- Me sonríe.- Ya deja de fumar la mierda que estés usando, tus padres me dijeron que desde ayer está pero bien ido.-
- Lo siento, Stan. Lo que pasa es que acabo de llamar, un momento.- ¡Oh, Dios! A veces soy un retardado para ciertas cosas, a todos nos pasa una vez, ¿no?- ¿Desde ayer? Pues, ¿qué día es hoy? ¿Qué horas son?-
- Kyle, hoy es sábado y es la 1:28 de la tarde.- Se cruza de brazos.- ¿Pues qué carajos estabas tomando?-
Me siento como un idiota mirando a mi amigo mientas en mi mente aún estoy creyendo que es viernes por la tarde antes de anochecer. ¿Qué carajos pasa conmigo? Sólo hice una llamada a la casa de los Cartman's y me contestan qué está bloqueado el número...
- ¿A quién le acabas de llamar?- La voz de Stan me saca de mis pensamientos, ojalá y así también me sacara de mis jodidos problemas.
- No, a nadie.- Y es la verdad, no le he llamado a nadie.- Es sólo que estaba pensando mucho en algo y no he podido quitármelo de la mente.-
- ¿En qué?- Muy buena pregunta, ¿porqué tengo qué preocuparme? Todo está más tranquilo, todos me tratan bien e incluso estoy en un proyecto que salvará vidas si sale bien. ¿Para qué me quiebro la jodida cabeza pensando en eso? Bueno, es que tengo algo muy importante qué hacer. Veamos...
- Stan, si tú tienes algo muy importante que decirle a alguien pero no lo ves donde siempre, no se ha conectado por medio del internet y tampoco puedes comunicarte con esa persona, ¿qué harías?-
- Mmm, bueno, veamos.- Se pone la mano en la barbilla pensando posiblemente en una respuesta.- Depende, ¿vive cerca o lejos?-
- Cerca.-
- ¿Es una declaración de amor para una chica?- Ok, ¿qué tiene que ver eso con lo qué tengo que decir?
- No, no es un asunto sentimental.- Y es verdad, no tiene qué ver ni con el odio ni con el amor.
- Bueno, si es algo importante no sentimental, no te puedes comunicar con ella y vive cerca.- Asiento con la mirada deseoso de saber su respuesta.- ¡Pues es muy simple! Sólo ve y díselo de frente. Claro, si no es nada malo.-
Bien, aquí viene el dilema: Kenny me dice que no vaya a la casa de Cartman sin darme el porqué, en cambio Stan me dice que vaya si es que tengo algo importante que decir; ¿a quién debo de hacerle caso? Miro a Stan y su sonrisa me llena de confianza...
- Sí, tienes razón, Stan.- Tomo mi chaqueta y me la pongo.- Iré ahora mismo.- Digo, ¿para qué perder más tiempo?
Casi quise pedirle que me acompañara pero no hice, porqué lo que tengo que decirle es un golpe a mi orgullo, ¡ah! y además, la perra de Wendy le llamó para que en ese instante porque tiene que ir por ella para salir juntos. Es insoportable, ¿saben? Bueno, ya casi llego, nada más me faltan unos pasos para estar frente a su casa...
- Espero que esté en casa.- Estoy nervioso, no lo he visto en mucho tiempo y no sé si está bien o mal. Digo, desde que estoy en el hospital que no lo he visto, y ya son bastantes días. Bien, valor no me falles ahora.
Toco a la puerta y espero impaciente a que me abran, me doy media vuelta para tratar de calmarme un poco, cuando de pronto oigo que se mueve la perilla y giro la cabeza para ver que la puerta se está abriendo...
- ¿Diga?- La Sra. Cartman me pregunta con una sonrisa en los labios, pero justo en el momento en que me ve su expresión cambia a una confundida y sorprendida.- ¿ Ky-Kyle?-
- Ehm, buenas tardes, Sra. Cartman.- Tomo un poco de aire antes de continuar.- Disculpe, ¿se encuentra Eric?-
- S-Sí, digo, no, mi hijo no se encuentra.- ¿Porqué está nerviosa y desvía la mirada? ¿Qué carajos le pasa?- No sé cuando regrese.-
- ¡Ah! ¿Podría esperarlo aquí?- No creo que se tarde mucho, así como yo tampoco planeo quedarme mucho tiempo.
- Disculpa, Kyle, pero no creo que regrese temprano. ¿Porqué mejor no regresas otro día?- ¿Otro día? ¿Por qué otro día?- Si quieres, le puedes llamar por teléfono.-
- Bueno, ahora que lo menciona, ayer llamé a su celular pero la operadora me dijo que su número no existía o estaba fuera de servicio. Y cuando le llamé a su número de casa me dijeron que estaba bloqueado.- Más que nada quiero saber.- ¿Ocurre algo malo?-
- ¿Qué? ¡Ah, sí!- Se lleva una mano a la frente y sonríe desesperada.- Lo que pasa es que no he pagado ni la cuenta de teléfono ni la de su celular. ¡Soy una tonta! ¿Cómo pudo olvidárseme?-
- Ah, está bien. Disculpe.- Estaba a punto de irme cuando en ese momento oí un grito agudo, seguido de un ruido parecido al que hace un cuerpo pesado al caer.- ¿Qué carajos fue eso?- Pregunté preocupado queriendo entrar a la casa.
- N-No es nada, no te preocupes.- Su voz tiembla y se oye como si estuviera a punto de ponerse a llorar mientras voltea repetidamente la cabeza rumbo a las escaleras.- Vete por favor, Kyle.-
- Pero, ¿y si necesita ayuda?- De nueva cuenta se oye el grito.- ¡Escuche, lo estoy oyendo otra vez!-
Quiero entrar pero ella me empuja con una fuerza que no le conocía, más de pronto rompe en llanto y comienza a gritar desesperada...
- ¡Tranquilo, amor! ¡Mamá se está encargando!- Entonces, ¿es Cartman el qué está gritando? ¿Y porqué?- ¡Kyle! ¡Por lo que más quieras, vete!-
- ¡Pero, Sra. Cartman!- Todo esto me está jodiendo, necesito saber qué carajos está pasando realmente.- No entiendo qué pasa.-
- ¡SÓLO VETE, CARAJO!- Me grita como si yo tuviera la culpa de lo que está sucediendo.- ¡VETE DE UNA JODIDA VEZ!-
¿Recuerdan aquél brazalete que me dieron en el hospital? Pues resulta que también tiene sonido, un chillante "bip" y me di cuenta porqué empezó a sonar como loco. Así que desistí de entrar a la casa para verlo, el foco está parpadeando muy rápido en color rojo. Y al parecer, la Sra. Cartman también lo conoce, ya que al verlo se cubrió la boca con ambas manos y lucía atemorizada...
- ¿Qué le pasa a esta mierda?- Lo sacudí y le di un par de golpecitos pensando qué estaba descompuesto.- Yo estoy bien.-
- ¡Oh, no!- La Sra. Cartman me toma del brazo y me comienza a empujar llorando frenéticamente.- ¡Por lo que más quieras, vete por favor!-
El sonido de una sirena hace que ambos nos detengamos en seco. La Sra. Cartman me suelta al ver tres o cuatro patrullas detenerse frente a su casa, varios policías bajan de los vehículos y se dirigen hacia nosotros, empujándonos para entrar a la casa...
- ¡Rápido! ¡Está en el piso de arriba!- Cuatro de ellos entraron a la casa, uno fue a la cocina mientras los otros suben rápidamente por las escaleras, sus pisadas retumban en todo el lugar.- ¡Alto! ¡Policía!-
- ¡No! ¡Están en un error!- La Sra. Cartman corre hasta las escaleras gritando y llorando, mientras más gritos se oyen provenientes de una habitación abierta a la fuerza.- ¡Oficial, es mi hijo, es mi hijo!-
- ¿Creíste que te escaparías, maldito bastardo?- Los policías bajan y llevan a Cartman sujeto de ambos brazos.- Ya no volverás a joder a nadie, ¿oíste?-
Cartman no les contesta, parece como si estuviera paralizado o algo así, yo no entiendo nada y mi cerebro no puede procesarlo como quisiera. La Sra. Cartman va detrás de ellos pero el policía que entró a la cocina la detiene. Curiosamente, el brazalete dejó de sonar desde hace un instante...
- No se preocupe.- El oficial trató de calmarla.- Usted y su hijo.- Me señala a mí.- Ya pueden estar tranquilos, están a salvo.- Sale de la casa y me da una palmada.- Tuviste suerte.- Me dijo muy seriamente.- Pudo haber sido peor.-
Volteo a ver a donde está Cartman, un policía le dice algo mientras otro lo apretuja contra la patrulla y comienza a esculcarlo. Cuando termina, lo pone de pie, le colocan las manos a la espalda y le ponen unas esposas...
- ¡No! ¡No se lo lleven!- La Sra. Cartman me empujó y corrió hacia donde su hijo, pero un policía la detiene.- ¡Es mi hijo, es mi hijo! ¡No se lo lleven! ¡Eric! ¡Eric!-
Yo no sé qué mierda me pasa, no puedo moverme, ni puedo hablar, pensar, no puedo hacer nada, sólo ver. Ver cómo meten a Cartman a la patrulla que comienza a irse, y a la Sra. Cartman que cae de rodillas en la calle sin dejar de llorar, mientras que algunas personas se asoman por las ventanas de las casas vecinas y hablan de lo ocurrido. Tras unos minutos, mi cuerpo comienza lentamente a reaccionar y me acerco a la Sra. Cartman para ayudarla a ponerse de pie, más ella rechaza la ayuda y me mira con el rostro lleno de lágrimas...
- ¿Porqué, Kyle?- Se cubre el rostro con las manos.- ¿Porqué?- Después, alza la mirada al cielo.- ¡Eric!-
No pude soportarlo más y salí corriendo sin saber a donde me dirigían mis pasos. Sentí que el corazón me latía muy despacio, mi pecho me pesaba demasiado y se me dificultaba respirar. Aunque sabía que no estaban ahí, aún podía ver y oír todo como si se repitiera cíclicamente. Los gritos, las pisadas, los policías que se llevaban a un Cartman sin vida, los empujones, las palmadas. Sin embargo, lo que realmente me duele es ver a la Sra. Cartman llorando de rodillas por su hijo...
- "¿Porqué, Kyle? ¿Porqué?"- Como un barco anclado en medio del mar, esas palabras se anidan en mi mente, anclándose más y más.
Para cuando llegué a la casa de Kenny ya era muy entrada la noche, me dejó pasar y me ofreció un vaso de agua que bebí muy lentamente. Pasé la noche entera soñando una y otra vez todo el incidente, por lo cuál desperté muy tarde en la mañana siguiente. Kenny me ofreció algo de desayunar, así como a la vez me comentó que llamó a mis padres para decirles que me quedé toda la noche ahí. No me hace preguntas acerca de lo que sucedió porque a estas alturas ya todo el mundo debe de saberlo. South Park es un pueblo chico y cualquier cosa se sabe en cuestión de tiempo...
- ¿Fue mi culpa, Kenny?- Le pregunté con la esperanza de que me contara toda la verdad, ya que a estas alturas ya no había nada qué ocultar, el daño estaba hecho.
Sentándose en una silla frente a mí, que por cierto estoy sentado en el sillón, lo dijo todo sin omitir ningún detalle, frotándose las manos y sin mirarme a la cara, tal vez de la culpa, tal vez de la vergüenza...
Me contó de cómo Stan golpeó a Cartman sin dejarle explicar lo que me pasó a mí, de cómo la policía se lo llevó en la patrulla en vez de llevarlo en una ambulancia como lo hicieron conmigo, de cómo Stan convenció a mis padres de que Cartman intentó matarme y de que pusieran una orden de restricción, de cómo lo obligaron a él (A Kenny) de firmar como testigo del supuesto "Intento de homicidio" perpetrado contra mi persona, de cómo en la jefatura de policía les hablaron de un proyecto contra los criminales menores de edad...
Y fue ahí donde todo tuvo sentido, ya que, según Kenny, como Cartman aún era menor de edad y mis padres querían que ingresara en la cárcel en vez de la Correccional Juvenil, hicieron el siguiente arreglo: le dieron 5 meses de arresto domiciliario y si al término de la misma no infligía su libertad quedaría libre; de lo contrario, pasaría directo a la prisión con una condena de 5 años sin derecho a fianza...
¿Y cómo fue que lo encarcelaron si él no hizo nada? Era simple, el brazalete que me dieron realmente tenía otra función y no la que me dijeron. Estaba asociado junto con el monitor de tobillo electrónico de Cartman. Si ambos aparatos reducían la distancia entre ellos daría una serie de descargas eléctricas al que llevara puesto el monitor de tobillo electrónico y ambos aparatos mandarían una señal a la policía para que llegara de inmediato y lo arrestaran en el momento. Y fue por eso que Cartman no se resistió al arresto, así como también los oficiales me confundieron creyéndome hijo de la Sra. Cartman...
- Kyle, nada de esto es tu culpa.- Comenzó a decirme una vez que terminó de explicar.- Nadie te dijo nada al respecto ya que pensaron que eso te podría crear una crisis nerviosa de mierda. Y cómo nadie quería meterse en un jodido problema, aceptaron permanecer callados sobre el asunto.- Después tosió un poco mientras yo me sentía más mal conforme lo escuchaba.- Yo tuve mis dudas, especialmente cuando tu hermano Ike hizo una puta pregunta que sólo yo escuché.-
- ¿Cuál?- Ike es muy listo, pero por lo que me dice Kenny, es posible que mis padres le prohibieran intervenir en el asunto.
- Él dijo: "No entiendo, si el gordo culón siempre ha querido matarlo, ¿porqué entonces no lo dejó solo y decir que fue un accidente, en vez de ayudarlo a salir y mantenerlo consciente y de pie?"- Se mete las manos a los bolsillos.- Se jodió, Kyle. Nadie puede hacer un carajo por él.-
Me sorprende la actitud derrotista y conformista de Kenny y me da mucho coraje que me dijera eso. Y más al darme cuenta que los demás me vieran como una especie de jodido inválido o retrasado mental, además, todos me han mentido y me duele, me duele mucho. Tal vez a los demás no les importe, pero a mí sí...
- Te equivocas, Kenny. Aún puedo hacer algo.- Y salí corriendo de su casa mientras lo oía gritar mi nombre. No me atreví a mirar atrás porque sabía que me iba a detener. Y sí, hay algo que puedo hacer.
- ¡Pero, Kyle! ¿A donde vas?- Me preguntaba mi mamá después de verme subir y bajar las escaleras para ir por un poco de dinero y agarrar un paquete de pastelillos para comerlos en el camino.- ¡Contéstame!-
No le contesté, sólo cerré la puerta de un portazo y salí rumbo a la parada de algún autobús o transporte público, ya que me urgía llegar a mi destino: la Prisión de South Park, ya que yo, Kyle Broflovsky, arreglaría el malentendido sobre Eric Cartman...
No fue difícil lograr que me permitieran hablar con él en privado, ya que algunos de los policías y guardias son conocidos de mi papá. Así que me llevaron a un cuarto blanco donde hay una mesa, dos sillas, una gran ventana, posiblemente de doble vista y una cámara de seguridad. Uno de los tantos guardias, que por cierto están muy bien armados y protegidos, me dijo que tome asiento y que espere un momento, dándome cuenta de que me puse nervioso ya que aún no sé qué decirle al respecto. Digo, sólo pensé en sacarlo más no pensé en cómo sacarlo; así que en lo que aparece tendré qué pensar qué decirle, aparte, aunque tal vez sea buena idea decirle lo que no le he dicho desde hace ya varios días...
De pronto, un ruido me hace dejar de pensar, volteo a ver rumbo a la puerta y ahí estaba él, encadenado de pies y manos, en un traje color naranja, como ya algunas veces lo hemos visto portarlo. Sin embargo, un escalofrío me recorre por todo el cuerpo cuando lo veo más cerca. Está completamente pálido, tiene bolsas en los párpados, sus ojos están enrojecidos y apagados, como si no hubiera podido dormir la noche entera. Pero su mirada tan fría y dura como el de una piedra me da un poco de pavor, que casi podría cagarme del susto...
La sensación es tan rara, verlo de pie frente a mí con esos ojos vacíos de emoción, casi como un cadáver te registrara de pies a cabeza encontrando cualquier secreto oculto dentro de ti. Uno de los guardias que lo acompañan lo sienta, mientras que los demás se acomodan alrededor de nosotros con sus armas en mano, listos para disparar en caso de que fuese necesario. Y ya no quiero alargar más esto porque me pone nervioso, así que ahí va...
- Hey, Cartman... ehm... ¿cómo estás?- Realmente no sé qué decirle y la ansiedad me consume provocando que me frote las manos, las cuáles me sudan.- Ha-Hace tiempo que no te veía.-
No me contesta y yo siento que está molesto conmigo, lo sé. Así que lo mejor es dejar de darle vueltas al asunto...
- Ehm... mira, yo sólo vine, pues, a agradecerte por...-
- ¿Lo estás disfrutando, Kyle?- Dios, sus palabras suenan muy amargas.- ¿Te estás divirtiendo?-
- ¡N-No! ¡Claro que no! Yo sólo quería darte las gracias...-
- ¡No te creo ni una mierda!- Gritó al tiempo que se levantaba de golpe y tomándome de la ropa, me acercó a él. En ese momento me paralicé del miedo al ver sus ojos enrojecidos arder en furia, en odio.- ¡Sólo has venido a burlarte de mí!-
Todo sucedió muy rápido. Sentí que algo me empujó hacia atrás apartándome de Cartman. Alguien me sujetaba y sólo giré la cabeza para ver que está en el piso, los guardias están alrededor de él, miré que debido a sus cadenas no puede cubrirse el rostro y la sangre comenzó a brotarle...
- ¡No! ¡No lo lastimen!- No sé cómo me logré zafar del guardia, el corazón me latía demasiado rápido y tal vez, eso fue lo que me dio una fuerza desconocida, la suficiente para abrirme paso y cubrirlo resguardando su cabeza entre mi pecho mientras me empapo con su sangre.- ¡Él me salvó! ¡Él salvó mi vida!-
El golpe fue tan repentino que no sentí dolor alguno, poniéndose todo oscuro al instante. Para cuando desperté, ya me encontraba en otra parte y la cabeza me dolía mucho. Intenté incorporarme más un repentino mareo me obligó a mantenerme acostado...
- ¡Oh, ya despertó!- Dirijo la vista hacia donde proviene la voz. Frente a mi está un hombre de cabello y bigote castaño, con algo de arrugas alrededor de los ojos grises, de rostro alegre. Como viste una bata blanca deduzco que es un médico y que posiblemente estoy en una enfermería o en el hospital.- ¿Cómo está?-
- Me siento como mierda.- Le contesté sin dejar de tocarme la cabeza.- ¿En donde estoy?-
- Esto es la enfermería de la prisión y no se preocupe, por fortuna sólo tuvo un golpe en la cabeza. Nada que unos desinflamatorios y horas de descanso no puedan arreglar.- Me dijo sonriendo y dándome palmadas en una de mis piernas.
- ¿Y Eric?- Me incorporé con mayor cuidado y lentitud.- ¿Donde está Eric Cartman?-
Apenas lo mencioné, el doctor puso una mirada muy seria, lo cuál me hizo tragar saliva, pero después me dio una sonrisa triste...
- No creo que deberías de saberlo.- Me dijo en un tono más débil.- Además, es un convicto y...-
- Por favor.- Lo interrumpí.- Dígame cómo está.- Ya sé qué está mal pero quiero saber qué tan mal está.- Necesito saberlo.-
Exhaló un fuerte suspiro y revisó un par de hojas antes de volver a mirarme con aire serio...
- En estos momentos está internado en un hospital, siendo vigilado muy estrictamente por guardias y policías. Según el reporte que me llegó hace un par de horas.- ¿Un par de horas? O sea que, ¿llevo horas desmayado aquí?- Tiene varias contusiones, perdió una cantidad considerable de sangre y no saben cuándo recuperará la conciencia.-
- ¡Oh, Dios!- Me llevé una mano a la boca tratando de lidiar con lo que me acaban de decir. Es... horrible.
- Hay algo más pero, es algo que no deberías de saber.- Mientras lo miro confundido e intrigado por sus palabras, se sienta a un lado mío evitando contacto visual alguno y habla apenas lo suficiente para poder oírlo.- También presenta trauma rectal severo.- Tal vez sea mi imaginación pero de pronto sentí que todo transcurría como si estuviera en cámara lenta. ¿Acaso dijo "Trauma rectal severo"?- Aunque eso ya lo sabía mucho antes del reporte médico.-
- ¿Cómo?- De pronto sentí la garganta muy seca por lo que mi voz sonó muy rasposa.- ¿Cómo pudo enterarse antes?- Es una muy buena pregunta, ¿no lo creen?
- Aquí uno se entera de muchas cosas.- Me lo confiesa como si fuera un secreto.- Apenas llegué en la mañana y ya se corría el rumor entre los reos de que ese muchacho tuvo una "visita" anoche en su celda. Según cuentan, fueron cinco los presos que lo violaron.-
Hace mucho tiempo, no, más bien, desde que era un niño siempre esperaba oír que algo malo le pasara a Cartman. Cada vez que me preguntaban "¿Adivina qué tiene Cartman?", siempre contestaba que alguna enfermedad o esperaba que se fuera del pueblo o algo así. Incluso, le pedía con mucha fuerza a Dios que cada día le ocurrieran cosas malas, cosas como quedar humillado delante de todo el mundo y que no se cumplieran sus planes. Lo odiaba, por lo tanto no pedía que algo bueno le ocurriese en la vida. Crecí y conmigo, esos pensamientos se tornaron en cosas malévolas y sucias, tales como que fuera golpeado, ya sea por mí o alguien más; que lo arrestaran sin importar el motivo, que lo secuestraran, que alguien lo violara o que amaneciera muerto sin razón alguna. Siempre me dije que ese sería el día más feliz de mi vida, que sería la mejor de las noticias que haya recibido en toda mi existencia, que me reiría como la vez que nos dijeron que tenía SIDA (Hasta que me infectó, claro) y hasta me juré que ese día haría la más grande de las fiestas, incluso mejor que las de Bebe y Token juntas. Así que, siempre lo esperé con muchas ansias...
Y ahora, lo que siempre había deseado se volvió realidad, era algo bueno, ¿no? Siempre, siempre lo esperé. Entonces, ¿porqué siento que todo se ha detenido? ¿Por qué de repente el aire es más pesado, que el alma se separa de mi cuerpo, que el estómago se me retuerce como si estuviera rodeado de fuego, que la vista me falla y la cabeza me explota? Tanto pedirle a Dios, ¿y sólo para sentirme como mierda? Mi deseo se cumplió tal y como lo quise, entonces, ¿por qué mi boca sabe amarga? ¿Era acaso porque muy en el fondo no era lo correcto? Recibí una buena educación, tengo una familia amorosa y estupendos amigos que están conmigo en las buenas y en las malas, ¿y es esto lo que soy? ¿Una persona perfecta por fuera y podrida por dentro? ¿Alguien correcto entre la gente y terrible a solas?...
- Pero bueno.- La voz del doctor me hace voltear a verlo.- No le fue tan mal.-
- ¿Qué no le fue tan mal?- Sus palabras en cierta forma me hacen enojar.- ¿Cómo puede estar tan tranquilo diciendo eso? ¿Acaso tiene mierda en la jodida cabeza?-
- Escúchame bien, hijo de puta.- El médico me toma del brazo apretándolo con fuerza.- Veo cosas como estas todos los días, por lo que no es nada nuevo para mí.- Veo que aprieta fuertemente los dientes.- ¿Crees que esto no me afecta? Aquí en la prisión uno se entera hasta de las cosas que se hacen por debajo del agua. Y tengo razón en decir qué no le fue tan mal. Hay tipos a los cuáles no sólo los violan también los golpean e incluso no llegan ni siquiera al día siguiente.- Mi corazón se llena de terror al oír todo eso.- ¿Y qué pueden hacer? ¿Acusarlos? ¿Para qué? Ya están en la cárcel y muchos de ellos no saldrán nunca. Y si los llegan a acusar, nunca hay pruebas ni testigos por qué nadie dice nada, aún sabiendo quiénes son y especialmente cuando hay un guardia de por medio. Sino, ¿cómo crees que entraron esos tipos a su celda? Por eso están jodidos cuando caen aquí y más siendo tan jóvenes. Es como aventar carne fresca a lobos hambrientos y uno no puede sentir pena por ellos porqué son culpables. Son criminales hechos y derechos.-
- Él es inocente.- Comencé a llorar mientras me soltaba el brazo.- Él me salvó la vida.-
Y sin más preámbulos, le conté todo de principio a fin, lo que recordaba y lo que Kenny me contó en su casa. Lloré sin detenerme y por un momento me sentí un poco mejor, mientras el galeno me escuchaba en silencio y muy atento a todo lo que decía sin interrumpirme. Cuando acabé, lo miré...
- Yo no sabía, por Dios, yo no sabía.- Me escudé en mi ignorancia como si fuera suficiente para protegerme de lo que fuera a decirme.
- Son casi las tres de la tarde.- Me dijo tras revisar su reloj.- Necesitas ir a la jefatura de policía y decirles la verdad, ya que aquí no conseguirás nada.- Se puso de pie y me gritó aturdiéndome.- ¡Pero ya! Porque si te tardas más tiempo será muy tarde para él. Estas mierdas tardan un carajo de tiempo, así que déjate de pendejadas y vete ya.-
Llamó a un guardia que me acompañó hasta la salida, una vez afuera tomé un taxi y llegué a la jefatura de policía. Les conté todo con lujo de detalles, explicándoles exactamente lo que pasó. Más no contaba con el siguiente problema...
- Él se declaró culpable.- Me dijo el jefe tras oír mi historia.
Pedí ver los videos de la interrogación y las copias de los documentos que se procesaron. Me llevaron a un cuarto donde estaba una mesa, una silla, varias cámaras, una televisión y un DVD. Vi cada una de las grabaciones creyendo que posiblemente lo hayan obligado a confesarse culpable, ya que la presión que ejercen los detectives es terrible. Pero de nada me sirvió verlos, en todas se dirigía con mucha calma y sonaba tan convincente que te hacía dudar que era inocente...
- "Yo, Eric Theodore Cartman, me declaro culpable..."- Así iniciaban los papeles y terminaban con su firma. Culpable, es una palabra muy pesada para mi gusto.
También vi la firma de mis padres, de Stan y Kenny, y sentí un golpe en el estómago, ya que supuestamente lo hicieron pensando en mí, sin preguntarme si era verdad o mentira...
El jefe de la jefatura me explicó que la única manera de sacar al culón de la cárcel era haciendo que mis padres retiraran la demanda, y si el doctor tiene razón con respecto a que esta mierda va a tardar un carajo de tiempo, entonces los forzaré a que hoy mismo, más a tardar mañana temprano, inicien con los trámites antes de que Cartman vuelva a pisar la prisión. Una vez que salí de la jefatura me decidí a llamar a mis papás, más reaccioné al tener de frente a la caseta telefónica, ellos no son los únicos con los que tengo que hablar...
- ¿Kenny? Habla Kyle, escucha. Necesito que vayas por Stan y se dirijan a mi casa, por favor.- Hice una breve pausa.- Estoy bien, no te preocupes. ¡Ah! Y Kenny, asegúrate de que mis padres también estén, necesito hablar con todos ustedes, es urgente. Gracias.- Y le colgué de inmediato para que se diera prisa en lo que yo me dirigía a mi casa para confrontarlos.
- ¡Oh, Dios mío!- Gritó mi mamá horrorizada al abrirme la puerta con una venda en la cabeza y la ropa manchada de sangre.- ¡Pero Kyle! ¿Qué te pasó?-
Le lancé una mirada muy fría a mi mamá y me encaminé a la sala sin contestar su pregunta. Mi papá, Stan y Kenny están ahí sentados en los sillones visiblemente preocupados, mi mamá me sigue y al verme, Stan salta de sus asiento...
- ¡Kyle! ¿Qué te ocurrió?- Se me acercó y me tomó de los brazos.
No lo miré a la cara, me solté y me senté en un sillón viendo al suelo, esperando un instante para poder hablar sin perder el control, porque esto es muy serio, al menos, lo es para mí...
- Fui a ver a Cartman.- Les dije tras un largo e incómodo silencio.
Mis padres y Kenny abren los ojos sorprendidos, mientras Stan hace un ruido con la cabeza y se dirige a mi papá...
- ¿Ve, Sr. Broflovsky?- Stan me señaló con un brazo sin dejar de mirar a mi papá.- ¿Ve como yo tenía razón?- Se cruza de brazos con aires de grandeza.- ¿No le dije yo que en la primera oportunidad que él tuviera trataría de matar a Kyle?-
- ¡Oh, Gerald!- Mi mamá se abalanzó hacia mi papá comenzando a exagerar la situación.- No podemos permitir que ese homicida siga viviendo aquí.- Apreté con fuerza el brazo del sillón tras oír esa palabra, mientras la rabia comenzaba a fluir con rapidez.- Debemos hablar con alguien competente y mandarlo a una prisión fuera del país, sólo así podremos estar todos tranquilos.- Pronto los tres comenzaron a discutir, mientras Kenny no hacía nada más que ver.
- No.- Y todos voltearon a verme creyendo no haberme oído.
- ¿Dijiste algo, hijo?- Me preguntó mi papá.
- Dije que no, que no lo saquen del país.- Trato de controlarme en lo que ellos me miran con extrañeza. Mi mamá se me acercó llorando.
- ¿Pero acaso no comprendes, Kyle? Él quiso matarte.-
- Él no lo hizo.- Sentí que me quedaba sin aire, así que empecé a respirar con prisas.- Él no hizo nada malo.-
- ¿Cómo carajos qué no?- Stan se acercó a mí enojado.- ¡Él trató de matarte, Kyle! Y esto.- Me sujetó de las partes manchadas de sangre.- Esto es la jodida prueba, Kyle. ¡Él quiso matarte!-
- ¿Estás seguro, Stan?- Empapado en lágrimas, vuelvo mi rostro hacia él.- Tú no estuviste ahí.-
- Kyle.- Oí que me padre me llamaba y me giré para verlo.- ¿Porqué mejor no te vas a tu cuarto? Cuando te sientas mejor lo hablamos todos con más calma.-
- No, papá, no puedo.- Le contesté sin dejar de llorar. El tiempo está corriendo y darle largas al asunto no resolverá nada.- Porque si Eric se muere, va a ser mi culpa.-
Todos se detuvieron en seco mientras lloro con más fuerza, cubriéndome el rostro con ambas manos, sintiendo que me explota el pecho. Kenny se levanta de su asiento, se acerca a mí poniéndose de cuclillas y me pregunta...
- ¿Qué pasó?- Apoyó una mano en mi rodilla para tratar de calmarme.
- Fui a verlo para hablar con él en privado.- Comencé con un tono muy bajo.- Había muchos guardias vigilándonos y cuando vieron que se enojó y me tomó de la ropa, lo comenzaron a golpear.- Las imágenes volvieron a mi mente, como también el ruido a mis oídos, así que me los cubrí cerrando los ojos.- Les grité que se detuvieran pero no me escucharon, así que intenté protegerlo pero no pude, no pude hacerlo.-
- Ellos, los guardias.- Mi papá tragó saliva y trató de calmarse mientras hablaba.- ¿Ellos te golpearon?-
- Sí.- Y agaché la mirada avergonzado.
- Entonces.- Kenny me volvió a hablar.- ¿La sangre...?-
- Es de Cartman.- Traté de limpiarme las lágrimas más era inútil.- Yo sólo recibí un golpe.- Les aclaré.
- ¡Pero Kyle!- Mi mamá me tomó de los brazos y me sacudió.- ¿En qué estabas pensando? ¿Cómo se te ocurre ayudar a ese horrible muchacho?- No le respondí, así que permanecí en silencio.
- Pues lo mejor sería que se muriera.- Todos volteamos a ver a Stan, que sigue creyendo que Cartman quiso matarme.- Sólo así se acabaría tanta mierda.- No puede hablar en serio, Cartman también es su amigo, ¿no? Él no puede ser capaz, ¿o sí?
- No sabes qué carajos dices, Stan.- Le dijo Kenny un poco adolorido y molesto.
- ¡Kenny, tú también lo viste! ¡Él lo iba a matar si nosotros no hubiéramos detenido!- Stan luce desesperado por tener la razón.- ¡Por eso los guardias lo jodieron, sino Kyle no estaría aquí!-
- ¡Ya basta!- Le grité.- ¡Cállate, Stan! ¡Cállate! ¡No sabes ni una mierda de lo que pasó! ¡No sabes nada! ¡Yo fui a la cárcel a verlo, así como también fui ayer a su casa!- Me levanté pero mis piernas no pudieron soportar mi peso y caí de rodillas.- ¡Yo sólo quería agradecerle!- Las miradas estupefactas se clavaron en mí.- ¡Quería darle las gracias porque me salvó la vida, Stan!- Sentí que me quitaba un gran peso de encima y me tranquilicé un poco.- Él me salvó.-
- E-Eso no es verdad.- Stan contestó vacilante.- Él siempre ha querido ma-matarte, y, y se de-declaró culpable.-
- ¡Fue porque no dejaste que dijera ni una mierda!- Le grité enojado.- ¡Lo golpeaste, maldito hijo de puta, y no lo dejaste decir nada! ¡Convenciste a mis estúpidos padres de acusarlo de algo que no hizo! ¡Y todavía tenías el descaro de sonreírme y mentirme en mi propia cara cuando me hablaron del brazalete de mierda!- Quiso decir algo pero no lo dejé.- Kenny me contó todo hoy en la mañana.- Stan miró a Kenny, que sólo agachaba la mirada.- Y yo me lo creí todo. Asumí que Cartman también estaba recibiendo atención médica así que no preguntaba por él. Y fui un pendejo al creer que salvaría vidas si funcionaba lo del brazalete. Y pensé que todos se preocupaban por mí cuando en realidad me veían como un retrasado mental o un jodido inválido.- Me cubrí el rostro con las manos.- Me siento como un estúpido por tragarme tanta mierda.-
Me detuve para llorar un rato, nadie se movía ni decía nada. Y yo me sentía cada vez peor conmigo mismo...
- Kyle.- Mi papá me puso una mano en el hombro y lo miré a los ojos.- ¿Cómo sucedió? ¿Cómo te salvó ese muchacho?-
Todo sucedió así: los cuatro salimos a perder el tiempo, por lo que nos dirigimos al bosque, encontramos una especie de arroyo y al tratar de encontrar su origen, dimos con una cueva. Entramos explorándola y nos adentramos siguiendo el arroyo que cada vez se hacia más ancho. Stan comenzó a decir algo sobre un tesoro escondido y Cartman empezó a decir algo acerca de qué tan ladrones son los judíos. Discutimos como usualmente lo hacemos pero Stan y Kenny se hartaron y se salieron, dejándonos solos...
Cartman siguió recorriendo el lugar mientras yo lo seguía gritándole molesto por el comentario. Y de pronto, se acabó el camino y sólo había agua y piedras, Cartman se frustró por eso y comenzó a decir que era mi culpa por ser judío. Nos gritamos y nos empujamos un par de veces. Le grité que ya estaba harto de él por ser un pendejo y por hablar mal de mi gente, así que sin pensarlo, quise cruzar al otro lado del arroyo saltando encima de las rocas. Resbalé, caí al agua y nunca pensé que la corriente fuera tan fuerte ya que me arrastró al instante y me hundía a cada rato. Varias veces salí a la superficie pidiéndole auxilio a gritos a Stan y a Kenny, desesperándome porque no veía que me ayudaran...
- Me golpeé con algunas de las rocas y ya no me quedaban fuerzas. Justo cuando creí que no vivía para contarlo, Eric se aventó al agua y me sujetó rodeándome con su cuerpo para evitar que me siguiera lastimando con las rocas y no me soltó. Intentó acercarse a la orilla pero la corriente era más fuerte que él.- Tomé un poco de aire para continuar.- Yo no podía abrir los ojos en ese momento, así que sólo lo oía gruñir y quejarse, cuando de repente sentí que nos detuvimos y me aventó a la tierra. Nos quedamos quietos tomando todo el aire que nuestros pulmones nos permitían, de pronto sentí que se me acercó y me dijo: "Tenemos que salir de aquí, Kyle." Yo asentí con la cabeza, que me empezó a punzar terriblemente y él me levantó del piso, trataba de mantenerme despierto mientras caminábamos casi arrastrando los pies, ocasionalmente casi caía al suelo por la falta de fuerzas, y ya no recuerdo más.- Comenté casi finalizando mi relato.- Sólo que estaba oscuro, que alguien más me sujetó, ví algunas luces y creo haber oído una ambulancia o una patrulla.-
Mis padres se miraron por un momento antes de verme a mí, que ya no estaba llorando, y volvieron a tomar asiento. Stan se quedó de pie viendo el suelo y Kenny no hacía absolutamente nada, casi como si fuera a romperse o algo así...
- Papá, hay que retirar los cargos.- Le rogué.- Sólo así Cartman estará libre. Por favor, quita la demanda que pusieron en su contra. Por favor.-
- No puedo, Kyle.- Dijo tras un momento de silencio.- Si lo hago, mi reputación de abogado quedará seriamente dañada e incluso perdería clientes, hasta mi trabajo por falta de profesionalismo y ética. Lo siento, pero no puedo hacerlo.- No puedo creer que mi papá me diga que es más importante su imagen pública que hacer lo correcto.
- ¡Un "lo siento" no va a solucionar nada, papá! ¡Tú no entiendes nada!- Le grité enojado mientras las lágrimas me salían del coraje.- ¡Por mi culpa lo metieron a la cárcel! ¡Por mi culpa lo golpearon casi hasta matarlo! ¡Por mi culpa anoche cinco tipos lo violaron!- Sentí que me rompía por dentro, es tanta la carga de emociones que casi no puedo con ellas.
Mi mamá se cubrió la boca al oírlo todo, Stan y Kenny lucen perturbados y mi papá no se decide. Y cuando él está indeciso, nunca hace nada al respecto, así que debo yo tomar la decisión o dejarla ir. Furioso, fui a la cocina, tomé el cuchillo más filoso y regresé a la sala...
- ¡Kyle!- Mi mamá gritó aterrorizada y se acercó para quitármelo de las manos.- ¿Qué vas a hacer?-
- ¡No me toquen!- Les grité para que se detuvieran.- ¡Papá, te juro que si en este instante no vas ni quitas la demanda contra Eric, me cortaré la mano para quitarme esta mierda y partirla en pedazos!- Apreté el filo contra mi muñeca izquierda, justo abajo del brazalete para no errarle.
- ¡Pero Kyle!- Gritó mi padre horrorizado al verme así.- ¿Acaso estás loco?-
- ¡Promételo!- Le grité nuevamente.- ¡Júrame que sacarás a Eric de la cárcel para antes de mañana al medio día!- Quité mis brazos del alcance de todos para que no me detuvieran.- ¡Júralo o me corto la jodida mano hasta desangrarme! ¡Júralo!-
- Está bien.- Respondió mi padre al ver que no tenía opción y arrojé el cuchillo a sus pies.
- Y ustedes.- Les dije a Stan y a Kenny mientras abría la puerta de enfrente.- ¡No quiero volver a verlos aquí ni tampoco quiero que me vuelvan a hablar hasta que yo les diga!-
- ¡Pero Kyle!- Stan luce muy descompuesto y más al saber que todo fue su jodida culpa.- ¡Yo sólo quería ayudarte!- Agacha la cabeza.- Tú eres mi amigo.-
- Ya no somos amigos.- Le contesté fríamente y él volteó a mirarme asustado.- Así que vete de mi casa, por favor.-
Stan sale por la puerta y se queda ahí, tal vez esperando a Kenny ó a que yo cambie de opinión y lo perdone, pero lo que hizo es terrible y dudo mucho que cambie de parecer. Entonces, vi que Kenny se paró delante de mí...
- Kyle, yo sólo quería decirte que nunca estuve de acuerdo.-
- Entonces no hubieras firmado, Kenny.- Le contesté y salió de mi casa. Miró a Stan, dio un resoplido y comenzaron a irse.- ¡Y más vale que le rueguen a Dios que Cartman no se muera porque juro que se van a arrepentir, par de pendejos!-
Cerré la puerta azotándola con fuerza y me apoyé de espaldas con ella. Sé que no debería portarme así con ellos, pero toda esta mierda la pudieron haber evitado y así a Cartman no le hubiera ocurrido nada. Ante el pensamiento de Cartman, recordé que tengo algo más qué hacer. Algo más delicado...
- Kyle, ¿a donde vas?- Mi mamá angustiada me sujetó del brazo al ver que abría la puerta dispuesto a irme en ese momento.
- Voy a ver a la Sra. Cartman, tengo que hablar con ella.-
- ¿Y no puede ser mañana, cuando estés más calmado?- Me sugirió.- Además, ¿qué le puedes decir a esa mujer?-
- No, mamá.- Le contesté al tiempo que me soltaba de ella y cerré la puerta.- A esa mujer, por la culpa de todos nosotros, le han quitado lo único que tiene en el mundo, y si a ti no se te remuerde la conciencia, a mí sí. Por eso voy a ir a verla, porque por mi culpa tuvo que pasar la vergüenza de ver cómo la policía se llevaba a su hijo siendo inocente. Y le pediré perdón, de rodillas si es necesario, porque ella no se merece ni un carajo de esta mierda.-
- Ve, Kyle.- Me dijo mi papá mientras ponía sus manos sobre los hombros caídos de mi mamá, que no podía ni verme a la cara al darse cuenta del gran daño que le hicimos también a la mamá de Cartman.
No tardé mucho en llegar a la casa de los Cartman's, llegué a la puerta pero como la encontré entreabierta, decidí entrar...
- ¿Hola?- La sala estaba a oscuras, así que abrí la puerta por completo para que entrara algo de luz, aunque no es suficiente ya que se ocultó por completo el sol.- ¿Hay alguien?-
Encendí la luz y ahí la encontré, en el sillón. Tenía sus manos entrelazadas que descansaban sobre sus piernas, lucía cansada pero no había rastro de emoción alguna reflejada en su rostro, sus ojos estaban secos y apagados. Me acerqué a ella con paso lento más no me volteaba a ver y poco a poco la angustia se apoderó de mí, sintiendo cómo se me estrujaba el corazón al verla así. Puse una rodilla en el suelo y la miré directo a la cara...
- Yo...- Mi voz se quebraba al mismo tiempo que las lágrimas amenazaban con aparecer de nuevo.- Yo había venido a ver a Eric porque quería darle las gracias por salvar mi vida.- No sabía si me escuchaba o no, porque no se movía para nada.- Pero... nadie me contó la verdad. Yo no sabía, y por mi culpa lo metieron a la cárcel.-
Me contuve de seguir ya que me tapé la boca tratando de ahogar un sollozo, ¿cómo iba yo a decirle que violaron a su hijo y que en estos momentos podría estar muerto? Quería traer a Stan y hacerlo confesar todo lo que pasó pero, ¿para qué? Nada de lo que él hiciera ahora serviría de algo...
- ¡Perdón, perdón!- Agaché la mirada mientras las lágrimas corren por mi rostro.- Yo sacaré a Eric de la prisión, Sra. Cartman! ¡Él es inocente y lo voy a sacar! Lo voy a sacar.-
- Mi hijo.- Se cubrió el rostro con las manos mientras las lágrimas caían de sus ojos.- Mi pobre hijo, Eric.-
Apoyé mi cabeza en sus piernas repitiendo una y otra vez que me perdonara, ella me la acarició como si también fuera su hijo y permanecimos llorando por un largo rato. Ella por su hijo, y yo dejando escapar en el llanto el odio, el rencor, el miedo, la tristeza, la angustia y todas esas emociones negativas que se estaban anidando en el corazón...
A la mañana siguiente, mi papá fue y retiro todos los cargos en contra de Cartman, y no solamente eso, con la ayuda del doctor de la prisión, logró hacer que el gobierno le diera una gran compensación monetaria, un tratamiento psicológico gratuito, además de que cubrieran todos los gastos médicos por el maltrato físico y emocional que sufrió en la cárcel, lo cuál me pareció muy justo ya que Cartman no se merecía nada de eso. Cuando llegaron a este fallo, Eric todavía seguía en el hospital y sólo una vez nos permitieron verlo. El pobre lucía terriblemente mal, tenía la nariz rota, un ojo hinchado, tenía varios moretones y cardenales en la piel. Yo acompañé a la Sra. Cartman, especialmente cuando le dijeron exactamente lo que le pasó a su hijo durante su estancia en la prisión, la abracé con fuerza y le prometí que, una vez que recuperada la conciencia, lo ayudaría en lo que fuera necesario...
Los días pasaron y mientras seguía sin hablarles a Stan y a Kenny, iba casi siempre a ver a la Sra. Cartman para ver si tenía noticia alguna de Eric. Algunas veces platicábamos y fue por ella que me enteré que él el había contado toda la verdad desde que lo pusieron en arresto domiciliario, más nunca le dijo el porqué se había declarado culpable. También que durante todo ese tiempo, él estaba sumamente triste y ella trataba de animarlo lo más que podía, pero que había ocasiones en las que sólo se quedaba en su cuarto sin salir de la cama. Me sentía mal por oír eso, pero ella me decía que no era mi culpa y que no me preocupara porque ya había sufrido bastante. Y yo sólo le sonreía...
Y fue en una de esas charlas en la que me enteré que Cartman había perdido uno de sus guantes cuando me salvó. Verán, Cartman es friolento, por lo cuál necesita estar muy abrigado porque no tolera el frío. Así que él sigue usando guantes, estos son de color café claro, una chamarra gruesa de color rojo con una franja horizontal azul, playera azul rey, pantalones negros y zapatos color café. En fin, ella me contó que ese guante se perdió porqué se lo arrancó a mordidas. No, no es que tuviera hambre o algo así, cómo no podía sujetarse con nada y no podía soltarme, se mordió con fuerza los dedos en un intento de quitárselo, dejándolo roto y ensangrentado, al igual que sus uñas, tal vez de ahí la sangre que no sabía si era mía o de él. ¡Cielos! Mientras más me entero de lo que hizo Cartman por mí, más mal me siento yo por él...
Cuando recuperó la conciencia nos llamaron de inmediato y nos pusimos felices, pero esa alegría se esfumó cuando nos dijeron que lo primero que pronunció fue que nadie lo fuera a ver. Nos sentimos mal por su decisión pero de inmediato reflexionamos cuando la persona que nos llamó nos dijo que era lo mejor para él, ya que posiblemente se deprimiría porqué sabíamos sobre el abuso en su persona y más, conociéndolo, si íbamos a verlo por compasión. Así que esperamos a qué dieran de alta...
Apenas salió del hospital y llegó a su casa para encerrarse en su cuarto, sólo salía para ir al baño y ducharse. Ni siquiera salía a comer ya que su mamá le llevaba la comida al cuarto y no dejaba que nadie lo viera, por lo que cerraba las puertas y ventanas, corriendo las cortinas. Varias veces quise hablar con él y disculparme como era debido, pero él le pidió a su mamá que no me dejara ni siquiera acercarme a las escaleras, lo que me frustraba muchísimo, por lo cuál dejé de ir tan seguido...
- Mañana vendrán por él.- Me dijo la Sra. Cartman refiriéndose a los de un Centro de Rehabilitación para personas que han sido abusadas sexualmente.- Si deseas, puedes venir a despedirte.-
- Sí, gracias, Sra. Cartman.- Y me fui a buscarle un regalo de despedida para dárselo antes de que se fuera.- Nos vemos mañana.-
Como el Centro de Rehabilitación está en las afueras de la ciudad y Cartman necesitaba ir todos los días, le ofrecieron un cuarto para que pudiera quedarse ahí el tiempo que fuera necesario para su terapia, así que al día siguiente llegué con una caja de chocolates rellenos de malvavisco sólo para encontrarme con que lo recogieron en la noche, por lo que no pude despedirme...
- Lo siento mucho, cariño.- Trató de levantarme los ánimos.- A mí también me tomó por sorpresa que se lo llevaran en la noche. Pero no te preocupes, el día de la visita podrás verlo y tal vez él quiera platicar contigo.-
- Sí, tal vez. Gracias, Sra. Cartman.- Y le dejé la caja de chocolates.
El día de la visita estaba programado para un mes después de ser internado, ya que nos explicaron que primero tenían que aislarlo de cualquier estímulo que le hiciera recordar las cosas malas que le habían pasado. Así que un mes después me arreglé lo mejor que pude, así como también preparé el regalo de cumpleaños que le llevaría, un libro autobiográfico de Terrance y Phillip. Como la Sra. Cartman se ofreció a llevarme, la esperé en mi casa para irnos desde ahí y conversamos un poco durante el camino sobre cosas sin importancia, impacientes de volver a ver a Cartman...
Llegamos al lugar y fuimos a la recepción para registrarnos y así nos dejaran ver a Cartman. El lugar era agradable, había mucha vegetación, algunas canchas para practicar deportes, una piscina, una biblioteca, dormitorios y lo que se requiriera para atender a los pacientes. Cuando llegamos a la recepción, nos dimos cuenta de que algo malo había pasado, ya que los trabajadores, terapeutas y enfermeros voluntarios lucían nerviosos y corrían de un lado a otro, justo en ese momento nos atendió una mujer...
- Disculpen, pero en este momento no podemos dejar pasar a las visitas.- Nos contestó cuando le dijimos a qué fuimos ahí.- Lo que sucede es que se escapó uno de los pacientes desde anoche y no podemos permitir que se mezcle entre la gente que viene de visita.-
La Sra. Cartman iba apenas a preguntar por su hijo cuando una persona con una bata blanca, pantalones negros y camisa café claro con un gafete se acercó a la mujer...
- Anuncie a todos que detengan la búsqueda, ya debe estar muy lejos como para creer que aún está aquí.- Le ordenó.
- Sí, señor.- Contestó la mujer y dio el mensaje por el altavoz.
- Disculpe.- Detuve al señor para que nos pudiera auxiliar.- Nosotros vinimos a visitar a uno de los que están internados aquí. Ya que no nos dejan verlo, ¿nos podría decir al menos si está bien?-
- ¿Cuál es el nombre de esa persona?- Nos preguntó accediendo a mi petición.
- Eric Theodore Cartman. Es mi hijo.- Le contestó la Sra. Cartman.- ¿Él está bien, señor?-
El señor se rascó un poco la cabeza, la giró un par de veces, cerró los ojos y después suspiró...
- Lamento ser yo quién se lo informe, señora, pero me temo que no tengo opción.- Dijo muy seriamente.
- ¡Oh, Dios! ¿Le pasó algo malo a mi hijo, señor?- Ambos nos asustamos ya que no sabíamos si estaba relacionado con lo del escape.
- Señora, su hijo se escapó anoche y no hemos podido encontrarlo.-
El señor nos explicó que Cartman sólo se la pasaba sentado en la cama sin hacer nada, comía muy poco y sólo iba al baño, por lo que a todos se les hizo costumbre verlo así, por lo que le dejaban la puerta del dormitorio abierta. Más no contaban que se escaparía, por lo que a las primeras horas de la mañana pensaban qué estaba en el baño hasta que se dieron cuenta de no estaba ahí...
Regresamos al pueblo sin decirnos nada durante todo el trayecto, llegando primero a la casa de la Sra. Cartman para ver si había regresado ahí. Sin embargo, no lo encontramos así como también nos dimos cuenta de que no regresó a South Park...
Esa tarde volví a donde todo había empezado, el arroyo. Caminé un rato pensando en qué carajos estaría haciendo el culón estúpido por haberse ido de ahí. De pronto, algo en el agua llamó mi atención y con cuidado lo recogí reconociéndolo al instante. Era el guante de Cartman, que estaba roto y ligeramente teñido de sangre...
- ¿En donde carajos estás?- Apreté el guante mojado entre mis manos.- ¿Donde estás, Cartman?-
Bien, aquí están algunas de las frases que saldrán en los siguientes capítulos:
- ¿Qué esperabas Kyle? ¿Qué todos lo recibieran con los brazos abiertos?
- Dios me odia.
- Señor, este niño ha sufrido demasiado, déjalo morir en paz.
- Las buenas personas me han destruido, deja que las malas acaben conmigo.
- Tenía hambre.
- Eres un egoísta, ¿lo sabes?
- Yo no pedí tener esta vida.
- Yo te entiendo, yo sé lo que se siente hacer cosas por hambre.
- No te voy a ayudar a ti, voy a ayudarla a ella.
¡Nos vemos! ;D
