Hola nakamas, aquí venimos con un fanfic compartido con una amiga, dansell23, para vosotras/os pervertidos/as (como nosotras pero bueno), aquí les dejamos este fanfic universo alterno…
Bien, aclaraciones: este es un fanfic yaoi, osease, chico x chico, así que si no os gusta, media vuelta y desfilando que es gerundio, a los que les guste, quedaros y disfrutarlo a tope. Es un Zoro x Sanji que salió una tarde loca de pervertimiento. Un pequeño resumen: a Zeff, padre adoptivo de Sanji, empezaron a lloverle las deudas, sobre todo de juego, y pidió ayuda a la mafia. Años más tarde, Zeff desapareció con su deuda intacta, pasándosela a Sanji, sin su conocimiento, por lo que el pobre rubio tendrá que pagarlo… De cualquier manera. Sin más dilación aquí os dejamos con nuestra pequeña obra llamada:
HAY MUCHAS FORMAS DE PAGAR…
Capitulo 1:
-Sanji-kun, deprisa por favor-le apremia una voz femenina, perteneciente a una chica vestida con un delantal blanco y una bandeja en sus manos.
-Enseguida, Vivi-chan-responde el aludido con una sonrisa, pasándola tres platos rápidamente.
La chica agradece con un gesto de cabeza y va inmediatamente a servir a los hambrientos clientes. El rubio, resopla sobre un mechón de pelo que le cae sobre el ojo, haciendo un gracioso movimiento, y quedando el pelo como estaba antes.
Se pone a preparar una ensalada, cortando rápidamente y con maestría los vegetales, hasta que otra voz femenina, le llama de nuevo, y una morena, bastante alta y enfundada en un elegante conjunto negro, se pone a su lado.
-Sanji-kun, tu turno de cocinero ya pasó, Vivi-chan te sustituirá ahora-sonríe la morena-, ve a cambiarte, te toca ser el camarero-.
-Sí, Robin-san-sonríe el chico, dejando a un lado el cuchillo y quitándose el delantal hasta las rodillas.
Se baja las mangas de la camisa naranja pastel y negra a rayas, se pone la chaqueta y se ajusta la corbata, saliendo por la puerta de la cocina, cruzándose por el camino con Vivi. La sonríe y se acera a la mesa de una nueva pareja que acababa de llegar.
-¿Qué desean, señores?-pregunta educadamente, mostrándoles la carta de vino que traía consigo.
Coge la carta un tipo de mirada espeluznante y fría en demasía, que a Sanji le da un escalofrío involuntario. Al lado del tipo siniestro hay otro hombre, visiblemente más mayor, pero muy pintoresco, con una gran mata de pelo azul en forma de tupé, y que va sin pantalones, en tanga.
-A mi tráeme tres botellas de cola, chaval-pide el del tupé-, hoy me siento súper-se levanta de repente y hace una pose extraña, que hace que una señora de un grito.
-Tú siempre estas súper-musita el de la fría mirada, con una voz calmada y sensual-, tráeme un Gran Caus*, por favor-le devuelve la carta.
-Enseguida-mira de reojo de nuevo al pervertido, que es obligado por el otro a sentarse.
Baja a la bodega, buscando el vino que le ha pedido.
-Tiene buen gusto-dice para sí, buscando la dichosa botella, mientras enciende un cigarrillo.
La encuentra finalmente y la limpia con una paño que cuelga de su cinturón. Seguidamente sube a la cocina y coge tres botellas de cola del gigantesco frigorífico, junto con unos cuantos platos que Vivi le entrega para varias mesas más.
-Aquí tienen, las botellas de cola, y el Gran Caus-sirve el vino con soltura, como el buen metre que es-, ahora pasaré a por sus pedidos.
-Gracias, chaval-al joven se le cae el cigarro de la boca al suelo, al ver que el del peli azul se abre literalmente el estómago y mete las botellas dentro de él-, ahh, mucho mejor, si señor-sonríe-, vaya, ahora tengo hambre… Ponme una buena comida, quiero que la hagas tú-le exige.
-Pero señor, yo tengo que atender las mesas y…-se excusa Sanji.
-Haz lo que se te dice, joven-murmura el del pelo negro, sin apenas levantar la voz, con los brazos cruzados sobre el pecho y mirándolo de soslayo.
-S-si señor-se da la vuelta de nuevo y va a la cocina, con un poco de sobrecogimiento.
-¿Sanji-kun? ¿Qué haces, no deberías atender las mesas?-pregunta la muchacha de larga cabellera.
-Por favor, Vivi-chan, déjame los fogones un momento y atiende. Hay unos clientes muy raros que me dan grima-se quita la chaqueta y se pone el delantal-, quieren que yo les haga la comida-.
Vivi le mira con cara de comprender, pero en vez de ir al restaurante como camarera, va a la sala de regencia, mas Sanji no se da cuenta de este detalle y se pone a hacer dos menús para los extraños clientes.
Mientras tanto, en la regencia:
-Nami-san, Nami-san-la peli azul entra casi derribando la puerta de la encargada del restaurante, que da un bote en la silla.
-¿Qué ocurre?-pregunta preocupada por el tono de voz de la otra chica, dejando a un lado unos cálculos.
-Ha ocurrido, ya han venido a por él-resopla casi sin aliento por haber subido las escaleras al trote-, están en el restaurante, le han exigido a Sanji que les haga la comida-.
-Oh, mierda-maldice la pelirroja-, tenemos que impedir que se lo lleven, vamos, Vivi, avisa a Nojiko y a Robin que entretengan a esos dos, yo haré que Sanji escape-.
Las dos chicas se separan en la escalera, la regente va hacia Sanji y Vivi va a buscar a la otra responsable del restaurante y a su ayudante…
En la cocina…
Sanji silba alegremente cuando entra la pelirroja.
-Hola Nami-san-saluda con un una sonrisa y un meneo de sartén, en la que estaba friendo arroz para los dos extraños clientes.
-Sanji, no tienes tiempo, tienes que irte de aquí-le apremia su jefa, cogiendo su chaqueta y tirándosela.
El muchacho levanta un pie bien alto y la atrapa, haciendo gala de una extraordinaria habilidad.
-Ahora mismo voy a servir mesas, Nami-san, voy a servir estos platos-se pone la chaqueta rápidamente y sale veloz hacia la mesa, sirviendo sus platos-, que aproveche, señores-.
Se va a dar la vuelta para ir de nuevo a la cocina cuando una voz autoritaria le detiene.
-Alto, Sanji pies rojos-dice el de la barbita, mirándolo fijamente.
El aludido da media vuelta, con la sorpresa reflejada en su rostro.
-¿Cómo sabes mi nombre?-.
-Sanji, ¡¡vete de aquí, corre!!-.
La voz de su jefa le sobresalta y la ve venir con su bastón azul, a atacar a los dos tipos, que se levantan rápidamente de la mesa, dispuestos a defenderse y a atraparlo.
-Vete estúpido, no ves que te buscan-Nojiko aparece con una sartén en cada mano y le mete un cebolletazo al de su mismo color de pelo por detrás, al ver que iba a inmovilizar a su hermana. También pretende meterle un sartenazo al otro, pero sorprendentemente, ya no se encontraba allí, sino detrás del rubio.
-Ven aquí, Sanji-el moreno saca una espada enorme de su espalda, sin desenfundarla, pretendiéndole dejar aturdido con ella.
-Déjame en paz-da una patada, desviando la trayectoria de la espada sobre el suelo.
-Ja, se nota que eres el hijo de Zeff pies rojos-sin esfuerzo alguno, levanta de nuevo la hoja.
Pero unos cuantos brazos, surgidos del suelo impiden que la mueva, Sanji voltea sorprendido, descubriendo a la segunda regente del restaurante.
-Vete, Sanji-kun-dice con voz suave y una sonrisa, arrancándole de las manos la espada.
Con una inclinación de cabeza, agradeciendo, el muchacho sale disparado a la cocina, por donde hay una salida a la parte trasera del restaurante. Por el camino coge su chaqueta y una bolsa que previamente había preparado Nami.
Realmente está preocupado por las chicas, pero si van a por él no las harán nada. Sanji no entiendo por qué de repente ha de escapar como un ladrón. Coge uno de los waver de repartición a domicilio y se va del restaurante, quizá sea la última vez que lo vea, por lo que hecha un último vistazo. En la parte delantera puede verse el símbolo del restaurante, un molinillo con una mandarina prendida y debajo el nombre: Bellemere.
FLASH BACK
-Hola, canijo-saluda un hombre con un gran bigote, una pata de palo y un sombrero altísimo-, bienvenido a mi restaurante, Baratie. A partir de ahora serás el marmitón y el pinche, así que ándate con ojo, que como rompas algo te lo saco de las costillas-.
-Cállate, viejo-le responde un niño de unos diez años, rubio, y con una curiosa ceja en forma de espiral.
-¿Qué me llamaste, ceja rara?-gruñe el cocinero, dándole una patada con la pata de palo al chico.
-Ay, te enterarás, viejo-se engancha a su pierna sana y se la muerde con saña…
Algunos años después:
-Qué raro-musita un chico de dieciseis años, colgando el den-den mushi de su casa-, ¿no está el viejo en el restaurante?-.
Coge su chaqueta y se dispone a salir de su casa, para ir a trabajar al restaurante Baratie, en el que lleva haciéndolo ocho años. Pero, mayor es su sorpresa cuando, al doblar la esquina y se encuentra la puerta del restaurante claveteada, rodeada de tipos raros, buscando por todos lados al parecer algo.
Se acerca a dos de los cocineros contratados por su padre adoptivo.
-Pati, Carne, ¿qué ocurre?-les pregunta preocupado.
-Hombre, si es nuestro niño-le saluda Pati.
-El jefe no sabemos donde se ha metido, lleva desde ayer sin aparecer, y estos tipos han tomado el restaurante-contesta Carne, que se pone junto a Pati, tapándole al rubio la visión.
-Eh, dejadme ver qué pasa, estoy preocupado por el viejo-protesta Sanji, intentando ver.
-Quieto, chaval, estos tipos te buscan, no pueden verte por aquí-los dos hombre se lo llevan aparte, para que los otros no le vean-, no te preocupes, el viejo está bien de momento, pero tú desearás matarlo cuando lo veas-.
-¿Por qué? No me ha hecho nada-.
-No te lo podemos explicar, si sales a la luz, te perseguirán y no tendrás escapatoria-Pati le conduce hacia donde hay un waver-.
-Vete a esta dirección, allí te darán trabajo, es una conocida del viejo-el otro le mete una tarjetita en el bolsillo de la chaqueta.
Le apremian para que se vaya y les hace caso, pero todavía intrigado por el destino del restaurante que lo acogió durante todos estos años pasados.
Mira la tarjetilla y va a la dirección señalada, un restaurante llamado Bellemere, a partir de ahora esta será su nueva casa…
FIN FLASH BACK
Ahora recuerda dónde vio a esos dos tipos raros, hace dos años en la puerta del restaurante de Zeff. Según sus antiguos compañeros, Pati y Carne, le buscaban por el hecho ocurrido en el Baratie. Decidido, pone con el waver rumbo al restaurante donde están trabajando sus antiguos compañeros, dispuesto a pedirles explicaciones.
Llega al cabo de una media hora, derrapando delante de la entrada, dejando todo rápidamente y metiéndose por la cocina.
-Pati, Carne-les llama a gritos, ante la sorpresa de todos los cocineros que hay allí-, ¿dónde estáis?-.
-Aquí, niño-le gritan desde los fogones-.
-Menos mal que os encuentro-se apoya en la encimera y habla rápidamente-, han aparecido en el restaurante de Bellemere unos tíos muy raros, que sabían mi nombre, y las chicas están en apuros por ayudarme-les explica.
-Mierda-dejan los fogones y sacan a Sanji del restaurante-, tienes que escapar a toda costa, niño-.
-Pero explicádmelo…-
-No hay tiempo, tu vida corre peligro, y como no te escapes te van a cortar las pestañas a la altura del cuello-Carne le empuja hacia el waver-, escapa todo lo rápido que te permita el waver, nosotros iremos ahora donde Bellemere a ver cómo están sus hijas, no te preocupes-.
-Ah, lleva eso contigo-le da un den-den mushi-, te llamaremos cuando vayamos a ver a las chicas, no te preocupes, vete ya-.
Dándoles las gracias y con un asentimiento, se guarda el caracolito en la chaqueta y enciende el motor, saliendo disparado de allí. Planea ir a la costa, a una de las islas que hay cerca. Piensa mientras conduce en sus compañeras, en sus amigos los cocineros, pero sobre todo en Zeff…
-¿Qué te ha pasado, viejo?-murmura para sí, con el viento dándole en la cara.
Una hora ha pasado más o menos cuando Sanji se encuentra a mitad de camino de la isla, cuando suena el den-den mushi.
-Katcha… Sanji, Sanji-la voz de su jefa le hace dar un bote y parar el waver, para poder escuchar bien.
-Nami-san, ¿cómo estáis?-pregunta preocupado.
-Nosotras bien, cuando te fuiste, se fueron ellos, no pudimos entretenerlos más, lo siento-.
-Dime qué pasa, Nami-san, ¿Por qué tengo que huir de alguien a quien no conozco?-.
-Tu padre, Zeff pies rojos, escapó hace dos años y no sabemos su paradero, dejándote una deuda de más de 300 millones de Berries-le revela la pelirroja.
Sanji se queda petrificado, y con la mente casi en blanco. ¿Tiene que pagar una deuda de la que no ha oído hablar nunca? A lo lejos oye a sus compañeros reprochándole a su jefa el haberlo dicho.
-Niño, niño-le llaman-.
-Ah, perdón, Pati, no estaba atento-.
-Tienes que huir, ¿de acuerdo, niño?-.
-Sí lo sé, no te preocupes…-oye un ruido a sus espaldas y ve una barcaza de lo más siniestra, en la que venían esos dos tipos, despacio pero inexorablemente se va acercando hacia el muchacho-, mierda-cuelga el caracolito y mete marcha al waver.
-Ya sabes lo que tienes que hacer, Franky-musita el del sombrero.
El susodicho, hace una figura extraña con las manos, apuntando al muchacho.
-Coup de vent-grita.
De sus manos sale una ráfaga de aire con la potencia de un cañonazo, que revienta literalmente la embarcación del rubio, mandándolo por los aires. Sanji cae al agua, y se pega tal golpe contra la superficie que le deja medio aturdido, por lo que no puede nadar y se hunde poco a poco.
-El don lo quiere vivo, no a cachitos-comenta sarcásticamente el que va sentado.
-Pues haberlo detenido tu, tipo listo-gruñe el del tanga.
Se tira al agua y nada, localizando en menos y nada la silueta del rubio que se hunde rápidamente. Lo alcanza en dos brazadas y lo coge, subiéndolo a la superficie. El chico estaba totalmente desmayado, el agua a su alrededor tenía un ligero tono rosado.
El de la barca lo sube a esta, observando que una de las astillas de madera le ha atravesado la planta del pie, sobresaliendo por el otro lado.
-Vamos, tenemos que llevarlo cuanto antes al cuartel general para que lo curen-apremia el del sombrero.
-Sí, Mihawk-asiente el peli azul-, agárralo bien no se vaya por la borda.
El moreno lo agarra contra si, mientras el otro emplea su mismo ataque para hacer moverse a la balsa rápidamente.
Con el viento generado por la velocidad, Sanji se despeja un poco, abriendo los ojos levemente, encontrándose contra el pecho del hombre, levanta un poco la vista y lo observa.
-¿Qué queréis de mi?-musita apenas sin voz. No siente su pie izquierdo.
-Tienes que pagarle al don lo que le debes, muchacho, de cualquier forma, así que vete preparando-lo mira de reojo, con sus ojos afilados y amarillos dorados, semejantes a los de un halcón.
No tardan mucho tiempo en llegar a su destino, en el trayecto Sanji no se movía en lo absoluto, la pérdida de sangre lo ha dejado medio atontado, por lo que lo tiene que llevar a cuestas hasta la enfermería del edificio, donde el doctor le esperaba.
-Vaya, tiene mala pinta… Se tirará a lo poco una semana recuperándose-dice con su fina vocecita el doctor.
-Cuida que se recupere bien, Chopper, el don lo quiere bien dispuesto-dice Mihawk-, aquí el andoba lo ha dejado para el arrastre-señala a Franky y sale de la sala.
-Andoba lo será tu padre, pollo-le grita Franky yendo tras él.
En ese momento, Sanji abre los ojos, encontrándose con el doctor.
-¿Eres un mapache?-le pregunta.
-Soy un reno, estúpido-le mete una colleja y se dispone a mirarle el pie-, lo primero que tengo que hacer es sacarte esa astilla-.
Sanji mira hacia abajo y se da cuenta de que tiene el pie atravesado y sangrante.
-Ten, muerde esto-el renito le pone un palo grueso de madera recubierto de goma.
El rubio lo coge entre sus dientes, mordiéndolo con fuerza, sabe que eso le va a doler. Se recuesta hacia atrás por orden del renito, el cual adopta una forma muchísimo más grande de la que inicialmente tenía, casi humana, dándole a Sanji un susto de muerte. Le tranquiliza y le coge de la pierna con fuerza para que no la mueva, y procede a sacarle la astilla con cuidado, por abajo, para que no quede ninguna posible astilla dentro de la herida.
Un crujido se oye, acompañado de un gemido de dolor, Sanji ha mordido tan fuerte la vara que la ha quebrado un poco, a pesar de la goma. El doctor termina de sacar la madera, como consecuente, un chorro de sangre mana de la herida, haciendo que Sanji pierda la consciencia casi inmediatamente.
Chopper pasa aplicarle un ungüento coagulador y cicatrizante en el pie, y se lo venda cuidadosamente, poniendo al cocinero en una camilla y arropándolo, dejándolo dormir. Recupera su forma de renito y va hacia donde el don, a explicarle como está el muchacho.
-Ni su pie ni pierna corren peligro, ya que no afectó a ningún tendón ni nervio por milagro, pero por lo menos tardará una semana en recuperarse-informa el renito, a una figura sentada en un escritorio.
El sol le da directamente desde la espalda, por lo que su identidad queda oculta, pero todos los que están en la sala saben quién es.
-Gracias-dice con voz suave y seductora por naturaleza-, y tú, Franky-dice, volviéndose hacia el peli azul-, ya te vale tío. Quería que me lo trajeras entero, no lisiado-.
-La culpa fue de Mihawk, que se empeñó en ir en el ataúd que tiene por embarcación en vez de coger un waver-le pasa el bulto al otro.
-Serás cabrón, la próxima vez te corto a rodajas, pervertido-le gruñe el moreno.
-Ah, callaos, parecéis dos críos a la puerta del colegio-se río la misteriosa figura, moviendo la cabeza, de la cual en la parte izquierda salen tres destellos dorados…
Hola gentes ^^. Bueno, pues hasta aquí el primer capítulo. Esperamos que os haya gustado, el próximo dentro de una semanita. En fin… ¿reviews? Son nuestro alimento XDDDD Pasad buena semana y sed felices n.n
*Gran Caus: es un vino de color rosa intenso con notas de carmín. Complejos y ricos sus aromas, donde destacan los frutales (grosella, fresa y cereza), envuelto en perfumes florales y notas herbáceas y un ligero toque dulzón. En boca es untoso, carnoso, amplio, inicialmente fresco y vivaz, despuntando los frutos rojos maduros, con la subida de la temperatura se muestra algo dulzón, recuerdos de gominolas. De un prolongado, persistente y aromático postgusto.
No tenemos ni papa sobre vinos XDDD pero como queríamos que Mihawk tuviera clase, elegimos este… Tiene que estar rico hummm XDD, hasta la próxima.
