" " cuando hablan las personas

Los pensamientos en cursiva

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Heredera

"¿Esto es mió?"menciono impresionada.

"Si, señorita" respondió un hombre de cabello negro y ojos de mismo color a su lado.

"¿Esto es mió?" repitió sin creerlo todavía.

"…¿Señorita?" pregunto el hombre empezando a dudar de la cordura de su cliente .

"¿Uh?" atino a decir ella, sin quitar la mirada de lo que tenía en frente como si fuera una polilla atraída por la luz.

"¿Se encuentra bien?"

Kagome no confiando en su voz dio un asentimiento ¿yo herede esto?¿enserio es mió? volvió a preguntarse, sin alejar la mirada al enorme castillo frente suyo, construido de piedras y con tres columnas alrededor, varias ventanas se posaban del mismo y la enorme puerta en frente del castillo, fabricada por madera de caoba, era muy alto, como un edificio de once pisos o quizás hasta mas, se encontraba rodeado de frondosos árboles, y para llegar a la entrada era un caminito de loza.

Encontrando las palabras, mientras su garganta se desenredaba del tremendo nudo que se había formado por su sorpresa, otra vez comenzó a hablar "¿Esta seguro que esto es mió?" bueno no es lo mas coherente pensó, pero, no sé le ocurría más, ya que lo último que quería es que la arrancaran de un sueño, que en realidad nunca se imagino que comenzaría.

"Si señorita" irritado el hombre "la señora Mitsuki Higurashi se lo heredo junto con su dinero a Kagome Higurashi, no hay duda, y usted es Kagome Higurashi " dijo con un toque amargo en su voz.

La cabello azabache se sintió mal por el regaño pero, en parte, lo entendía es lo único coherente que estaba diciendo desde el momento que le mostraron el lugar y le explicaron todo lo que había heredado, pero simplemente era impresionante soy millonaria y tengo un castillo Kagome hizo lo único que creía que podría hacer. Asintió, nuevamente, la cabeza a su abogado.

"Señorita si gusta podemos ir a la entrada a que conozca a sus empleados" calmada mente expreso el abogado después de su leve explosión.

Sin pensarlo, camino la ojos azul-grisáceos detrás de su abogado, cerrando la distancia que había entre ellos y el castillo. Kagome regreso en sí, una vez que el abogado detuvo su andar y toco la puerta de madera, esperando pacientemente a que abrieran. Por mientras la cabello azabache se entretuvo mirando las figuras que estaban plasmadas en ella, que trataba de raíces en vueltas entre sí con la terminación, de cada punta, en una flor con un colibrí chupando su néctar, su inspección termino al ser abierta por un hombre de edad mayor con ojos saltones, pelón por la parte superior de su cráneo y suficiente cabello grisáceo en las demás secciones para hacer una colita de caballo, su cara era adornada por una barba de chivo, su físico delgado, algo encorvado, cubierto por un traje.

"¿Se les ofrece algo?" dijo el señor de ojos saltones.

"Señor, esta señorita es Kagome Higurashi la nueva dueña" haciendo señas a la cabello azabache a su lado.

"Ya veo. Bienvenida señorita, pasen por favor" abriendo completamente la puerta y haciendo un gesto de que entraran.

"Lo lamento yo me tengo que retirar, señorita Higurashi la dejo con su mayordomo, hasta luego" despidiéndose con una inclinación se dio la vuelta y se retiró

Tengo mayordomo pensó la ojos azul-grisáceos.

"Pase señorita mi nombre es Totousai, como menciono el abogado soy su mayordomo" mientras la guiaba por uno de los pasillo, hasta llegar a una enorme sala con una gran lámpara colgando del techo, un ventanal justo en frente de su perspectiva, unos sillones alrededor y una mesa, en medio de todo, que encima contenía un florero con hermosos tulipanes blancos. La pared se encontraba adornado con pinturas clásicas, el piso tapizado de alfombra color caqui "¿Le gustaría algo?"

"…yo…uh…" formulo incoherentemente, todavía sin poder creerlo ¿esta sala es mía?.

Dando una risa Totousai decidió ayudarla "Si quiere puedo llevarla al patio para que respire aire y sus palabras regresen" dijo con burla simpatica.

Kagome con una sonrisa le confirmo con un movimiento de cabeza, ya que se encontraba mareada su mente.

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Kagome con un gran respiro, trato de tranquilizar todos sus nervios y shock de lo que acababa de presentar, era incomprensible como una abuela que nunca había conocido le heredo todo. Tomando asiento en una de las bancas que se encontraba frente a la fuente, miró alrededor todo los tipos de especie que existían en el jardín mas que jardín parece un bosque pensó la cabello azabache por la grandeza de este.

Tomando otra bocanada de aire, alzo la mirada al cielo, viendo pasar las nubes blancas mi vida dio un giro de trescientos sesenta grados, jamás imagine que esto me pasaría bajando la vista sobre la fuente, se topó con un pajarillo verde que empezó a tomar agua y, lo que parecía igual, un baño. Colocando los codos sobre la pierna y la cabeza en las manos, recordó la sorpresa que se llevo cuando, en su casa sencilla, llego el abogado con la noticia sobre la herencia de su abuela.

Alzando el vuelo la ave, siguió con la mirada su camino hasta uno de los ventanales del castillo, topándose con una figura en blanco parada en ella. Kagome extrañada, parpadeo y, de repente, ya no vio a nadie, alzando los brazos y frotándose los ojos miró otra vez al ventanal, siguió sin ver nada, levantandose de su lugar, se encamino a la entrada del castillo.

Debo estar imaginando cosas por la sorpresa pensó Kagome, antes de darle un último vistazo para obtener el mismo resultado de hace unos segundos, sacudiendo la cabeza, abrió la puerta y entró.

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"Señor Totousai" hablo la ojos azul-grisáceos, con un libro en sus manos, sentada en un sillon de cuero. Se encontraba en la biblioteca del castillo, que tenía varios estantes rellenos de libros y sillones acompañados de mesitas pequeñas, en algunos de ellos. A la izquierda de la joven un ventanal y a su derecha un escritorio, hecho de madera, con unos papeles que había inspeccionado hace un rato.

"Dígame Señorita" dijo el hombre mayor, mirando los diferentes libros, que estaba acostumbrado a ver por sus años trabajados.

Doblando la punta de la hoja en donde se encontraba leyendo, lo cerro y volteó a ver al anciano de ojos saltones " No le molestaría traerme algo de tomar" expreso simpáticamente la cabello azabache con una sonrisa en su rostro de corazón.

"No se preocupe señorita, ahora regreso" caminando hacía la puerta del lugar, para salir.

Bajando la mirada, abrió el libro espero que a medio camino no olvide lo que le pedí pensó Kagome con una mas grande sonrisa en sus labios, por la gracia de su viejo mayordomo. Había pasado ya una semana desde su llegada al castillo y había aprendido que era muy olvidadizo, a veces regresaba sin lo que debía traer o se tomaba mas tiempo del debido por que a medio camino olvidaba a donde iba o lo que iba a buscar. También a quitarse la sorpresa de haber heredado todo esto, aunque se perdía fácilmente por el castillo, estaba segura que para haber estado una semana no conocía todo y no había encontrado a mas personal, pero sabia que había mas, ya que siempre en las mañanas, tardes y noches estaba su comida lista cuando iba al comedor, le hubiera gustado que alguien la acompañara luego encontrare a mas personas.

Oyendo como se abría la puerta, alzo la mirada para ver una parte abierta, al parecer el Señor Toutosai no había olvidado esta vez las espero a que entrara, pero, después de un rato Kagome frunció el ceño.

"¿Señor Totousai?" pregunto al no ver pasar a nadie. Doblando la punta de la pagina, nuevamente, lo cerro y lo dejo en una mesa, mientras se levantaba y tomaba rumbo.

Agarrando la manija abrió mas ancho hasta observar el pasillo, dando un paso, salio de la biblioteca mirando la soledad de los grandes pasillos "¿Señor Totousai?" extrañada, alzo la voz al no ver señas de su mayordomo.

Paf

Oyó un sonido muy fuerte tras suyo, pegando un brinco, se volteó sobresaltada y miró la puerta de la biblioteca que se había cerrado repentinamente. Pudo haber sido el viento pero no hay viento pensó la ojos azul-grisáceos dudosa, mirando fijamente a la puerta, colocando una mano sobre su corazón, espero a que se calmara, cuando lo sintió en un ritmo mas tranquilo, dio un paso en frente y agarro con su mano la perilla, dándole la vuelta.

No pasó nada.

La cabello azabache frunció el ceño y empezó forcejear con la manija un poco al no conseguir ningún resultado, utilizando mas fuerza, siguió tratando de abrirlo Se atoro la puerta mordiendo el labio inferior volteó a ver a todos lados, siguió sin ver a nadie, y regreso a forzar la puerta.

Kagome continuó hasta que empezó a oír pasos que se acercaban hacia ella "Señor Totousai" empezó Kagome al oír los pasos mas cerca "se cerro la puerta y no pued…" alzo la mirada para observar al viejo mayordomo, pero, se detuvo a media oración al observar que no había nadie en el pasillo mas que ella yo estoy segura que oí pasos pensó repentinamente asustada.

Crash

Rápidamente, se viro al oír como se caía un objeto y se rompía, pero, todo estaba en su lugar. La cabello azabache camino un poco donde escucho el ruido, para encontrar que nada se había caído. Asustada, regreso a la puerta de la biblioteca y trato de abrirla, pero seguía cerrada. Ábrete por favor ¡ábrete! jaloneando mas duro y desesperadamente.

"¿Señorita?" Kagome sobresaltada, miró hacía donde le hablaron para ver a lo lejos al viejo mayordomo llegando con una bandeja que contenía una garrafa de agua junto con un vaso.

"¡Señor Totousai!" exclamo entre aliviada y alterada la ojos azul-grisáceos.

"¿Sucede algo señorita?"extrañado el viejo mayordomo al encontrarla fuera de la biblioteca, con la tez pálida y una mano en la manija.

"…yo…yo…la puerta…y luego oí un ruido…y…y…la puerta…" La cabello azabache al no poder formular buena respuesta, le hizo señas al objeto de sus balbuceos.

"¿Señorita se encuentra bien?"

Kagome dijo lo primero que se le ocurrió "la puerta esta cerrada"

El viejo mayordomo se acerco, puso una mano en la manija y con la otra trato de equilibrar la bandeja, pero, Kagome la agarro para que no se le cayera. Con el peso quitado, le dio la vuelta a la perilla, abriéndose fácilmente. Volvió a agarrar la bandeja que sostenía la ojos azul-grisáceos, que se encontraba tras él con la boca abriéndose y cerrándose como un pez.

"¿Esta segura que la puerta estaba cerrada señorita?" pregunto el viejo mayordomo, mirándola extrañado.

"…yo…pero…yo…" Kagome no salía de la sorpresa y no teniendo confianza en su voz, cerro la boca y asintió dudosa.

"Señorita venga a tomar su agua, le ayudara a tranquilizarse"

Estoy segura que estaba cerrada la puerta a pesar de sus pensamientos, Kagome volvió asentir antes de entrar y voltear a ver al oscuro pasillo, mientras cerraba la puerta con un sentimiento de miedo dentro de su ser y una incomodidad en su estomago.

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Hola esta es otra historia que se me ocurrió espero que les guste y me dejen comentarios de que les parece es algo que se me ocurrió mientras tenía una pesadilla xD (hasta con mis pesadillas ando haciendo fics ) espero les guste el principio pobrecita mi kagome-chan le pegaron un susto, bueno galletita virtual para todos los que dejen comentarios! non

Su amiga

Kigami Aizawag