DISCLAMER: Solo los integrantes de la familia Beurk me pertenecen, del resto todos son producto de la imaginacion de JK Rowling
Hola, soy yo de nuevo. Sé que la encuesta del blog decidio que debia esperar para publicar la precuela, pero en verdad siento que se perderia mucho el suspenso si no se hacen paralelas. No se asusten no pienso abandonar Héroe de Corazón, solo que ahora los capitulo seran mas cortos pero mas pronto. A los lectores de Heroe de corazón espero que les guste y a los que por primera vez me leen les recomiendo que lean "Héroe de Corazón" para que entiendan un poco de que va esta historia.
LO PROHIBIDO SE HACE TENTADOR
(Por: Elizabeth Black Malfoy)
Desde pequeño estuvo destinado a casarse con ella y luego de hacer todo lo posible por huir de su destino, descubrió que ella era todo lo que siempre había querido, pero ya no era suya, ahora le estaba prohibida. Pre-cuela de Héroe de Corazón. La historia de Sirius Black y Sara Beurk
CAPÍTULO I
1ro de Septiembre de 1975
En las llanuras de las tierras altas en el centro de Escocia, se alzaba una construcción magistral y totalmente invisible a los ojos desnudos de los muggles, pero un icono sobresaliente para la comunidad mágica internacional. Sus muros constituidos por piedras calizas en distintos tonos de gris se alzaban muchos metros por encima del terreno, constaba de seis torres cada una más alta que la otra. Sus techos eran una combinación de estilos góticos, renacentistas y barrocos. Sus alrededores eran inmensos y estaban cercados por un muro de mármol. En su puerta principal, dos gárgolas con forma de cerdos con alas en sus lomos eran los centinelas visibles de la edificación, pero la serie de conjuros que la protegían hacían casi imposible que cualquiera entrara en sus terrenos. El camino antes de llegar al castillo era extenso, flaqueado a la derecha por un inmenso campo de Quidditch y a su izquierda un bosque espeso de arboles tupidos. La fecha muy importante en este castillo, ya que marcaba el comienzo de un nuevo año estudiantil en el Colegio Hogwarts.
Ya era de noche cuando el expreso escarlata de Hogsmeade llego a la para descargar a sus jóvenes pasajeros, todos con un mismo destino, Hogwarts. En menos de cinco minutos el andén se lleno de baúles, lechuzas y estudiantes de todas las edades muy atareados acarreando sus pertenencias. Por encima del todo el bullicio una voz autoritaria y áspera se alzo:
¡Todos los alumnos de primero vengan conmigo! – decía un hombretón semi-gigante con barba y cabello largo y desaliñado, pero de ojos bondadosos, mientras movía sus enormes brazos hacia sí mismo.
Todos los niños pequeños de 11 años, se acercaron al hombretón de cara afable algunos un poco intimidados por su tamaño, pero Hagrid era una persona con la que no se podía tener miedo, al menos no por mucho tiempo.
De repente en el oscuro cielo estrellado de la estación, sobrevolando en el aire un grupo de caballos alados que arreaba una carroza descendió hasta estacionarse grácilmente sobre los rieles del tren justo al por delante de el expreso escarlata. Los caballos alados eran sementales pura sangre muy hermosos. Y su aparición había captado la atención de todos los jóvenes que descendían del expreso. Mientras la multitud miraba anonadada, la portezuela del carruaje se abrió y de ella se apeo un paje, el cual a su vez ayudo a descender a una dama lujosamente ataviada con una túnica purpura y el cabello recogido en un moño alto con expresión severa en el rostro el cual acrecentaba las arrugas de su frente.
Lugo despendio una jovencita de alrededor 14 años, llevaba un sobretodo negro de viaje el cual se cruzaba en el frente por tres correas de cuero, y tenía un cuello de picos altos que le llegaba hasta la mitad de la pantorrilla, dejando a la vista unos botines de cuero de basilisco negro de tacón mediano tipo aguja, alrededor del cuello se alcanzaba a notar una exquisita bufanda de gaza de hadas con encaje de puntilla en los bordes, su delicadas manos iban también infundadas en unos guantes de cuero negro. Su cara era una visión de lozanía y perfección, tenía unos hermosos y grandes ojos de gacela color azul índigo, enmarcados en una pestañas rizadas y una cejas bien definidas, su expresión era seria y inescrutable, pero despedía una aura de misticismo que atrajo enseguida las miradas de todos los presentes, su hermoso y extra claro cabello rubio era casi plateado y estaba recogido en un elaborado peinado, echado hacia atrás en suaves hondas culminando en un intrincado tocado con detalles de terciopelo negro que sostenía el cabello en un exquisito recogido de trenzas súper puestas.
Las recién llegadas eran todas unas desconocidas para la mayoría de los presentes, eso acrecentaba la curiosidad de todos ya que no se podía imaginar dos personas más distintas, una anciana severa y amargada y otra majestuosa, joven y sorprendentemente bella.
Buenas noches, ¿Es usted el enviado de Hogwarts?
Si
¿Y dónde está la delegación de bienvenida?
¿Cómo?
Tía, por favor. – dijo la joven, solo para que su ti oyese.
Disculpe señora pero no entiendo
Tal vez tenga tapados los oídos o sea mitad troll- respondió la dama de más edad, solo para su sobrina.
¿Qué?
Soy Isobel Beurk, mi sobrina Sara, viene desde la prestigiosa escuela de Beauxbatons a estudiar este año en Hogwarts. Necesito que me asegure que le brindara el cuidado y atención que una Beurk se merece.
Oh, sí, la señorita Beurk, el Director Dumbledore me hablo de que vendría. Bienvenida a Hogwarts señorita.- dijo Hagrid dirigiéndose a la joven.
Gracias Señor…- respondió la chica con una dulce sonrisa que encanto al semi-gigante.
Oh que torpe soy, me llamo Rubeus Hagrid. Soy el guardabosque de la escuela y el encargado de llevar a los alumnos de primer año a través del tradicional viaje en bote hasta el castillo. Sé que usted no es de 7mo grado…- decía Hagrid mientras la tía Isobel decía a su sobrina por lo bajo:
Vaya que observador.
Pero en vista que es su primer año aquí en Hogwarts, debe cumplir con la tradición de los de 7mo grado.
Me encantaría. – dijo la chica emocionada por todas las cosas nuevas que veía.
Muy bien, entonces sígame.- respondió Hagrid.
Acto seguido las dos mujeres siguieron al hombretón hasta el lago y cuando Hagrid se volvió a dar vuelta y aun vio a la mayor de las Beurk acompañando a su sobrina aclaro.
Lo siento, señora, pero usted no puede venir.
¿Cómo que no puedo?
El viaje en balsa hasta el castillo es solo para los estudiantes.
¿Sabe usted quien soy yo? ¿tiene idea del poder que tiene mi familia? – pregunto retóricamente la señora y agrego.- No por lo visto no tiene ni idea. Mi familia es la más influyente del la comunidad mágica mundial y…
Tía, por favor. Es la tradición, ¿acaso no es nuestro lema "Tradición, pureza y honor"?
Tienes razón querida, debemos cumplirla aunque no nos guste.- dijo no muy feliz con la idea de no salirse con la suya. Y volviéndose hacia Hagrid dijo: - dejo a mi sobrina bajo su custodia, espero que pueda llevarla sana y salva a la otra orilla.
No se preocupe, Señora. Me encargare personalmente de cruzarla, ira conmigo en mi misma balsa.
Señorita.- lo corrigió Isobel.
Lo siento…- empezó a decir Hagrid con mucha torpeza pero Isobel Beurk ya no le prestaba atención.
Bien, espero te sepas comportar, Sara. Supongo que nos veremos en navidad.
Si, tía. – dijo Sara mientras trataba de abrazarla pero su tía se aparto.
¿Qué haces? Sabes que las damas solo expresamos nuestro afecto en público, a las mascotas. Hasta luego Sara.- y sin más su tía se alejo.
Mientras tanto dentro del comedor ya todos los alumnos regulares de el colegio se hayan sentados en sus respectivas mesas contando sus anécdotas de verano. En la mesa de Gryffindor un grupo en particular escuchaba la divertida anécdota de cómo los dos chicos más populares de la escuela se habían infiltrado en un concierto muggle, sin permiso de sus padres.
Suena genial, canuto.- decía un jovencito de apariencia asustadiza, rechoncho y bajito con cabello fino y rostro ratonil.
Fue genial, colagusano.
Y bastante estúpido, diría yo.- dijo sin levantar la vista del libro que estaba leyendo un joven de lindos ojos color miel y cabello avellana.
Tu siempre tan serio y centrado Lunático. Eres la vos de la conciencia que la naturaleza no me dio. – respondió un joven apuesto de ojos grises.
Pues deberías escuchar más a tu conciencia.- respondió el licántropo.
No seas aguafiestas lunático, nada malo paso. – respondió un chico de hermosos ojos cafés y anteojos cuadrados.
Cornamenta tiene razón. Además, tenía que buscar algo que hacer desde que mi familia me dejo solo en casa para irse a Francia a visitar a esos snobs.
¿Snobs? El burro hablando de orejas. – refunfuño Lunático.- hablando de eso como lograste que tu madre te dejara solo en casa.
Eso también fue toda una hazaña - contesto colagusano.- Sirius fingió tener viruela de dragón.
¡Shh! Se suponía que era un secreto, Peter.
Sirius, sabes lo grave que puede ser andar jugando con esos hechizos, puedes terminar con algo más grave que una simple viruela.
Si, si Remus ya lo sé.- respondió Sirius con voz cansina, iba a agregar algo más pero una visión capto su atención.
Los chicos de primer año entraban al comedor para su selección, pero esto no era lo que hipnotizaba al chico, sino la chica, claramente mayor que caminaba entre ellos, su rostro le era familiar, la conocía, solo que hace muchísimo tiempo no la veía, era Sara Beurk y había crecido mucho y para bien, ya era toda una señorita, la chica más linda que había visto. Al llegar a este pensamiento se obligo a dejar de mirarla.
Vaya, o es una gigante o se perdió de camino a los carruajes, porque es imposible creer que esa chica tengo 11 años, con esas curvas. – dijo James.
Concéntrate en tu pelirroja Potter. Es Sara Beurk y viene de estudiar en el colegio Beauxbatons.
¿Sara Beurk la chica con la que tu madre siempre ha querido que te cases?
La misma
Wow, debes de estar reconsiderándolo ahora que la vez.- dijo James a lo que su amigo solo gruño.
Concuerda con su tipo, rubia, bonita y probablemente estúpida.- dijo en tono fanfarrón Colagusano.
Mientras sus amigos seguían hablando de su posible futuro con Sara y de cómo serian sus hijos, pero Sirius ya no los escuchaba.
Había conocido a Sara hace mucho tiempo, cuando solo tenía cuatro años de edad y ella solo dos. Aun en esa época, en la que aun no le interesaban las chicas, Sara había causado una gran impresión en él. Era una niña sonriente y juguetona, sus hermosos ojos azules ocupaban casi la mitad de su rostro regordete e infantil, además, tenía la extraña costumbre de seguirlo a donde quiera que fuera. Sara tenía un hermano mayor llamado Frederick, era cinco años mayor que Sirius y estudiaba en Durmstrang y para Sirius era genial, era casi como su ídolo, le encantaba pasar tiempo con él, a pesar que ese ídolo tenía una hermanita la cual podía ser muy fastidiosa con su fascinación por perseguir, al propio Sirius.
Flashback
20 de agosto de 1963
En un hermoso bosque a las afueras de Versalles, se alzaba un imponente castillo con hermosos jardines al estilo barroco. En esos jardines tres niños jugaban a las escondidas. El mayor de ellos con la cabeza entre los brazos y mirando hacia la pared, contando. Mientras Sirius trataba de encontrar su sitio donde esconderse hasta que al fin encontró un sitio perfecto para estos fines. Estaba allí acurrucado entre las raíces levantadas de un enorme árbol, cuando la linda Sara gateo hasta dentro del reducido espacio y se acurruco a su lado.
Vete de aquí, shu, shu- le decía el chico señalándole la salida. Pero la niña no se movía.- fuera, Sara. Largo. – pero lo único que logro fue que la niña se le acercara mas y empezara a reír a carcajadas y luego dijo:
Iru.
Si, si ya te vi ahora fuera. – dijo mientras la sacaba de su escondite. Pero la niña no se fue, en vez de eso se quedo mirándolo con sus enormes ojos azules, los cuales poco a poco se fueron inundando de lágrimas.
No, no, no, no llores Sara. – susurro, pero era muy tarde la niña ya había empezado a llorar a moco suelto y sus lagrimas caían gruesas por sus mejillas. A los pocos segundos llego Frederick y lo descubrió tratando de hacer que Sara dejase de llorar.
Que le hiciste ahora Sirius.
No le hice nada. Dijo mientras sacaba una ranita de chocolate de su bolsillo, era un dulce muy rico para una niña pero ya no sabía qué hacer para que se callara.
Al ver la golosina la niña dejo de llorar instantáneamente y la tomo, luego lo abrazo y le dio un beso y el dijo:
Genial, no sé que es peo.
Yo creo que peor es que llore, porque te hizo perder – respondió Frederick y acto seguido lo todo y salió corriendo.
No, no es justo- grito Sirius mientras trataba de alcanzarlo y la niña corría tras de el diciendo:
Irus.
Fin de Flashback
Luego los años pasaron, Frederick murió y el no volvió a ir a Francia en verano. Sus padres si iban muy seguido unto con su hermano Regulus pero el siempre buscaba pretextos para no ir. En Navidad prefería quedarse en Hogwarts o ir a casa de Potter y estas últimas vacaciones de verano se había fingido enfermo. En fin, tenía mas cuatros sin verla y de no ser por sus distintivos ojos de gacela, color azul índigo, no la hubiese reconocido.
Al otro lado del salón la recién llegada miraba todo con fascinación, le gustaba la nueva escuela era mucho más interesante que Beauxbatons. Tan pronto cruzo el umbral, su vita recorrió el salón y allí lo vio. En el fondo, rodeado de otros chicos pero con un aire un poco ausente estaba Sirius. Estaba mucho más alto de lo que lo recordaba. Tan pronto lo vio, fue como si hubiese sentido su mirada, levanto la vista.
Sus miradas se cruzaron y ella supo de inmediato que la había reconocido, después de tanto tiempo de no versen la recordaba, después de tanto de no verlo se alegraba que la recordara, esto la impulso a sonreír. Fue una de las sonrisas más amplias que podía emitir, pero tan pronto le sonrió el chico las miro frio, como con fastidio y aparto la vista. Confundida la chica siguió mirando a través del comedor.
Al otro lado, en una mesa con estandartes verdes estaba su amigo y futuro cuñado, Regulus. Siendo huérfana y con su hermano muerto, lo único que alegraba sus veranos era cuando "Reg" iba a visitarla. El lleno el vacio que había dejado la muerte de su hermano. Al verla, le sonrió, y le señalo un escudo con una serpiente en tonos verdes y plateados que decía Slytherin.
Esa era la casa en donde él estaba, en el verano le había hablado de lo maravilloso que seria que quedaran en la misma casa, ya que, como iban al mismo año, podrían estudiar juntos para todas las clases y tendrían las mismas horas libres.
Estaba pensando eso cuando, una profesora de rostro severo y un moño alto, la cual le recordó enormemente a su tía la llamo y la hizo sentarse en una banca para colocarle un sombrero viejo y raido. Era la ceremonia de selección, Reg se la había explicado, ese sombrero decidiría en gran parte todo su futuro, dependiendo en que casa la ubicase, pero para su sorpresa el sombrero le recomendó tres casas.
Tu intachable linaje te hace una Slytherin por excelencia, sin embargo, no le temes al trabajo duro y tienes mucha perseverancia cuando te lo propones Hufflepuff podría hacer cosas esplendidas contigo. Pero al mirar de cerca a tu corazón, veo que mucho coraje yace en tu interior, tu valentía es como un diamante en bruto que Gryffindor podría llegar a pulir.
El sombrero le estaba dando a decidir, inconscientemente la chica miro a los dos chicos, si elegía a los leones quedaría más cerca a Sirius pero por lo visto, él había cambiado, ya no era el Iru que había conocido. En cambio Reg seguía siendo su amigo y le había hablado tantas maravillosas cosas sobre la casa de Slytherin. Por otro lado el sombrero había dicho que su linaje la destinaba a Slytherin y su tía siempre le había dicho que la tradición estaba por sobretodo. Luego de verla sopesar las opciones el sombrero grito:
Slytherin.- la mesa estallo en aplausos, mientras que otro chico en una mesa contraria blanqueaba los ojos.
Proximo capitulo
BIENVENIDA DE SARA Y PRIMER ENCUENTRO CON LOS MERODEADORES.
¿LES GUSTO O NO? ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO, PORQUE ESTA ES UNA DE MIS PAREJAS FAVORITAS. ESPERO QUE ME DEN SUS OPINIONES, CUALESQUIERA QUE ESTAS SEAN.
HASTA LA PRÓXIMA,
Elizabeth Black Malfoy de Lannister.
