Historia basada en la partida de Sasuke.

Naruto no me pertenece. De ante mano, gracias por leer. (Ahora somos canon, jeje)


Le dolía, demonios. Algo dolía.

Observó a su compañera reposando inconsciente sobre la banca. Algo en el aire se había cortado, no podía sentir la brisa, no podía escuchar nada. Era como si de repente el mundo hubiese dejado existir, o como si de pronto alguien hubiese hecho una pausa en su vida, justo en aquel minuto. No sabía lo que sucedía, no sabía qué sentir con exactitud. No, en realidad, sentía tantas cosas, una tan diferente de la otra, una tan opuesta a la otra. Una parte de sí le recordaba que debía partir, que debía retirarse de ese lugar y seguir su camino hacia la venganza, en la aldea jamás se haría lo suficientemente fuerte para derrotar algún día a Itachi, no ahí atado a tanta emoción, a tanto sentimiento.

Pero seguía doliendo, ardía justo ahí en el pecho, dolía tal como aquel día cuando vio los cuerpos de sus padres inertes en el suelo de la casa. La estaba matando, lo sabía, estaba matando a Naruto, a Kakashi, a la aldea, y a ella de nuevo, porque en el fondo sabía que en su camino tanto el fracaso como el éxito dependían de su vida. Se estaba condenando. Mierda, el dolor, de nuevo, punzante en su pecho.

Pensó, que le hubiese gustado seguir así, con una aventura diaria, viendo a sus compañeros reír, tal vez su vida sería diferente, entonces el camino hacia la venganza no existiría, podría mirar a Sakura de una forma diferente, dar rienda suelta a eso que había comenzado a arder silenciosamente en su corazón, podría haber mirado de una forma distinta a Naruto, no como a un rival a quien vencer en fuerza, sino, como a un hermano. Vivir feliz, sin embargo ya no había tiempo para retractarse... Dio un paso hacia atrás aún con sus ojos puestos en las lágrimas que corrían por las mejillas de Sakura. Y las palabras de la chica se repitieron un par de veces en su cabeza.

Que dolor, dolía escoger el odio y no el amor. Quiso seguir su camino pero sus pies no se movieron del suelo, como si estos de pronto hubiesen echado raíces. Tambaleó, entonces, dio un paso al frente y se inclinó lo suficiente como para que su mano tocase el rostro de su compañera. Sus dedos acariciaron la suave piel de la muchacha hasta hacer un corto camino hacia su cabello. De pronto sonrió, iluminado por un idea un poco optimista.

-Molesta- musitó el chico. "Siempre tan molesta" pensó, pero para ese entonces sabía que Sakura no era molesta por serlo, lo era porque había despertado algo en él que se interponía con su propósito de vida.

Tal vez un día volvería a casa, tal vez ese día tendría la oportunidad de seguir adelante, tal vez ese día, en ese futuro podría estar junto a ella, reír con Naruto, tal vez, ser feliz.