Disclamer: Los personajes no son mios, (¡ojala!) son de Capcom y Nintendo, los cojo prestados un rato por diversión y sin ánimo de lucro. Este es un fic Fradrian, o sea Franziska/Adrian por lo tanto femslash, si no te gusta mala suerte, no voy a cambiarlo.
Originalmente estaba pensado como reto para la comunidad 13vicios, pero al final no me presenté, así que lo he escrito usando una de sus tablas, eso quiere decir que habrá más...o eso creo.
Se aceptan críticas constructivas... que es mi primer fanfic...
Licor
Franziska se sorprendió cuando después de los postres de una cena copiosa, Adrian dejó sobre la mesa la botella de licor que la joven fiscal le había comprado como recuerdo de su último viaje a Alemania.
"Sería agradable llevarle algo a Adrian" se encontró pensando de repente en medio de una tediosa reunión en la fiscalía de Hamburgo y en cuanto se dio cuenta se sintió ridícula.
Completamente inadecuado.
Adrian dejó una taza de té delante de Franziska y par de vasos anchos con hielo, antes de que la joven pudiese decir nada se escuchó el pitido de la cafetera y la mujer rubia se fue hacia la cocina.
Franziska miró la botella y los vasos, y suspiró, luego miró el reloj y volvió a suspirar.
Totalmente inadecuado.
Cuando la mujer rubia regresó con el café y se sentó, Franziska la miró y se excusó, intentó no dar explicaciones, al fin y al cabo un Von Karma no da explicaciones y raramente se excusa.
- Lo siento pero solo tomaré el té....es tarde y tengo que conducir. - Hacía un tiempo que la joven se encontraba escuchando palabras y frases que salían de su boca y que no había ni pensado, como cuando era una cría y su padre la miraba inquisitivo, solo que el sentimiento era diferente y el prodigio de las leyes no sabía precisar muy bien el por qué.
Adrian le sonrió tímida como aprobación, cogió la botella y la observó, era alta y estrecha, tenía una curiosa forma octogonal, y luego miró la etiqueta, que tenía aspecto de envejecido y las letras en rojo oscuro hacían un bonito contraste con el color pálido del papel, se subió las gafas por el puente de la nariz en un gesto característico e intentó leer lo que estaba escrito, Franziska observaba entre curiosa y fascinada la mueca interrogante de la mujer rubia.
- No vas a poder leerlo...está en frisón, pero si te interesa dice que el licor está hecho de manera artesanal siguiendo una receta original que data del 1485 por unas monjas del convento de Herzogtum Lauenburg- Otra vez palabras que no se le habían ni pasado por la cabeza se amontonaban en sus oídos.
Era una sensación que empezaba a incomodarla.
- ¿Frisón?.
Franziska la contempló divertida recordando que estaba, al fin y al cabo, en un estúpido país lleno de tontos y necios, pero que ella se había pasado más de 35 minutos examinando la caja que contenía la botella en la tienda de regalos del aeropuerto, tanto que había memorizado el texto de la etiqueta, tonto estúpido y necio, pero era tan estúpidamente agradable perder el tiempo con la mujer rubia, pensó, alargó su brazo y cogió la botella de las manos de Adrian, la abrió y sirvió un poco del licor brillante y translúcido en el vaso delante de la mujer que ahora la miraba a ella extrañada pero risueña y en el vaso que había rechazado, Adrian sonrió iluminando la habitación.
- ¿No tenías que conducir?.
- He cambiado de opinión.
Y por supuesto un Von Karma nunca cambia de opinión.
