Disclaimer:

Los personajes de YuYu Hakusho no me pertenecen sino que son propiedad de Yoshishiro Togashi y Toei Animation, yo sólo los he utilizado para sacarme esta idea que rondaba en mi cabeza.

Notas:

Este fick esta terminado, consta de siete capítulos, por lo que sólo pediré que me dejen comentarios acerca de el para saber como quedo.

Segundo fick que escribo completo sin correr el riesgo de dejarlo inconcluso.

Muchas a gracias a quieres leen y comentan. Espero les guste.

Otra cosa, consta de dos tipos de narradores alternados uno por capítulo.

Narrador de este matiz: Hiei


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Matices

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"Rojo"

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El cuarto del kitsune nunca se caracterizó por estar desordenado, y si me lo preguntan.-Cosa que no creo que nadie haga- me gusta más cuando esta con las cosas sin hacer, quizás por que la persona que duerme en ese cuarto yace con la mitad de las sabanas en la espalda, o por que el largo de la cabellera roza la curvatura de los hombros cuando se esta dormido. O quizás por que cuando esta desordenado me siento como en el Makai, con la hierva siendo representada por los libros apilados de texto o con las gotas de lluvia representadas por las que caen por la ventana.

O simplemente es por Kurama.

-¿Estas vivo?- exclamo toqueteando la piel del kitsune, es algo que suelo hacer con frecuencia cuando despierto antes y me encuentro terriblemente aburrido.

-Mmm-escucho un gemido salir de sus labios, sin más me meto devuelta al calor de las sábanas, esperando por que el otro despertase pronto. Miro los labios, la curvatura de la boca, tiene algo nuevo, quizás la mordida que le di en la noche o quizás no me había percatado de lo delgado de la comisura de estos.

-Vaya con este kitsune-exclamo, quedando tan cerca de su boca que supe, si no me controlaba-cosa que no quería- terminaría mordiéndole los labios otra vez.

-¿Qué pasa?- entre abre los ojos, se me queda mirando fijamente, le imito, doy un bostezo.

-Nada, te miro-

-Últimamente me miras mucho, ¿tengo algo nuevo en la cara acaso?-

-Si- exclamo, me percaté de ello apenas él habló. -Algo bonito para mi, pero no para ti kitsune- me sonreí con cinismo, él no entiende.-¿lo sientes?- recorrí con mis dedos la curvatura del labio, en el, el rastro de sangre que había quedado de la ultima mordida aún yacía en la piel de su boca, brillaba, -mortíferamente para mi gusto si lo pienso- de tal manera que me obligaba a querer lamerlo.

-¿Lo puedes curar?- susurró, no era un gran problema.

-Baka, claro que puedo- sin más me dejé caer en la boca, recorriéndole con mi lengua salvajemente que pensé, apenas se me acabase la sangre tendría la peligrosa necesidad de volver a morderle o herirlo para saciar mi sed.

El líquido es rojo, similar al color de mis ojos, de mi sangre o de sus labios; similar al color de la llama del fuego que yace en la estufa del kitsune cuando siento frío o a las luces de colores que se adueñan del cielo nocturno cuando se termina el año ningen.

Similar al color de su larga cabellera.

-¿En que piensas Hiei?-

-Adivínalo kitsune- exclamé sonriéndome con cinismo, él me miró, levantando su cuerpo de la cama, las sábanas cayeron deslizándose por la curvatura de la espalda y de los hombros bien formados.

-Das miedo cuando me miras de esa manera-

-Es por que quiero comer humanos- juego, él sabe como es, suelo decir eso cuando quiero que adivine lo que pienso.

-Tiene que ver con mis labios-

-Caliente-

-Tiene que ver con los besos-

-Frío-

-Entonces con la sangre-

-Vas por hay, es fácil- exclamé, señalé mis ojos, tendría que tener telepatía para poder entender lo que quería decirle.

Si me lo preguntas lo que llamó mi atención, es el color rojo que quedo luego de la mordida en la punta de su boca, el color de la sangre que le caía por la curvatura del cuello como pequeñas gotitas de agua, por que es el mismo color de su cabellera, por que esa cabellera es lo primero que veo apenas despierto; y me gusta tanto que sé, si le hacía algo me enojaría al grado de quemar su pequeña y adorada casita humana.

Hn, aunque si lo pienso quizás estoy exagerando, que va, primero la quemo, luego me disculpo.

-Te doy otra pista- dije, me acerqué hasta el cuerpo, donde yacían las gotitas de sangre y me dispuse a lamerlas lentamente, dejándole un rastro en la punta de mis labios. Le señalé con la yema del dedo mi cara, a lo que él sólo se sonrojó.

Y lo otro que me gusta es el rubor que se torna en sus mejillas cuando piensa algo que sé no querrá decirme.

-Piensas en el color rojo-

-Caliente, muy caliente- me sonrío con cinismo, ahora lo que le faltaba era que color rojo me gustaba.

Aunque quizás le estoy pidiendo demasiado a este kitsune, y debería de decirle lo que pienso.

-¿Te rindes?- exclamé con sarcasmo, él me miró con recelo.

-¿Qué gano si adivino?- le mordí como respuesta en el hombro, y luego lamí la curvatura de la herida, arrojándolo sobre la cama con fuerza, y dejándome caer sobre él, seguro el brillo de mis ojos encandilaba de tal manera que le decían que me lo comería a mordidas.

-Algo más que un simple saludo de buenos días, kitsune- él se sonrió.

-¿Y si pierdo?-

-No, sé, dime tú, no se me ocurre nada-

-Piensas en algo rojo, pero no es sangre, ni material, ni tus ojos- comencé a jugar con las hebras de su cabellera, él se las quedo mirando; habría que ser idota para no caer en tal pista –que más encima fue gratis y con intención-

-El color de mi cabello-

-Me quemé- exclamé, dejándome caer sobre él de nuevo, mordí el cuello, hasta hacerle un pequeño rasguño con el filo de mis dientes. Cuando cayó el liquido rojizo no pude más que dejar que mi boca degustara el sabor entre amargo y salado de su sangre, es parecido al sabor que se queda en mi boca luego de jugar con su miembro, es parecido al sabor que queda en mi boca luego de que él me da un beso cuando esta borracho por culpa de Yusuke.

-¿Y ahora Hiei?-

-Ahora cierro la puerta con llave telepáticamente y me dejas hacerte lo que yo quiera- Llevé mis piernas por debajo de las sábanas que quedaron, juntándolas con las desnudas de él, palpando con la piel de las mías la textura de las suyas y el miembro del kitsune que se comenzaba a erectar.

Dejé que un resto de la sangre se secase en la curvatura del cuello, mirando la cabellera comprobé que la sangre al estar fría es similar o demasiado parecida al color de las hebras rojizas de Kurama.

Y es que simplemente ese rojo es mi color favorito.

Continuará-


Próximo Matiz: Blanco

Narrador: Kurama

Besos, nos veremos el jueves 14 de agosto, puesto que este fick esta listo, puedo darles las fechas de actualización, no así con otros que tengo.

Mis disculpas por ellos.


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Golpéame, ódiame….
…Tu nunca podrás hundirme…
…Dispón de mí, estreméceme…
…Nunca podrás matarme…
…Llámame judío, demándame, todos lo hacen…
…Patéame. ¿No lo haces ya?...
…Llámame blanco ó negro…

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The don`t care about us

-Michael Jackson-