Disclaimer: Los personajes no son mios, (ojala!) son de Capcom y Nintendo, los cojo prestados un rato por diversión y sin ánimo de lucro.

Este es un fic Fradrian, o sea Franziska/Adrian por lo tanto femslash, si no te gusta mala suerte, no voy a cambiarlo.

Originalmente estaba pensado como reto para la comunidad 13vicios y que al final no me presenté, así que lo he escrito usando una de sus tablas, eso quiere decir que habrá más...o eso creo.

Se aceptan criticas constructivas

Piel.

Franziska entró en la habitación. Había visto a Adrian desde la puerta de entrada, estaba sentada en una cama, apoyándose en una pared y abrazándose las piernas mientras miraba viejos libros y recuerdos de su infancia en la casa, Franziska la observó, nunca había visto a la mujer rubia con una expresión tan serena y eso por algún motivo le causaba intranquilidad.

No tuvo que llamarle la atención, Adrian dejó lo que miraba y le dedicó una sonrisa triste como bienvenida.

- Gracias por ocuparte del papeleo...

Franziska negó con la cabeza. ¿Qué podía decirle?, ella misma había estado en esa misma situación no hacía mucho, la muerte de Manfred Von Karma aún era dolorosamente reciente y siendo sincera, hubiese preferido no tener que hacerse cargo de nada, bastante tenía con darse de bruces con la realidad.

- Nunca antes antes había estado en la habitación de nadie...- intentó cambiar de tema ya que el peso de sus propios recuerdos le atormentaban. -... es tan diferente a la mía en Alemania...- sus palabras se detuvieron al instante cuando vio como la rubia estiraba su brazo para cogerle la mano.

Adrian quitó con poco a poco uno de los guantes de la joven que tenía delante, entrelazó sus dedos con delicadeza y poco a poco llevó la mano de Franziska a su mejilla, notó la piel caliente y reconfortante de la fiscal y se convenció, por fin, de que por mucho que lo intentara no había marcha atrás.

- También es mi primera vez- sonrió triste- nunca invité a nadie cuando vivía aquí...desde que murió mi abuela estuve siempre tan sola...- dijo con un hilo de voz. La muralla que Adrian había construido días atrás, desde que la llamaron para informarle del fallecimiento de su madre, se caía a pedazos.

Franziska sintió el calor del cuerpo de Adrian, su boca se secó, quería decir algo, algo que golpeaba con violencia sus entrañas, algo que nacía de muy dentro de su conciencia, pero sus palabras murieron en su garganta cuando los labios suaves y cálidos de Adrian besaron la palma de su mano. Por primera vez en 19 años sintió el peso de su edad, se sintió tímida y torpe como cualquier adolescente, impotente se avergonzó de si misma y en un arrebato impropio de un Von Karma, se dejó llevar por sus sentimientos. Acarició con la yema de sus dedos la boca de la mujer de gafas y dulce y lentamente la besó.