La historia es lo único que me pertenece, (espero de verdad que les guste y no les aburra, subiré probablemente los capítulos muy rápido... :3 )

Blanco: Capitulo 1

Sentado en un avión, un joven sostiene con firmeza las únicas pertenecías que le quedan, el joven se llama John .Es el único que lo sabe, las demás personas que lo sabían ahora están muertas probablemente.

Mientras mira por la ventana, ve Afganistán alejarse, el país en el que vivió y luchó 6 años, donde amigos y compañeros murieron, donde salvo a niños sin padres y padres sin hijos, país donde dejo su alma .El país se va alejando hasta que es una manchita y se esconde entre las nubes.

El vuelo dura horas, horas en las que está quieto mirando la estela blanca sobre un cielo anaranjado, recibe cada media hora una pastilla de color azul y un pequeño vaso de plástico con agua, no pregunta, no dice nada, solo se deja llevar por los efectos del tranquilizante, hay una mujer a su lado, es guapa, quizás años atrás habría coqueteado con ella, ahora solo la escucha hablar, hay una mano amigable en su hombro herido y luego la mujer se cambia de asiento.

No puede dormir, siente que si se duerme despertará de nuevo en la arena, entre cadáveres y sangre, se acomoda nervioso en el asiento hasta que el avión aterriza y una azafata se acerca para ayudarle con su maleta, John rápidamente se la quita, como si hubiese algo de valor allí adentro pero solo hay ropa y un par de fotografías. John de pronto no quiere bajar, la mujer de la pastilla le toma del brazo y lo ayuda.

Londres es diferente, Londres es frió y gris, no hay arena ni calor, no hay personas gritando, casas vacías, niños explotando, no hay soldado llamándole. Se queda quieto mirando a la gente caminar apurada con sus maletas, familias abrazándose, parejas besándose, bienvenidas y despedidas en todos lados, era como estar en otro planeta. Siente que es ajeno a aquel lugar, un disparo en el hombro sanará eventualmente, de pronto quiere volver con sus compañeros y morir con ellos, se da media vuelta, asustado, busca entrar nuevamente al avión pero ya no hay una mujer tranquilizándolo, ahora son guardias.

Al sentir el agarré de los guardias se siente en peligro, intenta buscar su arma inútilmente en su bolsillo vacío, mira a todos lados intentado buscar a alguno de sus compañeros, pero solo hay gente mirándole con indiferencia, los hombres cada vez hacen más fuerza para retenerlo y ''tranquilizarlo'' pero John siente que lo van a matar ,que se lo llevara a un lugar lejano y lo volverán a torturar, comienza a gritar y aparece la mujer de las pastillas con una expresión de horror.

Psicosis y delirios, palabras que salen de los labios de la mujer, los guardias parecen entender y sueltan el agarre, la mujer habla con John y le da nuevamente una pastilla, esta relajado.

Está solo en una sala, donde hay más sillas pero ninguna persona, siente que se va a dormir escuchando el tic tac del reloj, cierra los ojos un momento pero al abrirlos hay una niña a su lado, es afgana, la conoce, Amira era su nombre, tenia la misma ropa en el día en que explotó en pedazos, tenia los mismo ojos tristes que vieron a John por ultima vez.

Le mira con una sonrisa, John siente una angustia terrible y se levanta de la silla bruscamente , intenta abrir la puerta pero no puede, ''va a explotar, va a explotar'', murmura aterrado, golpea la puerta desesperadamente y se abre tan rápido que todo el cuerpo de John cae al otro lado, unas manos firmes lo toman de los hombros y un pinchazo en el cuello acaba con él.

Despierta en otra habitación, esta vez es blanca, a John no le gusta el blanco, se sienta en la cama con un dolor de cabeza terrible, mira por la ventana, es de día, el sol entra levemente y es cálido, no quema, no como en Afganistán, el sol es suave. Hoy se siente tranquilo. Observa con cuidado cada cosa en la habitación, una cama, un guardarropas y un baño, la puerta del baño no tiene manilla ni cerradura, solo un cartelito que dice ''ocupado''y ''desocupado''

De pronto hay alguien en la puerta tocando, los golpes lo alertan haciéndole buscar con la mirada cualquier objeto para protegerse, pero no hay, solo la almohada, prefiere sus puños, la puerta se abre suave mente, es otra mujer, es más baja y más morena, entre sus manos hay un montón de ropa, ella le sonríe y le dice algunas palabras suaves mientras le deja la ropa sobre la cama. Luego desaparece tras la puerta blanca, John no oye ningún pestillo.

Al menos no está encerrado. Se observa un momento en el espejo, no reconoce su rostro, ¿Tenía los ojos azules y el cabello rubio?. Siente que la habitación se encoje, necesita salir de allí.

Al salir de la habitación hay un hombre que le dobla en altura y la ropa blanca que lleva resalta por lo oscura de su piel, este le sonríe y le indica donde está el casino, mientras caminan, John se siente seguro escuchando los chistes malos de aquel enorme hombre.

Llega al casino donde hay un calor agradable. Hay mesas y sillas vacías, al principio se sienta solo mientras el hombre que le había acompañado se queda en la puerta, luego unos minutos de espera mientras observaba sus dedos, comenzaron a llegar personas con miradas asustadas, otras tranquilas y confiables, y el silencio se llenó de voces agradables.

La comida que le sirven es igual al lugar, sin color, sin sabor, John no se queja y come en silencio mientras hay personas que le observan, era el nuevo en ese lugar, jamás le gustó ser el nuevo.

De pronto las voces ya no son suaves, se vuelven más altas, ya no están hablando, ahora está gritando, luego hay sollozos, John cierra los ojos y se tapa los odios con las manos, ''no están gritando'' susurra, y de pronto todo es silencio, su cuerpo se relaja y al abrir los ojos solo ve cadáveres, algunos sentados apoyados en las mesas, en el suelo, las mujeres que servían la comida están tiradas en un charco de sangre.

John escucha un gemido, es un joven, está gimiendo en el suelo con un balazo en la garganta, está perdiendo sangre y John se acerca rápidamente, quiere su botiquín, quiere curarlo, intenta presionar la herida con sus dedos pero la sangre no para de correr, el chico comienza a relajarse y desvía los ojos a un punto vacío, John se queda mirando los ojos sin vida del muchacho, una imagen recurrente, parecía parte de su rutina ver el momento justo en que hay un brillo y desaparece lentamente.

El cuerpo del muchacho convulsiona , vuelve a moverse pero ya no hay sangre, no hay un balazo ni herida, solo John agarrándole del cuello con fuerza, le estaba ahorcando mientras un guardia intenta quitarlo de encima, John le suelta de inmediato y mira sus manos con horror, ''maldito loco'', le grita el joven mientras una enfermera le ayuda a levantarse, John se queda en el suelo aun mirando sus manos, unos hombre se acercan y lo levantan de un salto, otra aguja, otra vez negro y silencio.

Despierta otra vez en la habitación blanca, ahora sabe dónde está, sabe que es peligroso, no quiere salir, no quiere andar por ahí ahorcando gente .Un día cualquiera y frio .Una mujer viene a visitarlo, se ve graciosamente delgada y alta con su bata blanca , John le dice que parece un lirio, ella le sonríe, .Hoy quizás sea un buen día. Hablan por casi una hora, ella le convence de salir al patio, diciéndole que en esta época los pacientes no suelen salir por el frio, que quizás así estará más tranquilo.

Entiende por qué no hay nadie, el frio es terrible, se ha puesto todas las capas de ropa que le han dado, incluidos el gorro de lana y los guantes, todo es casi dos tallas más grande, al mirarse al espejo sonríe, solo su nariz se asomaba entre toda esa ropa.

John le dice a la mujer que prefiere ir solo, que no es un jodido anciano loco, por dios solo tiene 27 años, ella le mira dudosa pero acepta, le indica que hay varios caminos que puede recorrer, que no tarde mucho ya que la cena la sirven a las 7.

Camina sin realmente ver el parque, solo sigue el camino de piedras con los ojos, siente que si ve hacia el lado, habrá cadáveres o quien sabe qué. No recordaba que el frio calara los huesos en Londres, siente que su nariz esta roja, probablemente se resfriará.

John camina por media hora dando círculos, su hombro le duele un poco, pero le sorprende que desde hace 10 minutos está cojeando, lo que le faltaba, un dolor fantasma. Presiente que luego no podrá caminar más, así que lentamente dirige la mirada más allá del camino, no hay cadáveres, solo un banco de madera.

Su respiración se calma y comienza a sentir el frio por no moverse, mientras mueve los dedos para entrar en calor observa la clínica, lleva solo dos semanas allí y solo ha hablado con las enfermeras y el enorme guardia que le tomó cariño, conoce solo a dos pacientes, ambos fueron su objetivo de ataque.

Se acostumbró a la rutina, a los pacientes y a las charlas grupales, se acostumbró a las pastillas, al menos ahora no escucha constantemente balaceras y explosiones, John intenta mejorar, quiere al menos poder vivir con normalidad otra vez.

John nunca olvidara el sabor a sopa fría del hospital, la picazón que le ocasionaba la ropa y los griteríos de los pacientes a mitad de la noche que al menos le interrumpían sus sesiones de pesadillas., John ciertamente no es un hombre que olvida, y es por eso que con una ligera sonrisa, mira con melancolía el lugar que le dio un poco de paz durante 3 meses.

Es primera vez que escribo una historia continua, con capítulos y todo eso, espero que no sea un desastre, perdón por las faltas de ortografía y redacción, (si alguien esta leyendo esto, gracias por lee tienes todo mi amor)