Renuncia: Todo es de Mashima.

Inspirado en el poema "Una vez quise ser hombre" de Rosa María Roffiel

Advertencias: Por el momento solo AU.


I.-¿Cual es el color de los deseos?


¡Tú eres yo!

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Dime dime, ¿Cuál es tu deseo?

.

Una vez Lucy Heartfilia deseo ser hombre.

Para amar de la forma en que se merecían cada una de sus amigas;

A cana que todos los días se emborrachaba recordando amores no correspondidos.

A Erza que a escondidas lloraba un amor muerto.

A Lisanna que detrás de su sonrisa ocultaba el dolor de las infidelidades y enfermedades.

Quiso ser hombre para amarlas a todas, y no sentir más el frió de sus lagrimas en sus hombros, ni para mirarlas apagarse tras el dolor de perderse poco a poco.

Quiso ser hombre para llenarlas de risas, gracia y encantos.

Para mimarlas.

Para bailar descalzas.

Para decirle a Levy que amaba el olor de las hojas de libros que provenía de sus manos.

Para dejar descansar a Mirajane sobre su pecho y decirle una y otra vez que la admiraba por su esfuerzo, para acompañarla en las madrugadas en las cuales se desvelaba por el trabajo.

Deseo ser hombre para hablarles al oído y pronunciar sus nombres como si fueran lo más hermoso. Para compartir sus ilusiones, su luz, su amor.

Para que todas ellas se librar de las tristezas y oscuridades que albergaban sus corazones

Pero Lucy Heartfilia nació siendo mujer.

Y aunque podía compartir con ellas su amor, no era suficiente, nunca seria suficiente.

Y sobre todo deseo ser hombre para ser libre, para no tener que terminar en un Ataúd a los treinta años, y acabar de la misma forma que su madre, sufriendo por un hombre.

Pero Ella era mujer, y las mujeres como ella morían sin ser amadas como se debía.

–Una vez quise ser hombre. –Con aquella frase perdida en el aire de su habitación, Lucy se arropo en su cama, y mirando por última vez su techo lleno de estrellas, se durmió con la mente vagando en todo lo que deseaba y sabía que no se cumpliría. –Para no tener preocupaciones. –en apenas un susurro sus labios se movieron inconscientemente.

Una vez Natsu Dragnnel deseo ser mujer.

Para poder entenderlas.

A su tía. Quien aun lloraba la muerte de su esposo.

A su madre, quien a pesar de todo no odiaba a su padre, el cual los abandono.

A su prima quien daría la vida por cualquier desconocido.

Deseo ser mujer, para no tener que preocuparse nunca más.

Para no seguir con el pendiente de que pronto tendría que pagar la renta.

Que las deudas aumentaban.

Y que pronto necesitaría mas medicinas para su madre.

Quiso ser mujer para ya no tener que llevar el peso de mantener una familia sobre sus hombros.

Liberarse de las preocupaciones.

Poder desvelarse con sus amigos.

Reír y emborracharse.

Para entender cómo podían seguir sonriendo a pesar de todo.

Deseo ser mujer, para ya no sobre esforzar su cuerpo, ya tan desgastado por los trabajos y para poder ser recompensado por su duro esfuerzo.

Para que lo cuidaran, como nunca nadie lo había echo.

Deseo ser mujer para liberarse de los problemas que solo los hombres tienen.

Para poder adquirir toda esa inteligencia que emanaban.

Pero Natsu Dragnnel nació siendo hombre.

Y aunque podía dejar de lado todas sus responsabilidades, nunca lo aria, jamás.

Porque si no, ¿Quién cuidaría de ellas? ¿Quien se preocuparía por que la comida escaseara? ¿ Por darles todo lo que desearan?

Acaso seria su madre quien apenas podía mantenerse en pie, su tía en su eterna depresión, o su primita quien apenas iba a la secundaria. No. Ninguna de ellas podría, por que ese deber dependía de un hombre.

Y aunque Natsu deseara ser mujer para librarse de toda esa presión, sabía que nunca sería así.

Por que Natsu era hombre, y los hombres como el tenían responsabilidades que cumplir.

–Por un instante desee ser mujer. –susurro mientras se mecía en l hamaca desgastada de su cuarto, y con una sonrisa irónica musito. –Para no tener preocupaciones. –Y tan rápido como fue el pensamiento se durmió.

Lucy sintió el cuerpo pesado antes de siquiera abrir los ojos, el mismo dolor que cuando se ejercitaba exageradamente la invadió por todos los músculos, pero si mal no recordaba no había echo ni el mas mínimo esfuerzo esos últimos días. Con una lentitud exagerada, poco a poco abrió los ojos, y para su sorpresa su vista no se topo con el hermoso techo de estrellas de su cuarto, pestañeo un par de veces y con los ojos recorrió el lugar. Era un cuarto sucio, con la pintura de las paredes de un feo amarillo descascarándose, uno que otro mueble viejo y… ¿Qué era eso en lo que estaba acostada? Una hamaca.

Su primer impulso fue el gritar, pero recordó que una vez le habían dicho que permaneciera tranquila en caso de secuestros, porque eso sí, ella estaba segura de que no había ido a ese lugar por su propio pie, tal vez la habían sedado o algo por el estilo.

Se toco el pecho tratando de controlar su ritmo, pero no sintió nada y no estamos hablando precisamente de sus latidos. Sus pechos, sus esponjosos y perfectos senos no estaban. En su lugar había unos pectorales. Por impulso se toco el rostro, se agarro el cabello y nada. Ella no estaba ahí. Su cabello, su suave rostro. No y no.

Se tapo la boca reteniendo el grito que quiso salir de ella. Y se levanto de un salto, para su propia impresión, con mucha más facilidad de lo normal.

Se acerco hasta un espejo que estaba en la esquina para contemplarse, y sintió que el alma se le iba.

Su reflejo, su preciso cuerpo y rosto no estaban. En su lugar había un muchacho, de cabello rosa y ojos verdes que la miraba con expectación. Lo toco para comprobar que era verdad, pero el solo imito su movimiento.

El muchacho era ella.

–Pero que ra… -Se detuvo, comprobando que esa voz tampoco le pertenecía, era demasiado varonil.

Y tembló por que nada de eso podía ser cierto.

¡Ese no era su cuerpo¡ Esa no era ella!

Mientras tanto al otro lado de la ciudad Una muchacha de cabellera rubia lanzaba un grito, tan agudo, que levanto de su sueño al resto de la ciudad.

Al parecer Natsu había despertado.


21/05/2014

Últimamente he leído mucho Gender Bender en este Fandom, pero no he leído ninguna historia en donde cambian de cuerpos. Así que la historia se me ocurrió y después de plantearla bien la empecé a escribir.

El principio puede ser un poco raro, pero así me salió, me gustan los prólogos extraños XD

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Tess.